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El 17 de julio de 1936 había estallado la guerra civil en España.
Hitler recibió una carta personal del general Franco en la que le pedía ayuda. Tanto los nazis como Mussolini desde Italia se la habían prestado, primero reconociendo la legitimidad del alzamiento antes que ningún otro país del mundo, y luego mandando una gran cantidad aviones de transporte para permitir que las tropas de Franco invadiesen España desde de Marruecos, sin tener que pasar por el estrecho de Gibraltar, vigilado por la marina de la República. Poco después, Hitler organizó un grupo de supuestos voluntarios, llamados legión cóndor, formado por algo menos de siete mil hombres. A lo largo de la guerra, ayudarían de forma decisiva a que el llamado bando nacional alcanzase la victoria frente al bando de la República.
También fue un banco de pruebas para las nuevas armas nazis, como los cazabombarderos Stuka, o para investigar los efectos en la moral de las tropas enemigas y de la población civil de un bombardeo devastador que borre a una ciudad del mapa: como en Guernica.