4. ECOLOGÍA Y DESARROLLO, DOS TEMAS NO CONTRADICTORIOS

Minar en la práctica la teoría de las dos superpotencias —provocando la debilidad de los Estados Unidos y la inestabilidad de la Unión Soviética—, destruir las bases de la sociedad industrial —mediante el parón energético y la depresión económica—, reducir la población mundial —manteniendo a los países del Tercer Mundo y acelerando el proceso de desindustrialización de las sociedades avanzadas— y reconstruir un nuevo orden económico y político —basado en el predominio de los grupos oligárquicos mundiales— parece ser el objetivo estratégico de aquellos grupos, lo que explica la crisis actual, su agravamiento y la dificultad de encontrar soluciones rápidas y viables. Estos grupos ejecutan su estrategia a través de poderosas organizaciones e instituciones mundiales que operan en todos los terrenos: en la política, en las finanzas, en la educación, en la cultura, en la información y en los movimientos de la opinión pública.

Los movimientos ecologistas, «utópicos», «alternativos», «verdes» y de la «nueva izquierda» han recogido el «malestar en la cultura», pero transmiten, en la mayoría de los casos, la ideología y la estrategia política de aquellos grupos oligárquicos. Su actividad —más bien hiperactivismo— es un reflejo de su desmoralización política y de la falta de confianza en la capacidad creadora del hombre. Generalmente, los movimientos ecologistas están formados por profesionales que han renunciado a la lucha política científica, procedentes de una extracción social alejada de la perspectiva histórica del movimiento obrero industrial. La alienación de los obreros industriales y de los trabajadores de «cuello blanco» y sus instalaciones en el sistema, que tanto exaspera a aquéllos, difícilmente podrán ser resueltas por las alternativas que ofrecen los grupos ecologistas. Compartiendo el alarmismo del «Club de Roma», muestran dos tipos de escapismo. Hacia la ciencia ficción el uno, sosteniendo la idea de la irreversibilidad de la catástrofe en la Tierra y la necesidad, en consecuencia, de establecer «bases de supervivencia en el espacio», y hacia un «retorno a la Naturaleza»; el otro, exigiendo la paralización inmediata del potencial científico y tecnológico de la sociedad. Unos y otros se muestran incapaces de proponer un proyecto de desarrollo para la sociedad viable a medio y a largo plazo. Las denuncias que efectúan a diario sobre las agresiones contra el medio ambiente suelen ser ciertas, pero parten de un análisis incorrecto.

«El empeoramiento de la crisis ecológica —dice el académico de Ciencias de la URSS, Timur Timofeyev— es una de las consecuencias significativas de la revolución científico-técnica bajo el capitalismo, una de sus contradicciones fundamentales a largo plazo. Distorsionando las causas reales socioeconómicas de la crisis ecológica contemporánea, algunos apologistas del sistema capitalista intentan dibujar la crisis tan sólo como resultado de la selección de objetivos del progreso científico-técnico. La emergencia de las tensiones ecológicas no es explicada como un resultado de las contradicciones del capitalismo, sino que se utiliza tan sólo para lamentarse de las consecuencias negativas de la revolución científico-técnica».

La crisis de la relación entre el hombre y su entorno sólo puede se resuelta si la propia Naturaleza figura como objeto de tales actividades, teniendo en cuenta no sólo la necesidad de transformarla para satisfacer las necesidades del hombre, sino también la necesidad de preservar el medio ambiente natural y de reproducir las relaciones y los lazos de causa-efecto. Para resolver la crisis ecológica es necesario provocar profundos cambios no sólo en la base tecnológica de la producción, sino también en la distribución de las finanzas, en el mecanismo de la toma de decisiones y en las propias formas de la propiedad. La lucha en torno de las diversas soluciones de la crisis ecológica rebasa inevitablemente el marco de los problemas técnicos y abarca también problemas sociales. Son de vital importancia los estudios sobre el influjo de las tendencias en el progreso científico-técnico sobre el medio ambiente en las condiciones de los diferentes sistemas sociales, el estudio de nuevas direcciones, las formas del progreso en las distintas ramas de la economía conectadas con el uso de los recursos naturales y el estudio de la interdependencia entre la crisis ecológica y el progreso demográfico.

Timur Timofeyev pone el acento en las contradicciones del capitalismo para destacar la gravedad de la crisis ecológica, lo que es una verdad a medias, sobre todo cuando se meten en el mismo saco distintas responsabilidades. La contradicción entre el capitalismo y el socialismo tiene un emplazamiento histórico, pero en la actualidad se debería destacar el ataque frontal que sufren tanto el capitalismo industrial como el socialismo por parte de los grupos oligárquicos mencionados. La contradicción entre el capitalismo y el socialismo no se resolverá positivamente en un mundo destruido por las agresiones de aquellos grupos. El pesimismo extendido por el movimiento ecologista, su rechazo del desarrollo industrial y del avance científico-técnico, la expansión de la «contracultura» y su nostalgia del pasado socavan tanto las bases del modo de producción capitalista como las del modo de producción socialista. Con desventaja para el último: el modo de producción socialista, a pesar de los errores políticos a veces sumamente graves de la «clase dirigente» socialista, es la concreción histórica de lo racional haciéndose real, pero lo real debe ser también racional. El triunfo de la irracionalidad enmascara la realidad y dispersa las condiciones que hacen posible la realización de lo racional. Desde esta perspectiva, por otra parte, cae a tierra la extendida teoría de que los movimientos ecologistas son producto de un «conspiración comunista», como sostiene la «nueva derecha» norteamericana. Por el contrario, el movimiento ecologista es profundamente anticomunista porque niega los principios básicos de la lucha de clases y la necesidad del desarrollo industrial que hace posible la existencia de la clase obrera industrial. El movimiento ecologista despierta las simpatías de los nuevos estrategas del fascismo actualizado porque precisamente tiende a destruir las bases de la civilización moderna, dejando intactos los intereses de las grandes familias oligárquicas, como se ha demostrado por la conducta de los «verdes» alemanes, tan infiltrados en su organización por reconocidos nazis y por la red que conduce a Gaddafi.

BALANCE DE RESULTADOS NEGATIVOS

El desarrollo de la ciencia y de la técnica plantea, es cierto, problemas graves que intervienen en la crisis ecológica. La revolución científico-técnica y el progreso económico han producido un número importante de efectos antropogénicos sobre la biosfera. Hemos destacado los positivos. Veamos ahora los negativos.

Entre el millón de tipos de productos artificiales que se fabrican en el mundo hoy necesarios para las operaciones normales de la industria y de la agricultura, figuran 100 000 componentes artificiales y 15 000 compuestos que requieren especial atención como potenciales tóxicos y contaminantes. Cerca de 500 de ellos penetran intensamente en el medio ambiente, como los derivados del arsénico, el cadmio, el flúor, el cromo, el mercurio, el plomo, el yodo, el bromo, el cobre, el nitrógeno, el carbono y el fósforo. Cada diez o doce años se dobla la presión química sobre el medio ambiente. La suma de desechos industriales que lo agreden cada año alcanza los 250 millones de toneladas, sin contar los que se forman en las carreteras, en los desiertos y en los terrenos como consecuencia de las tormentas, el transporte y el arado. Las basuras dispersas en la atmósfera llegan a cantidades todavía mayores.

La peculiar situación climática actual, con el progresivo enfriamiento del hemisferio norte, se relaciona con la contaminación atmosférica por desechos antropogénicos que ha afectado a la duración del período vegetativo. Nadie puede predecir cuánto se prolongará este período deenfriamiento, similar al que ocurrió en el planeta en los siglos XV y XVII. La influencia que la actividad económica del hombre ejerce sobre el entorno natural tiene gran importancia. Como es sabido, el océano está gravemente contaminado no sólo por los desechos procedentes de los yacimientos y del transporte petroleros, sino también por toda clase de basuras urbanas y por el humo, el polvo y los desechos químicos que caen sobre él desde la atmósfera, Cada año se producen 40-50 000 millones de toneladas de basura en nuestro planeta. La mitad de ellas son sustancias orgánicas, que pueden se utilizadas en fertilizantes pero que por diversas razones no lo son.

Hay otras cifras más importantes. Cerca del 50-60% de la tierra ha sido despojada de bosques que son los principales productores de oxígeno y consumidores de carbono. Se ha reducido el peso total de la biomasa. Se cree que el 25% de la biomasa se ha perdido como consecuencia de la tala de bosques y de la destrucción de la vegetación por los pastos y el laboreo de tierras. La erosión del suelo alcanza niveles gravísimos. Cerca de 65 000 millones de toneladas de suelo van a parar cada año al mar, frente a las 3-8000 millones de toneladas que lo fueron en el pasado. La destrucción del ecosistema natural y del agrario es causado principalmente por el desperdicio de reservas de tierra. Si continúa el proceso a los niveles actuales, antes del final del siglo la Humanidad habrá perdido 1000 millones de hectáreas de superficie de tierras, que se sumarán a los 2000 millones de hectáreas que se han degradado a lo largo de la Historia. La erosión causa un efecto perjudicial en toda la biosfera porque destruye el mecanismo que produce la biomasa y el oxígeno y que asegura la normal circulación geoquímica de los elementos biofílicos. Además, la construcción pantanos, factorías y ciudades, así como la erosión y la salinización, han reducido las áreas arables. En la actualidad existen en el planeta cerca de 15 millones de ciudades, pueblos y asentamientos urbanos, entre ellas cerca de 500-600 de tamaño gigante, como Nueva York, Tokio o Londres. Teniendo en cuenta que cada una de ellas ocupara tan sólo 10 hectáreas, tendríamos 150 millones de hectáreas de territorio ecológico activo fuera de la circulación y la reproducción biológicas.

Víctor Kovda explica cómo los trastornos de la biosfera han afectado a algunas de sus funciones más delicadas, alterando la normal circulación del agua, el oxígeno, el carbono, el sulfuro, el nitrógeno y el calcio, el yodo y otros elementos biofílicos. Están perdiendo el régimen cíclico que tomó forma a lo largo de millones de años. Con la intensidad creciente de la presión tecnogénica sobre el medio ambiente (que en la actualidad se duplica cada 10-15 años) se agrava cada vez más la alteración del proceso cíclico normal de los elementos biofílicos. Muchos científicos preocupados por la regulación de la circulación bioquímica de las sustancias en la Naturaleza, muestran especial atención a este problema, alarmados por los casos crecientes de envenenamiento a causa de la excesiva concentración de nitratos, mercurio y cadmio. Se han registrado casos semejantes, con elevadas concentraciones de compuestos nítricos o de biocidas en las aguas, en la URSS, a pesar de que el gobierno soviético respeta escrupulosamente la regulación que protege el medio ambiente. Se han dado casos de envenenamiento químico masivo en Japón, en Holanda, en los Estados Unidos y en Gran Bretaña. Ocurre que los compuestos nítricos utilizados en los fertilizantes son altamente solubles y móviles. La solución es crear tipos de fertilizantes cuyos compuestos de nitrógeno, fósforo, potasio y otros microelementos sean lo suficientemente estables que permanezcan por mucho tiempo en el suelo y se limite su capacidad de migración. Particularmente peligrosa para la salud es la contaminación del agua y de los alimentos con metales pesados como el mercurio, el cadmio, el cobre y el plomo que se infiltran cada vez más en el medio ambiente de muchos países, en especial en Japón, en Suecia, en Noruega, en Canadá y en los Estados Unidos. Los productos químicos basados en el mercurio que se utilizan en la agricultura y los compuestos de mercurio que aparecen en los desechos metalúrgicos pueden ir a parar al agua, a los sistemas de riego, al suelo, a las plantas y a los animales. El exceso de tales compuestos de mercurio, de cadmio y de plomo ha producido ya situaciones gravísimas en Japón al contaminar el arroz y el pescado, elementos básicos de la alimentación nipona.

EL MAYOR DESAFÍO DE TODOS LOS TIEMPOS: EL EJEMPLO RUSO

El académico Víctor Kovda, como el resto de sus colegas, se pregunta qué pueden hacer los científicos para contrarrestar los peligros descritos. «En primer lugar —dice—, aportar su profundo conocimiento del problema y usar las ventajas del sistema socialista».

Cualquiera que haya tenido la oportunidad de recorrer la Unión Soviética y de observar el inmenso proceso de industrialización que se desarrolla ininterrumpidamente en todas las regiones y nacionalidades soviéticas, habrá comprobado las medidas rigurosas que se toman para «conservar» el medio ambiente. La utilización de esta palabra, tan ligada al planteamiento ecologista, debe ser matizada oportunamente. El concepto «conservar» no es el más adecuado, porque se contradice con la constante actividad «transformadora» de la Naturaleza y se explica tan sólo porque refleja lo contrario de su antónimo: destruir. La Unión Soviética dispone de inmensos territorios que almacenan ingentes cantidades de riqueza en agua, bosques, petróleo, gas, oro, carbón, hierro y prácticamente toda la serie de minerales.

Los diversos planes económicos contemplan la realización de ambiciosos proyectos para utilizar los recursos naturales. Se han desviado ríos para llevar el agua a lejanos territorios que carecían de ella y en este caso no se puede hablar de «conservación» de la Naturaleza —bien inhóspita, por cierto— sino de auténtica «transformación» y mejora del ecosistema. Los estudiantes de geografía no tendrán que referirse más a la famosa «Estepa del Hambre» que se extendía en el Asia Central, donde ahora se asienta el mayor oasis de la tierra. Tan sólo hace cincuenta años, aquel territorio, como el resto del Uzbekistán, estaba prácticamente despoblado y sus escasos habitantes se consumían en la miseria y el retraso técnico. Uzbekistán comenzó la década de los ochenta contando con un gran potencial económico: más de 100 ramas de producción y más de 1500 empresas industriales modernas. Tiene desarrolladas la construcción de maquinaria, la metalurgia férrica y no férrica, la industria aeronáutica, la química, la extracción de gas, de oro, de combustibles y la generación de energía. Esta república, donde antes de la Revolución de 1917 apenas se conocían unos cuantos utensilios rudimentarios para laborar la tierra y unas cuantas empresas semiartesanales, produce en la actualidad, cada día, 100 millones de kilovatios/hora de energía eléctrica, más de 20 000 toneladas de abonos minerales, 70 tractores, 25 cosechadoras de algodón, 400 motores eléctricos, material electrónico, excavadoras y maquinaria textil. Se ha convertido en una tierra riquísima donde el cultivo de algodón va a la cabeza de la productividad mundial. Los koljoses y los sovjoses ocupan a centenares de miles de trabajadores en la producción de algodón, cereales, leche y carne, y millones de trabajadores industriales producen artículos que se venden a más de 70 países del mundo.

Para llegar a esta situación, que ha hecho de los uzbecos los ciudadanos más ricos de la URSS, hubo que realizar grandes proyectos de infraestructura. Hubo que desviar ríos y crear nuevas canalizaciones que permitieran no sólo disponer de agua abundante para el consumo, sino emplearla para el transporte más barato de mercancías. Fue, es cierto, un esfuerzo titánico que requirió también grandes dosis de imaginación. No era posible emplear cemento para construir miles de kilómetros de canales y no se encontraba la forma de impedir que el agua se filtrara. Una primera idea de extender un suelo de plástico no dio resultado. Se pensó que lo mejor sería crear un lecho de plantas acuáticas de gran resistencia y así se hizo, pero las plantas crecieron demasiado y entorpecían la navegación. Por último se decidió recurrir a la «colaboración» de una variedad de pez que por su voracidad resultó ser un magnífico limpiador del exceso vegetal. Para mayor fortuna, el pez es realmente sabroso y los uzbecos tuvieron por primera vez en su historia la oportunidad de comer pescado fresco… frito, además, con el aceite de las semillas que gracias al agua empezaron a crecer en lo que era la «Estepa del Hambre». Las técnicas de ingeniería para el aprovechamiento del agua almacenada en dos decenas de mares artificiales y circulando por canales y acequias en una extensión de 150 mil kilómetros, han creado auténticas maravillas. El desagüe sumario del río Sirdariá es de 35 600 millones de metros cúbicos al año y para el riego se lleva… 45 000 millones de metros cúbicos. Diríase paradójico que se gaste más agua de la que existe. Sin embargo así es: una parte del agua se usa dos veces para el riego, a cuenta de la que regresa a su cauce por los drenajes y colectores.

Éste fue un magnífico ejemplo de «transformación» de la Naturaleza, similar a otros numerosos que se realizan en la URSS. Los uzbekos, por otra parte, habían tenido otro ejemplo con el terremoto que el 26 de abril de 1966 destruyó la mayor parte de la ciudad de Tashkent. Aquélla fue una bárbara agresión «natural» que causó gran mortandad y catástrofe. A los pocos días del terremoto empezó no la reconstrucción de la ciudad, sino el levantamiento de otra nueva según un plan urbanístico muy avanzado. Menos de veinte años después, Tashkent, que por cierto cuenta con el laboratorio de predicciones sísmicas más completo del mundo, es una ciudad moderna de dos millones de habitantes, a cada uno de los cuales le corresponde cuarenta metros cuadrados de verdor, ocupados en las diversas ramas de la industria, la agricultura, la ciencia y la cultura. Algunos ensayistas occidentales escribieron muy a la ligera que el fundamentalismo islámico impulsado por la vecindad de Jomeini sería a la larga un factor de desestabilización en el Asia Central Soviética. Más bien parece que ocurrirá lo contrario, a medida que los vecinos islámicos de la URSS comparen las distintas realidades a ambos lados de la frontera.

LA ACCIÓN SOBRE SIBERIA: LA HUMANIDAD COMPROMETIDA

En el caso de la explotación de los inmensos recursos naturales de Siberia —que se configura como la gran reserva mundial de materias primas— se conjugan a la vez la «transformación» de la Naturaleza y su «conservación», en la ejecución de complejos programas de ingeniería, puestos en marcha por un vasto dispositivo científico-técnico. El sabio y organizador científico M. Lavrentiev, presidente de la Sección Siberiana de la Academia de Ciencias, formuló los tres pilares en que se asienta la acción sobre Siberia: desarrollo integral de las investigaciones básicas sobre grandes problemas, aprovechamiento eficaz de los adelantos científicos en la economía nacional y formación de cuadros para la Ciencia y para la creciente industria de Siberia y de Extremo Oriente.

Los científicos soviéticos y el Gobierno de la URSS han expresado en numerosas ocasiones la idea básica de que Siberia, siendo un territorio principalísimo de la URSS, tiene un carácter «universal», es de alguna manera «patrimonio de interés para la Humanidad», y en consecuencia su acción sobre Siberia es el modelo más avanzado y en constante renovación científico-técnica de cómo efectuar la «transformación de la Naturaleza».

Siberia ocupa unos 10 millones de kilómetros cuadrados, o sea, el 40% de la extensión de la URSS y un tercio de la de Asia. Significa el 20% de las tierras de la URSS y es una auténtica reserva mundial de materias primas. Para aprovechar estos gigantescos recursos se requieren tecnologías completamente nuevas para procesar de modo integral los minerales polimetálicos y los nuevos tipos de materias primas. El progreso científico-técnico es la base de la política de ahorro de trabajo en Siberia, el medio de elevar la eficacia de todas las ramas de la economía nacional. La acción sobre Siberia es hoy la realización del proyecto más ambicioso que existe en el mundo y sólo admite una pálida comparación —de la que sale ventajosa en todos los aspectos— con la colonización del Oeste norteamericano o con la construcción de los ferrocarriles en Europa y en Norteamérica en el siglo pasado. Estas grandes obras fueron el inicio y el motor del desarrollo que creó los Estados modernos mencionados. Pero la acción sobre Siberia reúne aspectos cualitativa y cuantitativamente superiores, puesto que da en un marco por completo diferente. La URSS tomará definitivamente ventaja sobre cualquier otra potencia por los efectos inducidos de la acción sobre Siberia. El desarrollo de la Ciencia y de la técnica en la URSS alcanzará niveles en los próximos años que dejará a la tecnología occidental, por comparación, en un grado puramente «artesano». El embargo de venta de tecnología occidental, en especial norteamericana, a la URSS para la construcción del gasoducto siberiano, perjudicó en primer lugar a los proveedores extranjeros y no inquietó a los soviéticos. Pudieron cumplir sus planes, y aun acelerarlos, contando con sus propias fuerzas.

Durante muchos años varias decenas de institutos de la Sección Siberiana de la Academia de Ciencias de la URSS y de academias sectoriales, así como órganos estatales de planificación, ministerios y departamentos realizaron el estudio de un proyecto que se concretó en las siguientes metas:

  • Puesta en explotación de los recursos de petróleo y de gas de la llanura de Siberia Occidental.
  • Puesta en explotación del conjunto de recursos naturales de la región del Angará-Yenisei.
  • Elevación el papel de Kuzbás como segunda base metalúrgica hullera del país.
  • Construcción de la vía férrea Baikal-Amur.
  • Utilización racional de los recursos de la cuenca del lago Baikal.

EL RETO ECOLÓGICO EN SIBERIA

La acción sobre Siberia equivalía a abrir la más sorprendente caja de los secretos naturales y a hacer frente a dificultades que parecían insalvables. La industrialización de Siberia se ejecutaba en condiciones climáticas muy duras y dentro de un marco natural tan vulnerable como difícil de restaurar. Los científicos soviéticos tenían ante sí un desafío de proporciones tan gigantescas como jamás se habían presentado en la historia de la Humanidad. Iban a meter las manos —es decir, millares de potentes máquinas— en un territorio que había permanecido virgen durante millones de años. Algunos de estos científicos me confesaron con cuánto respeto —«temor y temblor»— se habían puesto a trabajar en el proyecto. Inicialmente realizaron inventarios de estudios ecológicos y los integraron en un plan único. Querían también que la experiencia siberiana tuviera efecto sobre otros proyectos del país. Dieron un considerable énfasis al desarrollo de los métodos para purificar los desechos industriales y ampliaron las técnicas para detectar y prevenir la contaminación ambiental, porque entendía que el crecimiento económico intensivo de Siberia requería la rápida introducción de medidas protectoras. Leónidas Breznev tomó un interés particular en el asunto y ordenó que se promulgara una legislación especial para «mejorar la protección de la Naturaleza y el uso de los recursos naturales», con el fin de impedir el impacto antropogénico negativo sobre la Naturaleza y predecir sus posibles cambios a largo plazo. Se fijaron cuatro tipos de investigación y desarrollo:

  1. Problemas generales para evaluar la situación actual del medio ambiente y predecir los cambios. Esto significaba la creación de un sistema monitor automático basado en modernos métodos espaciales remotos, que harían posible obtener datos sobre el estado general de los componentes naturales, contaminación, incendios forestales, insectos dañinos, etc. Los datos ayudarían a abastecerse de predicciones científicas a largo plazo sobre los cambios del medio ambiente y las consecuencias del impacto del hombre.
  2. El uso racional de los recursos naturales y la protección del medio ambiente a la luz del impacto tecnológico. Modelos geográficos regionales suministrarían la base del desarrollo de un sistema de medidas y recomendaciones relacionadas con la protección del medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales en las regiones de Siberia donde habría actividades industriales intensivas. Esto permitiría la reducción de gastos en la purificación del agua y del aire, incluyendo actividades requeridas por el proceso tecnológico, y la reducción del uso de maquinaria y del movimiento de trabajo.
  3. El desarrollo de nuevas técnicas para proteger el medio ambiente del impacto tecnogénico. Tendrían que ser desarrolladas nuevas tecnologías, de compensación económica y ecológica, para procesar materias primas minerales. Se adoptarían recomendaciones especiales para los «puntos calientes» de Siberia, en el aspecto de las técnicas de purificación y del reciclado de los desechos altamente tóxicos.
  4. El uso racional, la recuperación y la protección de plantas y animales amenazados de extinción, como resultado de su uso comercial.

ESPECTACULAR DESARROLLO DE LA CIENCIA

Más de 1400 personas altamente cualificadas —entre las que figuran decenas de científicos de renombre universal— trabajan en el programa de estudio y conservación del medio ambiente. Pero también, por primera vez, se dio una interrelación completa entre el aparato científico y el propiamente industrial-productivo. Los científicos se enfrentaron en la práctica con problemas de inmediata solución y los obreros y los técnicos tuvieron que acercarse al planteamiento científico. El resultado ha sido espectacular. Así se ha formado una buena escuela de físicos, cuyas investigaciones relativas a la ionosfera, a la propagación de las ondas radioeléctricas y a la física del sol, gozan de fama en la URSS y en el extranjero. En Irkustk se ha fundado un centro internacional del servicio del sol. Han cobrado gran amplitud las investigaciones sobre la teoría de gobierno y funcionamiento de grandes sistemas energéticos que influyen seriamente en el fomento del Sistema Energético Unificado de la URSS y en la planificación del balance energético y de combustible. Se han alcanzado éxitos notables en el estudio de la estructura de la corteza terrestre, en la ingeniería geológica e hidrológica, en las investigaciones ecológicas y de los problemas integrales de desarrollo de Siberia, teniendo en cuenta las particularidades geográficas, económicas y demográficas de ésta.

Los químicos irkutskenses hicieron un gran aporte a la Ciencia al dar interesantes recomendaciones en lo referente a los métodos geofísicos de prospección, a la elaboración de modernas tecnologías y la síntesis de nuevas sustancias de ricas propiedades. A esto hay que añadir que en Irkutsk se está formando una destacada escuela de matemáticas. El Instituto de Problemas Físico-Técnicos del Norte ha organizado el estudio de varios problemas relativos a la físico-química, a la tecnología y a la nueva maquinaria, al estudiar de manera sistemática cómo se comportan los mecanismos y los materiales en las condiciones de Yakutia, con sus extremadamente bajas temperaturas. Se han hecho famosas las investigaciones de los especialistas yakutos en fenómenos de congelación perpetua. Sus recomendaciones se llevan a la práctica al ejecutar grandes proyectos, como son el tendido de oleoductos y gasoductos en el Extremo Norte y la construcción de obras en la zona del ferrocarril Baikal-Amur, así como la puesta en valor de zonas de la tundra, tomando en consideración particularidades ecológicas de ella.

La filial buriata de la Sección Siberiana ha ganado celebridad por sus trabajos físicos y químicos. Los químicos buriatos han sintetizado nuevos polímeros resistentes al calor, han propuesto esquemas para procesar de modo integral minerales y elaborar las bases físico-químicas para obtener materiales pirorresistentes.

Los estudios de los físicos de Krasnoyarsk han permitido aumentar los conocimientos respecto a las propiedades de distintas sustancias, comprendido el efecto que causan los campos magnéticos intensos en las propiedades físicas de los materiales. Los resultados alcanzados por los biólogos y los biofísicos en cuanto a los sistemas cerrados que aseguran la actividad vital permitieron obtener nuevos datos —inclusive durante la exploración del espacio cósmico— sobre enlaces y sistemas ecológicos.

Tomsk, la ciudad universitaria más antigua de Siberia, ha desarrollado cuestiones básicas de la óptica de la atmósfera y el diseño de nuevos medios, sobre la base de instalaciones láser ideadas por ella, de sondeo de la atmósfera.

MINEROS DE CARBÓN CON BATA BLANCA

Todas estas actividades científicas no sólo reflejan el criterio prioritario de «hacer posible que el futuro esté cada vez más cerca», sino que intervienen en problemas prácticos inmediatos, como son ahorrar esfuerzo y sufrimiento humanos en el trabajo concreto de cada día. Quien haya visto las minas siberianas de carbón habrá modificado la imagen tradicional que tuviera de las mismas. Recurriendo al estudio matemático por computadoras, los científicos resolvieron el principal problema a que se enfrentan los mineros: la explosión de la veta que en las minas tradicionales se hace prácticamente al azar. Los mineros siberianos disponen de un sistema de detonación que provoca la pulverización regular y automática de la veta, impidiendo la formación de bloques grandes que taponan el paso de las partículas pequeñas por la tolva. También utilizan un método para lograr que la carga se deposite en la vagoneta sin las interrupciones habituales que se producen en el método antiguo por el fenómeno de la formación de cúpula. Cualquier problema del proceso productivo es inmediatamente estudiado para hallar la solución adecuada. Además de conocerlos en sus lugares de trabajo, he conocido a mineros siberianos de vacaciones en Moscú —comiendo en el «Restaurante Praga»—, orgullosos de su trabajo y de la compenetración con los técnicos. Algo que, al menos, no he encontrado en otras partes, después de muchos años de dedicarme a la investigación social.

FERROCARRIL EN ZONA DE CONGELACIÓN PERPETUA

La construcción de un ferrocarril —como se ha insinuado más arriba— es un poderoso motor del desarrollo de un territorio, por lo que significa de inversión en infraestructura, de aceleración del proceso económico y de apertura de nuevas vías industriales y comerciales. El tendido del ferrocarril Baikal-Amur es otra nueva e importante etapa en la historia de la industrialización de Siberia y del Extremo Oriente.

La ciencia, como explica Guri Marchuk, científico siberiano, no podía inhibirse de las cuestiones que surgían —y seguirán surgiendo inevitablemente— con motivo de la construcción del ferrocarril. Los científicos tenían como tarea fundamental crear las bases científicas del programa integral de potenciación económica de la zona. Los geólogos realizaron una vasta labor. La vía férrea pasa por terrenos de estructura geológica muy diversa y de extraordinaria riqueza de fósiles y de minerales útiles, descubierto precisamente durante los trabajos de tendido. Los sistemas montañosos de Siberia Oriental, que deberá cruzar el ferrocarril, son de actividad sísmica. Es necesario estudiarlos con detalle para averiguar dónde es menos arriesgado tender la vía y emplazar las empresas y los poblados. Para la potenciación industrial de esos lugares es importante conocer el comportamiento de la congelación perpetua y ofrecer un fundamentado pronóstico geocriológico, para prever las consecuencias de todo cambio de las condiciones naturales con motivo del tendido de la vía férrea y de la construcción de obras industriales o de otra índole. Para los constructores y proyectistas es de suma importancia contar con un plurifacético estudio geográfico de la zona de la vía férrea. En las zonas del ferrocarril se han descubierto grandes reservas de aguas subterráneas, tanto dulces y mineralizadas, aptas para el tratamiento médico, como termales, de 40 a 60 grados de temperatura, que pueden utilizarse para la calefacción urbana, invernáculos, piscinas y estanques de piscicultura.

La construcción del ferrocarril, de poblados, instalaciones mineras y fábricas de enriquecimiento y de celulosa provocará, sin duda, cambios sustanciales en el medio natural. Una importantísima tarea de los científicos es pronosticar esos cambios y dar recomendaciones en cuanto a la protección de la Naturaleza, que prevean, hasta de ser necesario, limitar el desarrollo de ciertas ramas de la producción. La primera etapa se ha realizado, se ha descrito el estado del medio natural (suelos, bosques, aguas, atmósfera y mundo animal) en la zona del ferrocarril, se han señalado los lugares más vulnerables y los complejos naturales más o menos estables y se han estipulado las regiones donde habrá que realizar minuciosos estudios científicos del medio y los cambios de los distintos componentes de la Naturaleza.

MODERNIZAR Y RESPETAR

Guri Marchuk destaca el interés existente por el empleo racional de los recursos forestales de la zona del ferrocarril Baikal-Amur. El Instituto de Bosques y Madera ha dictado las medidas contra incendios y las normas de tala en los bosques de la zona. Los biólogos y los edafólogos de la Sección Siberiana de la Academia de Ciencias, en cooperación con otros científicos, estudian las posibilidades de desarrollar la agricultura en la zona y crear la base alimentaria de ésta. Se han evaluado las perspectivas de las tierras laborables y se ha fijado el catastro agrícola: henares, pastizales, cultivo de patata, hortalizas, cereal y plantas forrajeras. Se han estudiado las plantas forrajeras, alimenticias, medicinales y de destino industrial que crecen en la zona. Han obtenido buenas cosechas y han demostrado la posibilidad de cultivar numerosas plantas. Para las condiciones climáticas de Siberia se ha propuesto una eficaz tecnología de horticultura bajo película de material sintético. En Irkutsk, por ejemplo, las cosechas de pepino y tomate en invernadero son cinco veces mayores que en los terrenos a cielo abierto.

El ferrocarril pasará por lugares en que desde tiempos remotos viven los pueblos autóctonos de Siberia —evenkos, nanayos, ulchas niujes, udequeos, orochis y otros—, quienes en milenios se han adaptado perfectamente a las condiciones naturales de sus regiones. Pero queda por delante otra adaptación: la social. La llegada del ferrocarril a lugares de la taiga antes desértica hará que se desarrolle allí la industria, crezcan los poblados y cambie el modo de vida tradicional de la población nativa: pescadores, cazadores y criadores de renos. Los sociólogos del Instituto de Historia, Filología y Filosofía de la Sección Siberiana estudian atentamente las tendencias del desarrollo de las etnias de Siberia. Se han hecho propuestas encaminadas a asegurar el paso armonioso de los pueblos de Siberia a la vida en las nuevas condiciones. Al industrializar la zona del ferrocarril hay que mostrar una actitud cuidadosa hacia los terrenos de caza y las zonas de pesca. Se aconseja desarrollar nuevas formas de ocupaciones tradicionales (por ejemplo, la cría de animales de piel fina) y ampliar las artes nacionales que contribuyen a la continuidad y el mantenimiento de la cultura nacional.

La llegada de los «colonizadores» a Siberia fue atentamente estudiada para evitar un choque violento entre las formas de vida avanzada y las que habían permanecido «congeladas» durante milenios. Se respetó al máximo las costumbres tradicionales de los mayores que no podían asumir de un día al otro los usos de la sociedad moderna en los aspectos más sencillos de la alimentación y la higiene, pero se prestó especial cuidado a los niños que fueron inmediatamente escolarizados. Estos niños, que aprenden y comprenden las ventajas de la higiene, la medicina moderna y la cultura avanzada, son el vehículo ideal para que penetre en los hogares tradicionales la conveniencia del cambio.

UN CASO DE «MÁQUINAS PERFECTAS»

Las dificultades climáticas de Siberia obligaron a hacer un planteamiento totalmente nuevo del uso de máquinas adaptadas para trabajar a bajas temperaturas. Sencillamente, no funcionaban las que habían sido llevadas allí y hubo que crearlas de nuevo. El académico Lavrentiev ideó diseños de máquinas y mecanismos en los que el desgaste y la inutilización de todas las piezas han de producirse simultáneamente. De nada sirve, salvo para convertirse en un hermoso montón de chatarra, que a una enorme «oruga» para el movimiento de tierras se le estropee «tan sólo» un pequeño mecanismo mientras que el resto está intacto. Las máquinas de Lavrentiev, un prodigio de la ingeniería, se estropean en todas sus partes vitales a la vez, cumplido el ciclo previsto de duración. Para lograr máquinas resistentes fue necesario conseguir una estructura muy fina del metal, con el auxilio de la pulvimetalurgia y la tecnología plasmoquímica de obtención de polvos ultradispersos (superfinos), cuyas partículas son de unos cuantos micrones. A partir de tales polvos, mediante sinterización o prensado se pueden fabricar aceros de propiedades insólitas: estructura uniforme, elevada plasticidad y resistencia al calor y al frío. Al mismo tiempo se desarrolló la tecnología de la soldadura para operar a bajas temperaturas.

El éxito de la potenciación económica de las regiones norteñas dependerá considerablemente de cómo trate el hombrelas zonas de congelación perpetua. El subestimar sus condiciones conduce a trastornos y a cambios irreversibles del relieve. El académico P. Melnikov, director del Instituto para el Estudio de la Congelación Perpetua, le contó a Guri Marchuk que en Yakutia, en ciertos casos, basta con limpiar de la capa de musgo y turba el terreno para que éste se convierta en lago cenagoso al cabo de unos años. A veces, estos procesos duran decenios. El personal del Instituto calculó, por ejemplo, que el proceso de descongelación bajo el terraplén de la vía férrea IzvestkovUrgal se prolongará todavía de 100 a 150 años.

Si se dominan bien las «costumbres» de la congelación y se utilizan con habilidad, de enemiga pasa a ser aliada. Las rocas heladas poseen alta solidez. Las labores subterráneas en ellas pueden efectuarse casi sin entibación. En la congelación perpetua es factible instalar depósitos baratos para gasolina, gas y hortalizas y también desarrollar nuevos métodos de construcción de viviendas, de tendidos eléctricos y de levantamiento de terraplenes.

RAZONES PARA EL PODERÍO RUSO

La acción sobre Siberia está siendo un inductor del desarrollo que beneficia no sólo a la zona, sino a todo el territorio, al disponer de nuevas tecnologías nacidas en el proceso de encontrar soluciones a los problemas siberianos. Se ha demostrado así que la elección de un gran proyecto económico desencadena una serie de consecuencias muy positivas para el conjunto de las actividades económicas. Por ejemplo, la acción sobre Siberia va a cambiar el planteamiento general de la Agricultura en la URSS.

Como es sabido, a la URSS le corresponde el 14% de la extensión mundial de terrenos agrícolas. Sin embargo, buena parte dela superficie la ocupan la tundra, los pantanos, los desiertos y las montañas. Al sur del paralelo 48 está situada sólo una tercera parte de las tierras de uso agrícola; el 60% de las tierras de labor se encuentra en zonas con temperatura atmosférica de promedio anual de hasta +5º C; en el 60% de las tierras de labor las precipitaciones anuales ni llegan a los 400 milímetros. Los problemas derivados de esta situación sólo pueden ser resueltos con la agricultura científica que permita aumentar el rendimiento de los terrenos en cultivo existentes. Se han realizado avances espectaculares en el uso nuevo de fertilizantes, en el tratamiento de abonos existentes y en su aplicación distinta. La ingeniería genética ha demostrado su gran importancia en la obtención de semillas resistentes y altamente productivas. Gracias a ella se logró el famoso trigo de primavera «Novosibirskaya-67», la primera especie de trigo soviético que se seleccionó mediante irradiación. Es curioso que como «progenitor» se empleó un trigo seleccionado en los años 30. Su rendimiento era bastante elevado, pero, por desgracia, tenía el tallo débil y su grano era poco idóneo para la panificación. Por esto no había sido zonalizado. En el Instituto de Citología y Genética de la Academia de Ciencias, este desafortunado trigo fue irradiado con rayos gamma, y entre millares de mutantes salió el grano que, tras varios años de reproducción, así como de comprobaciones y experimentos, dio una especie nueva. Las virtudes principales del trigo «Novosibirskaya-67» son las siguientes: elevado rendimiento (hasta 40-60 quintales métricos por hectárea en terrenos bien abonados y elaborados), grano fuerte con magníficas propiedades de panificación y, lo que es muy importante, para el clima de Siberia, tallo sólido, no encamable cuando sopla el viento y caen los aguaceros. Además, es sensible a los fertilizantes. El Instituto de Citología y Genética ha tenido otros éxitos importantes con la soja, la menta, los tomates irradiados y el mutante patata precoz. Otro camino de las investigaciones se enfila a crear hormonas que eleven el rendimiento de las plantas, a crear nuevas razas de animales destinados a la producción de carne y de leche y a asegurar una sólida y equilibrada base forrajera.

El desarrollo de Siberia pone las condiciones materiales para que se haga realidad la afirmación profética del sabio ruso, del siglo XVIII. M. Lomonosov: «El poderío de Rusia lo incrementarán Siberia y el océano Ártico».

GRANDES PROYECTOS BOICOTEADOS POR FAMILIAS OLIGÁRQUICAS

En los países industriales de Occidente, incluido Japón, hay grupos oficiales, grandes corporaciones industriales, políticos y asociaciones de técnicos y de científicos preocupados por las graves consecuencias de la depresión económica. Los remedios parciales de la crisis, que hacen pensar en una mejoría de la situación, no resuelven el problema a largo plazo. La reconversión industrial ha hecho aumentar la productividad de diversos sectores, pero no ha logrado detener el proceso de desempleo. El incremento de la economía sumergida para escapar del control del Estado y de la presión fiscal en alza por diversos conceptos sobre la actividad industrial, absorbe una parte considerable de los trabajadores en paro, al precio de destruir ventajas sociales adquiridas, de introducir normas clandestinas en la contratación de trabajadores y de estimular la corriente de dinero «negro». Por su propia definición y por las condiciones de la actividad clandestina, el dinero generado por la economía sumergida difícilmente puede aflorar en actividades socialmente productivas. Va a engrosar el caudal de la masa de dinero «errático» que se emplea en fines especulativos. La «economía sumergida», en la que muchos ven la solución de los problemas del occidente industrializado, es una medida de autodefensa del negocio industrial, pero no un sistema socialmente positivo. Elimina la capacidad organizativa de los obreros industriales, corrompe las vías sindicales y deja a aquéllos en condiciones de indefensión frente a la rapacidad de los que sólo ven en la actividad industrial el aspecto del negocio rápido. No conduce al desarrollo sostenido de la sociedad y acelera las causas de la degradación del medio ambiente, pues hay una relación directa entre ésta y la falta de control de la actividad industrial.

En los países industrializados de Occidente, donde de hecho se vive bajo las condiciones de la sociedad postindustrial es muy difícil, por otro aparte, la propuesta y realización de grandes proyectos, al estilo de los que se ejecutaron en el pasado y de lo que se cumplen en la URSS. La burocratización de la sociedad, con un número cada vez más elevado de profesionales trabajando para el Estado, complica el nacimiento y el impulso de grandes proyectos. Éstos, por su propia naturaleza, impulsarían una dinámica social y provocarían tantos cambios que pondrían necesariamente en cuestión la existencia misma de aquellos burócratas. Por el dominio que ejercen sobre ella, la opinión pública es cada vez más la opinión de este grupo de profesionales a los que, como se ha demostrado, repugna el desarrollo científico técnico. Lo rechazan, en primer lugar, porque se hallan materialmente incapacitados para entenderlo y, en segundo lugar, porque sospechan que, al no dominarlo, serían inevitablemente desplazados por los científicos y los técnicos. Un profesor de filosofía y de ética, un abogado o un literato, por ejemplo, trabajando para los diversos organismos del Estado —lo que les da una seguridad económica estable— suelen llevar una doble vida ideológica: sirven al Estado —y se sirven de él—, pero al mismo tiempo sostienen unas ideas que pretenden ir contra el Estado. De hecho monopolizan el criterio de lo que es bueno y lo que es malo para la sociedad, y casi siempre se refiere a lo que es bueno y lo que es malo para la estabilidad de su empleo y de su «rol» en la sociedad. Es asombroso observar que estos creadores de opinión —que se apoyan unos a otros, que se adulan mutuamente en los medios de comunicación y que forman una casta cerrada con un motón de acólitos— han conseguido establecer el criterio de lo bueno y de lo malo en cuestiones técnicas complicadas que no dominan o que dominan menos que los científicos, y los técnicos a los que apenas se les permite intervenir en aquéllas.

El lanzamiento de grandes proyectos choca con la resistencia organizada de las familias oligárquicas que controlan las instituciones financieras internacionales más importantes y con la campaña corrosiva de los movimientos ecologistas y alternativos. Unas y otros utilizan el pretexto de la «conservación del medio ambiente», creando un clima de histeria en la opinión pública, para presentar la supuesta contradicción antagónica entre ecologismo y desarrollo. Detrás de esta campaña se mueve el interés en prolongar la depresión económica mundial para que maduren las condiciones de una catastrófica vuelta atrás.

Quizás el proyecto más ambicioso de transformaciones a escala mundial sea el propuesto por el gobierno de Japón a los Estados Unidos y a Europa, para que los países avanzados colaboren en un plan de desarrollo global que supondría la inversión de 500 mil millones de dólares a lo largo de veinte años. Tokio quiere llevar adelante el «Global Infraestructure Plan» desarrollado por la «Mitsubishi Research Corporation» durante 1978 y presentado por el entonces primer ministro Takeo Fukuda. El plan pone énfasis en el desarrollo de la infraestructura en agricultura y en energía. El ex presidente de la Keidanren (una federación para promover negocios), Toshio Doko, señaló que la intención del gobierno de Suzuki al lanzar el plan era encontrar una alternativa al propósito de Japón y de otros países de intensificar la construcción de armamentos. Lejos de ofrecer un planteamiento utópico, como se hace muchas veces para intentar frenar la carrera armamentista, los investigadores de la «Mitsubishi» pintaron un cuadro realista de actuación económica aceptable.

El plan propone una inversión anual de13 000 millones de dólares suministrados por los países avanzados y por los productores de petróleo que producirían un empujón directo e indirecto de 25 000 millones de dólares anuales en inversiones globales de infraestructura y producción. El plan pretende:

  • Realizar plantaciones agrícolas en los desiertos del Sáhara, del Sinaí y de Arabia.
  • La creación de un gigantesco lago en el Congo y en el Chad para mejorar el potencial agrario de la zona.
  • La construcción de canales a través de Nicaragua y de Tailandia para hacer más corto y barato el transporte marítimo.
  • El lanzamiento de ambiciosos proyectos de energía, como el aprovechamiento hidroeléctrico del Himalaya y el desarrollo de los proyectos actuales de energía procedente del mar.
  • También ideas más discutibles, como la instalación de gigantescos colectores de energía solar.

Los investigadores de la «Mitsubishi» señalaron el fracaso de la economía keynesiana y que la recesión de 1930 similar a la actual, condujo a la Segunda Guerra Mundial. Con la diferencia de que ahora nadie sobreviviría a otra guerra. Según ellos, el plan debería realizarse fuera del control del Fondo Monetario Internacional y del banco Mundial, en los que tienen su asiento precisamente los gestores de la depresión económica mundial. Estos gestores han logrado la paralización del proyecto y prosiguen su política de crear dificultades a los países a los que iba destinado. Curiosamente, el plan de los investigadores de la «Mitsubishi» era impecable desde el punto de vista ecológico, al mejorar las condiciones ambientales de los países afectados. Pero fomentaba, al mismo tiempo, su desarrollo técnico y económico, lo que es en suma un aspecto «no negociable» por los administradores de la crisis.