Galileo Galilei, uno de los más grandes astrónomos y físicos italianos, se hizo famoso por sus descubrimientos astronómicos, entre los que destacan los satélites de Júpiter y su movimiento en torno al planeta; y que la Luna no era un cuerpo luminoso por sí mismo, sino que brillaba porque reflejaba la luz del Sol. Además, observó numerosos cráteres y otras irregularidades en la superficie lunar. Al observar el Sol descubrió las manchas solares como manchas oscuras movibles, y esto le indujo a pensar que el Sol giraba sobre su eje. Al observar la Vía Láctea descubrió que se descomponía en incontables estrellas. Galileo apoyó de forma directa las teorías de Copérnico sobre el movimiento de la Tierra y los demás planetas en torno al Sol, lo que le provocó problemas con los teólogos y la Iglesia, siendo finalmente obligado por el tribunal de la Inquisición a negar sus creencias en el sistema heliocéntrico.
Después de negar sus teorías ante la Santa Inquisición, algunos presentes oyeron salir de sus labios una frase susurrante: «eppur si muove» (y, sin embargo, se mueve).