Os preguntaréis qué tiene esta novela que la hace especial para nosotros hasta el punto de recomendarla. Es una historia redonda, en ella se capta la verdadera esencia de las «salvajes gentes de la frontera» En ella conocemos mejor al jefe del clan de los Brunson, Rob Brunson el Negro, el hermano más sombrío, el que lleva sobre sus hombros la carga más pesada, el que tiene siempre la última responsabilidad. Pero tiene otro lado más humano...

«Rob cantaba con una voz grave y potente. Cantaba como si eso fuese suficiente, como si liderara a su gente solo con la voz. Efectivamente, los lideraba.

Lo acompañaban en las canciones y en la guerra, unían sus voces a la de él hasta que tronaban como tronaban los cascos de sus caballos cuando cabalgaban por las colinas. Entonces, se estremecía porque podía captar el trueno de la guerra en esas notas. Sin embargo, aquella era una canción que no había cantado a sus hombres. No sonaba como los cascos de los caballos, no tenía el ritmo de la guerra. Era una melodía alegre».

Era una canción de amor

 

¡Feliz lectura!

 

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