NOTA DEL EDITOR

Goethe fue quizá uno de los primeros grandes escritores que desplegaron su vida ante los ojos del lector, que la hicieron transparente —y la mistificaron— a través de la escritura y que dieron a conocer una evolución personal, con sus crisis y virajes. El viaje a Italia (1786-1788) fue uno de estos cambios trascendentales. Goethe deseaba escapar de la insatisfacción que le proporcionaba su cargo en Weimar y este viaje significó para él un verdadero renacimiento. El ciclo Elegías romanas, titulado en un principio Erótica y escrito a su regreso a Alemania, refleja el nuevo sentimiento vital adquirido durante la estancia en el sur, una nueva actitud, más pagana, respecto al amor, a la sensualidad, a las convenciones sociales, y el descubrimiento de la antigüedad clásica y de la revelación de la identidad profunda entre arte y naturaleza.

Doscientos cincuenta años después de su nacimiento, Goethe sigue muy vivo en la conciencia de los artistas. Prueba de ello son las creaciones del escultor Andreu Alfaro, gran conocedor de la obra del escritor alemán, al que ha dedicado las exposiciones de esculturas Goethe y nuestro tiempo (1989) y Walpurgisnacht (1990).

Las litografías inspiradas en Elegías romanas contienen todos los elementos fundamentales del texto goethiano: la antigüedad grecorromana, la claridad clásica de las líneas, la alegría de las formas reducidas a su esencia, la ironía y la distancia serena, la arquitectura, el vino, el día, la noche y, sobre todo, el cuerpo.

Así como la antigüedad se hizo presente en Goethe, éste se hace presente en Alfaro. Para los clásicos, el tiempo no existe. Este libro es, pues, una invitación a recorrer con Alfaro el mundo de Goethe y con Goethe, el mundo de Alfaro.