Stephen Turnbull
Las clases luchan, algunas clases triunfan, otras son eliminadas. Así es la historia.
MAO TSÉ TUNG
Si algo me gusta de la historia china es que hay mucha.
Recuerdo un cuento que trataba del paso de una dinastía china a otra. No recuerdo de qué dinastías se trataba. Digamos que la Qing sustituía a la Ming. La gracia del cuento reside en que eso es lo de menos, pero el cuento explica que lo primero que hicieron los nuevos monarcas fue ordenar que se retirara la piedra que coronaba la puerta de Pekín y que llevaba inscrito un enorme carácter que decía «Ming». Los obreros empezaron a cortarla con un cincel y después de muchos esfuerzos y un considerable trabajo, cuando estaban a punto de romperla en pedazos, intervino un funcionario Qing. En realidad, se trataba de un objeto muy hermoso y, al fin y al cabo, los Ming habían gobernado alrededor de tres siglos, así que se tomó la decisión de conservarlo. La piedra pesaba demasiado para bajarla hasta el suelo, así que el funcionario sugirió que la colocaran en una pequeña habitación allá arriba, en el parapeto que había quedado al descubierto gracias al trabajo de talla de los obreros. Lograron abrir la puerta tras muchos esfuerzos, y en el interior de la sala encontraron otras piedras amontonadas en las que podía leerse «Yuan», «Song», «Tang», «Sui»…, en fin, solo es un cuento.