Para mi nieta y ahijada Amber Walden, que tiene una voz tan dorada como su nombre. Ten siempre la vista puesta en el horizonte. Porque allí hay un sueño esperándote.

Para mi sobrino nieto Dustin Christean, que, por ser el mayor, tiene que abrir el camino a los demás. Sé que puedes hacer grandes cosas.

Para mi sobrina nieta Wendy Walden, quien a veces me hace sentir como si estuviera mirándome en un espejo.

Para mi sobrina nieta Nichole Bowyer, prueba viva de que el mejor perfume viene siempre en frascos pequeños.

Y por último, pero no por ello menos importante, para mi sobrina nieta Haley Atwater, un ángel diminuto que Dios nos envió en respuesta a nuestras plegarias.