—¡Pff! Con eso se le quitan a uno las ganas de comer espaguetis… —bromeó Nelson al escuchar a un hombre gordo contar cómo había acabado con un no muerto.
Después le tocó el turno a Drew Cassy.
Sentadas a la mesa, decenas de personas escuchaban las historias de cada uno. Cómo, por qué y de dónde venían. En otras tantas mesas, parecía suceder lo mismo. Drew comenzó a narrar lo que denominaban como «El Día del Cementerio».
Mitch se acercó a Rotten y le advirtió de que estuviera atenta a lo que aquella mujer iba a contar.
—Te gustará —aseguró.
—¿Por qué, papá?
—Porque tú eres la protagonista.
—¿Yo?
Rotten se giró y concentró todos sus sentidos en aquella mujer que le caía tan bien. Su pelo blanco era magnífico. De mayor, quería tenerlo igual. La hacía diferente. Tenía un brillo especial. Y eso que lo tenía tan corto como el de un niño.
—Tengo que hacerlo —continuó Drew—. Será como cerrar una puerta de mi pasado lentamente…
Las frases, las palabras que salían de la boca de aquella mujer eran enternecedoras. Un tono sin igual taladraba los sentimientos de los que escuchaban alrededor.
—No sé si esto es el final o el principio. Lo que está claro es que nosotros somos los protagonistas —terminó.
Drew se sentó y algunos hicieron el intento de aplaudir.
Pero no fue necesario.
—Entonces… ¿Susanah? ¿Yo soy esa…? ¿Me llamo Susanah? —chilló la niña—. ¡Ay! ¡Ayyyy…!
—¡Qué! ¿Qué ocurre, pequeña? —dijo Mitch. Acto seguido, saltó de la silla al ver como la niña se sujetaba el estómago—. ¿Náuseas?
La niña sollozaba, asentía y se apretaba el estómago:
—¡Papá! ¡Fatiga!
—¡Mierda!
Por lo pasillos vieron gente correr. La tripulación vestida de blanco intentaba calmar a la gente. ¿Qué ocurre? ¡¿Qué pasa?! ¡¿Hay peligro?! ¡Por favor, mantengan la calma! ¡Mantengan la calma! ¡Permanezcan en sus puestos! ¡La tripulación solucionará cualquier problema! ¡No se dejen llevar por el pánico! ¡Por favor, mantengan la calma!
Pero cada vez aparecía más gente y todos corrían hacia esa parte del barco. Mitch agarró a un tipo en el pasillo.
—¡Dime qué ocurre!
—Ha muerto alguien en el compartimiento número 10…