Capítulo 26
Al día siguiente el clan se reúne en el despacho del emperador, todos están muy serios, no les agrada de regresar a Chicago los pocos que aún quedan del clan original.
Straush entra en el despacho y los mira.
—Parece que estáis en un velatorio. —dice Straush sonriendo—. Bien, os he convocado porque tengo novedades sobre vuestros futuros destinos. Láyonel, el puesto de protector personal del emperador está libre. ¿Te interesa?
—Por supuesto mi emperador, será un honor. —responde Láyonel sonriendo.
El resto del clan se miran desconcertados.
—En cuanto a vosotros. A partir de este momento formaréis parte de mi guardia personal.
Julius palmea la mano de Karsacry y Jud corre a abrazarse a Straush, que sonríe feliz por no tener que separarse nunca más de su amado clan.
El imperio comienza a rehacerse, las Casas destruidas son restauradas y el poder del emperador es ya incuestionable.
El clan de la Casa de la Luz corre hasta el jardín principal del palacio, donde un haz de luz los ha alertado, desconocen si se trata de Ragnar o de Arkanian.
Armados, esperan que el haz de luz se desvanezca, temerosos empuñan sus espadas a sabiendas de que si se trata de Arkanian no tienen ninguna posibilidad.
La luz desaparece y Logan suelta a Irynae en el suelo con cuidado.
Aradhian corre hasta Logan y lo abraza.
—Mi Bastión estábamos muy preocupados. —dice Aradhian.
—Arkanian ha muerto. —contesta Logan.
—Pero ¿Cómo es posible?
—Es una larga historia. —dice Logan palmeando el hombro de Aradhian—. Por cierto a partir de ahora llámame Logan.
Aradhian contempla como Logan saluda al resto del clan, que respira aliviado al ver que su Bastión está vivo y de regreso. Irynae agarra de la mano a Logan y lo reclama como suyo.
Martha sonríe, ya sabe a dónde van y lo que van a hacer. Lodhar acaricia el pelo de Martha, feliz de ver a su Bastión con su auténtica personalidad, la que lo convirtió en el vampiro que es hoy. Zarod y Zared se limitan a sonreír.
—Nena ¿A dónde me llevas tan rápido?
—Tuve un sueño contigo en un arroyo. —contesta Irynae.
—Yo también, —replica Logan confundido.
—Pues quiero ver cumplido ese sueño, pero antes necesitas una ducha. —dice Irynae riendo.
—Mientras que no me lave el culo Lodhar, por mí bien. —replica Logan riéndose a carcajadas.
Suben las escaleras como críos, corriendo por los pasillos, juguetones. Entran en la suite de Logan, ella lo empuja hasta el cuarto de baño y Logan se resigna. Después de una larga y placentera ducha, se seca con una toalla y la deja caer al suelo, no la necesitará.
Sale del cuarto de baño y mira hacia la cama, pero ella no está allí.
—¿Buscas a alguien?
Logan mira hacia la ventana y ve a Irynae completamente desnuda apoyada en el borde de la ventana. Se acerca a ella y la besa, sus ojos llamean, su deseo es irrefrenable. Irynae abre la boca y toma el control de su boca que él cede gustoso. Sus lenguas se enzarzan en duro combate mientras las manos de él se apoderan de sus pechos. Irynae acaricia su miembro, algo que siempre ha hecho perder el control a Logan. Irynae se echa hacia atrás ofreciéndole sus pechos, que él besa con ansiedad, dando pequeños y delicados mordiscos a sus pezones, ella gime y él se excita cada vez más.
—Nena. ¿Qué tal si cambiamos de escenario?
—Vale pero rápido. —protesta Irynae.
Logan abraza a Irynae, los dos desaparecen en un fogonazo y reaparecen encima de la cama. Logan encima de ella.
—De eso nada. —protesta de nuevo Irynae que lo hace caer y se coloca encima de él.
Sus manos recorren el pecho de Logan mientras que sus labios besan cada centímetro de su cuerpo.
—Nena estoy muy encendido ya.
Irynae sonríe complacida al escucharlo, agarra su miembro y lo introduce en su húmeda vagina, sintiéndolo dentro de ella, cierra los ojos absorbida por el creciente placer. Logan le coge las manos e Irynae comienza a moverse, cada vez con más fuerza, la sensación es tan placentera que Logan debe controlarse para no estallar en un mar de llamas. Irynae empuja con fuerza, lo desea dentro, muy dentro de ella, comienza a gemir hasta que el clímax los envuelve. Cae sobre el pecho de él que la besa y acaricia, se quedan así durante un buen rato sin hablar sólo abrazándose.