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La Mala suerte. Tener mala suerte es quedar cuarto en una final olímpica, errar un penalti en el último minuto con empate en el marcador, ser expulsado injustamente el día que vuelves a jugar después de una lesión, que te anulen por fuera de juego un gol de rabona, ser el tercer portero del equipo, romperte los ligamentos internos y el menisco, un uñero, botar la pelota en tu pie en la última jugada del partido.

En el deporte, la mala suerte es un cierto tipo de ver-igo para el que no se venden paliativos.