El bagua o la trama del orden

Hasta ahora hemos dicho que el origen del Feng Shui es el antiguo I ching, el cual se basa en el desarrollo de un código binario que utiliza como símbolos una línea entera y otra partida. Esas dos líneas son representativas de las fuerzas de la polaridad, el yin y el yang. Este código binario, estas dos líneas, al triplicarlas y combinarlas entre sí, generan ocho trigramas, ocho tipos de fuerzas que vamos a aprender a utilizar en el esquema de armonía o bagua del Feng Shui.

Las relaciones existentes entre los ocho trigramas del I ching están ordenadas de manera que crean una trama de orden y de simbolismo energético; a esa trama o pauta se le llama «bagua» y es utilizada en el Feng Shui para componer lo que vengo definiendo como «el esquema armónico de una vivienda», el patrón de armonía de un pequeño territorio o de cualquier lugar que vaya a ser habitado por el hombre.

El bagua, el esquema de armonía, es una distribución de ocho espacios energéticos alrededor de un centro; en total existen nueve espacios dentro de los cuales nos movemos. Este bagua se ha presentado en Occidente como el «cuadrado mágico» de ocho casillas; en numerosos antiguos tratados matemáticos lo encontramos con el nombre de «Cuadrado de Saturno». Respecto a su curiosa ordenación numérica, haré algunos comentarios al final del libro, puesto que existe un interesante paralelismo con el mecanismo del ajedrez. El esquema básico de este cuadrado numérico que se utiliza en el Feng Shui es el que se muestra en la siguiente ilustración:

En mi libro El valor de lo invisible existe un capítulo dedicado a Pitágoras, que recomiendo para una mayor comprensión conceptual del valor profundo de la esencia de los números y de sus energías inteligentes. Si revisamos, sólo por un instante, la Tetraktys Pitagórica, nos percataremos del gran paralelismo existente entre los conceptos de «Mónada» y «Diada», el poder energético del uno y del dos (progenitores de todo lo

existente en el universo), con el simbolismo de los trigramas/matriz que dieron lugar al Feng Shui.

Así pues, dentro de la combinación de las líneas continuas (uno, impar; creativa, cielo, yang...) y discontinuas (dos, par, receptiva, tierra, yin...) que componen cada trigrama, vemos, en primer lugar, el simbolismo de cada una de las ocho combinaciones primarias o trigramas, y en segundo lugar, que dos trigramas generan un equilibrio de polaridad y se denominan signos «opuestos». Su significado individual y su significado de polaridad opuesta, expresados gráficamente, serían como muestra la ilustración siguiente:

Los trigramas opuestos dependen el uno del otro y permanecen siempre conectados en el mundo vibratorio. En el mapa bagua que se utiliza en las armonizaciones de Feng Shui, cada uno de los trigramas se ubica en uno de los ocho lados de un octógono, un símbolo representativo del microcosmos (llamado Pakua del Cielo Posterior o WenWan), con la cualidad energética inherente que en su momento se le dio a cada trigrama.