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Theodor Morell fue el doctor personal de Hitler. Morell había curado la gonorrea a Heinrich Hoffman, el fotógrafo oficial del partido y quien había presentado a Eva Braun al Führer. Desde entonces eran amigos personales y el que Morell hubiese conseguido curar con rapidez y discreción su enfermedad hizo que el Führer, informado por su amigo Heinrich, se decidiese a reunirse con el doctor. Morell sería en breve el más influyente de la cohorte de galenos que le acompañaban al hipocondríaco Adolf.
Karl Brandt (1904-1948) fue médico personal de Hitler. Se enfrentó con Morell a causa de la influencia excesiva de este último sobre el Führer. Interrogado por los americanos al acabar la guerra, afirmó que lo mantenía hechizado a base de tratamientos experimentales, inyecciones de glucosa, de hormonas, etcétera... Aunque Brandt, como otros médicos, se mantuvo dentro del círculo de Hitler, fue perdiendo poder. Finalmente, fue juzgado por los aliados tras la caída del Tercer Reich. Murió en la horca por dirigir la Aktion T4, los programas de eutanasia nazis destinados a gasear a los deficientes mentales y aquellos cuyos genes se creían eran perniciosos para el desarrollo futuro de la raza aria.
Theo Morell se convirtió en el médico principal de Hitler y desplazó progresivamente al resto de los galenos. Su influencia fue decisiva, pues le convirtió en un adicto a sus remedios.