- Damas y caballeros - comenzó
Halvorsen -, no necesito decirles que esta es una
ocasión muy importante. Estamos encantados de tener entre nosotros al doctor Heywood Floyd. Todos le conocemos por su reputación y algunos de nosotros personalmente. Acaba de efectuar un vuelo especial desde la Tierra para venir aquí, y antes de la conferencia desea dirigirnos unas palabras. Doctor Floyd, por favor... Floyd pasó a ocupar la tribuna en medio de un aplauso cortés, contempló al auditorio con una sonrisa y dijo:
- Gracias... sólo deseo decir lo siguiente: el Presidente me ha pedido les trasmita su aprecio por su sobresaliente tarea, que esperamos podrá ser reconocida en breve por el mundo. Me doy perfecta cuenta -continuó solícito-, de que algunos de ustedes, quizás la mayoría, están ansiosos porque se rasgue el presente velo de secreto; no serían ustedes científicos si pensaran de otro modo.
Vislumbró al doctor Michaels, cuyo rostro estaba ligeramente fruncido, rasgo acentuado por una larga cicatriz en su mejilla derecha... probablemente consecuencia de algún accidente en el espacio. Se daba buena cuenta de que el geólogo había estado protestando vigorosamente contra ese "cuento de policías y ladrones". - Pero deseo recordarles - prosiguió Floyd -, que esta es una situación totalmente extraordinaria. Hemos de estar absolutamente seguros de nuestros propios actos; ahora, si cometemos errores, puede no haber una segunda oportunidad... así que, por favor, les ruego que sean pacientes un poco más. Tales son también los deseos del Presidente... Y esto es todo cuanto tengo que decir. Ahora estoy dispuesto a escuchar su informe. Volvió a su asiento, el Administrador dijo. "Muchas gracias por sus palabras, doctor Floyd", e hizo un ademán con su cabeza, más bien bruscamente, a su Jefe Científico. Atendiendo la indicación, el doctor Michaels se encaminó a la tribuna, y las luces se atenuaron.
Una fotografía de la Luna apareció en la pantalla. En el mismo centro del disco había el brillante anillo de un cráter, del cual se proyectaban un abanico de llamativos rayos. Parecía exactamente como si alguien hubiese arrojado un saco de harina a la cara de la Luna, esparciéndose aquella en todas direcciones. - En esta fotografía vertical - dijo Michaels, apuntando al cráter central - Tycho es aún más notable que visto desde la Tierra; pues se encuentra más bien próximo al borde de la Luna, Pero observado desde este punto de vista -mirándolo directamente desde una altura de mil millas- verán ustedes como domina un hemisferio entero. Dejo que Floyd absorbiera aquella vista no conocida de un objeto conocido, y prosiguió luego:
- Durante el año pasado hemos estado efectuando una inspección magnética de la región, desde un satélite de bajo nivel. Sólo el mes pasado fue completada... y este es el resultado, el mapa que dio origen a todo el trastorno. Otra imagen apareció en la pantalla, se parecía a un mapa de perfil, aunque mostraba intensidad magnética, sin alturas sobre el nivel del mar. En su mayor parte, las líneas eran aproximadamente paralelas y espaciadas; pero en una esquina del mapa se apretaban de pronto, formando una serie de círculos concéntricos... como el dibujo de un nudo en un trozo de madera.
Hasta para un ojo inexperimentado, resultaba evidente que algo peculiar había sucedido al campo magnético de la Luna en aquella región; y en grandes letras a través de la base del mapa había unas palabras: Anomalía Magnética de Tycho-Uno (T.M.A.-1). En el extremo superior derecho aparecía CLASIFICADO.
ocasión muy importante. Estamos encantados de tener entre nosotros al doctor Heywood Floyd. Todos le conocemos por su reputación y algunos de nosotros personalmente. Acaba de efectuar un vuelo especial desde la Tierra para venir aquí, y antes de la conferencia desea dirigirnos unas palabras. Doctor Floyd, por favor... Floyd pasó a ocupar la tribuna en medio de un aplauso cortés, contempló al auditorio con una sonrisa y dijo:
- Gracias... sólo deseo decir lo siguiente: el Presidente me ha pedido les trasmita su aprecio por su sobresaliente tarea, que esperamos podrá ser reconocida en breve por el mundo. Me doy perfecta cuenta -continuó solícito-, de que algunos de ustedes, quizás la mayoría, están ansiosos porque se rasgue el presente velo de secreto; no serían ustedes científicos si pensaran de otro modo.
Vislumbró al doctor Michaels, cuyo rostro estaba ligeramente fruncido, rasgo acentuado por una larga cicatriz en su mejilla derecha... probablemente consecuencia de algún accidente en el espacio. Se daba buena cuenta de que el geólogo había estado protestando vigorosamente contra ese "cuento de policías y ladrones". - Pero deseo recordarles - prosiguió Floyd -, que esta es una situación totalmente extraordinaria. Hemos de estar absolutamente seguros de nuestros propios actos; ahora, si cometemos errores, puede no haber una segunda oportunidad... así que, por favor, les ruego que sean pacientes un poco más. Tales son también los deseos del Presidente... Y esto es todo cuanto tengo que decir. Ahora estoy dispuesto a escuchar su informe. Volvió a su asiento, el Administrador dijo. "Muchas gracias por sus palabras, doctor Floyd", e hizo un ademán con su cabeza, más bien bruscamente, a su Jefe Científico. Atendiendo la indicación, el doctor Michaels se encaminó a la tribuna, y las luces se atenuaron.
Una fotografía de la Luna apareció en la pantalla. En el mismo centro del disco había el brillante anillo de un cráter, del cual se proyectaban un abanico de llamativos rayos. Parecía exactamente como si alguien hubiese arrojado un saco de harina a la cara de la Luna, esparciéndose aquella en todas direcciones. - En esta fotografía vertical - dijo Michaels, apuntando al cráter central - Tycho es aún más notable que visto desde la Tierra; pues se encuentra más bien próximo al borde de la Luna, Pero observado desde este punto de vista -mirándolo directamente desde una altura de mil millas- verán ustedes como domina un hemisferio entero. Dejo que Floyd absorbiera aquella vista no conocida de un objeto conocido, y prosiguió luego:
- Durante el año pasado hemos estado efectuando una inspección magnética de la región, desde un satélite de bajo nivel. Sólo el mes pasado fue completada... y este es el resultado, el mapa que dio origen a todo el trastorno. Otra imagen apareció en la pantalla, se parecía a un mapa de perfil, aunque mostraba intensidad magnética, sin alturas sobre el nivel del mar. En su mayor parte, las líneas eran aproximadamente paralelas y espaciadas; pero en una esquina del mapa se apretaban de pronto, formando una serie de círculos concéntricos... como el dibujo de un nudo en un trozo de madera.
Hasta para un ojo inexperimentado, resultaba evidente que algo peculiar había sucedido al campo magnético de la Luna en aquella región; y en grandes letras a través de la base del mapa había unas palabras: Anomalía Magnética de Tycho-Uno (T.M.A.-1). En el extremo superior derecho aparecía CLASIFICADO.