Capítulo 22
El clan de las Sombras permanece junto a Straush ahora que más lo necesita, juntos organizan la resistencia. Los días en palacio transcurren con lentitud, no es fácil reclutar vampiros para su causa.
Arkanian lleva meses tratando de infiltrarse en todas las esferas, pero los vampiros que intentan convertir a los humanos seleccionados acaban desapareciendo, la rabia lo domina, no puede confiar en el imperio vampiro. Tiene claro que si los vampiros no le siguen, los exterminará.
Straush organiza la resistencia en los sótanos secretos de palacio, examina las listas de humanos seleccionados y organiza escuadrones de salvamento. Por el momento su plan está dando resultado, pero Arkanian no es estúpido, a esas alturas ya debe sospechar que está siendo traicionado por él, pero no tiene alternativa.
Alan se postra ante Arkanian, que lo mira con curiosidad.
—¿Qué quieres Alan?
—¿Por cuánto tiempo seguiremos soportando la traición de Straush?
Arkanian lo mira divertido, aquel despreciable vampiro traidor de su propia raza, no deja de sorprenderle.
—¿Y qué propones?
—Matarlo. Él es la cabeza de la serpiente, si acabamos con él el resto del cuerpo nos seguirá.
—Por el momento le dejaremos vivo. Matarlo es demasiado fácil, quiero verlo sufrir. Ahora retírate, quiero estar sólo. —ordena Arkanian impaciente.
Logan está consumido por la sed, nada en ese maldito mundo parece calmarla. Fruto de la desesperación, caza un pequeño animal similar a una cobaya. El olor que desprende le resulta de lo más atractivo, con ayuda de sus garras despedaza al animal, retira sus vísceras, la piel y crea un pequeño fuego golpeando unas piedras sobre un pequeño montón de hierba seca. Alimenta el fuego con unas ramitas y clava una rama más gruesa y de poca longitud a cada lado del fuego, luego ensarta la carne con una rama fina y la coloca encima de las otras ramas, ya tiene un asador para carne repugnante.
Espera a que esté bien dorada y con una de las garras corta una pequeña porción, la prueba y su sabor es repugnante. Le da una patada a la carne que aún está al fuego y apaga la fogata. Pero ese olor tan seductor aún sigue allí, camina siguiendo su olfato, el olor es cada vez más intenso. No puede creer lo que ve, son los restos del animal, lo agarra con asco y el olor se hace más intenso, comienza a lamer la sangre que cubre los restos de piel y la cabeza. El sabor es delicioso, no puede dejar de lamerla.
Aún sediento, se pone en pie y busca otra presa. Corre por el bosque, desbocado y totalmente fuera de sí. No tarda en divisar a un animal similar a un ciervo, salta sobre él y clava sus colmillos en su cuello. La sangre caliente del animal invade su garganta y la sed comienza a calmarse. Aquel mundo no sólo le ha arrebatado sus poderes, lo ha convertido en un vampiro común.
Irynae llora amargamente en su habitación, no quiere ni puede seguir viviendo. Lo tenía todo y ahora sólo le queda una vida inmortal, sin el ser que más ama. ¿Para qué seguir combatiendo? Hace días que dejó de beber sangre con la esperanza de que la debilidad acabara matándola, pero es una muerte lenta.
Straush, avisado por Jud, entra en la habitación y se queda paralizado al ver su aspecto demacrado.
—Hija mía ¿qué has hecho?
—Déjame padre... ya no deseo vivir. Ya he vivido todo lo que tenía que vivir, he sido muy feliz junto a Logan, pero ya no tengo motivos para seguir adelante... ahora que él ha desaparecido para siempre.
—Irynae, confía en él. Siempre encuentra la forma de sorprendernos, debes aguantar, por él. ¡Imagínate que consigue regresar! ¿Cómo crees que se sentiría si descubriera que has muerto? Se pasaría toda su vida inmortal atormentado.
Irynae se desmorona ante aquel pensamiento, pero no consigue reunir fuerzas, no puede...
Un sirviente entra en el dormitorio con una copa de sangre, la deja sobre la mesita que está junto a la cama y después de hacer una reverencia ante Straush, abandona la estancia.
—Bebe. Por él.
Irynae toma la copa y bebe lentamente su contenido. Las lágrimas siguen recorriendo su cara, pero obedece a su padre.
Logan camina por el bosque, ya ha saciado su sed y está terriblemente aburrido. Aquel lugar no parece haber sido explorado ni habitado nunca, no hay restos de construcciones, ni rastro alguno de una posible civilización. Está a punto de regresar a la cabaña cuando ve una sombra entre los árboles. Corre hasta ella y no tarda en averiguar de que se trata, pero no puede creer lo que ve. Una niña de unos diez años, sucia y vestida con harapos corre asustada, perseguida por una especie de jabalí de enormes colmillos. Logan corre tras la niña, bordeando el bosque con intención de salir a su encuentro.
La niña mira atrás asustada, no puede ni gritar del miedo que tiene. Salta sobre un tronco caído y la bestia le sigue, gruñendo.
Corre todo lo que puede hasta que su pie se engancha entre unas ramas y cae al suelo rodando. La bestia al verla en el suelo se lanza sobre ella, pero Logan la intercepta justo a tiempo. La bestia y él caen rodando lejos de la niña. Logan clava sus garras una y otra vez en el vientre del animal hasta que este deja de luchar. Lo mira y decide cargarlo a hombros, sangre para él y carne para ella. Ofrece su mano a la niña, que temerosa acerca la suya. Logan le sonríe y cogidos de la mano emprenden el camino de regreso hasta la cabaña, pronto oscurecerá.
—No deberías jugar con bichos grandes con colmillos... —dice Logan.
La niña le mira sorprendida, no capta el retorcido sentido del humor de Logan.
Prepara la cabaña y cocina el animal, luego se acerca al arroyo y usando una hoja de una planta, crea un recipiente para llevar agua a la niña. Cuando llega, ella está sentada junto al fuego, aterrorizada, mirando en todas direcciones como si temiera que algo fuera a surgir de las sombras y atarcarla.