Caballo perdedor

¿Han probado alguna vez inyectarse harina para soñar... es decir, caballo... es decir, heroína? ¿No? no lo prueben... Basta con que simulen que un lápiz es la jeringuilla. ¿Qué harán? Se arremangarán la manga izquierda, cogerán el lápiz —la jeringuilla, claro— con la mano derecha y la clavarán en la vena del brazo izquierdo, ¿no es cierto? Como el muerto. Pero, con una diferencia. Jorge Puigcernau era zurdo. Le llamaban el Zurdo, no porque fuera de izquierdas, sino porque usaba la mano izquierda. Incluso llevaba un reloj especial en la muñeca derecha, un reloj de aquellos que tienen la cuerda en el otro lado. Por lo tanto, Jorge hubiera cogido la jeringuilla con la mano izquierda y se habría pinchado en el brazo derecho.

Evidentemente, lo había hecho el junkie. Quería su dinero. En la comisaría, después de sacudirle un poco, cantó como una soprano.