caliente remolineando en el aire o
con pequeños y completamente perdidos accesorios de
material, que habían decidido entrar en órbita. Tales cosas podían suceder -y sucedían- en el ambiente de gravedad cero de la cala de la cápsula. La delgada placa del tamaño de una tarjeta de la unidad A.E.-35. se hallaba en el banco de pruebas bajo una potente lupa. Estaba conmutada en un marco corriente de conexión, del cual partía un haz de alambres multicolores que conectaban con un aparato de pruebas automático, no mayor que un computador corriente de escritorio. Para comprobar cualquier unidad, bastaba conectarlo, introducir la tarjeta apropiada de la biblioteca "descarga trastornos", y oprimir un botón. Generalmente, se indicaba la localización exacta de la deficiencia en una pequeña pantalla expositora, con instrucciones para la actuación debida. - Pruébalo tú mismo - dijo Bowman, con voz de tono un tanto defraudado. Poole giro a X2 el conmutador Sobrecarga y oprimió el botón Prueba. Al instante fulguró en la pantalla el anuncio: Unidad Perfectamente.
- Creo que podríamos estar repitiéndolo hasta quemar eso - dijo - pero ello no probaría nada. ¿Qué te parece?
- El anunciador interno de deficiencias de Hal pudo haber cometido un error. - Es más probable que nuestro aparato de comprobación haya errado. De todos modos, mejor es estar seguro que lamentarlo. Fue oportuno que reemplazáramos la unidad, por si hubiera la más leve duda. Bowman soltó la oblea del circuito y la sostuvo a la luz. El material parcialmente translúcido estaba veteado por una intrincada red de hilos metálicos y moteado con microcomponentes confusamente visibles, de manera que tenía el aspecto de obra de arte abstracto.
- No podemos aventurarnos en modo alguno... después de todo, es nuestro enlace con Tierra. Lo archivaré como N/G y lo meteré en el almacén de desperdicios. Algún otro podrá preocuparse por ello cuando volvamos. Mas la preocupación habría de comenzar mucho antes, con la siguiente transmisión de la Tierra.
- Rayos X-Delta-Uno, aquí Control de Misión, nuestra referencia dos-uno-cinco-cinco. Parece que tenemos un pequeño problema. "Su informe es que nada anda mal en la Unidad Alfa Eco tres cinco, concuerda con nuestro diagnóstico. La deficiencia podría hallarse en los circuitos asociados a la antena, pero de ser así debería aparecer en las demás comprobaciones. "Hay una tercera posibilidad, que puede ser más grave. Su computador puede haber incurrido en un error al predecir la deficiencia. Nuestros propios nueve- triple ceros concuerdan ambos en sugerirlo, basándose en su información. Ello no supone necesariamente un motivo de alarma, en vista de los sistemas de respaldo de que disponemos, pero desearíamos que estuviesen al tanto de cualesquiera ulteriores desviaciones del funcionamiento normal. Hemos sospechado varias pequeñas irregularidades, en los días pasados, pero ninguna ha sido lo bastante importante como para que requiriese una acción correctora, y no han mostrado por lo demás ninguna forma evidente de la que podamos extraer alguna conclusión. Estamos verificando nuevas comprobaciones con nuestros dos computadores, y les informaremos cuando se hallen disponibles los resultados. Repetimos que no hay motivo de alarma; lo peor que puede suceder es que tengamos que desconectar su nueve-triple cero para análisis de programa y pasar el control a uno de nuestros computadores. El intervalo creará problemas, pero
material, que habían decidido entrar en órbita. Tales cosas podían suceder -y sucedían- en el ambiente de gravedad cero de la cala de la cápsula. La delgada placa del tamaño de una tarjeta de la unidad A.E.-35. se hallaba en el banco de pruebas bajo una potente lupa. Estaba conmutada en un marco corriente de conexión, del cual partía un haz de alambres multicolores que conectaban con un aparato de pruebas automático, no mayor que un computador corriente de escritorio. Para comprobar cualquier unidad, bastaba conectarlo, introducir la tarjeta apropiada de la biblioteca "descarga trastornos", y oprimir un botón. Generalmente, se indicaba la localización exacta de la deficiencia en una pequeña pantalla expositora, con instrucciones para la actuación debida. - Pruébalo tú mismo - dijo Bowman, con voz de tono un tanto defraudado. Poole giro a X2 el conmutador Sobrecarga y oprimió el botón Prueba. Al instante fulguró en la pantalla el anuncio: Unidad Perfectamente.
- Creo que podríamos estar repitiéndolo hasta quemar eso - dijo - pero ello no probaría nada. ¿Qué te parece?
- El anunciador interno de deficiencias de Hal pudo haber cometido un error. - Es más probable que nuestro aparato de comprobación haya errado. De todos modos, mejor es estar seguro que lamentarlo. Fue oportuno que reemplazáramos la unidad, por si hubiera la más leve duda. Bowman soltó la oblea del circuito y la sostuvo a la luz. El material parcialmente translúcido estaba veteado por una intrincada red de hilos metálicos y moteado con microcomponentes confusamente visibles, de manera que tenía el aspecto de obra de arte abstracto.
- No podemos aventurarnos en modo alguno... después de todo, es nuestro enlace con Tierra. Lo archivaré como N/G y lo meteré en el almacén de desperdicios. Algún otro podrá preocuparse por ello cuando volvamos. Mas la preocupación habría de comenzar mucho antes, con la siguiente transmisión de la Tierra.
- Rayos X-Delta-Uno, aquí Control de Misión, nuestra referencia dos-uno-cinco-cinco. Parece que tenemos un pequeño problema. "Su informe es que nada anda mal en la Unidad Alfa Eco tres cinco, concuerda con nuestro diagnóstico. La deficiencia podría hallarse en los circuitos asociados a la antena, pero de ser así debería aparecer en las demás comprobaciones. "Hay una tercera posibilidad, que puede ser más grave. Su computador puede haber incurrido en un error al predecir la deficiencia. Nuestros propios nueve- triple ceros concuerdan ambos en sugerirlo, basándose en su información. Ello no supone necesariamente un motivo de alarma, en vista de los sistemas de respaldo de que disponemos, pero desearíamos que estuviesen al tanto de cualesquiera ulteriores desviaciones del funcionamiento normal. Hemos sospechado varias pequeñas irregularidades, en los días pasados, pero ninguna ha sido lo bastante importante como para que requiriese una acción correctora, y no han mostrado por lo demás ninguna forma evidente de la que podamos extraer alguna conclusión. Estamos verificando nuevas comprobaciones con nuestros dos computadores, y les informaremos cuando se hallen disponibles los resultados. Repetimos que no hay motivo de alarma; lo peor que puede suceder es que tengamos que desconectar su nueve-triple cero para análisis de programa y pasar el control a uno de nuestros computadores. El intervalo creará problemas, pero