Capítulo 16

Láyonel persigue a Logan por todo el palacio, insiste e insiste en que debe tomar la poción, pero él se niega.

—Logan sé que es difícil para ti asumir el riesgo, pero si no dominas tus poderes, serán muchos los que pierdan la vida tanto humanos como vampiros.

Logan se gira y lo mira con los ojos llameantes, llenos de rabia, que fácil es opinar cuando no eres tú quien puede perderlo todo.

—Eres muy positivo Láyonel, pero la única información con la que contamos, es la que mi supuesto clan nos ha proporcionado.

—Arkanian te ve como su enemigo.

—¿Enemigo o competidor? ¡Piénsalo! Podría querer lo mismo que él. Podría ser un asesino, otra alimaña como Arkanian.

Láyonel deja que se vaya, entiende su postura pero su posición está comprometida mientras no cuente con el dominio de sus poderes.

Irynae que había estado observándolos desde lejos, corre hasta Logan, lo coge de la mano y por unos instantes, Logan sonríe.

—Os he estado espiando.

—Lo sé. Puedo olerte a kilómetros.

—Tú no temes convertirte en un monstruo como Arkanian, temes no recordar lo nuestro, no amarme como ahora me amas. —dice Irynae mirándolo con seriedad y algo de nerviosismo.

Logan se gira hacia ella y la toma entre sus brazos, una lágrima recorre su mejilla, lo que sorprende a Irynae que no está acostumbrada a ver al arrogante Logan llorando.

—No podría soportar olvidar lo nuestro. No quiero correr ese riesgo.

—Logan olvidas que antes de ser humano ya me amabas. Toda tu vida ha estado centrada desde el día que me salvaste de esos soldados en encontrarme y hacerme tuya. Tal vez olvides lo que hemos vivido, pero yo estaré junto a ti para crear nuevos recuerdos y ten por seguro que lograré que me ames en el caso de que llegaras a olvidarme.

—¿Me lo prometes? —pregunta Logan asustado.

—Te lo juro por mi vida. No descansaré hasta conseguir que me ames.

Logan la besa apasionadamente, la abraza con fuerza y con todo el dolor de su corazón acepta tomar la poción. No es fácil asumir que todo lo que conoces pueda ser borrado de tu mente y convertirte en un extraño.

Aradhian coge el frasco con la poción del escritorio y corre hasta el salón donde le están esperando Irynae, Láyonel y Logan. Está entusiasmado, pronto su Bastión estará de vuelta pero esta vez será él al completo.

Zarod, Zared, Lodhar y Martha esperan intranquilos en el pasillo, todos están impacientes por ser reconocidos por su Bastión, les resulta muy doloroso que su padre no les reconozca.

Aradhian los mira sonriéndoles al pasar, entra en el salón y cierra la puerta. Camina hasta Logan y le ofrece la poción.

—Apartaos de mí. No sé como voy a reaccionar cuando tome esto, pase lo que pase no os acerquéis.  —ordena Logan visiblemente nervioso.

Con cuidado retira el tapón del frasco y lo deja caer al suelo, acerca el frasco a su boca y con total desagrado bebe la sangre. Sufre un fuerte espasmo y el frasco cae al suelo haciéndose pedazos. Irynae intenta correr hacia él, pero Aradhian y Láyonel la retienen.

Logan los mira aterrorizado, su mente empieza a nublarse, los recuerdos desaparecen, unos se borran otros reaparecen, le queda poco tiempo, pronto dejará de ser Logan.

—Te amo Irynae.

Sus ojos quedan en blanco y su cuerpo rígido. Un fogonazo dorado de extremada belleza lo cubre, iluminando la estancia, sus ojos se cierran y cuando al cabo de  unos minutos vuelve abrirlos son puro fuego.

—¡Logan! —grita Irynae zafándose del agarre de Láyonel y Aradhian.

Logan deja de estar cubierto por aquel extraño haz de luz y sus ojos vuelven a ser verdes, mira a Irynae con curiosidad y sorpresa.

—¿Irynae?

—Sí, amor mío, soy yo.

—¿No puede ser? Te busqué pero me dijeron que tanto tú como tu familia habíais perecido durante el incendio de vuestra casa.

Irynae da un paso atrás paralizada, Logan la ha olvidado por completo.

—¿No recuerdas lo que vivimos en Chicago? —pregunta Irynae entre sollozos consciente de lo que acaba de perder.

—Yo no he estado nunca en Chicago. ¿Y por qué me llamas Logan? Mi nombre es Ragnar Bastión de la Casa de la luz.

Aradhian se acerca a él y se postra.

—Levanta Aradhian. —ordena Ragnar.

—Bienvenido a casa mi señor. —dice Aradhian emocionado.

Ragnar se acerca a Láyonel y lo mira con curiosidad.

—Tú eres el hermano de Irynae. —dice Ragnar tendiéndole la mano.

Láyonel estrecha su mano, profundamente sorprendido por un cambio de personalidad tan profundo y con el corazón encogido por el dolor  que le causa ver un amor como el de ellos destrozado.

—Aradhian ¿qué ha sucedido en mi ausencia?

—Un ser con idénticos poderes a los suyos, se ha apoderado del imperio vampiro, se hace llamar Arkanian y dice ser su hermano.

Ragnar aprieta los puños furiosos, sus ojos llamean y el fuego cubre su cuerpo.

—¿Dónde está?

—En la ciudad imperial mi señor.

—Prepara mi nave. Ha llegado la hora de atacar.

—Sí, Bastión.

—Nos gustaría acompañaros. Nuestros hermanos han sido hechos prisioneros en la ciudad imperial. —pide Láyonel.

—Podéis acompañarnos y no temáis por vuestros hermanos, pronto los liberaré. —contesta Ragnar esbozando una sonrisa sincera y dulce.

Tanto Irynae como Láyonel parecen impactados de ver la nueva personalidad de Logan, es sorprendente ver convertido a un capullo irónico, arrogante y chulo en un ser puro que irradia un aura de divinidad.