El Feng Shui de París

Para ampliar mi hipótesis de trabajo quise realizar otro estudio energético en una ciudad más o menos conocida por mí, pero con una estructura urbanística muy distinta a la de Barcelona. Elegí otro gran núcleo urbano, la ciudad de París, una población del interior, de tipo radial, lo cual representaba un reto para mí ya que la puerta principal o entrada de máxima energía de aquel hábitat no era nada fácil de ubicar. Resultó nuevamente un análisis interesante y con una correspondencia energética respecto al Feng Shui de un 80 o un 90%. Después del análisis de las nueve zonas y de las correspondientes características psicológicas y sociales de París, pude ver que la puerta de la ciudad, la entrada más idónea y clara, era la zona 6 (recordemos que en un esquema armónico, las tres únicas posibilidades de puerta están solamente en las zonas 1, 6 u 8).

Así pues, en esta zona 6 de la entrada al París urbano están las estaciones de ferrocarril de Lyón y la de Austerlitz, el Aeropuerto de Orly y la entrada a la ciudad de la gran Autopista del Sol, cuatro lugares de máxima comunicación con el exterior, especialmente por vía terrestre, zona de viajes, de fraternidad y de intercambio, como corresponde a la zona 6 del bagua. También en la misma zona se encuentra el zoológico, el mayor estadio de deportes y la sede de los ministerios franceses y de recaudación de impuestos, lo cual sigue correspondiendo a la energía de dicha zona. (Es recomendable revisar la página correspondiente a las cualidades energéticas de cada una de las zonas del bagua.)

Situando la Catedral de Notre Dame y la íle de la Cité en la zona 5 o centro energético del esquema urbanístico de la ciudad, y la puerta del bagua en la zona 6, anteriormente mencionada, podemos ver que en la zona 1 se encuentra básicamente el antiguo Barrio Latino, la Universidad de la Sorbone, y el Panteón de los patriotas e intelectuales, lugares todos ellos que se caracterizan por contener a gentes de influencia que han marcado el devenir de la historia, no sólo de los franceses, sino de toda Europa. (Lo que corresponde con las características energéticas de la zona 1.) También se encuentra allí un importante observatorio astronómico, el centro lúdico y social de la Torre Montparnasse, y un gran hospital psiquiátrico (Sante Anne), lo cual no es de extrañar si pensamos en la influencia del agua (zona 1) sobre las emociones.

Siguiendo el esquema armónico por la base y hacia la izquierda, nos encontramos con los almacenes Lafayette que marcan el comienzo de una nueva zona, la 8 del bagua del Feng Shui o área de contemplación, reflexión y comunicación. Estos barrios son el gran escaparate de París, con infinidad de boutiques y hoteles de lujo, comercio de alto standing, recintos feriales internacionales, e importantes emisoras estatales de radio y televisión. En esta zona de contemplación y exposición del gran potencial parisino están también las emblemáticas Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad.

Entramos ahora en la zona 3, asociada a la cultura, los ancestros, los maestros, y la salud. En París, el triángulo número 3 del octógono del bagua, que va desde el Sena a la gran vía de les Champs-Elyseés, tiene al fondo un gran bosque, le Bois de Boulogne, el gran pulmón de la ciudad residencial, con grandes mansiones, y extremadamente cultural, puesto que además del perfil psicológico e intelectual de sus habitantes, se ubican los grandes museos de arte contemporáneo.

Inmediatamente más arriba, rodeando les Champs— Élyseés y los barrios de La Concorde y Neuilly, se encuentra la zona 4, es decir, la de la fortuna, la de la prosperidad, la de la riqueza y la de la generación de la economía del país, correspondiendo exactamente al tipo de sociedad que allí habita y trabaja.

En la zona norte se encuentra la zona 9 correspondiente a la fama, al prestigio y a la iluminación. Allí se encuentra el Sacré-Coeur, la gran iglesia blanca en lo alto de la colina que domina la ciudad, y el barrio de Montmartre (con el fenómeno social de la bohéme) cuna del prestigio cultural, artístico e intelectual de la capital francesa (por no decir de Europa). También en esta zona 4 se ubican el prestigioso Museo del Louvre, el Centro Pompidou, y numerosos cementerios (iluminación, consecución, final del camino...) como los de Clichy, Batignoles y Montmartre.

Siguiendo ordenadamente el esquema armónico del Feng Shui, nos encontramos con la zona 2, cruzada por un gran canal que corresponde a la zona de amor, comunicación e interacción. En este área de París se encuentra una vieja y vasta zona de inmigración, de solidaridad entre razas de familias numerosas y sencillas que cubren mutuamente sus necesidades. En el extremo de esta zona se ubica también el gran centro lúdico e interactivo de La Villette, y mucho más lejos, el gran aeropuerto Charles-de-Gaulle.

Finalmente, la zona 7 de París, asociada a la creatividad, se ubica en los viejos barrios llenos de artistas, editores y ecologistas, donde actualmente impera todo lo intelectual y artístico, el sentido de la libertad y la innovación. Uno de los cementerios de más belleza escultórica y paisajista, Pére Lachaise, se encuentra también en esta zona.

¿Será solamente fruto de la casualidad el hecho de que coincidan, en un porcentaje tan elevado, las distintas áreas de las ciudades con los esquemas armónicos del Feng Shui? Tal vez es que los mismos espacios nos hablan, se expresan, nos explican su propio carácter, sus predilecciones, sus potencialidades, como cualquier otro ser vivo.

El hecho de que exista una energía inherente a cada rincón, de que el espacio sea también un ente vivo, tan vivo como todo lo orgánico y usual, nos crea, no solamente una emoción, sino un respeto y un afán de conocer a fondo esta nueva vida (y tan vieja a la vez): el espacio, la energía propia de nuestro hábitat, un ente que debiera poder convivir en armonía con cada uno de nosotros.