¿HUBO UNA POESÍA ÉPICA MICÉNICA?

¿En qué tradición poética se inspiró Homero? ¿Existió una épica oral de tiempos micénicos conservada, aunque tímidamente, en la épica de Homero? ¿Se cantaba ya el relato de Troya en las ciudadelas micénicas antes de que su mundo se desmoronase? Sin duda, las tablillas de escritura lineal B son la antítesis de la poesía, con sus anotaciones burocráticas. Pero obviamente existieron cantores de canciones o relatos, pues uno de los frescos de Pilos muestra un tañedor de lira o aedo, y en una tumba tholos de Menidi se encontraron fragmentos de una lira. Con estas evidencias es muy probable que existiera una auténtica poesía épica que celebrase las hazañas de los reyes micénicos y que nos haya llegado a través de Homero. Hoy en día, esta hipótesis es aceptada por muchos académicos. Indudablemente, temas como los de la Ilíada y otros mitos griegos son comunes en la poesía de muchos pueblos contemporáneos de la Edad de Bronce, sobre todo en Ugarit, la gran ciudad comercial del norte de Siria, donde la epopeya de Krt relata también el secuestro de una mujer de la realeza y el asedio de una ciudad.

Pero ¿cómo podemos evaluar el sustrato de la Edad de Bronce en Homero? En primer lugar, hay descripciones de objetos micénicos reales en Homero. El escudo en forma de torre normalmente asociado a Áyax y representado en los frescos de Tera estaba ya obsoleto en el siglo XIII a. C. El escudo en forma de ocho aparece en frescos del siglo XIII a. C. en Micenas, Tirinto y probablemente Cnosos. La «espada con clavos de plata» se conoce por hallazgos de los siglos XVI y XV a. C. Las grebas mencionadas en el epíteto que Homero aplica a los «aqueos biengrebados» también se han encontrado en tumbas de la Edad de Bronce y no en la posterior Edad de Hierro. El yelmo de colmillos de jabalí, quizá el más famoso de todos (minuciosamente descrito en la Ilíada, X, 261 y ss.), se ha hallado en numerosas representaciones, con un ejemplo completo en Cnosos. Homero incluso explica que los colmillos están colocados en hileras, con las curvas alternando de una hilera a otra. La copa de Néstor, decorada con palomas (Ilíada, XI, 632 y ss.) y con dos asas, se parece a la copa encontrada por Schliemann en la Tumba Pozo IV de Micenas. La técnica de incrustación en metal descrita en la fabricación del escudo de Aquiles aparece ejemplificada en los puñales de las tumbas pozo (en los que los escudos torre están perfectamente representados). También está la cuestión de las referencias que hace Homero al thórax, o coraza para el cuerpo, confeccionado con placas de bronce: este tipo de panoplia se ha encontrado en Dendra. Añadamos a estos ejemplos la casi universal aceptación en Homero de que el bronce es el metal de las espadas y herramientas, y obtendremos una impresionante colección de detalles en la esfera militar que indica que Homero está conservando descripciones de épocas muy anteriores a la suya, aunque nuestro conocimiento sobre la Edad Oscura transcurrida entre ambas épocas es demasiado imperfecto como para decir con absoluta certeza que algunos de estos objetos no pudieron haber sido utilizados tras la caída del poder micénico. La única manera segura de demostrar que la tradición homérica tenía raíces en la poesía heroica de la Era Micénica sería hallando rastros de lenguaje poético específicamente micénico en Homero. Por desgracia, esto resulta harto difícil. El lenguaje de Homero es una mezcla de muchos dialectos y períodos, predominantemente del jónico (¿reflejando el pasado de Homero en la región de Esmirna y el de sus sucesores, los homéridas de Quíos?), aunque también contiene una serie de palabras procedentes del arcadio-chipriota, un dialecto mucho más antiguo hablado en zonas aisladas de Arcadia y Chipre. Ambos se remontan al período micénico. Esas palabras pueden indicar una supervivencia de formas más antiguas, lo mismo que algunas de las palabras más raras de la escritura lineal B. Desgraciadamente, en todo Homero tan solo una expresión parece ser sin lugar a dudas micénica: la de phasganon arguroelon, «espada con clavos de plata», con su variante ksiphos arguroelon. Phasganon y ksiphos («espada») son palabras micénicas, como también lo es arguros («plata») y quizá alos («clavo»). Hasta ahora estas espadas no se han encontrado entre el período micénico tardío y el año 700 a. C., aproximadamente, lo cual sugiere que el epíteto «con-clavos-de-plata» se vinculó a las espadas en la Edad de Bronce. No obstante, una cosecha tan escasa indica que las pervivencias verbales directas que se transmitieron a los aedos jonios eran verdaderamente muy raras.

Por otro lado, también hay aspectos en los que Homero diverge completamente de lo que sabemos sobre la Edad de Bronce. Es harto evidente que Homero no tiene ni idea del complejo mundo burocrático de los palacios, con su contabilidad y racionamientos, su avariento control sobre todas y cada una de las ovejas: evidentemente este mundo no quedó plasmado en la tradición, y en su lugar dejó una Edad de Oro «heroica» idealizada retrospectivamente en el siglo VIII a. C. por la sociedad inmigrante de Jonia. Un interesante aspecto de ello es la idea de Homero sobre el uso de los carros. En la Edad de Bronce se utilizaban verdaderamente para el combate, por lo menos así lo hacían los hititas y los egipcios, y tanto las tablillas lineal B como las hititas indican que los griegos también los utilizaban de este modo, como ya veremos más adelante. Sin embargo, en la Ilíada los carros solo se usan para el transporte, aparte de algunas expresiones curiosas que sugieren un vago recuerdo de la situación real, como en las órdenes de Néstor a las tropas pilias: desplegando carros y caballería al frente y la infantería detrás: «El hombre que desde su carro llegue al alcance de otro carro que se abalance con la pica; es mejor esta forma de lucha. (Ilíada, IV, 308). Así pues, la tradición poética solo recordaba vagamente los detalles del combate «heroico» verdadero, y obviamente muy poca poesía micénica sobre la guerra y la vida palaciega pasó a engrosar la tradición épica posterior.

Por consiguiente, es poco probable que la tradición épica se formase en torno a los restos de la ya existente épica micénica sobre el relato de Troya, como se ha supuesto... aun siendo el relato de Troya tema de los poetas en la Edad de Bronce. La parte creativa de la tradición épica pre-homérica empezó a fraguarse en la Edad Oscura que siguió al mundo micénico. Este particular ha sido confirmado por los modernos estudios sobre Homero: fueron los aedos populares de la Edad Oscura quienes contaron sus relatos nostálgicos sobre los grandes días del pasado micénico, y podemos señalar desarrollos paralelos en la tradición épica de muchas culturas, los celtas, los pueblos germánicos y los africanos.

Estas conclusiones pueden resultar deprimentes para aquellos que desearían ver el mundo micénico fielmente reflejado en las historias homéricas. Pero obviamente no descarta la idea de que la historia básica del sitio de Troya, e incluso algunos de los protagonistas, se remonte a la Edad de Bronce, pues la tradición épica puede conservar con precisión acontecimientos sin ni siquiera utilizar la lengua micénica. Y entonces ¿qué pasa con el relato básico?