Luna enemiga
Como al chocar los astros contra mi pecho no veía,
fui hundiéndome de espaldas en los cielos pasados.
Diez reyes del otoño contra mí se rebelaron.
Ángeles y traiciones siempre aceleran las caídas.
Una hoja, un hombre.
En tu órbita se quemaba mi sangre, luna enemiga.
Salvadme de los años en estado de nebulosa,
de los espejos que pronuncian trajes y páginas desvanecidos,
de las manos estampadas en los recuerdos que bostezan.
Huid.
Nos entierran en viento enemigo.
Y es que mi alma ha olvidado las reglas.