Can de llamas

Sur.

Campo metálico, seco.

Plano, sin alma, mi cuerpo.

Centro.

Grande, tapándolo todo,

la sombra fija del perro.

Norte.

Espiral sola mi alma,

jaula buscando a su sueño.

¡Salta sobre los dos! ¡Hiérelos!

¡Sombra del can, fija, salta!

¡Únelos, sombra del perro!

Riegan los aires aullidos

dentados de agudos fuegos.

¡Norte!

Se agiganta el viento norte…

Y huye el alma.

¡Sur!

Se agiganta el viento sur…

Y huye el cuerpo.

¡Centro!

Y huye, centro,

candente, intensa, infinita,

la sombra inmóvil del perro.

Su sombra fija.

Campo metálico, seco.

Sin nadie.

Seco.