36 – Hermano mayor
- Estoy volviendo a la parte diurna de
nuevo, y es exactamente como informé en la última órbita. Este
lugar parece tener casi sólo dos clases de materia de superficie.
Su negra costra parece quemada, casi como carbón vegetal, y con la
misma clase de textura en cuanto puedo juzgar por el telescopio. En
efecto me recuerda mucho a una tostada quemada...
"No puedo aún dar un sentido al área blanca. Comienza por un límite
de una arista absolutamente aguda, y no muestra detalle alguno de
superficie. Incluso puede ser líquida... es bastante lisa. No se la
impresión que habrán sacado ustedes de los videos que he
transmitido, pero si se imaginan un mar de leche helada, tendrán
exactamente la idea.
"Hasta puede haber algún gas pesado... No supongo que eso es
imposible. A veces tengo la sensación de que se está moviendo, muy
lentamente, pero no puedo estar seguro...
"... Vuelvo a estar sobre la zona blanca, en mi tercera órbita.
Esta vez espero pasar más cerca de aquella marca que localicé en su
mismo centro, cuando estaba en camino. De ser correctos mis
cálculos, pasaré a ochenta kilómetros de ella... sea lo que sea.
"... Si, hay algo delante, justo donde yo calculé. Se está alzando
sobre el horizonte... y también Saturno, casi en la misma cuarta
del firmamento. Voy a dirigir allá el telescopio. "¡Hola! Tiene el
aspecto de una especie de edificio -completamente negro- muy
difícil de apreciar. No presenta ventanas ni otros rasgos. Sólo una
gran losa vertical... debe tener una altura de por lo menos
kilómetro y medio, para ser visible desde esta distancia... Me
recuerda algo... desde luego... ¡es exactamente como el objeto que
hallaron ustedes en la Luna! Es el hermano mayor de
T.M.A.-1.
37 – Experimento
Se la podría llamar la Puerta de las
Estrellas. Durante tres millones de años, ha girado en torno a
Saturno, en espera de un momento del destino que quizás nunca
llegue. En su queacer una luna fue hecha añicos, y orbitan aún los
restos de su creación.
Ahora estaba finalizando la larga espera, en otro mundo aún, había
nacido la inteligencia, y estaba escapando de su cuna planetaria.
Un antiguo experimento estaba a punto de alcanzar su
apogeo.
Quienes habían comenzado este experimento, hacía tanto tiempo, no
habían sido hombres... ni siquiera remotamente humanos. Pero eran
de carne y sangre, y cuando tendían la vista hacia las
profundidades del espacio, habían sentido temor, admiración y
soledad. Tan pronto como poseyeron el poder, emprendieron el camino
a las estrellas. En sus exploraciones, encontraron vida en diversas
formas, y contemplaron los efectos de la evolución en mil mundos.
Vieron cuán a menudo titilaban y morían en la noche cósmica las
primeras chispas débiles de la inteligencia.