El ángel avaro

Gentes de las esquinas

de pueblos y naciones que no están en el mapa

comentaban.

Ese hombre está muerto

y no lo sabe.

Quiere asaltar la banca,

robar nubes, estrellas, cometas de oro,

comprar lo más difícil:

el cielo.

Y ese hombre está muerto.

Temblores subterráneos le sacuden la frente.

Tumbos de tierra desprendida,

ecos desvariados,

sones confusos de piquetas y azadas,

los oídos.

Los ojos,

luces de acetileno,

húmedas, áureas galerías.

El corazón,

explosiones de piedras, júbilos, dinamita.

Sueña con las minas.