XIV

Ponme la luz, muchacho… «Aún está claro. En vano

gastáis aceite y vela. No cerréis las cortinas;

tras las casas se ha puesto el sol, no tras el monte.

Media hora falta para las campanas nocturnas.»

¡Ve, infeliz, y obedece! Espero a mi querida…

Mientras, cálmame, lámpara, enviada de la noche.