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Tras la derrota en la primera guerra mundial, los aliados sometieron a Alemania a reparaciones de guerra tan gravosas que sumieron a la población en la pobreza y la desesperación, agravadas por una crisis internacional.

Eso es de dominio público y es la verdad. A veces no hay que buscar grandes explicaciones. Mientras la república de Weimar intentaba pagar las reparaciones de guerra a las que le obligaba el Tratado de Versalles, una multitud de partidos de extrema derecha y populistas acusaban a la república de todos los males. Todos florecieron, pero el que más el NSDAP de Adolf Hitler.

La república fue perdiendo prestigio y la extrema derecha lo fue ganando. Se había plantado la semilla del Tercer Reich de Hitler.