El I CHING, LA MATRIZ DEL FENG SHUI

Sin embargo, la verdadera matriz del Feng Shui es otra y es bastante anterior a la aparición de dichas escuelas. El arte de conocer las formas y las fuerzas energéticas, de armonizar los espacios y los patrones rítmicos de la vida (ésta sería una definición más específica y certera de Feng Shui) se apoya en los principios teóricos del I chinga uno de los libros más antiguos del mundo, ya que data del año 1122 a. de C., según la versión de R. Wilhelm.

El I chinga o Libro de las Mutaciones, nos proporciona una visión muy profunda del universo y de los procesos de cambio, mutación o transformación de las cosas existentes. Según el filósofo Cari G. Jung y el matemático Leibniz, el libro del I ching fue para China una fuente inagotable de inspiración filosófica y de multitud de aportaciones prácticas que, con el tiempo, fueron derivando en ciencias aplicadas a la medicina, a la física, a la psicología, a la educación, e incluso, a la política. Normalmente el I ching se ha utilizado como oráculo y, por desgracia, ésta ha sido la percepción que ha llegado a Occidente.

Cuenta la leyenda que el libro del l ching fue escrito hace tres mil años por Fu Hsi, considerado como «el padre de la civilización». Un día, este sabio estaba meditando a orillas del río Lo, al norte de China, cuando vio emerger una tortuga del agua. Observando su caparazón, el sabio Fu Hsi, en un destello de inspiración, comprendió que todo el universo se reflejaba en las marcas del caparazón de la tortuga. Más allá de la leyenda, lo cierto es que el I ching se basa en la combinación de ocho signos: los Ocho Trigramas.

Cada trigrama es una forma que se compone de tres líneas, continuas y discontinuas, cuya combinación genera un lenguaje de tipo binario (¡como en nuestros ordenadores actuales!). Estas líneas, tomadas de tres en tres, reflejan el macrocosmos y nos explican el microcosmos.

Las ocho posibles combinaciones de líneas continuas (yang) y discontinuas (yin) originan ocho formas, frecuencias o energías distintas que simbolizan todos los aspectos de la naturaleza. Seguiremos ampliando este concepto una vez expuesta la teoría del yin y el yang, una

de las bases del Feng Shui (y de la medicina china) e imprescindible, no sólo para comprender los trigramas, sino para distinguir si un espacio es demasiado yang o demasiado yin, y realizar las correcciones pertinentes, que aprenderemos en la cuarta parte de este libro.

El I ching se realizó combinando los trigramas entre sí, lo cual dio sabiduría sobre la naturaleza de los cambios de la vida y de todos sus procesos de transformación y evolución.