EL RINCÓN DEL HARDT

El bosque se hunde en el abismo

y como flores aún cerradas cuelgan

las hojas hacia el interior. Y bajo ellas

se dilata el valle

sin guardar silencio:

pues aquí estuvo Ulrich.

A menudo, sobre su rastro,

un gran destino medita, dispuesto,

en un lugar al margen.