Notas

[1] Sobre este periodo una obra general recomendable es la publicada por J. Le Gall y M. Le Glay, El Imperio Romano. El Alto Imperio, Madrid, 1995. También J. M. Roldan; J. M. Blázquez; A. Castillo, El imperio romano (siglos I-III), Madrid, Cátedra, 1989. <<

[2] Sigue siendo un clásico, a pesar de los años que han pasado y de excelentes monografías que han aparecido desde entonces, el libro de A. Birley, Marcus Aurelius, Londres, 1966, 29. <<

[3] Frontón, Epistolario, ed. A. Palacios Martín, Madrid, 1992, epist. 38. <<

[4] Catilio Severo, fue aliado de Adriano y era considerado una persona muy culta, véase Historia Augusta, v. Marci, I, 9. <<

[5] H. I. Marrou, Historia de la educación en la antigüedad, Madrid, 1985, 224. La valoración de Homero entre los estoicos se refleja en la obra de Marco Aurelio. <<

[6] A. S. L Farquharson, Marcus Aurelius. His Life and his World, Oxford, 1951, 15. <<

[7] Historia Augusta, v. Marci, II, 3, y Marco Aurelio, 1.10; aparece nombrado por Elio Aristides, Orationes, XXXII. <<

[8] H. I. Marrou, 259 y ss. <<

[9] Podemos leer en una carta al ilustre discípulo algunos de estos consejos: «has comenzado a leer discursos pomposamente adornados. No pretendas poder imitarlos enseguida». Frontón, Epist., 31. <<

[10] Frontón, Epist., 13. <<

[11] A. López Eire, Retórica clásica y teoría literaria moderna, Madrid, 1997, 12, donde señala dos retóricas con utilidades claramente discernibles: una retórica anterior a la pérdida de independencia de la polis clásica (finales de los siglos IV y III a.C.) de carácter eminentemente político y otra posterior, la que conocieron los romanos y pasó a nuestra cultura, que se puede denominar una retórica escolar, propia del ciudadano del mundo o, lo que es lo mismo, adecuada para conducirse apropiadamente el individuo entre otros de su misma clase. <<

[12] P. Hadot, París, 1998, C y nota 1. <<

[13] Hadot, 1998, CVI; también del mismo autor, La citadelle intérieure. Introduction aux Pensées de Marc Aurèle, París, 1997, 16 y ss. <<

[14] Farquharson, 1951, 36 y ss. <<

[15] Historia Augusta, v. Marci, IV, 9. <<

[16] Frontón, Epist., 49. <<

[17] W. Jaeger, Cristianismo primitivo y paideia griega, Madrid, 1995, 58 y ss. Sobre una visión general de las principales filosofías helenísticas y su evolución véase R. W. Sharples, Stoics, Epicureans and Sceptics, Londres, Nueva York, 1996. Una introducción breve a las filosofías helenísticas podemos encontrar en M. Daraki; G. Romeyer-Dherbey, El mundo helenístico: cínicos, estoicos y epicúreos, Madrid, 1996. Son filosofías sustentadoras del individuo y de la naturaleza como puntos de anclaje tras la pérdida del ideal de ciudad, respuesta a una política cada vez en mayor grado hecha al margen de las poleis que pierden la independencia y el principio de autarquía que les eran consustanciales. También M. Donà, Epifanías admirables. Apogeo y consumación de la Antigüedad, Madrid, 1996, donde se explican las relaciones entre una fe cada vez más monoteísta y un sistema filosófico como el neoplatónico, interesado en dotar de una formalización filosófica a dicho proceso. <<

[18] Frontón, Ad M. Caes., IV, 13. <<

[19] Historia Augusta, v. Veri, II, 5. <<

[20] Historia Augusta, vita Antonini, X 4; donde Antonino se ríe del filósofo ante la negativa de éste de acudir al Palacio a dar la clase y le responde: «Le fue más fácil a Apolonio venir desde Calcis a Roma que desde su casa al Palacio» (Historia Augusta. Antonino Pío, trad. de V. Picón y A. Cascón, 103). <<

[21] Historia Augusta, v. Marci, III, 3. <<

[22] A. S. L. Farquharson, The Meditations of Marcus Auretius Antoninus, Oxford, 1989, 149. <<

[23] A. A. Long, La filosofa helenística, Madrid, 1997, 226. <<

[24] G. W, Bowersock, Greek Sophists in the Roman Empire, Oxford, 1969, 15-16; B. Reardon, Courants littéraires grecs des II et III siecles après J. C, París, 1971, 268-274; R. B. Rutherford, The Meditations of Marcus Aurelius. A Study, Oxford, 1989, especialmente 80-89. Desde otro punto de vista M. J. Hidalgo de la Vega, El intelectual, la realeza y el poder político en el Imperio Romano, Salamanca, 1995, donde aborda la relación entre el intelectual que crea una imagen ideal de la basileía y el poder que tiende, cuando menos, a parecerse a ese ideal, representado por el panegírico de Plinio a Trajano, que crea un speculum principis que de alguna manera los sucesores Antoninos tienden a imitar. <<

[25] Cada una de las dos franjas estrechas de púrpura que bajaban paralelamente desde el cuello hasta el borde de la túnica de los caballeros romanos. <<

[26] Historia Augusta, v. Marci, IV, 2. <<

[27] Los salii era uno de los colegios sacerdotales más antiguos de Roma; sus danzas representaban la sacralización de la guerra, que en época arcaica tendían a comenzar con el buen tiempo, la primavera, y se interrumpían antes de que comenzase el malo, en otoño; ellos representaban en sus rituales la apertura y la clausura del ciclo guerrero. <<

[28] Historia Augusta, v. Marci, IV, 2. <<

[29] Historia Augusta, v. Marci, I, 10. <<

[30] Historia Augusta, v. Marci, VI. <<

[31] Los caballeros estaban encuadrados en seis destacamentos, turmae; se le nombra pues comandante de uno de estos destacamentos. <<

[32] Con dicho titulo de carácter honorífico se viene a señalar su herencia dinástica; aunque el término adquiere su sentido constitucional con Augusto tras la reorganización de la iuventus, posteriormente los emperadores reinantes usan el titulo. <<

[33] Historia Augusta, v. Marci, VI, 3. <<

[34] Historia Augusta, v. Marci, VI, 7. <<

[35] Bienhechor, título que en algunas ciudades griegas se concedía a ciudadanos destacados que actuaban, de diversa forma, a favor de la ciudad y de sus habitantes. Posteriormente fue un título concedido a ciertos reyes helenísticos. El término latino sería munificentia. <<

[36] Historia Augusta, v. Pii, X, 2. Según Birley, 116, como ambos eran patricios, la ceremonia debió ser a través del rito de confarreatio, ceremonia en la que Pío, como Pontífice Máximo, y el flamen, sacerdote de Júpiter, hacían compartir a los esposos un pan de espelta, una variedad de trigo. <<

[37] Cabe dentro de lo posible cierta infidelidad de Faustina a Marco Aurelio, lo que no parece probable es recoger como veraces todas las afirmaciones que se vierten sobre ella, al igual que una moralidad tan dudosa que la llevara incluso a conspirar contra su marido; la explicación más probable de la conducta de Faustina con la sublevación de Casio parece explicarse por intentar lograr la sucesión de Cómodo ante los rumores de muerte de Marco Aurelio. La conducta de la esposa del emperador sirve, sin embargo, a los autores antiguos para destacar la virtud de él, la patientia; véase al respecto Birley, 306; Julio Capitolino, el autor supuesto de la vida de Marco Aurelio en la Historia Augusta, debió de contar con fuentes más antiguas, posiblemente de carácter filosenatorial y posiblemente viciadas para desestimar el gobierno de Cómodo; véase W. Görlitz, Marc Aurèle. Empereur et philosophe, París, 1962, 44 y s. <<

[38] Historia Augusta, v. Marci, VI 6. <<

[39] Encargados de velar por el buen funcionamiento de las ciudades, estaban encargados de múltiples tareas, desde mantener el buen estado de los edificios públicos hasta proteger los acueductos para que el abastecimiento de agua a las ciudades no se interrumpiera, Digesto, XXVII, 1, 6, 1-2. <<

[40] Este pensamiento dio título a una monografía de uno de los mejores conocedores de la obra de Marco Aurelio, Hadot, La citadelle intérieure. Introduction aux Pensées de Marc Aurèle, París, 1997. <<

[41] Sobre los sucesos después de la sucesión de Marco Aurelio sigue siendo imprescindible Historia Augusta, v. Marci, VIII y IX. Las monografías imprescindibles siguen siendo A. Birley, 152 y ss. Farquharson, 1951, 76 y ss., W. Görlitz, 91 y ss. <<

[42] Historia Augusta, v. Marci, VIII, 12. <<

[43] Historia Augusta, v. Veri, VIII, 24. <<

[44] Las fuentes romanas no hablan de estos contactos, son únicamente las crónicas chinas las que los cuentan; véase Görlitz, 110 y s., y Birley, 195. <<

[45] Historia Augusta, v. Marci, XII, 8. <<

[46] Para una visión rápida de los problemas que tiene el Imperio a partir de Marco Aurelio, véase R. Rémondon, La crisis del Imperio romano, Barcelona, 1984, 5 y ss.; y sobre la evolución de los pueblos limítrofes, tanto interna como en relación con el Imperio, F. Millar, El Imperio romano y sus pueblos limítrofes. El mundo mediterráneo en la edad antigua, Madrid, 1987, 205-220 y 270 y ss. <<

[47] Millar, 212. <<

[48] Véase Birley, 241 y ss., especialmente 245, donde se afirma la diferencia entre la columna de Trajano y la de Marco Aurelio: mientras en la primera aparece una atmósfera de marcialidad y agresividad con los enemigos, en la columna Aureliana, Marco Aurelio, eje de unión de las diversas escenas, acompañado posiblemente de su fiel consejero Claudio Pompeyano, muestra la guerra como sórdida y enojosa; un sentimiento que representa fielmente el artista en consonancia con el espíritu del emperador. <<

[49] Así es en la vida de Marco Antonino, el filósofo (ed. V. Picón y A. Cascón), Historia Augusta, 124, el procedimiento de purificación: «Fue tan grande el terror que suscitó la guerra contra los marcomanos que Marco Aurelio mandó llamar sacerdotes de todas las partes, practicó ritos extranjeros y purificó Roma con todo tipo de sacrificios; y, habiendo retrasado por estas circunstancias su salida para emprender la guerra, celebró también durante siete días un lectisternio siguiendo el rito romano». El lectisternium, rito de purificación, realizado por primera vez en el 399 a. C., se celebraba para frenar fenómenos especiales y extraordinarios; consistía en servir un banquete a las imágenes de los dioses tumbadas en cojines, con lo cual su presencia parecía más real. La muchedumbre por su parte realizaba plegarias y visitaba los santuarios. Véase J. Bayet, La religión romana. Historia política y psicológica, Madrid, 1984, 115, 142, 151. <<

[50] Historia Augusta, v. Marci, XVII. <<

[51] Originalmente los dediticii, generalmente empleados para pueblos vencidos, habían hecho con Roma una deditio in fidem, una incondicional rendición, y Roma regulaba su status. Posteriormente sirvieron para colocar pueblos dentro de las fronteras romanas con el fin de defender los territorios a ellos asignados. <<

[52] Sobre el desarrollo de la guerra Birley, 217 y ss. <<

[53] Historia Augusta, v. Marci, XXIV, 8 y XXV. Dión Casio, 71, 22, 3 y 23, 2. También de la Historia Augusta, v. Avid. Cass., VII, 2-4; Birley, 253-259. <<

[54] Entre otros Görlitz, 189. <<

[55] Historia Augusta, v. Avid. Cass., VIII y IX, 1-5. <<

[56] Marco Aurelio, Meditaciones, 9.16, donde se afirma que el sufrimiento no sirve para interpretar la realidad sino la actividad de ser racional, principio que va a ser desarrollado con una finalidad claramente radical por el anti-estoico Nietzsche, en su crítica del pensamiento cristiano que se ha apoderado del sentido de la historia. <<

[57] Historia Augusta, v. Marci, XXVIII, 1. <<

[58] Dión Casio, 71, 18-21. <<

[59] Véase entre una amplia bibliografía al respecto Farquharson, 1951, 142 y ss., A. Brunt, «Marcus Aurelius and the Christians», en C. Deroux (ed.), Studies in Latin Literature and Roman History, I, col. Latomus, CLXIV, Bruselas, 1979, 483-520; Birley, 328-331; J. Daza Martínez, «Ideología y política en el emperador Marco Aurelio», Lucentum, 1984, 279-298. También Ferro Gay, J. Benavides Lee, «El cristianismo y el Imperio», Nova Tellus, 1985, 127-148, donde se narran las consecuencias políticas y religiosas de la aparición del cristianismo y la incompatibilidad con los deberes cívicos romanos. <<

[60] Birley, 287 y s., recoge la información de Dión Casio, 71.33. Sin embargo en la v. Marci, XXVIII, 8, se dice que Marco Aurelio se despide rápidamente de Cómodo para no contagiarle la enfermedad. <<

[61] Tertuliano, Apologeticus, 25. Esta localización no suele ser aceptada por la critica histórica. <<

[62] De la amplia bibliografía que ha generado el estoicismo recomendamos la obra de M. Pohlenz; hemos utilizado la edición italiana La Stoa. Storia di un movimento spirituale, II vols., Florencia, 1967, especialmente la primera parte; un amplio trabajo de E. Elorduy, El Estoicismo, Madrid, 1972; la obra clásica ya citada de Long, 111 y ss.; G. Puente Ojea, Ideología e historia. El fenómeno estoico en la sociedad antigua, Madrid, 1990, obra imprescindible a contracorriente de ciertos investigadores sociales que ven más ramas que bosque; y la excelente síntesis de J. Berraondo, El estoicismo, Barcelona, 1992. Trata también aspectos de la filosofía helenística el cuadernillo ya citado de Daraki y Romeyer-Dherbey, con teorías que relacionan la teoría hesiódica de las razas con las «dos razas de hombres» del estoicismo. Igualmente general es la obra de Sharples ya citada. <<

[63] Aunque Zenón era chipriota, por tanto zona tradicionalmente griega, se observa que la mayoría de los filósofos estoicos proceden de regiones de Asia helenizadas y no ocurre como en épocas anteriores que eran originarios de Grecia o de las ciudades helenas de la costa egea, por eso podemos afirmar que estamos ante una filosofía helenística más que helena, al igual que las otras doctrinas que surgen en este período; véase Pohlenz, el capítulo I y especialmente 17 y ss., también Ellorduy, 25-37, quien muestra las diferencias entre Zenón y la filosofía helénica. <<

[64] Véase 6.13; se identifica con el cínico Crates frente al platónico Jenócrates. <<

[65] No es excesivo el recordatorio de Marco Aurelio al segundo de los fundadores del estoicismo y cuando hay alguna referencia ésta es bastante breve, véase índice de nombres. <<

[66] Long, 118. <<

[67] Pohlenz, 359 y ss.; Long, 117 y 192. <<

[68] Long, 118 y 206 y ss. <<

[69] J. Souilhé, Épictete, Entretiens, París, 1975, i, xxxvi y ss. <<

[70] Véase al final el índice de nombres, donde se recogen las veces en que Marco Aurelio utiliza las enseñanzas de Epicteto. <<

[71] Elorduy, 209. <<

[72] Elorduy, 212. <<

[73] Berraondo, 15. <<

[74] Hemos intentado seguir el planteamiento general de J. Marías, Historia de la Filosofía, Madrid, 1985, al igual que la obra de Long, 123-203. <<

[75] Pohlenz, 57 y ss.; también Long, 125 y ss. <<

[76] Long, 121. <<

[77] Pohlenz, 187. <<

[78] Meditaciones, 3.2: «Así, por ejemplo, el pan al cocerse se resquebraja en algunas partes y esas aberturas, a pesar de ser de alguna forma contradictorias al buen hacer del panadero, llaman nuestra atención y mueven especialmente nuestra ansia por comerlo». <<

[79] Meditaciones, 2.1. <<

[80] Elorduy, 222. <<

[81] Elorduy, 213 y ss.; también Berraondo, 111. <<

[82] Elorduy, 224. <<

[83] Hadot, 1998, xii-xxv. <<

[84] Hadot, 1998, tituló la obra Marc Aurèle. Écrits por lui-même. Sobre diversos nombres que ha recibido la obra, véase xxxix. <<

[85] A. Brunt, «Marcus Aurelius in his Meditations», JRS, 64, 1974, 1-20, especialmente 2 y s. y 5. Rutherford, 8-13, opina que es una especie de terapéutica emocional más que un diario. Para Hadot, 1997, 51-67, son como una especie de ejercicios espirituales. Tales propuestas no son tan diferentes de la defendida en el siglo XVII por Th. Gataker, M. Antonini Imperatoris de Rebus Suis. Libri XII, Cambridge, 1652, reeditado en Londres en 1697 y 1707. <<

[86] Hadot, 1998, xl, deja caer esta hipótesis sin defenderla claramente. <<

[87] Farquharson, The Meditations of the Emperor Marcus Antoninus, 2 vols., Oxford, 1944,1, lxxv-lxxvi; también Hadot, 1997, 43, donde señala claramente que estamos ante una obra extraña. <<

[88] Algún estudioso opina que la pretensión de los estoicos es únicamente el control de la ira, cfr. Rawob, Seelenführung. Melhodik der Exerzitien in der Antike, Múnich, 1954. No está muy de acuerdo Elorduy, 223, al afirmar que lo que deseaban los estoicos era más ambicioso, pretendían confiar solamente en el lógos. <<

[89] Epicteto, Enchiridion, ed. R. Alonso García, Madrid, 1993, 1, 2. «Las [cosas] que dependen de nosotros son por naturaleza libres…; las que no dependen de nosotros son débiles, serviles, sujetas a impedimentos y nos son ajenas». <<

[90] Puente Ojea, 215, señala que en la ideología estoica de la Roma imperial vuelve a mostrarse la dialéctica de las vertientes interior y exterior de la vida humana, produciéndose una ambigüedad explicativa a los problemas resultantes de la trama social. <<

[91] Pohlenz, 121 y ss. <<

[92] Meditaciones, 3.16: «Cuerpo, alma e inteligencia. Las sensaciones son del cuerpo, los impulsos del alma, las convicciones de la inteligencia». <<

[93] La línea fundamental del estoicismo es monoteísta, existe una sola divinidad, pero esto no impide reconocer como dioses las manifestaciones visibles del único ser primero, Pohlenz, 190. Marco Aurelio, al igual que antes Epicteto, emplea indistintamente el nombre de Dios, dioses o incluso el nombre de Zeus, y todos ellos tienen un sentido similar. Véase Brunt, 1974, 15. <<

[94] Al respecto puede consultarse el índice temático. <<

[95] Hadot, 1997, 231 y ss. <<

[96] Elorduy, 224 y ss., afirma que los estoicos establecen automáticamente unas reglas de convivencia innatas que permiten lograr la armonía social. <<

[97] «Animula vagula blandula / Hospes comesque corporis / Quae nunc abibis in loca / Pallidula, rigida, nudula». <<

[98] Este apartado de la introducción es responsabilidad del traductor, F. Cortés Gabaudán. <<

[99] Véanse a este respecto, los capítulos de la sección de la introducción dedicados a la infancia y educación de Marco Aurelio. <<

[100] Rutherford, 7-8. <<

[101] Filóstrato, Vida de los sofistas, 2.566. Sobre la cuestión véase Rutherford, 81 y ss. <<

[102] Véase en la sección de la introducción «La obra de Marco Aurelio», «Aspectos previos». Hadot, 1998, xxviii y ss., considera que la obra estaba exclusivamente pensada para sí mismo y hace un recorrido por la historia de esta interpretación. Sin embargo, existe otra línea interpretativa que sin llegar a pensar que fuera una obra para un público amplio, considera que está escribiendo para alguien más que para si mismo; cfr. Rutherford, 10 y ss. <<

[103] F. H. Sandbach, The Stoics, Londres, 1975, 176. <<

[104] Rutherford ha desarrollado el tema con amplitud en su capítulo, «Theme and Variation», 126 y ss. <<

[105] A este respecto hemos procurado que el índice de nombres cumpla también la función de un índice de citas. <<

[106] El interés por Eurípides viene por las frases que hace decir a sus personajes en la aceptación de la muerte, uno de los grandes temas de Marco Aurelio. <<

[107] La referencia a Séneca es muy discutible porque en todo caso sería sólo como fuente sobre los epicúreos; esa información, aunque nosotros la conozcamos por Séneca, Marco Aurelio podía conocerla por otra vía. <<

[108] Frontón, Epist. ad Caes., 4.1.3. <<

[109] Según Hadot, 1998, xxxv, de los 470 pasajes que conforman los libros II a XII existe un diálogo en segunda persona referido por desdoblamiento del yo en más de 300. <<

[110] E. Norden, La prosa artística griega. De los orígenes a la edad augustea (= Die antike Kuntsprosa) (trad. de O. Álvarez y C. Tercero), México 2000 (= Leipzig 1898), 30 y ss. <<

[111] Cicerón, De oratore, 3.66: «Accedit quod orationis etiam genus habent fortasse subtile et certe acutum, sed, ut in oratore, exile, inusitatum, abhorrens ab auribus vulgi, obscurum, inane, ieiunum, ac tamen eius modi, quo uti ad vulgus nullo modo possit». Sobre el desarrollo en Roma de esa forma de expresión es imprescindible el estudio de G. Moretti, Acutum dicendi genus. Brevità, oscurità, sottigliezze e paradossi nelle tradizioni retoriche degli stoici, Bolonia, 1995. <<

[112] Este apartado es responsabilidad del traductor, F. Cortés Gabaudán. <<

[113] En las referencias al aparato crítico de Dalfen, Hadot y al comentario de Farquharson no se especifica la página por entenderse que se remite al pasaje en discusión. <<

[114] Esta dependencia es todavía más acusada en las traducciones al inglés; así la traducción de R. Hard, Marcus Aurelius. Meditations, en Wordsworth Classics, 1997, se aparta realmente muy poco de Farquharson. <<

[115] Anio Vero, Marco, véase el índice de nombres. <<

[116] Según la interpretación habitual, Marco Aurelio no afirma poseer por herencia estos rasgos, sino más bien es lo que más admira en estas personas allegadas y es aquello a lo que tiende. Concretamente el mal humor y la irritabilidad debían ser rasgos no queridos de su carácter; sin embargo, su control era uno de los ideales estoicos como se comprueba por el propio término que usa. <<

[117] Anio Vero, véase el índice de nombres. <<

[118] Domicia Lucila, véase el índice de nombres. <<

[119] Catilio Severo, véase el índice de nombres. Quintiliano, 1.2 discute sobre la educación pública y privada, haciéndose eco de un tema debatido en la época. <<

[120] No se conoce su nombre. Sí sabemos que lloró a su muerte tal como comenta la Historia Augusta, vita Pii, X, 5. <<

[121] Alude a facciones en el circo. En ese momento, la pasión por los juegos, especialmente por los espectáculos de gladiadores, afectaba a toda la ciudadanía romana, ricos o pobres, cultivados e ignorantes. Sus organizadores adquirían gran prestigio, en cuya búsqueda a veces llegaban a la ruina. Había cuatro facciones que se identificaban con colores: rojo, azul, blanco y verde. Estaban organizadas y movilizaban amplios estratos de población. Véase A. Cameron, Circus Factions. Blues and Greens at Rome and Byzantium, Cambridge, Mass., 1980 <<

[122] Sigue aludiendo a facciones, ahora de los combates del anfiteatro nombradas por los distintos tipos de escudo según las nacionalidades de origen. <<

[123] Véase el índice de nombres. <<

[124] Se jugaba entre dos y se trataba de que la codorniz tras recibir golpes en la cabeza no saliera de un círculo trazado en el suelo; cfr. Poll., IX 102, citado por Hadot, 1998. <<

[125] Filósofo platónico del siglo II d. C. <<

[126] Es un nombre muy chocante del que no sabemos nada. Hadot, 1998, propone sin apoyo manuscrito en su lugar a Basílides de Escitópolis, filósofo estoico del siglo II d. C. <<

[127] No sabemos precisar de quién se trata al ser un nombre bastante corriente. Gataker (editor del texto en el siglo XVII) propuso Maeciano, con quien según la Historia Augusta habría estudiado leyes, pero parece poco probable, como señala Hadot, 1998, lxxxiii. <<

[128] Parece que se refiere a lo que hoy designamos como educación espartana. Hadot, 1998, propone modificar el texto y sustituir ‘helénico’ por ‘lacónico’, equivalente de espartano. <<

[129] Junio Rústico, véase el índice de nombres. <<

[130] Referencia a la segunda sofística. <<

[131] Ciudad de Campania. <<

[132] Apolonio de Calcedonia, véase el índice de nombres. <<

[133] Sexto de Queronea, véase el índice de nombres. <<

[134] Máxima del ideal estoico, cfr. 1.17.11. <<

[135] Alejandro de Cotieo (Frigia), véase el índice de nombres. <<

[136] Véase el índice de nombres. <<

[137] Alejandro de Seleucia (Cilicia), véase el índice de nombres. <<

[138] De Catulo Cina sólo sabemos que es un estoico de la época. <<

[139] Sólo sabemos que ambos personajes eran estoicos. <<

[140] Claudio Severo, véase el índice de nombres. <<

[141] Senadores estoicos que padecieron hasta la muerte la persecución imperial, el primero se suicidó en época de Nerón, el segundo fue asesinado bajo Vespasiano. Probablemente el motivo de su muerte fue más que el estoicismo las tensiones entre los senadores y el emperador. <<

[142] Se piensa que hace alusión a Dión de Siracusa. La mención aquí de este político siracusano responsable de la intervención de Platón en los asuntos de Siracusa se debe a que es uno de los miembros de la pareja de las Vidas paralelas de Plutarco junto con Bruto, ambos son platónicos y luchadores contra la tiranía. <<

[143] Véase el índice de nombres. <<

[144] Seguimos el texto de Hadot, 1998; Dalfen piensa que existe una metáfora musical en ambos términos, lo que daría lugar a una traducción del tipo «la armonía y el buen tono». <<

[145] Claudio Máximo, véase el índice de nombres. <<

[146] Se entiende su padre adoptivo: Antonino el emperador; a su padre real lo ha mencionado en1.2, véase el índice de nombres. <<

[147] Esta expresión, que encarna la idea estoica de justicia, la usa Marco Aurelio nada menos que en catorce ocasiones. <<

[148] Alusión a la homosexualidad que al gusto griego se practicaba entre hombre adultos y muchachos en su adolescencia. La homosexualidad no estaba condenada en Roma, al menos en época imperial; sin embargo no eran bien mirados quienes en las relaciones homosexuales actuaban de receptores, sobre todo si eran ciudadanos adultos; dicha cortapisa venía dada por el carácter blando y femenino que se suponía en quien desarrollaba tal práctica sexual. Al respecto puede verse entre otros los trabajos de J. Griffin, «Augustan Poetry and the Life of Luxury», JRS, 66, 1976, 87-105. También J. Bernay-Vilbert, «La répression de l’homosexualité dans la Rome Antique», Arcadie: Revue littéraire et scientifique, 250, 1974, 443-456. <<

[149] Referencia a las obligaciones que debía tener el cliente con su patrono. Las obligaciones del cliente con su patrono eran, por un lado, laborales: tenía que trabajar para éste durante un tiempo determinado, según sus necesidades coyunturales; además debía cumplir con lealtad política hacia su «señor», apoyando sus iniciativas legales o simplemente votando a quien el patrono designara; también los clientes debían darle apoyo defensivo, siendo una especie de «guardia privada» del mismo. Un acto cotidiano simbolizaba perfectamente la relación vasallática que existía entre amo y subordinado: los clientes debían aguardar todas las mañanas a la puerta del patrono para saludarlo y esperar a que éste se dignase invitarlos a su casa o bien acompañarle por las calles de la ciudad a diversos lugares públicos, entre ellos el Foro; puede consultarse la obra de R. Saller, Personal Patronage under the Early Empire, Cambridge, 1982. <<

[150] Aquí existe en los manuscritos una fiase que Dalfen, creemos que con razón, piensa que es una interpolación con el siguiente texto: «y no: “estuvo ausente de la indagación y se ha conformado con sus lucubraciones superficiales”». <<

[151] El no depender de nada es lo que hace que su aspecto pueda ser siempre radiante, cfr. 3.5. <<

[152] Utiliza aquí la palabra latina uernaculus, cuyo significado propio es el de esclavo nacido en la casa; de ahí pasó al significado de obsequioso, servil, y también el de impostor, charlatán. <<

[153] Hadot, 1998, da aquí por buena una pequeña frase de los manuscritos, «el mantener las costumbres patrias», que no añade nada al sentido; Dalfen con buen criterio considera que se trata de una interpolación. <<

[154] Existe divergencia en los manuscritos: Hadot, 1998, lee el equivalente de ‘moderación’, mientras que Dalfen lee ‘adiestramiento’. Sobre el contenido véase la noticia de Antonino en el índice de nombres. <<

[155] Se refiere a los repartos de vino, aceite, cereales, etc. que de forma gratuita se hacían entre los habitantes de Roma. «La preocupación por el bien común» es una cualidad del buen gobernante que debe ir asociada a no tener un excesivo afán constructor (26); la actividad edilicia desmedida es una de las características que definen al tirano frente al buen gobernante. Tampoco debe buscar el princeps optimus, el buen emperador, el favor de la turba (15). Sin negarle a Antonino su mesura en sus aficiones y en el gasto público, las reservas del Estado tras su muerte ascendían a 675 millones de denarios, tampoco escatimó en emplear el dinero propio y el estatal en diversos menesteres: al llegar al poder distribuyó un congiario, al pueblo y al ejército, práctica corriente entre los emperadores, y contribuyó con grandes cantidades a las obras emprendidas por Adriano. <<

[156] En una relación de cuidados del cuerpo y de la vida doméstica, sólo se puede entender referido a su propia casa, en el sentido de que no estaba todo el tiempo haciendo obras y mejoras. <<

[157] Se refiere a su atractivo sexual. <<

[158] Todo este punto es de difícil comprensión porque hace alusiones que no entendemos. Esto ha dado pie a numerosas interpretaciones y propuestas de enmienda sin que ninguna de ellas sea del todo convincente. Seguimos el texto de Dalfen. <<

[159] Lorio (hoy Castel di Guido) estaba en la vía Aurelia a unos 20 kilómetros al oeste de Roma. Allí tenía un palacio Antonino; cfr. Hadot, 1998. <<

[160] Lanuvio (así se llama también hoy) es una ciudad del Lacio, al S. de Roma, cerca del lago de Albano; era el lugar de nacimiento de Antonino, quien también tenía tierras allí. <<

[161] Una localidad cercana a Lanuvio. <<

[162] Se trata de una chreía, anécdota que sirve para describir el carácter de la persona de la que se está hablando. Nuestro problema es que no conocemos el contenido de la anécdota. <<

[163] Parece que hace alusión a una expresión aplicable a personas turbulentas que sudan por su carácter colérico o impulsivo. <<

[164] Alusión a Platón, Banquete, 219e-220a, donde se refiere que Sócrates era el que más aguantaba sin comida o bebida, pero si había en abundancia era también capaz de disfrutarlo más porque entre otras cosas podía beber mucho sin emborracharse. <<

[165] La frase «es propio de un hombre que tiene un espíritu articulado e invencible» es considerada como glosa por Dalfen. Discusión larga sobre el pasaje en Hadot, 1998, 45-46. <<

[166] No entendemos muy bien en qué es aplicable lo que se ha dicho antes con la enfermedad de Máximo porque se puede suponer que fue una prueba que resistió bien gracias a su carácter Antonino, pero no se entiende en qué pudo disfrutar. <<

[167] Ania Cornificia Faustina casó con un noble romano, Umidio Quadrato (¿cónsul en el 167?); parece ser que murió joven. <<

[168] Alusión al carácter colérico de Marco Aurelio, que contrasta con el buen carácter del resto de sus familiares y amigos que ha ido citando en este libro primero. <<

[169] Una mujer con la que convivió Marco Annio Vero después de la muerte de su esposa. <<

[170] Referencia a la castidad. <<

[171] Se expresa mediante una asociación de ideas que favorece la polisemia de hóra en griego, término que aparece dos veces en la frase, en un caso lo traducimos por «flor de la juventud» y en otro por «su momento». <<

[172] Primera referencia a Lucio Vero, hermano por adopción por cuanto que Antonino adoptó a Marco Aurelio y a Lucio Vero en el mismo momento. A la muerte de Antonino ambos fueron nombrados emperadores. No ha sido citado antes porque no es hermano de sangre. Véase el índice de nombres. <<

[173] La vida según la naturaleza es una fórmula que resume el ideal estoico, heredada de los cínicos. <<

[174] Existen dudas textuales en cuanto a si debe leerse «iluminaciones» como inspiraciones procedentes de la divinidad o sencillamente «pensamientos», como quiere Hadot, 1998. <<

[175] Se piensa que ambos compartían el lecho de Adriano, por tanto, sólo pudo conocerlos cuando era todavía muy joven. Se puede por tanto entender, en un sentido genérico, que no tuvo relaciones sexuales con esclavos de este tipo. <<

[176] Ania Galena Faustina, mujer de Marco Aurelio. Véase el índice de nombres. <<

[177] A pesar de que Marco Aurelio contó con el mejor médico de su tiempo, Galeno, es curioso que mantenga la concepción de la medicina inspirada por sueños de la divinidad, propia de los templos de Asclepio, a quien, por otra parte, cita en 5.8. <<

[178] Pequeño puerto de mar en Campania. Existe aquí una corrupción en el texto que no es posible reconstruir con seguridad. <<

[179] Aparece aquí el desprecio de Marco Aurelio por la filosofía especulativa y la lógica. Para él la única filosofía que merece la pena es la moral que inspira normas de conducta práctica. <<

[180] Población sueva asentada en la zona septentrional del Danubio que junto con los marcomanos representó una amenaza constante para la frontera romana del Danubio. La expedición emprendida por Marco Aurelio contra cuados y marcomanos, contemporánea con la redacción de las Meditaciones, se fecha entre los años 172 y 174. <<

[181] Un afluente del Danubio. <<

[182] Traducimos así noûs, término muy marcado filosóficamente en griego. <<

[183] El alma racional, lógos, noûs, tò hegemonikón (principio rector), es lo que compartimos con el lógos universal que a su vez es la divinidad. Esa parte, por tanto, es el elemento divino del que disfruta el hombre. <<

[184] Esta misma trilogía aparece expresada de forma más clara en 3.16: cuerpo, alma e inteligencia (sôma, psyché y noûs). Véanse las notas al respecto. <<

[185] Pneumátion, emparentado directamente con pneûma, ‘aliento’, al que los estoicos, especialmente Crisipo, habían otorgado gran importancia en su física. En el siglo I a. C. hubo una escuela de médicos pneumatistas que dieron también gran relevancia a este elemento en la explicación de la fisiología y la enfermedad. <<

[186] Expresión de los estoicos para referirse al alma racional, que debe ser quien guíe y dirija la actuación del hombre; de ahí su nombre, tò hegemonikón. <<

[187] Estas tres pequeñas oraciones muchos editores consideran que están desplazadas. Seguimos a Dalfen, que sigue con fidelidad el texto de los manuscritos, aunque parece muy posible la otra hipótesis. <<

[188] Referencia a la fisiología galénica con la que, según Farquharson, 1944, II, Marco Aurelio debía estar bastante familiarizado, incluso podría haber asistido a sesiones de disección. <<

[189] Se han dado dos interpretaciones, una, la más habitual, que «despejar las nubes» se refiere a serenarse el ánimo, otra que alude a entender con claridad. <<

[190] Farquharson, 1944, II, propone, en la estela de Gataker (editor del texto en el siglo XVII), un cambio en el texto para facilitar su comprensión; según él habría que entender «te estás maltratando a ti misma, alma». Otros editores han propuesto una negación previa: «no te humilles…». Pueden tener razón porque el sentido del párrafo y del pensamiento de Marco Aurelio en su conjunto es contrario a esta declaración inicial. Debe entenderse, por tanto, el texto en sentido irónico. <<

[191] Véase el índice de nombres. <<

[192] Farquharson, 1944, II, interpreta que esta comparación va en contra del principio estoico de que todas las faltas son igualmente graves, de ahí que lo justifique como una forma de hacerse entender por un público poco especializado. <<

[193] Cfr. Aristóteles, Retórica, 1369. <<

[194] Expresa aquí por primera vez la teoría de lo ‘indiferente’, aunque sin emplear el término. Cfr. 5.20 y la nota. Es una forma de justificar la inexistencia del mal: aquello que parece ser una desgracia no lo es en realidad porque eso es algo que debe sernos indiferente y que no debe afectar al alma racional. <<

[195] Es una cita a Píndaro posiblemente a través del Teeteto de Platón, 173e, que es por donde conocemos también el texto. Esta cita era clásica para referirse a las preocupaciones del filósofo ajenas a la ciudad y a sus vecinos. Por otra parte, todo el pasaje aparece citado en la Suda, especie de enciclopedia bizantina del siglo X, en la definición de daímon, que traducimos por «espíritu divino» y que equivale al latino genius. <<

[196] Se interpreta que está aludiendo a la astrología. <<

[197] La compasión era un sentimiento por completo ajeno al sistema ideológico estoico, sólo se justifica por desconocer cuáles son los verdaderos bienes y males; cfr. 5.36. <<

[198] Existe una reminiscencia de una máxima de Epicteto transmitida por Arriano, en la que se compara la incapacidad de distinguir entre el negro y el blanco con la de distinguir lo bueno de lo malo, Arriano, Epict., I 18.6. <<

[199] Es una alusión a un pasaje conocido por Diógenes Laercio de una comedia perdida de Menandro, Hippokomos, Kock, 249, Sandbach y Körte, 215, uno de cuyos personajes es Mónimo, el cínico al que alude Marco Aurelio; el texto citado concretamente es «todo lo supuesto es humo». ‘Suposición’ se refiere tanto a nuestros juicios como a lo que imaginamos. <<

[200] Se refiere a las críticas contra la afirmación de Mónimo que se cita; Marco Aurelio, en interpretación de Farquharson, 1944, II, aplica del dicho sólo que las cosas son buenas o malas según el juicio que nosotros hacemos sobre ellas, no porque realmente lo sean, pero no está de acuerdo con el escepticismo total que está detrás. <<

[201] Epicteto, transmitido por Arriano, I 11.35, usa las mismas palabras con el mismo sentido figurado referido a que debe ser cercenado lo que nos induce a malos comportamientos. <<

[202] En griego la palabra que hemos traducido por «absceso» tiene una fuerte relación etimológica con la que traducimos por «separación». <<

[203] No cabe duda de que es una alusión a Heráclito. <<

[204] Era el lugar de los cuarteles del ejército, cerca del actual Haimburg, en las campañas de 171 a 173 contra los germanos, marcomanos y cuados. <<

[205] Se usa una expresión que probablemente ya usó Crisipo para referirse al suicidio, cfr. Plutarco, 1042d y von Arnim, Stoic, 3. 759. Los estoicos eran partidarios del suicidio en caso de enfermedad o para beneficiar a la patria, familiares o amigos. <<

[206] El pasaje alude a expresiones estoicas para hablar del mal como aquello que es concurrente a lo natural pero no fue expresamente creado. <<

[207] Aparentemente es un defecto pero protege al león de los rayos del sol y le permite ver con precisión. <<

[208] El sentido es que uno empieza viendo la belleza de cosas que aparentemente son revulsivas en la pintura, después en la propia realidad. <<

[209] Médico griego de Cos del siglo V a. C. al que se consideró desde la antigüedad fundador de la medicina científica griega. Fue el médico griego por antonomasia. <<

[210] Véase la noticia biográfica de estos personajes en el índice de nombres. <<

[211] Como remedio para la hidropesía. <<

[212] Como señaló ya el primer editor renacentista del texto, Xylander, Marco Aurelio comete un error y atribuye a Demócrito lo que se considera que fue la muerte de Ferécides de Siro. <<

[213] Referencia a sus acusadores. <<

[214] Es un topos del género consolatorio. La misma idea expresa Sócrates en la Apología platónica, 40c. <<

[215] Entre otras explicaciones de este texto, la mejor es que no necesita ni juramento ni testigos para dar fe de que ha cumplido su deber porque está en paz con su conciencia o su divinidad interior. También puede ser alusión al juicio al que se someten las almas tras la muerte del que habla Platón en Gorgias, 523c. <<

[216] Como se ve en 1.16.11 el hecho de estar radiante depende en buena medida de ser autosuficiente, de no necesitar cosas externas. <<

[217] Puede referirse a varios pasajes de Platón; Dalfen lo pone en relación con un texto de Epicteto transmitido por Arriano, III 12.15 referido a Apología, 38a; parece preferible la propuesta de Farquharson, 1944, II, que entiende que se refiere a Fedón, 83a-b en donde Platón hace decir a Sócrates que el alma debe alejarse de los placeres, de los deseos, de las tristezas y de los temores, doctrina retomada por los estoicos. <<

[218] Se entiende como una reflexión que intenta rebatir el razonamiento general. Es una máxima de los sofistas que puede asumirse parcialmente en lo tocante a lo que conviene a la razón, puesto que ésta es nuestra parte divina. <<

[219] Cfr. Epicteto trasmitido por Arriano, III 22.13-14. <<

[220] De acuerdo con la teoría del conocimiento estoica, el conocimiento par te también de suposiciones, cuanto mayor sea la compenetración con la naturaleza más acertadas serán esas suposiciones; cfr. 2.15. <<

[221] Es un término técnico estoico referido a la capacidad para tomarse un tiempo en la reflexión. <<

[222] Usa un término técnico de los estoicos, phantastós, que traducimos «lo que provoca la representación»; cfr. la Introducción. <<

[223] Como señala Farquharson, 1944, II, existe un juego de palabras con los nombres de las Moiras o las Parcas, concretamente Láquesis y Cloto. <<

[224] Traducimos así el término técnico de la filosofía estoica tà mésa, lo que no es ni bueno ni malo desde una perspectiva moral. <<

[225] Está claro que se está aludiendo a los significados morales de estos términos y también que los tres primeros son negativos (robar, sembrar, comprar) y los dos últimos son positivos (mantener la tranquilidad, ver qué debe hacerse). <<

[226] Cfr. 2.2, con pequeñas sustituciones: las carnes ahora son el cuerpo, el hálito ahora es el alma y el principio rector es la inteligencia. Los tres términos griegos, sôma, psyché y noûs, tienen una carga filosófica enorme. Como vemos, el alma (lo mismo ocurre en latín con el término anima de donde procede ‘alma’) es también atributo de los animales que tienen apetitos y no sólo del hombre. Los hombres se distinguen de los animales por la razón. <<

[227] Tirano siciliano de Agrigento en el siglo VI a. C. famoso por su extremada crueldad. <<

[228] Véase el índice de nombres. <<

[229] Puro en el sentido de que la parte racional no está contaminada por la corporal. <<

[230] Es un término estoico. Como vemos por 6.50, la reserva se aplica a que uno no tiene que enfrentarse a imposibles. <<

[231] Se entiende el arte de saber vivir, cfr. 11.5. <<

[232] La idea de la interdependencia de unos con otros es muy querida a Marco Aurelio. Los seres inferiores están en función de los superiores y éstos unos por otros. Cfr. 5.16, 30; 7.55; 9.1 y 11.18. <<

[233] El dilema es entre asumir la postura de los estoicos que creen en la existencia de una providencia, de un orden, o la de los epicúreos que creen que todo se reduce a átomos. <<

[234] Cfr. el siguiente pasaje 4.4. <<

[235] Cfr. 3.16, donde el alma, como hálito vital, es la sede de los apetitos. <<

[236] El hálito se revuelve suavemente en los placeres y violentamente en las pasiones. <<

[237] Cfr. 2.15. Es un aforismo de Demócrito, Nauck B 115. <<

[238] Desde Aristóteles se prefiere en la formulación de los cuatro elementos que componen toda la materia la alusión a sus cualidades características. Por el uso de pneumatikón (traducido por «lo que es hálito») y no aerodes (‘aéreo’), está aludiendo a los elementos en el cuerpo humano, cfr. 10.7. En la física estoica se aludía a los elementos por sus cualidades y se le daba un papel importante al pneûma. <<

[239] Cfr. la máxima de Epicteto: «A ti no te perjudicará otro si tú no lo quieres. Estarás perjudicado cuando supongas que lo estás». Enchiridion, 30. <<

[240] En referencia a la idea de que con el tiempo lodo se llega a igualar y se establece así una justicia. <<

[241] La razón es el principio generador origen de toda la vida. <<

[242] Era la ofrenda típica de la religiosidad popular. <<

[243] Existe aquí una corrupción textual sobre la que los editores no se ponen de acuerdo. <<

[244] Referencia a la muerte. <<

[245] El símil de que la vida humana es como una llama que se enciende y apaga aparece, con las mismas palabras que aquí, ya en Heráclito, frag. Nauck B 26. 30; cfr. también Séneca, Epist., 54.5. Por otra parte puede haber una alusión a las carreras de antorchas en las que corrían equipos por relevos que se iban pasando la llama de una antorcha, símil frecuente en la literatura latina, en cuyo caso habría que traducir al final de la frase «que la encienden y la apagan» referido a la memoria. <<

[246] Se entiende en caso de no ser elogiado. <<

[247] Describe el proceso de la digestión tal y como lo veían los médicos del momento, el alimento transformado en sangre contribuye a los elementos aire y fuego del organismo. <<

[248] Rey mítico de Atenas; por tanto la ciudad a la que se refiere es Atenas. Por otra parte es un verso de Aristófanes, cfr. 110 K. <<

[249] Cita a Demócrito, Nauck B 3, fragmento conocido por Estobeo con otra formulación pero con el mismo contenido. Era una máxima asumida por los epicúreos, de ahí la crítica parcial. <<

[250] Se ha discutido sobre el significado de este pasaje. Para algunos es una explicación de la mención que se hace al carácter sombrío de 4.18 y el pasaje está fuera de su lugar primitivo; para otros Marco Aurelio está pensando en el carácter de emperadores como Tiberio, Calígula, Nerón, etc. <<

[251] Referencia a los cínicos. <<

[252] Cfr. Séneca, E 17.7: «Es posible alcanzar la filosofía, incluso sin viático», citado por Farquharson, 1944, II. <<

[253] Trannoy entendió que el texto estaba alterado porque, dada su educación, no parece que Marco Aurelio pueda afirmar que no tiene conocimientos. Su enmienda, aceptada por Farquharson, 1944, II, pero no por Dalfen, da el siguiente texto: «Yo, por mi parte, tengo los alimentos que proporcionan los conocimientos y no permanezco firme». <<

[254] Furio Camilo, Marco. Cónsul y dictador en varías ocasiones a principios del siglo IV a. C., festejó varios triunfos por sus victorias sobre los faliscos y por la toma de la ciudad de Veyes. Pero sobre todo era famoso por haber expulsado a los galos tras haber saqueado la ciudad de Roma, por lo que se le concedió el título de padre de la patria, aunque hoy se pone en duda la autenticidad del relato; cfr. Tito Livio, V 14-26. <<

[255] Cesón Fabio Vibulano fue uno de los trescientos miembros de la gens o clan de los Fabios que pereció a manos de los habitantes de Veyes en el hecho de armas que tuvo lugar en el arroyo Cremera el año 477 a. C. cerca de esa ciudad, conocido como el desastre de Cremera; cfr. Tito Livio, 2.46-50. <<

[256] El nombre Volesus o Volosus es un gentilicio itálico que usaron algunas familias romanas, concretamente la de los Valerios; así uno de ellos es designado como Manlio Valerio, hijo de Voluso Máximo. Fue nombrado dictador en el año 494, intentó mediar en las disputas entre patricios y plebeyos; cfr. Tito Livio, 2.30-1. Consiguió, en una situación comprometida para Roma por revueltas sociales internas, formar un ejército contra los sabinos. Quizá esté aludiendo a este personaje, pero no existe ninguna seguridad; cfr. Kleine Pauly, «Valerius» 40. <<

[257] Curio Dentato, militar y político romano del siglo III a. C. Luchó contra los samnitas, sabinos, Pirro, etc. Como a los anteriores se le cita como representante de una vieja familia romana muy importante en su época pero ya desaparecida y olvidada. <<

[258] Puede referirse tanto a Publio Cornelio Escipión Africano, que derrotó definitivamente a Aníbal en Zama en el año 202 a. C., como a Publio Cornelio Escipión Emiliano Africano, nieto del anterior, que destruyó de forma definitiva Cartago en el año 146 a. C. <<

[259] Parece referirse a Catón el censor, Marco Porcio Catón, 234-149 a. C., famoso político y orador de su momento, representante de una familia opuesta a la de los Escipiones, más que a Marco Porcio Catón de Úyica, 95-46 a. C., representante del estoicismo romano. <<

[260] Una de las Moiras o Parcas que tejen el destino de las vidas individuales. <<

[261] Existe por las palabras una alusión clara a 4.26. <<

[262] Sobre el «principio rector», cfr. 2.2 y 3.4, 9. Esta es la traducción del texto de Dalfen, que suprime un par de palabras que no encajan sintácticamente si no se les cambia el caso. El texto de otros editores da una traducción del tipo: «recapacita en lo que guía a los prudentes…». <<

[263] Fr. 26 de Schenkl. <<

[264] Reminiscencias evidentes de Heráclito. <<

[265] Parece aludir a la rapidez con que se marchita la rosa o se pudre la fruta. <<

[266] Nauck B 76. No se puede determinar hasta qué punto está citando literalmente. Existen referencias al mismo pasaje en otros autores contemporáneos como Plutarco, De E apud Delphos, 392c y Máximo de Tiro, 41.4. <<

[267] Sigue mencionando textos de Heráclito que sólo conocemos por esta cita en la que es muy difícil separar qué es de Marco Aurelio y qué de Heráclito (Nauck B 71, 72, 73, 74). <<

[268] Es probable la referencia a la muerte de Sócrates, Platón, Critón, 44b, cuando comenta que ha soñado que una mujer bella le ha anunciado que morirá dos días después. <<

[269] Cfr. 3.3, que tiene resonancias evidentes con todo este pasaje; allí se aludía a la muerte de Hipócrates entre los médicos, a los caldeos como adivinos de muertes ajenas, a las ciudades arrasadas por generales que también murieron, etc. <<

[270] Ciudad del N. del Peloponeso en Acaya que sucumbió en un terremoto y se hundió en el mar en el año 373 a. C. <<

[271] Fueron dos importantes ciudades de la región de Nápoles que sucumbieron por la erupción súbita del Vesubio del año 79 d. C. y quedaron cubiertas de lava hasta que se excavaron en época moderna. La desaparición completa por causas naturales de estas dos ciudades con sus habitantes impresionó mucho en su época. <<

[272] Este femenino puede interpretarse referido a tres cosas: el olivo, la tierra o la naturaleza, ya que las tres palabras son femeninas en griego y encajan en el contexto. <<

[273] Marco Aurelio utiliza aquí una combinación de partículas típica de Epicteto. Todo el párrafo tiene numerosas reminiscencias de este autor tanto en la forma como en el contenido. <<

[274] Quizá Q. Alburnio Caediciano, legado en Dacia entre los años 123 y 140; cfr. C. I. L., III 1089. <<

[275] Quizá Fabio Catulino, al que se alude en 12.27. Según Farquharson, 1944, II, puede tratarse de un cónsul gobernador de Numidia que se conoce por inscripciones, C. I. L VIII 2609, 2610. <<

[276] Quizá un amigo de Frontón, Claudio Juliano, que aparece en su correspondencia. <<

[277] Probablemente M. Emilio Lépido, famoso político romano del siglo I a. C. que participó en el triunvirato con Octavio (futuro Augusto, véase el índice de nombres) y Antonio (véase el índice), que se formó tras el asesinato de César (véase el índice). Debió vivir más de setenta años, que debe ser el punto en común de los cuatro personajes citados: debieron tener una vida muy larga. <<

[278] Existe en griego un juego de palabras irreproducible por el que se alude, sin citarlo, al homérico Néstor y al tiempo a su calificación también homérica como «triple viejo», puesto que Néstor en la Ilíada es el viejo prudente y experimentado por antonomasia. <<

[279] Quizá dé mejor sentido el texto de Farquharson, 1944, I: «En resumen, ¿para sentir, no para actuar?». <<

[280] Cfr. 3.5. <<

[281] La concepción de que el padre aporta la semilla que fructifica gracias a la sangre de la madre se puede considerar ya superada por la fisiología estoica. <<

[282] Parece que Marco Aurelio intenta llamar la atención sobre el hecho de que la súplica no es del tipo, bastante generalizado en la súplica antigua, del «do ut des», es decir, cuando se justifica la súplica por los favores que se le han hecho al dios en ofrendas o similares. <<

[283] Es el médico legendario y mitológico, vinculado a Apolo, bajo cuya advocación estaban varios santuarios dedicados a la curación de enfermos como el de Epidauro. De las observaciones practicadas en estos templos se pasó a la medicina científica que empezó con Hipócrates en el siglo V a. C. <<

[284] Existen dificultades textuales y la comprensión del pasaje es un tanto complicada. La apostilla en cuestión es la que aparece recogida parcialmente al final del párrafo procedente de una comedia de Menandro, Phasma, 41. Alude a un dicho irónico malevolente sobre los que tienen tantas cosas buenas que no encuentran ya un sitio donde evacuar. La idea de Marco Aurelio es que los verdaderos bienes no pueden ser nunca excesivamente abundantes, a diferencia de los materiales. <<

[285] Los estoicos no tenían una opinión cerrada sobre la teoría de la palingenesia. Cfr. 11.1. <<

[286] No está pensando en la lógica en abstracto sino en el comportamiento moral que nace de la racionalidad. <<

[287] No facilita la comprensión de la frase el hecho de que no se exprese a qué cosas se está refiriendo, probablemente se trate de las riquezas, la buena fama, etc., como interpreta Farquharson, 1944, II, por cuanto que mejor que poseer las es, desde un punto de vista moral, despreciarlas. <<

[288] Es un término técnico del estoicismo. Es ‘indiferente’ aquello que desde el punto de vista moral no es ni bueno ni malo y por tanto no debe influir en la elección moral. Concretamente son ‘indiferentes’ la salud, la riqueza, la consideración social, es decir, lo que es considerado como bien por la mayoría. Cfr. 9.1. <<

[289] Usa un término técnico del estoicismo, la hypexaíresis, para las reservas del tipo de nuestro «Dios mediante» a la hora de emprender una acción. <<

[290] Se refiere a la divinidad que también anida en nosotros, en nuestra alma,

cfr. 3.16. <<

[291] Dalfen introduce aquí la expresión «ni siquiera la permanencia del tiempo», por paralelismo con otros pasajes; pero no parece esta inclusión ni muy convincente ni muy necesaria. Con ello intenta explicar «lo cercano» como referencia temporal. Farquharson, 1944, II, sin embargo, lo entiende en sentido espacial. <<

[292] No existe una interpretación convincente de esta apostilla, que se puede entender tanto en tercera persona como en segunda, referida al propio Marco Aurelio, o, incluso, como mezcla de ambas: actor referido a la segunda y puta a la tercera. <<

[293] Se considera alusión a un texto de Epicteto transmitido por Arriano, I 25.18, en el que se insiste en que uno no debe hacer las cosas forzado, si hay demasiado humo hay que marcharse porque hay que acordarse de que la puerta está siempre abierta. <<

[294] Se sospecha que existe una laguna en el texto aunque el conjunto es claro. <<

[295] Referencia a un pasaje homérico de la Odisea en el que Penélope compara el recto proceder de Ulises frente al de los pretendientes, Od., 4.690. <<

[296] Cfr. 4.48.3. <<

[297] Cita a un famoso pasaje hesiódico, Trabajos y días, 197, en el que alude a que en la edad de hierro; Vergüenza y Némesis abandonan a los hombres para unirse en el Olimpo con los inmortales. Marco Aurelio añade la confianza y la verdad a las entidades aludidas por Hesíodo, ya que Némesis se puede hacer equivalente a justicia. <<

[298] Sobre la traducción ‘ni bueno ni malo’, cfr. la nota de 3.11. <<

[299] Parece una alusión a una escena cómica pero no se ha podido precisar más. De cualquier forma el texto de este párrafo está bastante corrupto. <<

[300] Referencia a la discusión de la responsabilidad del mal: frente a otros planteamientos, Marco Aurelio considera que no está en la materia; sencillamente no existe, cfr. 2.11. <<

[301] En el sentido de que no pasen desapercibidas. <<

[302] Se está aludiendo al retorno cíclico del universo al fuego. La unificación de todo es también una teoría típica del estoicismo. <<

[303] Se plantea aquí una contraposición entre la cosmovisión epicúrea atomista que se rechaza y la estoica que se acepta. Cfr. 4.3. <<

[304] Nuestra traducción se basa en una conjetura de Theiler aceptada por Dalfen. A partir de otras lecturas habría que entender «hacerse tierra». <<

[305] Lugar de producción de uno de los vinos más famosos de la Campania. <<

[306] Se refiere a la tinta que segrega en pequeñísima cantidad el molusco de la púrpura. <<

[307] No conocemos el pasaje al que hace referencia; aparentemente Crates, un cínico (siglo IV-siglo III a. C.), ridiculizaba por su vanagloria a una persona considerada muy equilibrada como Jenócrates, que dirigió la Academia platónica después de Espeusipo. <<

[308] Parece querer decir que el vulgo admira grandes edificios que no son más que piedras y maderas juntadas o productos que no son sino derivados de ciertos frutos naturales. Todo el párrafo está basado en una concepción jerárquica: en el nivel más bajo están los objetos materiales, en el segundo lo vegetal, cuya principal característica es el crecimiento, en el tercer nivel los animales dotados ya de alma, en el cuarto nivel los hombres dotados de alma racional. <<

[309] Efectivamente, el éxito de los talleres artesanales se medía por el número de esclavos que empleaban. <<

[310] Se refiere a dos procesos que no coinciden con nuestro concepto moderno de espiración e inspiración. Según la medicina de la época, la sangre dejaba escapar aire que se transformaba en espíritu vital, espiración, y paralelamente recuperaba el aire de la atmósfera, inspiración. <<

[311] Usa términos característicos del ideal estoico. <<

[312] De nuevo la contraposición entre la cosmovisión estoica y la epicúrea, cfr. 4.3, 6.10. <<

[313] Con esta denominación se está refiriendo a si mismo, ya que de hecho se llamaba tras su acceso a la magistratura imperial Marco Aurelio Antonino Augusto. <<

[314] Como señala Dalfen, se puede ver por una carta de Marco Aurelio a Frontón con un texto semejante («sería por lo demás vergonzoso que el fallo del cuerpo pudiera ser más duradero que el propósito del alma para recuperar la salud»). Frontón, epist. ad Caes., 4.8, que se trata de una alusión a la salud y a la importancia de la fortaleza mental para recuperarla. <<

[315] Calcamos en español el término griego de Marco Aurelio que también es palabra inventada, formada sobre César, véase índice de nombres. Después de él todos los emperadores adoptaron su nombre; alude, por tanto, a los peligros de creerse un monarca absoluto y estar endiosado por el poder. <<

[316] Este retrato moral de Antonino es parecido al de 1.16. <<

[317] La interpretación es que cuando vivamos según la razón tendremos la misma sensación que el borracho que vuelve a la sobriedad y recuerda sus pesadillas. <<

[318] Sobre ‘indiferente’ como término técnico del estoicismo, cfr. 5.20 y la nota. <<

[319] Se establece la diferencia entre lo que la naturaleza providente ha creado expresamente y lo que se ha añadido de forma sobrevenida, sin buscarlo ni desearlo, cfr. 3.2, al que todo el pasaje hace referencia. <<

[320] La misma reflexión puede encontrarse con palabras muy parecidas en 2.14. <<

[321] Todo el pasaje está llenos de términos técnicos estoicos que se remontan a Crisipo: ‘concatenación’ (episyndesis), ‘movimiento tensor’ (toniké kínesis) y ‘hálito común’ (sympnoia). Sobre esta última palabra y el aprovechamiento que hacen de ella los cristianos, concretamente Clemente Romano, cfr. W. Jaeger, Cristianismo primitivo y paideia griega, México D. F., 1965, 37 y ss. <<

[322] Esta alusión es el fragmento B 75 de Heráclito (Diels-Kranz). No conocemos el pasaje por ninguna otra fuente. <<

[323] El sentido es que colabora no por su deseo directo sino por ir en esa dirección, contra su voluntad, un sobrante de su actuación. <<

[324] Hace alusión a una noticia referida por Plutarco, De commun. notit. adv. stoicos, 1.065 d, según la cual Crisipo afirmaba que «igual que las comedias contienen versos ridículos que por sí solos son malos, pero que añaden alguna gracia al conjunto de la composición, así también censurarías la maldad por sí sola, pero en el conjunto no resulta inútil». <<

[325] Epíteto de Deméter, vinculada a la agricultura; Asclepio por su parte está vinculado a la medicina. <<

[326] Una de las refutaciones de los estoicos a la inexistencia de los dioses defendida por ateos y epicúreos era la existencia de cultos dedicados a los dioses, cfr. Cicerón, Sobre la naturaleza de los dioses, 1.122, como señala Farquharson, 1944, II. <<

[327] Sobre la forma en que se refiere a sí mismo Marco Aurelio véase la nota a 6.26. <<

[328] No se sabe a quiénes está aludiendo, se ha pensado que se trata de simples servidores del emperador. <<

[329] Tras citar a filósofos de los siglos VII-V a. C. cita a científicos de los siglos IV-II a. C. Eudoxo de Cnido (c. 390-c. 340 a. C.) fue un matemático y astrónomo, construyó el primer sistema matemático para explicar el movimiento aparente de los cuerpos celestes. Hiparco, siglo II a. C., fue un astrónomo que hizo unas observaciones muy precisas, sustituyó rígidos modelos anteriores por procedimientos de cálculo mucho más cómodos y fáciles de aplicar, descubrió el movimiento de precesión de los equinoccios. Arquímedes de Siracusa (c. 287-211 a. C.), matemático e inventor, desarrolló sistemas para calcular áreas y volúmenes de distintos cuerpos esféricos, procedimientos de cálculo para trabajar con cantidades muy altas, además de sus famosos trabajos sobre hidrostática. <<

[330] Menipo de Gádara, filósofo cínico del siglo III a. C.; sobre los cínicos y su relación con el estoicismo véase la introducción. <<

[331] Es alusión platónica: son las realizaciones imperfectas de las ideas. <<

[332] Aunque la libra romana tenía menos peso que la nuestra, 300 libras eran casi 100 kilogramos. <<

[333] Cfr. 4.1. <<

[334] Cfr. 8.15. Leídos ambos pasajes simultáneamente pueden entenderse referidos a la función de emperador de Marco Aurelio. Efectivamente es capitán de la nave del estado, vieja metáfora de la poesía griega, presente ya en Arquíloco, pero al mismo tiempo su inclinación filosófica hace que se sienta un médico que debe ser capaz de sanar moralmente a sus súbditos. El sentido de 6.55 es que estas responsabilidades le obligan a aceptar las críticas. En 8.15 su responsabilidad máxima le priva de la posibilidad de extrañarse ante los reveses que se presentan en su doble función. <<

[335] Se refiere a los enfermos que segregan mucha bilis de tal forma que les resulta amarga cualquier cosa que tomen. <<

[336] Sobre la importancia de la representación en la toma de decisiones y en el comportamiento véase 3.4 y 3.11. <<

[337] Aunque no es la interpretación habitual pensamos, como apunta parcialmente Farquharson, 1944, II, que el pasaje en conjunto está haciendo referencia al triunfo romano propiamente dicho y no son comparaciones dispersas. Marco Aurelio festejó diez triunfos. Los equipara a algo teatral, a grupos de gente, a algo que sólo tiene atractivo para personas simples, de ahí la conclusión final. <<

[338] Plutarco, Coniug. praec., 142e: «Los filósofos dicen que unos cuerpos están formados de elementos separados como una flota o un ejército, otros de elementos en contacto como una casa o un barco, otros son uno por naturaleza como cada uno de los seres vivos». <<

[339] Los términos «miembro» (mélos) y «parte» (méros) se diferencian en griego sólo por una letra, la «r». <<

[340] Marco Aurelio no hace sino descomponer los elementos de la palabra felicidad, eudaimonía, en griego, eu ‘bien’, daímon ‘espíritu divino’. <<

[341] Dalfen prefiere «partes», cfr. la nota a 7.13. <<

[342] Aunque no coincide exactamente en la forma de expresión, esta cita es equivalente a una muy famosa de Demócrito que dice: «Por convención es lo dulce, por convención lo amargo, por convención lo caliente, por convención lo frío, por convención es el color, pero de verdad hay átomos y vacío»; Diels-Kranz B9, cfr. B117 y B125. <<

[343] Se interpreta desde antiguo que es una reflexión sobre la muerte o el fin. Se plantea de nuevo el dilema entre un mundo que sólo consiste en átomos, en cuyo caso la muerte es el fin total, y otro organizado por una providencia o un principio unificador y racional que da coherencia a todo, en el que la muerte es transformación; cfr. 4.3, 6.10. <<

[344] Es una reflexión sobre el dolor de origen epicúreo que vemos repetida en autores de la época como Plutarco, Q. adol. poet. aud. deb., 36b con casi las mismas palabras, o en Diógenes de Enoanda, frag. 105; M. F. Smith, Diogenes of Oenoanda: the Epicurean Inscription. Nápoles, 1993. <<

[345] Se ha interpretado tradicionalmente que se refiere a los que aspiran a la fama. <<

[346] Se reproduce aquí literalmente (excepto alguna variante textual) un pasaje de la República de Platón, VI 486ab. <<

[347] Es un dicho de Antístenes, discípulo de Sócrates, que repetía Epicteto (transmitido por Arriano, IV 6.20). <<

[348] Pasaje de una obra no identificada de Eurípides, frag. 287 Nauck. <<

[349] Probablemente se trate también de una cita, pero no ha sido identificada. <<

[350] Eurípides, de la hoy fragmentaria Hipsípila, frag. 757 Nauck, en el que Anfiarao consuela a Eurídice por la muerte de Arquemoro. <<

[351] Eurípides, de la hoy fragmentaria Anliope, frag. 208 Nauck; Antiope llora resignada la muerte de sus dos hijos. <<

[352] Pasaje de una obra no identificada de Eurípides, frag. 918 Nauck. <<

[353] Pasaje de una obra trágica no identificada, frag. 302c Kannicht-Snell, TrGF 2, 1981. <<

[354] Platón, Apología, 28b. <<

[355] Platón, Apología, 28d. <<

[356] Platón, Gorgias, 512d. <<

[357] Eurípides, de la obra hoy fragmentaria Crisipo, frag. 839 Nauck. Es un texto transmitido por distintos autores. El texto de Marco Aurelio es ligeramente diferente del de Filón de Alejandría. <<

[358] Eurípides, Suplicantes, 1110-1111, con un pequeño cambio en el texto. La frase completa de Eurípides, puesta en boca de Ifis, que desea la muerte, es: «Odio a los que ansían prolongar la vida / y con alimentos, bebidas, encantamientos / desvían su curso para no morir». <<

[359] Pasaje de una obra trágica no identificada, frag. 303 Kannicht-Snell, TrGF 2, 1981. <<

[360] Alude por el término que usa (literalmente: ‘hábil para derribar’) a un apotegma espartano transmitido por Plutarco, Apotheg. lac., 236e: «Alguien le dijo en Olimpia a un laconio derrotado en el combate: “Laconio, tu contrincante file más fuerte que tú”. “No —dijo él—, sino más hábil para derribar”». Aquí lo aplica Marco Aurelio para insistir en que uno no puede permitir que ningún contrincante sea superior en las virtudes morales. <<

[361] Se entiende si se lee 4.1, donde usaba la metáfora del fuego que hace su materia aquello que se le enfrenta. <<

[362] Existe una laguna que no ha sido completada satisfactoriamente. <<

[363] Se refiere a Epicteto transmitido por Arriano (I 28.4), que cita a su vez a Platón, República, 412e-413a, donde razona que nadie se priva voluntariamente de lo bueno y la verdad lo es; por tanto, nadie se priva voluntariamente de la verdad. <<

[364] Epicuro, frag. 447 Usener. <<

[365] Quizá sería preferible aceptar la conjetura de muchos editores a partir de Casaubon en 1643, que daría un texto: «… lo mismo que les pasa a los hombres insociables frente a los hombres». Seguimos el texto conservador de Dalfen. <<

[366] Probablemente es un personaje inventado, se le consideraba hijo de Pitágoras y transmisor de sus enseñanzas, tal y como nos lo presenta Diógenes Laercio, 8.43, 53. Intervenía como protagonista en un diálogo socrático de Esquines Socrático o de Esfeto (siglo IV a. C.), que sólo se nos conserva fragmentariamente, en el que probablemente se le ridiculizaba. <<

[367] Alusión a una anécdota sobre Sócrates del Banquete platónico (220a-d) en la que se intenta demostrar la fortaleza de Sócrates. <<

[368] Alusión a una anécdota que aparece en la Apología platónica (32c) o en Memorables de Jenofonte (4, 4, 3): Sócrates desobedeció una orden de los treinta tiranos para no involucrarse en la muerte de un ciudadano de Salamina poniendo en riesgo su propia vida. <<

[369] Exactamente la misma expresión para caracterizar a Sócrates aparece en Aristófanes, Nubes, 362; también Platón, Banquete, 221b. <<

[370] Se refiere al compuesto que forman el cuerpo y el alma; a pesar de ello el alma puede establecer sus confines frente al cuerpo. <<

[371] Esta frase la traslada al final del párrafo Farquharson, 1944, II, y quizá sea preferible para el sentido general. <<

[372] Esta frase aparece en los manuscritos como final del apartado 8.6; seguimos el texto de Dalfen, aunque la transposición no es muy convincente pues resulta redundante con lo inmediatamente anterior. <<

[373] Son las tres ramas de la filosofía estoica: física, ética y lógica. <<

[374] Sobre la interpretación de este pasaje véase 6.55 y la nota. <<

[375] Como se ve por este pasaje y por 4.3, se contraponen dos concepciones, una, la estoica, que es providencialista y cree en los dioses, y otra, la epicúrea, que es materialista en cuanto que los dioses, sin negar directamente su existencia, no tienen ningún papel. <<

[376] Cfr. 4.19, sobre la comparación de la vida humana con una lámpara que se enciende y apaga. Aquí se enriquece la comparación con la idea de que es la naturaleza quien enciende y apaga. <<

[377] Domicia Lucila, madre de Marco Aurelio, cfr. 1.3. <<

[378] Anio Vero, padre de Marco Aurelio, cfr. 12. <<

[379] Mujer de Claudio Máximo. <<

[380] Claudio Máximo, cfr. 1.15. <<

[381] Liberto de Adriano. <<

[382] Liberto de Adriano. <<

[383] Ania Galeria Faustina, mujer de Adriano, tía de Marco Aurelio por parte de su padre y al mismo tiempo suegra. <<

[384] Céler, Caninio fue secretario de Adriano, autor de una retórica y según la Historia Augusta, IV, 2.4, maestro de Marco Aurelio y Lucio Vero. <<

[385] Puede tratarse del emperador, pero se ha pensado también en un sofista citado por Filóstrato 2.585, cfr. Dallen. <<

[386] Cárax es quizá un filósofo de Pérgamo. <<

[387] Demetrio, filósofo cínico del siglo I d. C, relacionado con Séneca. <<

[388] No identificado. <<

[389] Cfr. 4.19 y la nota. <<

[390] Es decir, el cuerpo, cfr. 3.3 y 12.2. No todos los editores están de acuerdo con esta lectura que parte de una conjetura de Valckenaer, BPhW, 1914, 1567-8, aceptada por Dalfen. <<

[391] Livia Drusila Augusta, véase el índice de nombres. <<

[392] Julia, véase el índice de nombres. <<

[393] Octavia, véase el índice de nombres. <<

[394] Véase el índice de nombres. <<

[395] Filósofo distinguido, residente en Roma durante el gobierno de Augusto, escribió obras de carácter estoico. Se le conoce por Séneca. <<

[396] Véase el índice de nombres. <<

[397] Hay una laguna y no existe coincidencia entre los editores. Seguimos a Dalfen, que reconstruye a partir de 4.48 y piensa por ello que es una alusión a Pompeya (véase la nota a 4.48) y no a la familia de Pompeyo. <<

[398] Existe una corrupción en el texto sobre la que no ha habido acuerdo, pero parece que el sentido es más o menos el señalado. <<

[399] Se entiende si se lee 4.1, donde usaba la metáfora del fuego que hace su materia aquello que se le enfrenta. <<

[400] Concubina de Lucio Vero; no debe confundirse con Pantea, mujer de Abradatas. <<

[401] Liberto de Lucio Vero. <<

[402] No sabemos nada de estos personajes. <<

[403] Cfr. 2.2. <<

[404] Tiene el aspecto de tratarse de una cita para nosotros desconocida. Se han propuesto distintas lecturas a este pasaje que afectan también a la distribución del texto en las secciones 37, 38 y 39. <<

[405] Sobre el concepto estoico de reserva, cfr. 4.1 y 6.50. <<

[406] Alusión a Empédocles, a una cita que se repite más extensamente en 12.3, referida también al estado ideal para la razón. <<

[407] La imagen es la de la pelota que ha usado en 8.20. La naturaleza puede hacer conmigo lo que quiera porque eso no debe afectar a la parte divina de mi ser. Si se afecta por el sufrimiento, miedo a la muerte, etc. es cuando se re baja y se humilla. <<

[408] Sobre la gradación desde lo racional a lo material, véase 6.14 y su nota. <<

[409] Usa un término técnico de la filosofía estoica para aquello que sin ser en sí ni bueno ni malo (por tanto, es ‘indiferente’, cfr. 5.20 y su nota) precede a nuestro juicio y elección. Sobre la representación, cfr. 3.4. <<

[410] Esta explicación de la luz procede del estoicismo medio y es coincidente con la explicación posterior neoplatónica; véase Farquharson, 1944, II. Existía otra interpretación, más cercana a la actual, que sostenía que si existía pérdida de energía y por tanto vaciamiento, cfr. Lucrecio, 302. Para el símil que usa Marco Aurelio le conviene evidentemente mucho más la primera. Además, existe en el texto una explicación etimológica intraducible, muy del gusto del autor, basada en el parecido fonético de las palabras «rayo» y «expansión». <<

[411] Con otra terminología está aludiendo a los ‘indiferentes’; cfr. 5.20 y la nota. <<

[412] La peste hizo verdaderos estragos a lo largo del reinado de Marco Aurelio. <<

[413] Sobre la importancia de la representación en la toma de decisiones y en el comportamiento véase 3.4 y 11. <<

[414] El fuego es uno de los cuatro elementos, las formas que nosotros vemos en la tierra no son puras, tienen alguna mezcla de los otros elementos; el fuego puro o elemental está arriba en lo más alto. <<

[415] Se refiere a Antonino, padre adoptivo. <<

[416] Como señala Farquharson, 1944, II, todo el pasaje es el desarrollo de una idea que puede remontarse a Heráclito y que vemos formulada con gran claridad en Séneca, Epístolas morales, 24.20: «Morimos a diario; a diario, en efecto, se marcha una parte de la vida y también cuando crecemos la vida decrece. Perdimos la infancia, después la niñez, después la adolescencia». <<

[417] La aplicación de la frase no es muy clara. En 5.33 se usan las rabietas infantiles para referirse a cosas sin importancia. Los espíritus diminutos que llevan cadáveres son una referencia a la cita que ha hecho de Epicteto en 4.41. La evocación de los muertos, Nekyía, o es una alusión a la bajada a los infiernos de Ulises en Odisea, 11 o es propiamente el rito mágico para invocar a los muertos. <<

[418] Sobre la causa formal frente a la materia, cfr. 5.13. <<

[419] Cfr. 4.3 y 6.10. <<

[420] Referido a los súbditos. En una ciudad ideal platónica cada uno cumpliría su deber convencido de ello, por conocimiento, no por obediencia. El cambio de opinión, por tanto, consiste en pasar de la ignorancia al conocimiento que aporta el cultivo de la filosofía. Para Marco Aurelio el planteamiento platónico es poco realizable, es mejor conformarse con una filosofía práctica que concierne a cada uno en su comportamiento; ésta es la filosofía que se reivindica al final del pasaje. No encaja demasiado en esta visión la referencia de la Historia Augusta, IV, 27, 7, sobre que Marco Aurelio repetía el dicho platónico (República, 487e) de que las ciudades no prosperan mientras los filósofos no mandan en ellas. Por otra parte, es inválido el modelo de hombres de estado como Alejandro o Filipo, cuyo éxito fueron grandes conquistas, es decir, que impusieron comportamientos sobre otros. <<

[421] Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro Magno, 382-336 a.C. Fue el arquitecto de la grandeza de Macedonia y el político más influyente en la vida griega desde 357 a. C. a su muerte. Demóstenes, el orador y político ateniense, intentó frenarlo inútilmente para que no se hiciera con todo el poder en Grecia. <<

[422] Demetrio Falero fue un político ateniense filomacedonio de formación peripatética muy influyente desde el año 325 a. C. Se le considera un buen legislador y administrador. No encaja demasiado bien después de grandes conquistadores como Filipo y Alejandro Magno, por ello se ha pensado que no se trata de Demetrio Falero, sino de Poliorcetes, rey de Macedonia entre 294 y 287 a. C. con un importante historial militar. <<

[423] Cfr. 6.13. <<

[424] Cfr. 9.28 y la nota. <<

[425] Frag. 191 Usener. Probablemente Marco Aurelio traslada más el sentido general de Epicuro que sus palabras literales; de hecho aparecen expresiones muy características de Marco Aurelio. <<

[426] Como afirma en 4.40, «el universo es como un único animal con una única substancia y una única alma». <<

[427] Existen tres niveles de physis o naturaleza: la vegetativa propia de seres inanimados, la de los que tienen alma, por tanto son animados, y finalmente la de los racionales. Cfr. 3.16 y la nota. <<

[428] Cfr. 4.3 y 6.10.<<

[429] Alude a los hombres y trata de su muerte, como se ve con toda claridad en la parte final. <<

[430] Como se ve en el pasaje anterior, la naturaleza se concibe globalmente como principio organizador, por tanto, supone la providencia. Dejarla a un lado es asumir, sólo por motivos argumentales, la explicación atomista basada en el comportamiento natural de las partes sin que exista organización del conjunto. <<

[431] Cfr. 5.13 y la nota. <<

[432] Ha habido larguísimas discusiones sobre la interpretación de esta última parte; véase el detalle en el comentario de Farquharson, 1944, II. Según él, es una alusión a la teoría epicúrea mientras que lo anterior serían planteamientos estoicos canónicos. <<

[433] Traducimos así para reproducir el juego que hace Marco Aurelio con tres compuestos que comparten el elemento -phron. <<

[434] Pueblo del Danubio contra el que combatió Marco Aurelio largos años. <<

[435] La misma frase en 3.11 en un contexto muy similar. <<

[436] Existe un juego de palabras en griego entre ‘conviene’, sumphérei, y ‘da’, phérci, por ser el primero una forma compuesta del segundo. <<

[437] Es una cita de un pasaje de Eurípides conservado como fragmento 898 Nauck: «La tierra está enamorada de la lluvia»… «El cielo glorioso cargado de lluvia ama caer sobre la tierra por obra de Afrodita». <<

[438] Intentamos reproducir el juego de palabras que usa Marco Aurelio en griego a partir de un significado especial de phileî en sentido de ‘suele’ cuando el significado habitual es ‘amar, sentir cariño’. <<

[439] Platón, Teeteto, 174d-e, en un pasaje en el que sostiene que no existen grandes diferencias entre un rey y un pastor. <<

[440] De nuevo un juego de palabras intraducible, ya que en griego la palabra ‘ley’, nómos, tiene la misma raíz que el verbo ‘repartir’, némo. <<

[441] Creso, rey de Lidia, región de Asia Menor, en el siglo VI a. C., gozó de enorme prosperidad aunque luego cayó bajo el poder de los persas. Conocido especialmente por el libro I de las historias de Heródoto. <<

[442] No está muy clara la identificación de los personales que cita, excepto, con dudas, la de Éufrates y Alcifrón. Según Farquharson, 1944, II, contrapone a personas vivas con otras muertas, pertenecientes al mismo grupo. Así Satirón, Eutiques e Himen (los tres desconocidos) serían filósofos académicos contemporáneos de Marco Aurelio; Éufrates sería un estoico ya muerto, pues es citado por Plinio el Joven y Epicteto en el siglo I d. C., mientras que Eutiquio o Silvano (ambos desconocidos) serían estoicos contemporáneos. Alcifrón es un rétor epistológrafo contemporáneo de Marco Aurelio; peor conocido es Tropeóforo, aunque se piensa que podría tratarse también de un epistológrafo anterior. La identidad de los demás ha sido motivo de mayor discusión; se ha pensado que Jenofonte, Critón y Severo pueden ser discípulos de alguna escuela médica, mejor que los contemporáneos de Sócrates bien conocidos por Platón o el propio Jenofonte. Véase Dalfen, 93-94, con referencias bibliográficas. <<

[443] Homero, Ilíada, 6.147 y ss. La cita completa dice así: «De entre las hojas, unas las vierte por tierra el viento, / otras las hace nacer el bosque floreciente y sobreviene la estación de la primavera; / así es el linaje de los hombres, uno nace, otro deja de ser». <<

[444] Sobre el cuerpo como recipiente, cfr. 3.3 y 8.27. <<

[445] Usa en griego palingenesia. Cfr. la misma idea en 2.14. En 5.13 se plantea la teoría sólo como posibilidad, cfr. la nota a ese pasaje. <<

[446] La misma reflexión en 6.13. <<

[447] El pasaje es una clara alusión al suicidio, así debe entenderse lo de ‘irse’. En opinión de Dalfen, que sigue a Eichstädt, Haines, Lemercier, la alusión a los cristianos se trata de una glosa para explicar el significado de parataxis, que debe entenderse como ‘obstinación’, ya que no es el habitual. Por otra parte, el término habitual para referirse a los cristianos en la época era galilaioi, ‘galileos’, más que christianoi ‘cristianos’ que es el que tenemos aquí. Sea original o no es probable que se trate de una alusión a los cristianos y a su forma de enfrentar el martirio. Sobre la actitud de los estoicos ante el suicidio véase 3.1 y la nota. <<

[448] La metáfora de que el mundo es un teatro subyace en más pasajes, como 10.27. <<

[449] Es una invocación que repite con pequeñas variaciones Edipo en Edipo Rey de Sófocles, 1.089, 1.127, 1.391, 1.452. <<

[450] Eurípides, es un pasaje ya citado en 7.41. <<

[451] Eurípides, ya citado en 7.38. <<

[452] Eurípides, ya citado en 7.40. <<

[453] La actitud con relación a la filosofía que expresa ahora es bastante contrapuesta a la de 8.1. <<

[454] Cfr. 7.55, referido a la naturaleza. Lo inferior debe quedar subordinado a la superior, de ahí la idea de justicia en el sentido de atribuir a cada uno según su valor. <<

[455] Sobre la traducción ‘ni bueno ni malo’, cfr. la nota de 3.11. <<

[456] Cfr. 12.3. <<

[457] Cfr. 8.57. <<

[458] Nos parece acertada la conjetura de Schenkl que acepta Dalfen. <<

[459] Foción (402-318 a. C.), el general ateniense con una carrera más larga y con más éxitos, siempre fiel a Atenas a pesar de su desacuerdo con la política antimacedonia de Demóstenes. Finalmente fue condenado a muerte por los atenienses por su postura en exceso favorable a Macedonia y pronunció, al beber la cicuta ante su hijo, una frase que se hizo histórica: «Te ordeno que no guardes rencor a los atenienses por esta su copa de amistad que ahora bebo». Cfr. Claudio Eliano, Varia historia, 12.49. <<

[460] Este largo capítulo es un auténtico decálogo para soportar comportamientos ajenos que nos encolerizan e indignan. <<

[461] Cfr. 10.13. <<

[462] Como hemos comentado en 7.67 por el término que usa se refiere al compuesto de cuerpo y alma. Sobre los elementos cfr. 4.4. <<

[463] Usa un término compuesto, eukoinonesía, que pertenece a la escuela estoica, citado por Estobeo en relación a Crisipo, 2.7.5b2. <<

[464] Alusión a la fábula del ratón de campo que tiene poco para comer pero vive tranquilo frente al ratón doméstico, que tiene mucha comida pero la come con muchos sobresaltos. Cfr. Babrio 108 (Esopo, 297; Halm, 314; Hausrath-Hunger). <<

[465] Lamia era el nombre de un coco o monstruo comeniños. Cfr. Platón, Critón, 46c, Fedón, 77e. <<

[466] Pérdicas II, rey de Macedonia c. 450-413 a. C. Pero la anécdota a la que se refiere es relativa a Arquéalo, su hijo adoptivo, también rey de Macedonia (413-399 a. C.), tal y como la cuenta Aristóteles en su Retórica, 1398a o Séneca, De beneficiis, V 6.2. <<

[467] Lo conocemos por Séneca, Epistula, 11.8 (fr. de Epicuro, 210 Usener). Sobre Séneca, véase el índice de nombres. <<

[468] El hombre virtuoso es radiante, cfr. 7.21, 10.12, 11.15. <<

[469] La mujer de Sócrates. <<

[470] Aristófanes en las Nubes se ríe de lo mal vestido que iba Sócrates. Aquí vemos que Jantipa para salir a la calle tiene que quitarle la túnica a Sócrates. Véase también Diógenes Laercio, II 37. La segunda parte de la anécdota sobre la vergüenza de los discípulos no se ha conservado por otra fuente. <<

[471] El mismo proverbio de que uno no puede mandar si antes no ha aprendido a recibir órdenes, sin ceñirlo al ámbito concreto de la lectura o escritura, en Aristóteles, Política, 1277b, también Aristófanes, Caballeros, 542, Platón, Leyes, 762e, Diógenes Laercio, I 60. <<

[472] Se considera un fragmento de una tragedia sin que se pueda precisar el autor, Kannicht-Snell, TGF 2, Göttingen, 1981, frag. 304. El significado que le da Marco Aurelio es más bien a la inversa: quien no se comporta según manda su razón es un esclavo. <<

[473] Homero, Odisea, LX 413. Es el comentario que hace Odiseo cuando la treta de hacerse llamar «Nadie» da resultado con el Cíclope y consigue burlarlo. No se entiende muy bien qué intención tiene aquí esta cita. <<

[474] Es un verso de Hesíodo, Trabajos y días, 186, modificado, ya que en Hesíodo no hay referencia a la virtud y a quien se critica es a los padres, muestra de la degeneración moral de la edad de hierro, en el mito de las edades. Es posible que la modificación de la cita se deba a algún estoico. <<

[475] Es un resumen del texto de Epicteto transmitido por Arriano en III 24.86. El sentido global del pasaje es que hay que refrenarse en el cariño porque amamos a personas mortales cuya existencia no depende de nosotros, sino que es la divinidad la que nos las concede o nos las quita. <<

[476] Es un resumen del texto de Epicteto transmitido por Arriano en III 24.88-91. <<

[477] Es una paráfrasis del texto de Epicteto transmitido por Arriano en III 24.91-93. <<

[478] Epicteto transmitido por Arriano, III 22.105. El pasaje completo es «No hay ladrón ni tirano del albedrío, del cuerpo sí, de la hacienda, de los cargos, de las honras también»; por tanto, hay que preocuparse por aquello que de pende de nosotros. Mientras que proaíresis, que hemos traducido por ‘albedrío’ (sobre los problemas de traducción del término, cfr. Ortiz García, Epicteto. Disertaciones por Arriano, Madrid, 1993, 29 y ss.), es un término fundamental en Epicteto (aparece más de 70 veces), Marco Aurelio no lo usa excepto en esta cita, a pesar de que está muy inspirado en general por Epicteto. <<

[479] Por las alusiones anteriores parece que no cabe duda de que sigue hablando Epicteto, aunque este texto no está entre los transmitidos por Arriano, de hecho Schenkl integra este pasaje y el siguiente como fragmentos 27 y 28 en su edición de Epicteto, Leipzig, 1916. El pasaje está trufado de vocabulario típico de Epicteto. <<

[480] Cfr. 4.1, 5.20. <<

[481] Este pasaje no se identifica con ningún texto conocido aunque parece evidente su origen estoico. <<

[482] Cfr. 2.2 y 3.16, 17. <<

[483] Empédocles, frag. 27 Nauck. <<

[484] Cfr. 2.15. <<

[485] ‘Pancracio’ etimológicamente quiere decir ‘lucha de todo tipo’, porque se luchaba con puños, pies, llaves, etc. <<

[486] En 4.3 y 6.10 se ha planteado como dilema entre la actitud epicureísta atomista y la estoica providencialista. Ahora se añade una tercera posibilidad. <<

[487] Sobre la metáfora de la lámpara para referirse a la vida véase 8.20 y la nota. <<

[488] Cfr. 5.17. <<

[489] El dilema que ya ha usado en 4.3, 6.10, 12.15. <<

[490] Cfr. 3.16: se entiende ‘alma’ como principio vital y animador, lo que diferencia a animales de inanimados; según su concepción se recibe con el nacimiento. <<

[491] Según Farquharson, 1944, II, se refiere a espíritus, daímones, benignos o malignos que se creía que habitaban en el aire. Referencias de este tipo podemos encontrar en otros autores de la época o algo posteriores como Diógenes Laercio, 8.32; Sexto Empírico, Contra los matemáticos, IX 86. <<

[492] Según la concepción médica del momento el parentesco de la madre con su hijo se explicaba por la sangre que aportaba al feto, mientras que el del padre era gracias al semen. <<

[493] Parece una cita de un verso de Eurípides de una obra desconocida, Nauck 1.018: «Nuestra inteligencia es un dios en cada uno de nosotros». <<

[494] Probablemente es el mismo que cita en 4.50. <<

[495] Quizá se trate de un rico médico de Nápoles, mencionado por Plinio, Historia Natural, 9. De lo que no cabe duda es que es una persona pudiente ya que únicamente los emperadores y nobleza romana podían permitirse el lujo de habitar en mansiones en la bahía de Bayas (en la Campania, cerca de Cumas), célebre por sus fuentes y sus baños; aquí murió Adriano. <<

[496] Tiberio, el emperador, véase el índice de nombres, es el único personaje conocido de los que cita, famoso por su empeño de vivir en Capri, donde se hizo construir un palacio del que todavía se conservan importantes vestigios. Parece, por tanto, que esta lista cita a personajes que se identifican con determinados lugares por preferencias estrafalarias. <<

[497] Frontón, Ad amic., I 11 le manda una carta a este personaje. <<

[498] Es una referencia a la doctrina de Epicuro que enseñaba a despreciar la muerte para poder disfrutar mejor de la vida. <<

[499] Hadot, 1998, Marc Aurèle, cvii. <<

[500] Frontón, Epistolario, ed. A. Palacios Martín, Madrid, 1992. <<

[501] No se recogen aquí alusiones a personas concretas o sus virtudes, para ello debe usarse el índice de nombres. <<

[502] No se tienen en cuenta las que aparecen en el libro I al hablar de distintos personajes ni las referidas a Antonino en 6.30 por estar referidas a personas concretas a las que se está elogiando. <<