¿Cómo pinta su bebé?
Para que su niño dibuje y pinte, dos actividades sumamente formativas, comience proponiéndole tareas sencillas, como copiar Las Meninas o una parte —pequeña— de los frescos de la Capilla Sixtina. Como es lógico, esta tarea puede superar el talento de los niños pequeños, y convendrá entonces esperar hasta que haya cumplido al menos los dos años. A los bebés menores de esta edad puede sugerirles que copien a Picasso, Miró o cualquier otro pintor vanguardista. Usted se sorprenderá al ver la fidelidad con que los imitan: los pintores vanguardistas a los bebés.
Los padres y los psicólogos deben prestar atención a la evolución de los dibujos del pequeñín, sobre todo cuando aparezca con frecuencia un elemento discordante. Por ejemplo, si en su representación de familia el niño dibuja reiterada y explícitamente una pareja entregada a las gimnasias del amor. En este caso no basta con la ayuda del psicólogo, sino que es preciso que el padre retire al niño de su alcoba cuando esté viendo esos programas favoritos de televisión que suele mirar con su pareja. (Véase el capítulo «¡TV, VT!»).
Cuando finalice la sesión de pintura, el niño debe continuar con la limpieza de la casa, para lo cual hay que proveerlo de jabón, aguarrás y cepillo de alambre. Para la limpieza del niño, lo más práctico es despacharlo al lavadero canino.