Capítulo 8
Pasan las semana y todo el clan trata de aparentar normalidad, ninguno de ellos puede creer que Logan se haya convertido en su enemigo. Irynae vive atormentada, no puede decirle nada por lealtad a Straush, pero tampoco quiere mentir a Logan.
Láyonel entra en la mansión por primera vez en mucho tiempo, esquiva a todos los miembros del clan y se interna en el antiguo despacho de Straush. Logan lo sigue de cerca, tal vez sus sentidos no estén bien ajustados pero aún así son muy superiores al resto de los vampiros.
Láyonel se sienta tras el escritorio y reposa la cabeza entre sus manos.
—¿Pareces preocupado?
Láyonel alza la vista sorprendido, su expresión se turba al ver a Logan apoyado contra la pared, mirándole con suspicacia.
—No es fácil sustituir a tu Bastión y mucho menos ocupar su lugar. ¿Y tú cómo estás? Me han dicho que últimamente tienes problemas con tus poderes.
—No termino de entenderlos o dominarlos. Pero estoy en ello. —contesta Logan dándole la espalda y dejando el despacho. No le apetece hablar del tema.
—Espero que Straush se equivoque, hermano. No me gustaría tener que acabar contigo. —piensa Láyonel apenado.
El móvil de Láyonel emite un pitido, video llamada entrante. Maldice por lo bajo y contesta.
—Mi señor.
—Láyonel. El momento que tanto temíamos ha llegado, esta noche Logan deberá ser detenido y trasladado a la ciudad imperial para ser juzgado. Toma las medidas necesarias.
—Sí, emperador.
La llamada termina y Láyonel marca otro número, deberá reunir a un gran número de vampiros para conseguir detener a Logan, en el caso de que no esté dispuesto a entregarse voluntariamente.
Por la noche, como ya es su costumbre, Logan pasea por el jardín, cuando ve acercarse al resto del clan, todos lo miran con tristeza.
—¿Qué ocurre?
Láyonel toma la iniciativa, se acerca a Logan y le coloca una mano en el hombro.
—Las Casas están siendo atacadas por todo el mundo, muchas de ellas ya han desaparecido.
—¿El emperador quiere que lo investiguemos? —pregunta Logan preocupado.
—El emperador quiere que te entregues voluntariamente y nos acompañes a Roma.
—¿Entregarme? ¿por qué?
—Las casas han sido atacadas por un solo ser, con ojos llameantes y el poder del fuego. Sólo tú posees esas capacidades.
—Pero tú has dicho que han atacado Casas en otros países y yo no me he movido de aquí. No tengo poder para saltar de un país a otro como si fuera Superman.
—Nadie conoce los límites de tu poder. Por favor Logan, no nos lo pongas más difícil.
Logan aparta la mano de Láyonel de su hombro y se retira dando varios pasos hacia atrás. El clan desenvaina sus espadas y un centenar de vampiros que esperaban ocultos, aparecen caminando hacia él.
—Os salvé el culo, a vosotros y a vuestro imperio. ¿Así me lo pagáis? No me entregaré y os garantizo que mataré a todo aquel que intente detenerme.
Como surgidos de la nada varios vampiros caen postrados formando un circulo entorno a Logan. Uno de ellos, alto, delgado y con el pelo blanco lo mira con sus ojos plateados.
—Mi Bastión, tu clan se postra ante ti dispuestos a servirte.
—Yo no tengo ningún clan, ni soy un Bastión.
—Mi Bastión, perdisteis la memoria al renacer como humano. Sois el Bastión de la Casa de la luz. En estos momentos debéis estar sufriendo fluctuaciones en vuestro poder, necesitáis nuestra ayuda para dominar vuestra esencia divina.
Varios vampiros se acercan y el clan de la luz se gira desenvainando sus espadas y desafiando al resto de vampiros. El clan está compuesto por el vampiro de ojos plateados, un hombre de aspecto feroz aunque pasado de kilos, una joven rubia y dos hermanos gemelos corpulentos y de aspecto rudo.
Logan se gira hacia Irynae, sus ojos reflejan la traición y el dolor.
—¿Lo sabías Irynae?
Ella asiente con la cabeza, dolida.
—¡Ven conmigo! —pide Logan ofreciéndole la mano.
Irynae mira al resto del clan, envaina la espada y camina con paso firme hasta Logan, que la toma en brazos. Mira a su antiguo clan y de un salto desaparece en la noche junto al resto de su nuevo clan.
Láyonel baja la cabeza, no tenían opción, intentar detenerlos sólo supondría la muerte de sus hombres y hermanos.
El clan de la Luz salta de tejado en tejado con alegría, su Bastión vuelve a estar con ellos. Logan se limita a seguirlos sin hablar, sin mirar a Irynae, la traición le pesa en el corazón. No tardan en llegar hasta un hangar, donde el clan le conduce hasta un jet.
—¿A dónde vamos? —pregunta Logan.
—A su palacio, en los montes Cárpatos, en Polonia. —responde ojos plateados por primera vez esbozando una sonrisa.
Irynae se siente intranquila rodeada de aquellos extraños, ojos de plata y el tipo más obeso entran en la cabina del piloto. La chica rubia cierra la puerta del jet y los dos hermanos toman asiento.
Logan cierra los ojos y se queda dormido, como si pudiera presentir que está en familia y puede descansar en paz.