57. Obras de no ficción
Durante todo el tiempo que estuve en la Facultad de Medicina escribía ciencia ficción por las tardes, los fines de semana y en vacaciones. Nunca lo hice durante las horas lectivas por muy agobiado que estuviera por los plazos de entrega, ya que eso habría sido poco ético.
No me pagaban para escribir ciencia ficción sino por actividades lectivas, y se me ocurrió que mientras no estaba dando clases podía dedicarme a la investigación o a escribir publicaciones científicas. Ambas actividades redundarían en beneficio de la facultad. Éste fue el razonamiento que me permitió trabajar en los dos libros de texto durante el horario escolar sin remordimientos de conciencia.
Pero ¿qué podía hacer cuando no estaba ni enseñando ni trabajando en los textos? No quería investigar. Quería escribir, y eso significaba no ficción. Me sentí libre de hacerlo una vez que dejé de depender de Lemon (que se puso furioso, y con razón, por mi trabajo en los libros de texto).
La cuestión era: ¿qué podía escribir?
Se me ocurrió que podía elaborar artículos como los que enviaba a The Journal of Chemical Education, pero más largos e informales, más "joviales", si se me permite el término, y sin embargo, dotados de rigor científico. Por ejemplo, había escrito para esta revista un artículo breve sobre el sinfín de combinaciones que pueden constituir una molécula de proteína, formada por cientos de aminoácidos pertenecientes a veinte tipos diferentes. (El sinfín de combinaciones es, más que astronómico, inimaginable).
Escribí un artículo sobre el tema, mucho más largo e informal, y lo titulé Hemoglobin and the Universe. Mi intención era vendérselo a ASF, que publicaba artículos científicos lo bastante imaginativos como para llamar la atención de los escritores de ciencia ficción. Campbell lo aceptó y apareció en el número de la revista de febrero de 1955.
Éste fue el primer artículo científico que publiqué y por el que me pagaron. Descubrí con asombro que escribir estos artículos costaba menos tiempo, era más fácil y mucho más divertido que concebir una obra de ciencia ficción de la misma extensión. (No tenía que urdir nada. Los hechos se basaban en datos). A partir de entonces, se abrieron las compuertas. Estaba ansioso por escribir ensayos sobre ciencia o, de vez en cuando, sobre temas no científicos y, hasta ahora, he escrito, literalmente, miles de estas obras.
Una ventaja añadida de la no ficción era que cuando trabajaba en obras de ficción sólo podía dedicarme a un relato o novela a la vez. Cuando intentaba escribir dos simultáneamente, acababa confundiendo personajes y acontecimientos. Las obras de no ficción son muy distintas. Si estuviese escribiendo una sobre las vitaminas y otra sobre la evolución estelar, no habría la menor posibilidad de confusión entre las dos. Descubrí que podía trabajar en muchas obras de no ficción a la vez y pasar de una a otra cuando me interesaba.
Pero no sólo escribía no ficción en forma de artículos.
Boyd, que me había arrastrado al desastre del libro de texto, después lo compensó. Una editorial pequeña quería que él escribiese un libro de bioquímica para adolescentes. Boyd no se sentía capaz de hacerlo, así que propuso que lo hiciera yo. Acepté encantado. Quería escribir para los jóvenes, en realidad ya lo había intentado, pero apunté demasiado alto y no fui capaz de persuadir a Little, Brown de que publicara el libro.
Sin embargo, esta vez tenía un editor y decidí que la obra estaría a la altura del joven brillante de la época escolar. El libro se llamó The Chemicals of Life, y fue publicado por Abelard-Schuman en 1954.
Era el primer texto de no ficción que escribía para el gran público y también me abrió las compuertas, ya que después escribí muchos más libros de este tipo. Si escribir novelas me cuesta de siete a nueve meses, The Chemicals of Life sólo me llevó seis semanas. Así que lo único que se me ocurrió preguntarme fue: "¿Cuánto tiempo ha durado esto?"
Durante los años cincuenta escribí ocho de estos libros para Abelard-Schuman. Fueron:
The Chemicals of Life, 1954 (bioquímica)
Races and People, 1955 (genética)
Inside the Atom, 1956 (física nuclear)
Building Blocks of the Universe, 1957 (química)
Only a Trillion, 1957 (ensayos científicos)
The World of Carbon, 1958 (química orgánica)
The World of Nitrogen, 1958 (química orgánica)
The Clock We Live On, 1959 (astronomía)
Como puede ver, empezaba a poner en práctica mis conocimientos.