Dan Snow
Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie.
GIUSEPPE TOMASI DI LAMPEDUSA, El gatopardo
Esta es la única y más importante «lección de la historia». El estancamiento es imposible en los asuntos humanos. Somos una especie en evolución que vive en un planeta de inmenso dinamismo. Los períodos de continuismo inalterable son breves y, en cualquier caso, casi sin duda ilusorios. Las sociedades son igual de vulnerables que los individuos a la enfermedad y a los accidentes que pueden desestabilizar y destruir en un instante.
Hoy en día, la máxima de Lampedusa no podría ser más pertinente. Nunca antes se ha sentido una cultura tan cómoda, tan segura de su inmortalidad, como la nuestra al principio del siglo XXI. Y sin embargo, el experimento en democracia liberal occidental acabará, igual que terminó Roma; un día, nuestro Rin se congelará. Ya Shakespeare se había percatado de que los imperios más poderosos y las civilizaciones más sofisticadas no son más que «espectáculos de escaso contenido».
Desde mi posición de ferviente generalista, he observado que cada período al que llego se describe casi de inmediato como «de transición», una presunción que implica que la estabilidad espera más allá del horizonte en el campo de otro. No es así. La historia humana es anárquica, y la única constante es el cambio.