El ángel bueno

Dentro del pecho se abren

corredores anchos, largos,

que sorben todas las mares.

Vidrieras,

que alumbran todas las calles.

Miradores,

que acercan todas las torres.

Ciudades deshabitadas

se pueblan, de pronto. Trenes

descarrilados, unidos

marchan.

Naufragios antiguos flotan.

La luz moja el pie en el agua.

¡Campanas!

Gira más de prisa el aire.

El mundo, con ser el mundo,

en la mano de un niña

cabe.

¡Campanas!

Una carta del cielo bajó un ángel.