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Archivo central de los Estados Unidos de la Tierra

Guerras Robóticas (extracto)

#6B-138

Las Guerras Robóticas, que comenzaron en 2079 y terminaron en 2090 con la Paz Humana, son, junto con las Plagas, el conflicto bélico más grave que ha sufrido la Tierra. La escalada de violencia que asoló el planeta en la segunda mitad del siglo pasado propició la firma en 2079 de la X Convención de Ginebra, que, suscrita por la casi totalidad de los Estados independientes (153 de los 159 que existían por entonces), acordó sustituir los enfrentamientos bélicos tradicionales por combates de robots. Los ejércitos serían reemplazados por armas móviles y totalmente automatizadas que pelearían entre sí, a modo de gigantesco juego electrónico pero en versión real. Los artífices del tratado pensaron que de este modo se acabarían o minimizarían las carnicerías, y que las guerras podrían ser reconvertidas en una especie de pasatiempo estratégico, del mismo modo que los antiguos torneos medievales eran una versión dulcificada de los auténticos combates.

Sin embargo, las consecuencias de esta medida no pudieron ser más negativas. En primer lugar, a las pocas horas de firmarse el acuerdo estalló una guerra generalizada en casi todo el mundo, como si algunas naciones hubieran estado esperando con sus robots listos para entrar en combate (algunos politólogos, como la célebre Carmen Carlavilla en su libro Palabras mojadas, sostienen que la X Convención de Ginebra fue una simple maniobra comercial de los fabricantes de autómatas bélicos). Como los países más ricos poseían un número incomparablemente mayor de robots, los países pobres, aun habiendo firmado el tratado, jamás pensaron en respetarlo, y atacaron a los autómatas con tropas convencionales que les causaron un inmenso destrozo, dado que, siguiendo las especificaciones de Ginebra, los robots estaban castrados por un chip que les impedía dañar a los humanos. Chip que, claro está, fue removido subrepticia e ilegalmente a las pocas semanas, de modo que los vastos campos de humeante chatarra se volvieron a empapar enseguida de sangre.

El contraataque de los autómatas resultó tan descontrolado y devastador que se registraron más muertes en medio año que en todas las guerras habidas anteriormente en el mundo.