Capítulo 23

 

New York

Alan junto con dos vampiros de su guardia entran en el rascacielos, toman el ascensor y ascienden hasta las planta veinte y cinco, donde reside Arthur Baely un poderoso magnate de los negocios íntimo amigo del presidente de los Estados Unidos. Su objetivo, convertirlo para que sirva a su causa, es la primera vez que él comanda una de esas misiones, pero desea impresionar a Arkanian. Si consigue que una misión comandada por él tenga éxito, Arkanian lo tomará en serio y quizás cumpla su palabra y lo nombre emperador de los vampiros.

Nada más salir, los dos vampiros que le acompañan son convertidos en cenizas. Karsacry y Láyonel, apostados a ambos lados de la puerta del ascensor, les han cortado la cabeza.

—Hola Alan. Logan te manda saludos. —dice Irynae antes de cortarle la cabeza y reducirlo a cenizas.

 

Varias semanas después, ante la desaparición de Alan, Arkanian decide que pronto llegará el momento de acabar con el imperio vampiro, se acabó el plan de dominar a los humanos con estrategia y métodos civilizados, acabará primero con los vampiros y luego someterá a la humanidad con puño de hierro.

 

Logan se acerca a la niña le ofrece el agua y controla la carne que dejó al fuego. La niña le mira con curiosidad, sus ojos asustados no parecen relajarse.

—Vi tus garras. —dice la niña reuniendo algo de valor y mirándole fijamente.

—Puedes estar tranquila, no te haré daño. No soy humano, por eso tengo garras.

—¿Qué eres?

—Un vampiro creo. —responde Logan dudando.

—¿Qué es un vampiro?

—Un ser con apariencia humana que se alimenta de sangre y tiene poderes especiales, poderes que no poseen los humanos.

—¿Bebes sangre humana?

—Sólo de animales. —responde Logan turbado.

—¿Pero podrías beber sangre humana?

—¡Escúchame! No voy a beber tu sangre si eso es lo que te preocupa.

La niña se acerca un poco más al fuego, parece temblar, pero está algo más tranquila, demasiado para una niña que ha estado a punto de morir a manos de una bestia y ahora está frente a un vampiro.

—¿Cómo llegaste a este mundo? —pregunta Logan.

—No lo sé. Desperté aquí esta mañana. —responde la niña.

Logan se levanta y se quita la capa blanca con cuidado para no sobresaltar a la niña y se la coloca por encima, ella sonríe agradecida.

La brisa nocturna acaricia el cuerpo de la niña, llevando su olor hasta Logan que se siente extrañamente turbado. La niña huele aún más deliciosa que los animales que ha capturado, pero no la tocará, antes muerto. Coge los restos del animal y se dispone a alejarse para que la niña no le vea beber la sangre.

—Puedes comer aquí, no me importa. —responde la niña en tono tranquilo.

Logan se gira y la mira sorprendido. Se sienta junto al fuego y clava los colmillos en la carne del animal con la mayor delicadeza posible, succiona la sangre y cierra los ojos para concentrarse, debe mantener la calma, la sangre lo vuelve salvaje. Cuando ha agotado toda la sangre arroja los restos del jabalí lejos de ellos.

—¡Eres muy fuerte! —exclama la niña.

—Sí. ¿Dónde vivías antes de aparecer aquí? —pregunta Logan.

—No lo sé. No recuerdo nada. —contesta la niña con tristeza.

—¡Ey tranquila peque! Yo pasé por lo mismo, tarde o temprano recuperarás la memoria.

—¿De dónde vienes tú? —pregunta la niña con curiosidad.

—Mi mundo se llama tierra. En él habitan seres humanos y vampiros.

—¿Tenías muchos amigos allí?

—Muchos y una novia preciosa. —contesta Logan guiñándole un ojo.

La niña sonríe divertida, al parecer si sabe lo que es una novia.

—¿Tu novia es guapa?

—Preciosa. —contesta Logan invadido por la tristeza.

La niña se calla al verlo triste, se levanta y le da un abrazo.

—Bueno, ahora me tienes a mí, ya no estarás sólo. —dice la niña riendo.

—Peque. Mañana te llevaré al arroyo y te darás un baño, estás muy sucia tú y tu ropa.

—Me da miedo el agua, puede haber bichos.

—Yo estaré cerca.

—Tú también hueles mucha peste. —dice la niña sonriendo con malicia.

—¡Vaya, muchas gracias! Por cierto ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Logan.

—Iris.

—Bonito nombre. Iris quiero que entres en la cabaña y cierres la puerta yo dormiré aquí fuera.

—¡Vale! —la niña se acerca le da un beso en la mejilla y camina hasta la cabaña.

Logan observa como entra en la cabaña y cierra la puerta, le resulta tan extraño esas muestras de cariño... pobre cría, acabar sola en un maldito mundo como ese.

 

Logan cierra los ojos y se deja vencer por el sueño. Nada más cerrar los ojos comienza a soñar. Está en el arroyo, lavando su cuerpo cuando siente pasos tras él. Saca las garras y se gira dispuesto a plantar cara a su agresor, las garras menguan hasta desaparecer. Irynae está al pie del arroyo desnuda, camina hacia él mirándole con deseo.

—¿Irynae? ¿cómo puedes estar aquí?

Irynae se aferra a su cuerpo y lo besa.  El contacto de sus pechos le resulta tan excitante que comienza a besarla con mayor intensidad. Introduce la lengua en su boca buscando su lengua con deseo, sus manos recorren su espalda hasta llegar a su trasero que acaricia con suavidad, ella gime complacida.  Sin dejar de besarse caminan hacia la orilla y se tumban sobre la espesa hierba. Logan acaricia su sexo sin dejar de besarla e Irynae posa sus manos suaves y delicadas sobre su miembro viril. Sus caricias producen en él un efecto aterrador, tiene que dominarse para no tomarla en ese mismo instante pero desea jugar un poco más con ella. Besa sus pechos con ansiedad, como si le fuera la vida en ellos, acaricia con la lengua sus pezones hasta que ella gime de placer. Logan retira la mano de Irynae, ya está bastante excitado, se echa sobre ella y la penetra. Resulta increíble estar con ella amándola, cuando ya la creía perdida. Sus cuerpos llenos de deseo se mueven al ritmo del placer, ella grita su nombre y él la penetra con más fuerza. Irynae busca su boca, lo atrae contra ella buscando el contacto total, desea sentirlo lo más dentro posible. Irynae estalla en un fuerte orgasmo y Logan la sigue, los dos quedan agotados el uno junto al otro.

Logan despierta agitado, el sueño ha sido de lo más realista, mira a su alrededor y descubre que está desnudo junto al arroyo.

Irynae despierta en su cama, completamente desnuda, su cuerpo está mojado y hay un leve olor a hierba en el ambiente. No entiende que ha pasado, ha soñado que estaba junto a Logan amándose.

 

Arkanian junto a Saloa, comienzan a planear un ataque con el que acabará con el grueso de las fuerzas vampiras.  Celebrará un acto público al que será obligatorio que asistan todos los clanes más poderosos, cuando todos estén allí reunidos. Saloa bloqueará la entrada principal a la ciudad imperial. Será una masacre, centenares de vampiros perecerán bajo sus garras.

Straush siguiendo las órdenes de Arkanian convoca a los clanes elegidos, las invitaciones son enviadas y la ciudad se engalana para recibirlos. Sin duda será la primera vez que la ciudad acoja a tantos clanes, esto es algo que intriga a Straush que duda de las buenas intenciones de su nuevo emperador.

Irynae después de una larga ducha, se viste con un camisón y  camina hasta la ventana, se sienta en un sillón y contempla como los vampiros se desviven por preparar el evento. Dentro de un mes los vampiros de mayor rango y sus séquitos, estarán allí para honrar a su nuevo emperador.

 

Dos semanas más tarde Logan comienza a estar desesperado, ha conseguido reunir unas frutas con las que alimenta a la niña, pero los animales parecen haber desaparecido. La sed es acuciante y el olor que desprende la niña hipnótico. Ha construido una cabaña justo enfrente de la otra, pero esta cabaña es diferente. Está repleta de ramas afiladas como lanzas y dispuestas en todas direcciones, cuando cierra la puerta se agazapa entre ellas de forma que todas apunten directamente a su cuerpo. Si la sed lo posee e intenta correr hacia la niña, las lanzas lo atravesarán y con un poco de suerte acabarán con él. Ya tiene bastante con haber perdido a Irynae, como para cargar con la muerte de una niña inocente a su espalda.

Está recogiendo algo de fruta para la niña, cuando esta se le acerca, el olor es tan intenso, tan delicioso que no puede contenerse, sus ojos se inyectan en sangre, se gira hacia ella y salta sobre ella, sus colmillos quedan a escasos centímetros de su cuello, pero logra controlarse. Se aparta y contempla a la niña, lo mira aterrorizada.

—Lo siento Iris. Tengo mucha sed y no encuentro alimento.

La niña se acerca a él, Logan retrocede temeroso de perder de nuevo el control y atacarle otra vez.

La niña extiende su mano y se la ofrece.

—¿A lo mejor si bebes un poco de mi sangre te sientes mejor?

Logan se agacha la abraza y le da un beso en la frente.

—No cariño, jamás podría hacerlo. He dejado mucha fruta en la cabaña. Tengo que alejarme de ti un tiempo, cuando consiga alimentarme regresaré.

—Pero yo no quiero que te vayas. —dice Iris llorando.

—Estarás bien. La cabaña es segura y tienes comida.

Logan la mira por última vez y se aleja corriendo, debe poner entre ellos dos la mayor distancia posible. Corre hasta la cima de una montaña y se queda allí parado, observando la inmensidad de aquel desamparado lugar. Huele a su alrededor, pero es inútil, es como si los animales hubieran desaparecido sin dejar rastro. No puede regresar junto a Iris, podría matarla y la sed es cada vez más intensa. Baja la montaña y camina hacia la arboleda. La sed lo domina cada vez más, no se arriesgará. Sólo hay una manera de asegurar que la niña esté a salvo, él debe morir.

Agarra una rama y la retuerce un poco para comprobar su resistencia, luego parte una piedra y comienza a limar una parte de la rama. Poco a poco la rama va perdiendo grosor, la moldea desgastando la parte superior e inferior transformándola en una especie de guadaña. Fabrica una cuerda y la ata al extremo de la rama, luego la pasa por detrás de un árbol cercano para conseguir que la rama se desplace hacia atrás y se coloca de rodillas frente al lugar que ocupaba la rama antes de tensarla. Sujeta la cuerda con fuerza y tira de ella aguantando la tensión.

—Te amo Irynae.

Logan suelta la cuerda y la rama se desplaza veloz hacia él, con los ojos cerrados espera a ser decapitado.