El agua como elemento terapéutico en casa

Los profesionales del Feng Shui, sean los antiguos geomantes o los especialistas actuales, consideran al elemento agua como uno de los grandes métodos de armonización de nuestros hogares y uno de los mejores remedios energéticos del Feng Shui para los espacios mal equilibrados.

Los seres humanos no podemos prescindir de ninguno de los cuatro elementos de la naturaleza. Somos agua (líquidos orgánicos), fuego (calor), aire (oxígeno) y tierra (minerales, huesos...). Si nuestra constitución elemental se compone de estos cuatro elementos, es de suponer que, si los colocamos a nuestro alrededor sintonizaremos de inmediato con ellos, es decir, con la Madre Naturaleza.

Especialmente en las ciudades estamos muy lejos de ellos y, poco a poco, sin darnos cuenta, nos vamos desarmonizando. No es tan difícil rodearnos de éstas cuatro sustancias; podemos introducir el elemento fuego en nuestro hábitat, encendiendo, por ejemplo, unas velas o la chimenea en invierno si la tenemos (a menudo son pura decoración por la pereza de conseguir leña...).

Podemos introducir otro gran elemento, por ejemplo, ventilando bien nuestras casas para que entre la energía nutritiva, el aire, limpio y renovado a diario, evitando así el gas radón (de tipo radiactivo) que se acumula en los lugares donde no se renueva el aire (en los rincones, bajo las camas, en los muebles, en el interior de los armarios, en los trasteros, etc).

También podemos acercar el elemento tierra a nuestro hogar teniendo bellos cristales y minerales, piedras, arena, seres vivos (aunque de ciclo lento...) que proceden del subsuelo de la Tierra, o simplemente cuidando nuestras plantas y procurando que siempre tengan su porción de tierra completamente sana, húmeda y nutriente.

El acto de incorporar el elemento agua a nuestra vida (aparte del enorme aporte energético de nuestra ducha diaria) y a nuestro hábitat puede hacerse de varias maneras, según el tipo de vivienda y de los gustos personales de cada uno. Veamos diversos ejemplos prácticos:

• Los acuarios en el interior de un hogar generan mucha vida y animación a su alrededor. Son enormemente beneficiosos y son unos grandes armoniza— dores de nuestra energía personal, no sólo por el agua que contienen, sino porque en los acuarios siempre hay tres de los cuatro reinos de la naturaleza (animal, vegetal y mineral), además de los cuatro elementos (calor, piedras, agua y oxígeno).

• Es interesante situar los acuarios en la zona 1 del bagua, que representa «el viaje o el camino», y que se asocia al elemento agua, porque este elemento energético proporciona, en general, mucha fluidez a nuestro sendero de evolución y a nuestra profesión, y activa todas las actividades evolutivas en general.

• A falta de acuario, podemos tener peceras, cuidadas y limpias, jarros con flores, o simples recipientes con agua fresca, pero en estos casos no hay que olvidar cambiar el agua cada día para que se mantenga transparente y bien energetizada.

• En un jardín o terraza, o en un recibidor, es también beneficioso tener una fuente con agua constantemente cayendo, aunque sea agua de un circuito cerrado. ¡Ojo con los productos químicos añadidos!

A veces es preferible cambiar por completo el agua del circuito cerrado periódicamente. El agua estancada emite una energía muy negativa.

• Según los antiguos geomantes, es preferible que las fuentes, estanques o piscinas estén situadas en las caras norte o sur de la casa, en lugar de en las zonas este u oeste.

Según la Teoría de los Cinco Elementos (de la que trataré en la cuarta parte del libro, y que constituye una visión de la vida y de sus procesos, base de la medicina china y de la acupuntura), el elemento agua apacigua nuestros ataques psicoemocionales, los nervios, la irritabilidad, la ira, el rencor, el odio..., e incluso los pequeños enfados, que generalmente provienen de una alteración de los meridianos del hígado y de la vesícula biliar; a esa alteración patológica y agresiva para la salud, los acupuntores la diagnosticamos como «síndrome de fuego de hígado». Así pues, incorporar el agua, un elemento de naturaleza yin para «apagar el fuego», que es una fuerza yang, genera una enorme sensación de paz y armonía en nuestro estado psicológico y en todo nuestro funcionamiento orgánico.