Timothy Snyder
Lo que queremos decir al hablar de sensibilidad histórica es saber no lo que ocurrió, sino lo que no ocurrió.
ISAIAH BERLIN
Cualquier historiador, igual que cualquier ser humano, empieza a partir de la confusión de hoy, la imposibilidad de comprender lo que está ocurriendo en el momento mismo en el que está ocurriendo. Los historiadores tienen la suerte de poder contar con tiempo y con las herramientas para reflexionar, despacio y con juicio crítico, sobre algún momento determinado del pasado. Es posible que discutamos, pues este es nuestro deber, sobre la descripción y la interpretación, pero lo que sí podemos hacer es descartar las peores y avanzar hacia las mejores, y desarrollar algún tipo de reflejo sobre lo que podría y no podría haber sido. Me gusta creer que en algunos de nosotros la «sensibilidad histórica», el «sentido de la realidad» de Berlin, evoluciona hasta convertirse en la capacidad de descartar algunas de las interpretaciones menos razonables de los acontecimientos de nuestro propio tiempo, una facultad que tal vez resultaría útil en una época hambrienta de credibilidad.