Correcciones energéticas actuales
Más allá de los clásicos métodos de armonización y de corrección energética propuestos hasta ahora, como son los cuatros elementos naturales, los espejos y su potencial de duplicación de la energía, las esferas de cristal tallado, los móviles y los métodos de armonización a través de la utilización inteligente del color en un hábitat (tal vez no tan clásico, aunque sí experimentado), existen en la actualidad otras alternativas más vanguardistas y muy eficientes, aunque la mayoría de ellas deben ser utilizadas por profesionales con experiencia.
Existen varios remedios caseros para neutralizar diversas geopatías: el corcho, que actúa como semiaislante o neutralizador de los campos magnéticos de las redes del subsuelo; el asfalto, puesto puntualmente sobre un cruce magnético muy alterador; plantas carnosas y con las hojas hacia el cielo puestas en la zona 4 para potenciar la prosperidad, y un sinfín de remedios caseros (de los que se puede encontrar más información en otros libros especializados en las curas del Feng Shui y en libros de geobiología) que ayudan a equilibrar un espacio o un problema puntual. Sin embargo, en este apartado complementario me remitiré a otros medios muy efectivos pero menos conocidos que, de hecho, están más enmarcados en la física cuántica que en la tradición.
Según recientes investigaciones, existen sistemas basados en filtros moduladores de frecuencias que corrigen y neutralizan diversos tipos de patologías energéticas que sufrimos en ocasiones en nuestro hábitat. Los resultados experimentados en las casas corregidas con dichos filtros son muy buenos e interesantes, y es por esa única razón empírica y experimental por lo que creo que también merecen ser mencionados en este libro, de manera que puedan ser aplicados cuando sea necesario en un hábitat conflictivo.
Sin embargo, la utilización de estos nuevos métodos no anula ni invalida la armonización de un lugar en base al esquema de las nueve zonas del Feng Shui, sino todo lo contrario: una vivienda en la que sus habitaciones no estén en correspondencia con la energía y las características de cada una de las nueve áreas del bagua no les va a proporcionar salud y equilibrio a sus habitantes, por muchos filtros que se utilicen. Por el contrario, un lugar armonizado con el esquema del Feng Shui puede ser mucho más idóneo energéticamente si se realizan también tratamientos con dichos filtros moduladores, además de tener en cuenta los posibles conflictos geobiológicos, de los cuales hablaré posteriormente.
En la actualidad, se puede acceder a algunos objetos diseñados especialmente para corregir ciertas anomalías; no obstante, según mi información, hoy existen concretamente dos métodos de filtros ya establecidos y experimentados durante años: el más antiguo se llama «Balance Polar Electromagnético» y el más reciente, «Geocromoterapia», en el que llevo trabajando más de ocho años. Los dos sistemas están basados en las ondas de forma emitidas por los esquemas de la geometría inteligente y la matemática.
El primer sistema citado nos aporta tres tipos de filtros, autoadhesivos y transparentes, que contienen unos diseños de líneas verdes basados en círculos concéntricos, además de algunos diseños de cuadrículas y líneas, situados estratégicamente en el centro de los círculos, según los puntos cardinales y la polaridad del filtro. La principal función de estos tres filtros, o tarjetas (como los llaman los especialistas); es neutralizar las geopatías, los campos electromagnéticos, y las ondas nocivas, tanto las emitidas por los electrodomésticos y las máquinas generadas por nuestra tecnología, como los campos geomagnéticos que provienen del subsuelo terrestre.
El segundo sistema existente, nacido en 1994, emplea básicamente la geometría, el color y la luz; se basa en la utilización coherente de patrones armónicos, los arquetipos básicos de algunas formas geométricas planas (triángulos, cuadrados, pentágonos, decágonos y círculos, básicamente), acompañados de un color específico para cada anomalía. Cada uno de los 22 tipos de filtros existentes está construido bajo una constante matemática, la proporción áurea. Son unos filtros de gelatina de policarbonato, eléctricamente activos, es decir, fotosensibles, que reaccionan ante la luz solar o ante la luz de un flash.
La combinación de algunas frecuencias de color, junto a un determinado patrón geométrico, genera esta serie de filtros moduladores distintos, los del Sistema Geocrom, cada uno de ellos con una función energética específica, adecuada para la Medicina del Hábitat. Además de los principios activos del color y de la geometría, los filtros de la geocromoterapia incorporan también un tercer principio activo: el poder de la luz natural (5.200° K), con el fin de activar las gelatinas y potenciar su acción eléctrica, mórfica y moduladora.
En la dinámica de corrección de un hábitat con este tipo de filtros geométricos, se distinguen dos tipos de tratamiento: un grupo de filtros se utiliza para la neutralización y limpieza de los conflictos energéticos existentes (ya sean geobiológicos o psicoambientales) y el otro tiene la función de potenciar o sublimar las energías positivas propias del lugar o de las personas que lo habitan.
Su práctica terapéutica y sus principios teóricos deben ser aprendidos de forma profesional en los seminarios que realizo periódicamente, o bien en clases particulares o personalizadas para terapeutas del hábitat. En una de mis publicaciones, Fundamentos de la geocromoterapia, se amplía mucho más lo expuesto en este breve capítulo.
Dada la efectividad experimentada en la armonización de muchísimos espacios con estos tipos de filtros moduladores, su intensa acción de cambio, acoplamiento, modulación de frecuencias y los efectos derivados de la variación de códigos existentes, considero que todos estos sistemas actuales abren un amplio campo de trabajo empírico y de investigación teórica, actualmente legítimo y digno de considerar, en especial, para los profesionales.
Para el usuario, es suficiente con que sepa que existen dichos filtros u otros métodos que van más allá del clásico Feng Shui, pero que son un complemento inestimable para la armonía de su hábitat. Considero también oportuno incitar al arquitecto, interiorista, constructor o artista para que obtenga más información al respecto, con el fin de ampliar sus posibilidades de trabajo y de servicio actualizándose con estos métodos mucho más vanguardistas. Aunque sean sistemas un tanto revolucionarios y desarrollados en la última década del siglo xx, se inscriben dentro de un contexto de trabajo con mucho futuro, llamado hasta ahora la «medicina cuántica o vibracional», tanto por lo que respecta a la salud del hombre como a la salud de su entorno.