X
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Dos pequeñas reflexiones antes de contar el final de mi aventura.

La primera tiene que ver con una letra que siempre he considerado muy misteriosa: la x.

De entrada, puede parecer un signo negativo, porque, cuando un profesor muy bruto tacha el trabajo de un alumno, a veces lo hace con una gran x que invalida la hoja entera. Esa x significa «NO» a todo lo que ha escrito el estudiante.

Cuando solo me faltaban tres letras para terminar la tipografía Anna, le pregunté a mi padre sobre la x, y él me dio una visión mucho más alegre de dicha letra.

—En matemáticas, es el signo que simboliza la incógnita.

—¿Qué es una incógnita?

—Aquello que no sabemos. Si te fijas en lo que llaman ecuaciones, verás que muchas terminan con un signo de igual y una equis.

Miré a mi padre interrogativamente. No sabía qué son las ecuaciones ni adónde quería ir a parar. Él sonis.

—El valor de una equis depende de los números que pongamos en el resto de la fórmula. Por eso es una incógnita, algo que no se sabe.

Esto me hizo pensar en mi vida, desde cuando iba a la escuela de mis hermanos hasta ahora. Había sido incapaz de escribir un trabajo sobre el Himalaya, a diferencia del resto de mis compañeros, pero en cambio era finalista a Catalana del Año, elegida entre siete millones de personas.

¿Cómo era eso posible?

Si x es lo que no sabemos y el valor se lo da el resto de la fórmula, mi éxito se lo debía a todos los que habían sumado sus capacidades para que yo pudiera estar allí.

De repente, entendí lo que significa incógnita: que todo es posible, depende de cómo y con quién lo hagas.

Uno no sabe lo que puede llegar a ser hasta que se rodea de las personas adecuadas y, estando todos juntos, la operación da un resultado positivo.

En un documental que vi sobre grandes alpinistas, uno de ellos decía que el éxito de una expedición depende exclusivamente de elegir bien a los «compañeros de cordada», aquellas personas que te ayudarán a llegar a la cumbre.

Si eliges a montañeros que no saben trabajar en equipo, que solo buscan el lucimiento personal, pones en peligro el proyecto común. Un paso arriesgado de alguien que quiere llegar antes de hora a la cumbre puede arrastrar a los demás al abismo si caminan unidos atados por la misma cuerda.

La vida es una larga expedición con alegrías y peligros. Por eso tienes que elegir bien a quién te atas.

Al pensar en mis compañeros de cordada, sonreí llena de gratitud.

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