Huellas
Veinte relatos, veinte historias narradas alrededor del acontecimiento más oscuro del siglo XX: se sitúan antes, durante y después del Holocausto. Personajes que viven en el dolor y el espanto cotidianos, atravesados por la pérdida, enfrentados al miedo, la incredulidad, la barbarie… y sin embargo aferrados de manera inherente a la Vida, así, con mayúscula. Una estudiante que se acerca a la muerte plenamente consciente de no haber conocido el amor; el padre de un joven SS que no consigue asimilar la historia que le relata su hijo; una pareja que debe vivir largamente encerrada en un desván y en una imagen, un recuerdo, intolerable; personajes que recorren ciudades, pueblos, testimonios y rememoraciones en busca de los suyos, desaparecidos; sueños que cada noche vuelven, como variaciones de una siniestra composición, a la mente de un prisionero en un campo de exterminio; trenes con destinos y viajeros inciertos; imágenes cuya belleza estalla en la más absoluta desolación… Y mujeres, sobre todo mujeres, que son doblemente víctimas: de la Historia y de sus propias historias, de estas astillas desprendidas de las narraciones familiares, personales e íntimas. La de Ida Fink es una escritura que, como Szymborska en la poesía, no busca lo épico, lo trágico, lo sublime, sino que es portadora de lo mejor del arte del fragmento, que ennoblece y «metaforiza» la cotidianidad, el detalle, el evento, y los inserta líricamente en un contexto que trasciende una realidad que sólo en apariencia es insignificante. Como tantas veces se ha dicho, Ida Fink, víctima ella misma de la barbarie nazi, es sin duda la Chéjov del Holocausto, la mujer que mejor ha dado forma a ese horror informe.