Gemelos, mellizos y otras múltiples sorpresas
Es posible que los padres reciban una fuerte sorpresa cuando, al acudir al control médico durante la preñez, se enteren de que no esperan un bebé, sino varios. A partir de ese momento, las embarazadas ricas acudirán a varios médicos —uno para cada bebé—, y las de recursos más modestos tendrán que limitarse a un solo médico para todos ellos, incluidos padres y abuelos. Estas circunstancias impiden dedicar atención personalizada a cada bebé, pero unen mucho a la familia.
El bebé que nace de embarazo múltiple pero de un solo óvulo se llama univitelino. El que proviene de dos óvulos se llama de muchas maneras: Alfonso, Roberto, Mariano, Felipe, etc. Los que no comparten óvulo se denominan mellizos y parecen hijos de padres distintos. Cuando uno es blanco y el otro negro se debe a que, en efecto, son hijos de padres distintos.
Los avances de la ciencia en materia de fecundación han traído como efecto secundario un aumento en el número de gemelos y, como efecto terciario, en el de trillizos. Se han dado casos en que la sobredosis de droga ha provocado nacimientos simultáneos de cuatro o más bebés hijos de una sola madre. La situación contraria —dosis insuficiente del fármaco— es causante de numerosos nacimientos de un solo bebé hijo de cuatro o más madres.
La genética es la principal causa de los partos múltiples. Padres con antecedentes de mellizos tienden a tener mellizos, así como las mujeres solteras siempre dan a luz mujeres solteras. En esta materia rige la ley de probabilidades. Si entre los abuelos del bebé hay gemelos, la ley de probabilidades dice que cuando el bebé sea abuelo también tendrá gemelos. Al menos, para los puños de sus camisas.
Resumiendo: la presencia de dos bebés en la sala de partos suele deberse a tendencia genética del padre, embarazo artificial de la madre o estrabismo del obstetra.
Educar gemelos trae algunos problemas muy especiales. Por ejemplo: a menudo los padres, confundidos, regañan a uno por las travesuras del otro. Para prevenir esta injusticia recomendamos regañar siempre a los dos.
La crianza de gemelos o mellizos es muy dura y costosa para los padres, pero tiene una hermosa compensación cuando los gemelos dejan el hogar paterno, forman sus propias familias y se instalan a vivir en casas adosadas con el permanente temor de que el próximo embarazo les traiga trillizos.