EPÍLOGO

Cuando vio las fotografías en el catálogo, no lo creyó. Después de que bajó del avión y llegó a la habitación que alquiló por internet, se convenció. La playa era paradisiaca, con arenas blancas, agua color turquesa y muchos turistas. Era lo que necesitaba para olvidarse del mundo.

Vistió el bikini celeste que compró antes de salir de Santiago, se hizo un moño, se colocó los anteojos de sol y cargó el pequeño bolso donde llevaba el pasaporte y el protector solar.

—Estaré bronceándome —dijo al dejar las llaves en la recepción del resort—. ¡Este lugar es hermoso!

—Bienvenida a Puerto Vallarta —contestó el botones—. Disfrute su estadía.

—Gracias.

Caminó por la orilla del complejo turístico, vio a los niños jugar en la guardería y admiró a los adultos practicar voleibol en la arena y surf en el mar. Sólo podía sonreír. Verdaderamente, estaba dispuesta a cambiar el frío que conoció en Estocolmo y el smog de su ciudad natal por la brisa de ensueño que envolvía su cuerpo.

Encontró un lugar para tomar el sol, extendió la toalla y se recostó. Por instantes, comprobaba estar en el lugar correcto, y por eso volvía el semblante hacia el hotel, pero a la tercera vez que lo hizo se convenció de que nadie la conocía y que debía aprovechar las merecidas vacaciones. Era el momento preciso para replantear su vida, sus miedos y sus aspiraciones. Quería borrar todo de su cabeza, pero parecía imposible, pues era como un juego de ajedrez que constantemente amenazaba su libertad.

Después de aplicarse bloqueador solar en las extremidades, se ajustó las gafas y cerró los ojos.

—Señorita Maribel Carmona —dijo un botones con un teléfono inalámbrico en la mano—. Tiene una llamada.

—¿Para mí? —Se sentó y frunció el ceño—. ¿Seguro?

—Sí —le entregó el aparato.

Ella guardó la respiración por unos segundos.

—¿Quién es?

—Hola, Sandra —contestó una voz de hombre—. Espero que estés bien. Quiero hablar contigo...

—¿Jefe? —se quitó los anteojos negros—. ¿Por qué está interrumpiendo mis vacaciones?

—No soy tu jefe —hizo una pausa pronunciada—. Soy Manuel...

—¿Cómo te atreves? —gritó—. ¿No entiendes español? ¡No quiero verte nunca más en mi vida!

—Necesito conversar contigo, por favor...

La mujer negó con la cabeza y se mordió los labios.

—¿Cómo supiste mi paradero?

—¡Somos Inteligencia! —sonrió al otro lado del auricular—. ¿Lo recuerdas?

—¡Déjame tranquila! —resolló—. Cuando vuelva a Santiago...

—Por cierto —suspiró—, te ves hermosa con el bikini celeste.

La llamada se cortó y ella giró sobre sí sin encontrar una respuesta para el gran interrogante que nacía en su mente.

* * *

Colección: Narrativa

www.nowtilus.com

Título: El plan Morgana

Autor: © Roberto Kruger González

Responsable editorial: Isabel López-Ayllón Martínez

Copyright de la presente edición © 2012 Ediciones Nowtilus S. L.

Doña Juana I de Castilla 44, 3o C, 28027 Madrid

www.nowtilus.com

ISBN: 978-84-9967-371-4

Fecha de publicación: Septiembre 2012

El plan Morgana
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml