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—¿Qué pasará en la final? ¿Ganaremos nosotros o Costa de Marfil?

—No entiendo mucho de fútbol…, pero ojalá ganemos —exclamó con deseo el taxista.

—¿Es que no has visto los partidos?

—Este campeonato no es para nosotros, es sólo para los ricos; ya no hay nada para nosotros. Para el último partido, la semifinal, mi hijo me suplicó que le comprara una entrada, es un fanático del fútbol. Intenté conseguirle una entrada de tercera, pero imposible. Después nos enteramos de que el chófer de alguien de la Federación de Fútbol las vendía en la reventa. Ha llegado hasta tal punto que cuentan este chiste: «Esto es uno que se encuentra la lámpara de Aladino y le pide al genio una entrada para ver el partido de Egipto. Éste va y le responde: 'No, por el amor de Dios, pide un deseo un poco más fácil'». Intenté conseguirle al crío una entrada en la reventa, pero estaban a doscientas libras. ¿Se puede creer que la de tercera estaba a doscientas libras, la de segunda a trescientas y la de primera a más de quinientas? Es decir, la entrada más barata costaba el sueldo de todo un mes, por eso le digo que hacen el campeonato sólo para los ricos. Es como cuando ponían en las películas «apta para adultos», pero este campeonato es «apto sólo para los muy adultos». ¿Ha visto usted en la televisión a los espectadores? Todos parecen guiris: rubios, ojos azules, blancos de cara, muy guapos todos, muy bien vestidos… ¿Acaso ha visto usted en el estadio a algún pobre? Ni uno. Los jugadores son los únicos que parecen pobres y tienen derecho a entrar en el estadio. Mi hijo no hacía más que llorarme y le dije: «¿De dónde voy a sacar doscientas libras? Tu padre tendría que ser el mismísimo Mubarak para conseguirte una entrada». Por eso estoy un poco saturado de este campeonato. Le voy a decir una cosa: esto antes no pasaba. La mayoría de espectadores siempre habían sido pobres. Las de segunda y tercera estaban reservadas para nosotros, pero se acabó, no tenemos más derecho que el de lamer el polvo sobre el que andan los ricos. Por cierto, que no ocurre sólo con este campeonato: el Mundial sólo se televisa para quien paga. Si no paga, no lo ve. Parece que está prohibido que nosotros podamos ver o asistir a nada. Que lo hagan en países como Arabia Saudí o los Emiratos es lógico, pero aquí, ¿de dónde lo vamos a pagar?