8, trae a este propósito, hablando de los etimologistas, un bello símil, que copio a continuación: «Los etimologistas pedantes son como las damas andariegas, que, teniendo la misa a la puerta de casa, van a Santa María la más lejos. Quiero decir que, teniendo en la lengua latina o castellana conocidamente descubierto el origen de algunas voces, van a probar su descendencia de los partos, de los ruedos o de los que habitan la Mesopotamia».
El que va a la romería se arrepiente al otro día.
Los que, con el pretexto de la devoción, asisten a estas fiestas nocturnas populares, suelen cometer toda clase de desmanes, incitados, generalmente, por el alcohol que en todas ellas se consume.
Quien enferma y sana, romería es que anda.
Son muchos los casos en que enfermos desahuciados han recuperado la salud acudiendo en peregrinación, y con verdadera fe, a distintos santuarios.
Romería de cerca, mucho vino y poca cera.
A veces se toman por pretexto las devociones para divertirse grandemente, y aun para otras cosas, que se debieran evitar.
A las romerías y a las bodas, van las locas todas.
Se dice por el mal concepto que se hace de las mujeres que frecuentan las diversiones.
Cuales romerías haces, tales veneras traes.
Indica las consecuencias que suelen traer las tales diversiones.
De tales romerías se sacan tales veneras.
De malos antecedentes no pueden salir buenos consecuentes.
Covarrubias concreta su significación, diciendo: «Cuando de las romerías y conversaciones de ruines mujeres se hinchen los hombres de bubas».
Esperé romerías y fueron ramerías. — V. Ir romera y volver ramera.
Quien muchas romerías anda, tarde o nunca se santifica.
Recomienda que no se ande vagando de un sitio a otro, aun con pretexto de devoción, pues por lo regular suele ocasionar vicios.
ROMERO:
Cuando el romero florece no hallarás quien pan te preste, y cuando la aulaga, ni aun tu hermana.
El romero florece por abril y mayo, y la aulaga o aliaga, poco antes.
Mal haya el romero que dice mal de su bordón.
Imprecación contra los que dicen mal de sus cosas.
Romero hito, o ahito, saca zatico.
Enseña la fuerza que suele hacer la importunidad del que pide, y la continuación en instar en alguna pretensión.
ROMPER:
Quien rompe, paga. Algunos añaden: y se lleva los tiestos.
Quien comete alguna falta tiene que sufrir sus consecuencias, saliendo responsable de los perjuicios que ha causado.
RONCHA:
Hacer roncha.
Aplícase al efecto producido por una reprensión, sátira o epigrama, en la persona a quien iba dirigido. — Sacar a uno cantidades prestadas poco a poco, o robadas.
RONDA:
De Ronda, ni buen viento, ni buen casamiento, ni buena hoz de podar, ni buen buey de arar.
Invectiva contra esta ciudad andaluza, dirigida por alguno que no salió muy contento de ella.
En Ronda mueras acarreando zaques.
Maldición terrible que se lanzaba antiguamente en el reino de Granada. Trae su origen este refrán de cuando los moros, dueños de la formidable posición militar de Ronda, obligaban a los infelices cautivos a subir en zaques u odres de cuero por la escalera interior, abierta en la roca, toda el agua que consumían los habitantes y la guarnición.
Apoderáronse de esta ciudad los Reyes Católicos el 24 de mayo de 1485, en el cual día fueron puestos en libertad muchos centenares de prisioneros cristianos que gemían en aquellas lóbregas mazmorras, e indemnizados en cierto modo de tantas vejaciones como hasta aquella fecha habían experimentado.
Ronda, la que las bolsas monda.
Parece dar a entender este antiguo refrán que los róndenos eran algo fulleros en el juego.
RONDÓN:
De rondón.
Impetuosamente, sin reparo ni miramiento. — Úsase más comúnmente con verbos de movimiento, como entrar, salir, subir, bajar, etc.
RONZAL:
Contando con los ronzales, los burros están cabales.
Dícese de los que toman lo accesorio por lo principal.
ROÑA:
Pegarse alguna cosa más que la roña.
Contaminar a otro con su contacto, hablando literalmente, o con su mal ejemplo, en estilo metafórico.
«Como por desgracia se pega el mal gusto literario más que la roña..». (Don Joaquín Lorenzo Villanueva, en su Ana lisis del Diccionario de la Lengua Castellana, publicado por D. M. Núñez Taboada, en París, año de 1825, artículo que vio la luz pública en los Ocios de españoles emigrados, tomo V, págs. 347-379.)
ROPA:
A ropa de quince días, jabón de tres semanas. — V. A grandes males, grandes remedios.
Arroja la ropa al mar cuando hay tempestea. — V. Cuando la barba de tu vecino veas pelar, etc.
Bien estáis de ropa, si no se os moja.
En cualquier estado bonancible de la vida, lo que se puede temer es que sobrevenga un revés que convierta repentinamente la prosperidad en desventura.
El que tiene ropa pronto se viste.
A quien no le faltan medios para realizar alguna cosa, no es extraño que la lleve a cabo en seguida.
Haber ropa tendida.
En el argot de prisiones se emplea esta frase por los reclusos cuando se quiere llamar la atención de los compañeros para que disimulen o se reporten en hablar por hallarse próximos los carceleros, jefes, autoridades, etc. Suelen ingerir la frase ingeniosamente en la conversación.
Hacer a toda ropa. — V. Hacer a plumaje a pelo.
La ropa sucia debe lavarse en casa. — V. Quémese la casa y no salga humo.
Ni te pongas ropa de muerto, ni te pies de ningún tuerto.
Lo primero es poco saludable a todas luces; en cuanto a los lisiados, no suelen distinguirse por su bondad.
No poner la ropa donde la mee el gato. — V. Quien quita la ocasión, quita el pecado, o el peligro.
Poner a uno como ropa de pascua, o de ropa limpia. — V. Ponerle a uno como chupa de dómine, o como un trapo, o como un renegrido trapo.
Ropa oreada, dos veces colada. — V. Más vale rato de sol, que cuarterón de jabón.
Ropa que otro suda, o lo que otro suda, a mi poco me dura.
No se puede exigir a las prendas que se dan como desecho, la resistencia que tienen las nuevas.
¡Ropa, ropa, que hay poca!
Incita a la repetición de alguna cosa, generalmente en tono satírico.
Según es la ropa, tal es quien la viste. — V. El hábito hace al monje.
Si quieres criarte gordito y sano, la ropa del invierno gasta en verano.
Refrán que aconseja no ir desabrigado en tiempo de gran calor.
ROPERO:
Hablar más que un ropero en día de jiesta. — V. Hablar más que un SACAMUELAS.
ROPILLA:
Dar a uno una ropilla.
Reconvenirle amigablemente.
Ninguno entiende de una ropilla mejor que un sasire.
Nada más lógico que buscar a los especialistas para la resolución de una cosa cualquiera.
ROSA:
A cualquier cosa la llaman rosa.
Aplícase a aquellos que se entusiasman con lo que no vale la pena.
Apenas amanece, la rosa florece, mas luego perece.
Indica que la belleza en la mujer se manifiesta pronto; pero también es rápida en desaparecer. Bien sabe la rosa en qué mano posa, o Bien sabe le rosa ddnde posa; a que algunos añaden: en cabeza loca, o en dama hermosa.
Frase galante con la cual se da a entender que la hermosura siempre va en busca de la hermosura.
Esas son las cosas de la calle de la Rosa.
Modo festivo de dar a entender una persona que lo que acaba de decir es todo cuanto se le ocurre acerca del particular, o también, que lo que acaba de oír no se presta a discusión o comentario, por lo que se abstiene de seguir hablando.
La rosa y la hermosura, ¡quépoco dura!
Expresa la inestabilidad de las cosas terrenas.
No hay rosa sin espinas.
Para alcanzar algo es preciso sufrir mucho, y el gozar un bienestar siempre lleva anejo algunas molestias o gabelas.
No te llevarás mi rosa.
Frase con que se expresa que aquello que otro desea no lo ha de conseguir, por mucho que haga.
Rosa que muchos huelen, su fragancia pierde.
Aconseja a las jóvenes la mayor seriedad y castidad en su trato con los hombres.
Ser, o parecer, una rosa.
Ser una cosa sumamente hermosa, fresca o lozana.
ROSARIO:
Acabar algo como el rosario de la Aurora, o del Chite, o de Espera, o de Medina.
Acabar mal. Alude a cierto choque que hubo entre los que acompañaban al rosario que en muchos pueblos, especialmente de Andalucía, se canta y lleva procesionalmente por las calles los domingos al asomar la aurora; y, tanto es así que se cree tuvo mal fin aquella contienda, que muchos suelen añadir al refrán enunciado: que acabó a farolazos.
El rosario al cuello, y el diablo en el cuerpo.
Refrán que reprende a los hipócritas.
El rosario en la mano, y el demonio en el corazón. — V. El rosario al cuello, y el diablo en el cuerpo.
ROSCA:
Hacer la rosca a una persona.
Halagarla, hasta conseguir algo de ella.
Hacer la rosca, o hacer la rosca del galgo.
Andar buscando un sitio cualquiera en que echarse a dormir, con alusión a las vueltas que dan los perros antes de tenderse con aquel objeto.
Si ha comido las roscas de Utrera, no haya miedo que se vaya.
Tal es la fama que por su bondad tienen las de aquella ciudad andaluza.
ROSITAS:
No irse de rositas.
Llevar su merecido; no poder haberse ido burlando.
ROSO:
No dejar roso ni velloso.
Totalmente, sin excepción, todo por igual.
Roso, quiere decir rojo, y velloso, se explica ello mismo; y así, como dice Covarrubias, bien puede venir el origen de dicha frase por la similitud de las frutas cubiertas de cierto vello o película, mucho más crecido y manifiesto cuando están verdes, que no cuando maduras y de rojo y encendido color.
ROSQUILLA:
No saber a rosquillas una cosa.
Producir dolor o sentimiento.
Saber a rosquillas una cosa.
Producir gusto o satisfacción.
ROSQUILLITA:
Rosquillita de monja, pemil de tocino. — V. Bizcocho de monja, fanega de trigo, o pemil de tocino.
ROSTRO:
Más vale rostro bermejo que corazón negro.
Reprende a aquellos que, por demasiado empacho o rubor, dejan de comunicar sus aflicciones y necesidades a los que pueden remediarlas o servirles de algún alivio o consuelo.
Pintarse el rostro la mujer es poner cédula de alquiler.
La pintura, en la cara de las mujeres, ha sido, desde tiempos inmemoriales, señal de... cualquier cosa menos de mujer decente.
Rostro ledo y el perdón, gran venganza es del baldón.
El que habiendo cometido alguna falta, en vez de hallar el castigo, encuentra cara complaciente y perdón absoluto, tiene que sentir el remordimiento de su mala acción.
En los rostros somos iguales los hombres, y también en las acciones.
Los hombres suelen generalmente obrar de igual manera.
ROTA:
Ir de rota.
Ir de vencida, súbita y desordenamente, con referencia a la pérdida de una batalla y retirada de los ejércitos rotos y destrozados. — V. Ir una cosa de capa caída.
Rota, roída y ruinosa.
Triste calificación con que denuestan algunos a Rota, villa de la provincia de Cádiz, distante, por mar, tres leguas de su capital, a causa del estado de decadencia en que de mucho tiempo a esta parte se contempla, y también, debido a los no pocos instintos de rivalidad que entre los pueblos comarcanos han existido toda la vida. A tal propósito oponen los roteños o, mejor dicho, las roteñas: «En Sevilla está la tina; en el Puerto, las tinosas; en Cádiz, las presumidas, y en Rota, las buenas mozas».
No hay para qué ponderar cuánto sube de punto el mérito que entrañan las calabazas de Rota y el vino llamado tintilla de Rota.
De lo primero darán buena cuenta los amados que ya no se aman, así como los estudiantes que nunca estudiaron; y de lo segundo certificarán los que, yéndose del punto de atrás más de lo conveniente, hallan en semejante bálsamo vinoso un elemento astringente, eficacísimo para contener cierta clase de desbordamientos.
ROTO:
Nunca falta un roto para un descosido.
Da a entender que, por infeliz y miserable que sea una persona, nunca falta otra que la aprecie, por valer menos que ella.
Ser peor lo roto que lo descosido.
Entre dos daños siempre hay uno peor que otro.
RUBÍ:
Donde menos confies, hallarás los rubíes. — V. Donde menos se piensa, salta la LIEBRE.
RUBICÓN:
Pasar el Rubicón.
Acometer una empresa ardua a la aventura, logrando salir airoso de ella.
RÚBRICA:
Ser de rúbrica una cosa.
Ser conforme a cualquiera costumbre o práctica establecida y comúnmente observada; ser de rigor su cumplimiento. — Es frase tomada de las ceremonias y ritos que usa la Iglesia, a cuyo conjunto se da el nombre de rúbricas, por acostumbrarse escribir en letra rubra o encarnada dichas instrucciones o prescripciones, a fin de distinguirlas más fácilmente del texto o rezo en los rituales, ceremoniales, breviarios, etc.
RUDA:
Ser uno más conocido que la ruda.
El origen de esta comparación es debido a lo mucho que en otro tiempo se servían las gentes de esta planta para mil enfermedades, considerada como una panacea o sanalotodo, y de ahí el no ser desconocida a ninguna persona.
RUECA:
A buscarla ando la mala de la rueca y no la hallo.
Contra los perezosos.
La rueca en la cinta, y los pies en la bailía.
Contra las mujeres que presumen de hacendosas, y no piensan más que en andar de diversión en diversión. —Juégase aquí del vocablo bailía por baile.
Tomad la rueca y el huso.
Dícese al hombre que no demuestra las condiciones de virilidad propias de su sexo.
RUEDA:
Ande la rueda, y coces con ella, o y coz con ella.
Juego con que se divierten los muchachos, el cual ejecutan echando suertes para que uno se quede fuera; los demás, asidos de las manos, forman una rueda y, dando vueltas, van tirando coces al que ha quedado fuera.
Clavar uno la rueda de la fortuna.
Fijar, hacer estable su suerte.
Con una rueda no anda un carro.
Los servicios hechos a medias suelen no prestar utilidad alguna.
Escupir en rueda. — V. Escupir en corro.
Hacer la rueda a una cosa.
Estar a la mira de ella, con el intento de aprovechar la ocasión de poder conseguirla.
Hacer la rueda a uno.
Adularlo con atenciones y obsequios para ganarle la voluntad.
La peor rueda del carro es siempre la que más rechina. — V. El puerco sarnoso revuelve la pocilga.
La rueda de la fortuna anda más lista que una rueda de molino.
Aconseja a los perezosos que no se duerman si quieren conseguir sus favores.
Quien no ha visto la rueda de La Ñora, tiene todavía el asno en el cuerpo.
Elogio tributado por los murcianos a uno de sus pueblos, equivalente al de los madrileños: Desde Madrid al cielo, o de los andaluces: El que no ha visto a Sevilla, no ha visto maravilla, etc.
Ahora bien; la rueda de La Ñora necesita una explicación, y no la hallamos mejor que copiando lo que el castizo cronista Nicolás de Leyva escribió en El Imparcial del día 10 de septiembre de 1902, de lo cual, naturalmente, suprimimos lo que no hace a nuestro asunto.
Escribe, pues, el cronista desde Murcia, y se expresa así: «Dicen aquí que: Quien no ha visto la rueda de La Nora tiene todavía el asno en el cuerpo, y como es natural, no he querido perder la oportunidad de extraerme al que por clasificación me corresponde.
Se va a La Ñora por diferentes caminos, y todos ellos los he recorrido en mis paseos por la Huerta. Saliendo de Murcia por la carretera de Alcantarilla, que es una frondosa alameda de siete kilómetros, se deja el tranvía pasada lo que llaman la «media legua», y por una vereda angosta se llega, atajando, al camino vecinal de Alcantarilla a La Ñora. Poco antes de llegar a este pueblo, encuéntrase la fabrica nacional de pólvora, donde se elaboran las diferentes clases de esta destructora substancia que tanto indignaba a D. Quijote en su famoso discurso de las armas y las letras, especialmente la pólvora prismática para la artillería. Trabajan en la fábrica de La Ñora, en esta época de paralización, unas doscientas personas entre directores, maestros, operarios y jornaleros.
Éntrase en La Ñora dejando a la izquierda el pueblo de Jabalí Viejo, separado únicamente de aquél por el camino, y después de bajar las cuestas de dos o tres calles de piso desigual, pedregoso y polvoriento, viendo sobre las puertas de muchas casas la placa del Corazón de Jesús, se sale de nuevo a la Huerta, donde, a los pocos pasos, da uno con el murallón del acueducto construido por los árabes.
En las junturas de sus piedras mojadas, crecen libremente espadañas, musgos y otras especies vegetales que se nutren en la humedad, festoneando de verde aquella pared lisa que penetra en la Huerta, formando un recodo, hasta llegar a la acequia Mayor, donde está la célebre rueda que eleva el agua para regar algunos millares de tahullas que, sin aquel artificio, serían de secano.
La rueda no es otra cosa que una gran noria automática de madera montada en el centro de la acequia Mayor, que gira sobre un eje sostenido por dos paredones alzados en las orillas de aquella gran sangría del Segura, más caudalosa que algunos ríos. La corriente mueve un sistema de paletas, y al mismo tiempo llena los cangilones encerrados en la circunferencia de la rueda.
Mide ésta unos diez metros de diámetro, y como la mayor parte de sus cangilones están abiertos o podridos al rodar, el agua que se pierde, cae por entre los travesanos del artefacto en extraños surtidores y flecos abrillantados que se desgarran, gotean y pulverizan en el armazón, formando vistosos y sorprendentes juegos hidráulicos. A pocos metros de aquella gigantesca batiente, descansa el agua en un remanso donde lavan ropa las mujeres ñoreñas y toman el baño las muías.
En Alcantarilla hay otra rueda semejante a la de La Nora, aunque de menos diámetro, que anda por esos mundos retratada en tarjetas postales»
Ser como rueda de molino.
Se compara con la rueda de molino, o muela, a todo aquel objeto que, a semejanza suya, es redondo, grande, grueso y pesado; y en sentido metafórico, a toda mentira excesiva.
Traer en rueda.
Tener a una o más personas ocupadas con solicitud y diligencia cerca de sí.
Comulgar uno con, o tragárselas como, ruedas de molino.
Ser excesivamente crédulo y bonachón.
Con dos ruedas solas anda un carro.
Hay ocasiones en que una ayuda, al parecer ligera, presta gran servicio e importancia al aumenta o desarrollo de ciertas empresas.
Hacerle comulgar a uno con ruedas de molino.
Engañarlo miserablemente. — Tiene más uso en sentido negativo por parte de aquel a quien se pretende chasquear; v. gr.: ¡Bonita soy yo para que me vengan a comulgar con ruedas de molino!
RUEDO:
Ser, o hacer, una cosa a todo ruedo.
En todo lance, ya sea próspero, ya adverso.
RUEGO:
Más vale el ruego del amigo que el hierro del enemigo.
La dulzura y suavidad son preferibles al rigor y a la violencia, tanto para la persona agente como para la paciente.
Ruego de grande, fuerza es que te hace.
Cuando una persona erigida en superioridad pide una cosa, no hay más remedio que servirla, por aquello de que suplica, cuando podía mandarlo. — A la educación y delicadeza es preciso corresponder con delicadeza y educación.
RUFIÁN:
Rufián, manceba y criados son enemigos pagados.
Porque ninguno trabaja por amor, sino por lo que su falsa oficiosidad les produce.
RUIDO:
Fingir ruido por venir apartido.
Dícese del que, no teniendo razón, lo mete todo a voces y violencia para ver de hacerse temer y conseguir salirse con su intento.
Hacer más ruido que la tarasca del día del Señor.
La salida de la tarasca el día del Corpus en Madrid era un verdadero acontecimiento para todos. A fin de no repetir lo ya dicho, suplicamos al lector vea el tomo I de este Diccionario, página 178, artículo Caperuza, en que podrá leer la explicación dada al refrán Echar caperuzas, o guindas, a la tarasca.
Hacer, o meter, ruido.
Causar admiración, novedad o extrañeza con una acción o particularidad alguna persona o cosa.
Mayor ruido hacen diez ánsares en laguna que cien bueyes en prado.
Las personas ineptas suelen ser las que más molestias ocasionan.
Mucho ruido mete el tambor, y está lleno de aire. — V. El tonel vacio mete más ruido.
No es todo cantar cuanto ruido suena.
No hay que fiarse de apariencias.
Querer uno ruido.
Andar buscando camorra, o ser aficionado a ellas.
¿Quién mete más ruido? — El más ruin. — V. Mayor ruido hacen diez ánsares en laguna que cien bueyes en prado.
Ser más el ruido que las nueces.
Se atribuye el origen de dicho refrán al siguiente hecho histórico: En la noche del 11 de mayo de 1597 salió de Dourlens el capitán Hernando Tello Portocarrero, caminó siete leguas y se situó al amanecer muy cerca de Amiens, plaza fuerte e importante, cuyos habitantes, por guardarla mejor, no quisieron que Enrique IV les diese soldados para su defensa. Al ser de día se presentaron varios aldeanos en la entrada de dicha ciudad con un carro de leña, y dos de ellos tropezaron, cayeron al suelo, y desparramaron las nueces que llevaban en unos cestos. Mientras los franceses que guardaban la puerta, riéndose a carcajadas de su torpeza, cogían la fruta, los aldeanos, desabrochándose los gabanes, sacaron los pistoletes, y al grito de ¡Viva España!, se apoderaron de la entrada de la plaza; los centinelas de la muralla no pudieron levantar el puente, por el carro que los españoles habían cruzado en él; a los tiros acudió Portocarrero con la caballería, y aunque los de Amiens se defendieron heroicamente por las calles y desde las casas, la ciudad quedó por Felipe II. Los diez soldados disfrazados de aldeanos iban a las órdenes del sargento Francisco del Arco, natural de Borja, que murió con el grado de capitán.
De los ruidos guarte, no serás testigo ni parte.
Aconseja rehuir toda pendencia o riña, con el fin de evitarse el tener que andar en justicia, bien como autor, bien como testigo presencial de los sucesos.
Quitarse de ruidos uno.
Dejar de intervenir en asuntos o lances de que se originan discusiones o disgustos. — Poner los medios adecuados para que no siga causando molestia o desvelo alguna persona o cosa.
RUIN:
A un ruin echarle otro. — V. A un pícaro, otro mayor. — Donde las dan, las toman.
Cada día más ruin, como los potros de Gaeta.
Alude al que cada vez va más a menos, con referencia a los caballos de aquella ciudad romana que lleva hoy el nombre de Belalcázar, en la provincia de Córdoba, de los cuales se decía que perdían con la edad el buen talle que sacaban al nacer.
De ruin a ruin, quien acomete, vence.
Entre dos cobardes que contienden, por lo general vence el que se esfuerza y comienza a reñir.
De ruin cepa, en ningún tiempo ha salido buen sarmiento. — V. De tal palo tal astilla.
El más ruin del apellido, porfía más por ser más oído.
Por regla general, los que menos derecho tienen a una cosa, son los que más gritan.
El que a sí no se alaba, de ruin se muere. — V. Fray Modesto nunca fuéprior.
El ruin, cuanto más le ruegan, más se ensancha, o se extiende.
Por lo regular, los hombres que menos valen se entonan y se hinchan más, al paso que se les ruega más para que condesciendan a alguna súplica.
El ruin delante.
Vitupera al que se nombra antes de otro o toma el primer lugar.
En mentando, o nombrando, al ruin de Roma, al punto, o cátalo, o luego, asoma.
Úsase familiarmente para decir que ha llegado aquel de quien se hablaba.
Enamoróse el ruin de las trenzas del mandil.
Las personas de temperamento tacaño o miserable, suelen fijarse en minucias que los demás no ven, porque realmente no resuelven nada, ni vale la pena de fijarse en ellas.
Gastan doble el ruin y el pobre. — V. El miserable y el pobre, gastan doble.
No se puede igualar sino ruin con su par.
Cierta clase de gentes no puede compararse más que con las de su calaña.
Por lo regular, el que es más ruin es quien mete más ruido. — V. Mayor ruido hacen diez ánsares en laguna que cien bueyes en prado.
Quien es ruin en Sevilla, lo será en Castilla.
La persona indigna, lo es en todas partes.
Ruin con ruin, como casan las dueñas.
Aplícase a aquellos matrimonios en que los contrayentes no tienen nada que envidiarse por su escasa significación social.
Ruin con ruin, que asi casan en Dueñas.
Los mejores casamientos son comúnmente, los que se contraen entre personas de igual clase. — En todo se debe guardar las debidas proporciones para obtener un resultado feliz.
Lo de ruin debe entenderse irónicamente, pues alude a las velaciones celebradas en aquella villa el día 18 de marzo de 1506 en las personas de don Fernando el Católico y su segunda mujer D. a Germana de Foix, sobrina del rey de Francia.
Ruin es D. Santos, promete escabeche, y paga con ajos.
Dícese de la persona que después de haber ofrecido una recompensa, se desentiende de aquello que prometió cuando llega la ocasión de tener que cumplirlo.
Ruin es quien por ruin se tiene.
Aconseja que no se abuse de la modestia hasta el punto de que lleguen a creer todos que es verdad lo que se dice.
Ruin por ruin, quédese en casa Martin.
En igualdad de circunstancias, mejor es que pague las culpas el compañero.
Ruin res en cuernos medra.
Los que se preocupan poco de lo espiritual, suelen medrar más en lo material.
Ruin sea quien ruindad amare.
A los que ponen los ojos en cosas que son bastante más humildes y bajas que lo que su condición permite, no es extraño desearles que se identifiquen con el objeto de sus amores.
Un ruin ido, otro venido.
Explica que, libres ya de un mal, solemos dar en otro como aquél, o peor.
Rogar a ruines.
Frase con que se explica lo poco que se debe esperar de un hombre de baja condición.
RUINA:
Estar hecho una ruina.
Dícese de aquel que se encuentra en un estado de salud muy deplorable.
No coge la ruina a quien la previene.
El hombre precavido no tiene generalmente que lamentar los accidentes que puedan ocurrir en cualquier terreno.
RUINMENTE:
Poco y ruinmente, como el baile de Maripola.
Dícese de todo aquello que se rodea de mucho aparato, sin que, en realidad, tenga valor alguno.
RUISEÑOR:
Antes falta al ruiseñor que cantar, que a la mujer que hablar.
Denota lo habladoras que son, por lo regular, las mujeres.
Cantar como un ruiseñor.
Dícese de la persona que tiene voz agradable, y hace primorosos gorjeos y rápidos trinos.
Ser un ruiseñor de Arcadia.
Epíteto que se aplica al que es un excelente cantor, así como al que se expresa con gran facilidad.
RUTE:
Ser como la enfermita de Rute.
En la revista que bajo mi dirección se publicó en Madrid en los años de 1879 al 882 con el título de El Averiguador Universal, se dio por D. José Francisco de Trasobares la siguiente respuesta a una pregunta formulada por R. S. A. en que deseaba saber por qué se llamaba así en Andalucía al enfermo que se queja de vicio: «No puede imaginarse el preguntante las gestiones que he practicado para ver de averiguar de dónde viene esta locución proverbial: y no encontrando antecedente alguno acerca de ella, lo único que he podido conseguir es reformarla, pues en este país, y especialmente en Rute, se enuncia de este modo: El enfermo de Rute, que se come los pollos piando y las gallinas cacareando.
Admitida esta enmienda, y suponiendo que no sea la misma que corre entre la vulgaridad de las gentes de la provincia de Jaén, la cual se enuncia diciendo: Como el enfermo de Rus, que se come los pollos sin pelar, supónese por un amigo mío, bastante versado en esta clase de asuntos, que aquélla está perfectamente aplicada al carácter jeremítico y egoísta de la mayoría de los hijos de Rute, donde es muy corriente oír que se lamentan de estar reducidos y apocados hombres de gran fortuna, que cuentan su activo por millones.
Esta cualidad, que, aparte de otras buenas y recomendables, parece característica de aquellas gentes, la suponen hereditaria; pues creyéndose por tradiciones populares que aquella villa fue repoblada por 32 caballeros astures y gallegos traídos por Alfonso XI, a los que se unieron muchos judíos, éstos debieron de importar las costumbres mezquinas de los pueblos pobres de que procedían, y crearon ese carácter especial ruteno que tanto se separa de la esplendidez y largueza del andaluz».
SÁBADO:
No hay sábado sin sol, ni mocita, o moza, sin amor, ni vieja sin arrebol, o sin dolor.
Refrán que se aplica a cualquiera cosa que regular y frecuentemente sucede en determinados tiempos o personas.
Quien el sábado va a la aceña, el domingo iiene mala huelga.
Aviso a los amigos de divertirse en sábado, so pena de que el domingo se puede descansar.
SÁBANA:
A sábana blanca, ribete negro.
Después de la leche, y no antes, es cuando conviene beber vino.
Pegársele a uno las sábanas.
Levantarse tarde de la cama por haberse quedado dormido, bien contra su voluntad, bien por pereza.
SABAÑÓN:
Comer uno como, o más que, un sabañón.
Comer mucho y con ansia. — En esta locución se juega del vocablo comer, y equivale a decir: comer (tragar) tanto como come (pica o escuece) un sabañón.
Cuidado con estos sabañones, que mas que pican, comen.
Se suele aplicar jocosamente cuando se presenta a personas que son de cuidado.
SABER:
Al que mucho quiere saber, poquito y al revés.
Como la curiosidad es un vicio tan feo como extendido, no está de más el castigar al que se mete donde nadie le llama diciéndole lo contrario de lo que quiere averiguar.
Aquel sabe que se salva, o Aquel que se salva, sabe; que el otro no sabe nada.
En sentido místico: La verdadera sabiduría del cristiano se reduce a la salvación de su alma, al tenor de lo que canta aquella coplilla-refrán: La ciencia calificada es que el hombre en gracia acabe, porque, al fin de la jornada, aquel que se salva, sabe; que el otro no sabe nada.
En sentido mundanal: La verdadera ciencia es la que da de comer. Y también: En los casos apurados, el punto está en salir airoso y triunfante, aunque, por otra parte, no se esté dotado de gran talento.
Conviene saber, pero saber con sobriedad.
Dicho de San Pablo, por el cual se nos exhorta a no acariciar la ignorancia, aunque sin pretender llegar en nuestras investigaciones más allá del límite humano.
Cuanto más se sabe, menos se siente.
El que conoce mucho el mundo, suele llegar a tener embotado el sentimiento.
Dinos lo que sabes, sabremos lo que ignoras.
Conociendo lo que se posee, no es difícil saber lo que no se tiene.
El aprender es saber, y es el que al hombre da el ser.
Exhorta a adquirir conocimientos, cuanto más, mejor, para ser considerado en la vida.
El mayor saber de todos es no decir a ninguno cosa de que le pese.
El ser agradable a todos es una táctica social más difícil de lo que a primera vista parece, pues indica no poco talento por parte de quien lo consigue.
El que las sabe, las tañe.
Advierte que nadie obre ni hable sino en la materia que entienda.
El que nada sabe, de nada duda.
El ignorante es, por lo regular, el ser más presuntuoso que existe en la tierra; sólo al verdadero sabio le cumple comprender cuan limitada es la ciencia del hombre, por muy vasta que parezca.
El que no sabe es como el que no ve.
Frase con que se disculpa la ignorancia de una persona al obrar en determinado sentido.
El que quiera saber que compre un viejo.
Contra los que son curiosos y preguntones.
El que quiera saber que estudie.
Manera de negarse a satisfacer la curiosidad, generalmente estúpida, de los demás.
El querer saber es el mejor principio para lograrlo.
Porque, como reza aquel principio más absoluto, Querer es poder.
El saber debe mostrarse como el reloj.
Así como el que lleva un buen reloj no lo anda sacando a cada momento para lucirlo, sino cuando necesita saber la hora que es, de igual manera conviene al erudito no alardear de ciencia incesantemente, sino mostrarla en tiempo y lugar oportuno.
El saber no estorba, o no ocupa lugar.
Recomienda que se adquieran todos los más conocimientos posibles, aunque a primera vista no hagan falta, pues el día de mañana pueden servirnos para muchas cosas que no podía uno prever.
Eso es bueno para Sabido, que esté en gloria.
Disculpa dada en forma jocosa a quien nos echa en cara el haber incurrido en alguna inconveniencia, ya por comisión, bien por omisión, alegando ignorancia por nuestra parte.
Sufre por saber, y trabaja por tener.
El afán del hombre en la vida debe ser el conseguir ambas cosas.
La mayor parte de lo que se sabe es la menor de lo que se ignora.
Por mucho que se sepa, siempre se desconoce más.
Lo que no se sabe es lo que no se dice.
La fragilidad humana es tal, que cuando se conoce alguna cosa, siempre se está deseando comunicarla a otro. El que quiera que se guarde un secreto, no debe decirlo a un tercero, para no exponerse a que se divulgue, por las razones expuestas.
Más sabe quien mucho anda, que quien mucho vive.
Los viajes son los verdaderos maestros de la vida.
Más vale el saber que el poder.
La ciencia está por encima de todas las cosas.
Más vale saber que haber. — V. Más vale ciencia que renta.
Mientras más tu saber alabes, menos sabes.
La verdadera ciencia es modesta, y no vocinglera.
Nadie sabe lo que está por venir.
El conocimiento de lo futuro está negado al conocimiento humano.
No conviene más de saber, mas mesuradamente querer saber. —V. Conviene saber, pero saber con sobriedad.
No es lo mismo saber para si que saber para los demás.
Hay individuos que, a pesar de su mucha ciencia, no sirven para comunicarla o transmitirla a otros, por ser distintos el don de la sabiduría y el de la enseñanza.
No es lo que sabe.
No ser una cosa lo que aparenta.
No hay saber como tener. — V. Poderoso caballero es Don Dinero.
No hay tal saber como necio no ser.
Modo de acreditar que la verdadera sabiduría en el trato social consiste en no dejarse engañar de nadie.
No saber uno de si.
Explica las muchas ocupaciones a que uno está entregado, faltándole tiempo aun para cuidar de sí mismo.
No saber uno donde meterse.
Frase con que se explica y pondera el gran temor, o vergüenza, que le ocasiona una especie o acontecimiento.
No saber uno lo que se pesca.
No acertar en lo que hace o dice, por falta de inteligencia o capacidad.
No saber uno lo que tiene.
Frase familiar con que se pondera el gran caudal de una persona.
No saber uno por donde anda, o se anda.
No tener expedición ni capacidad para desempeñar aquello de que está encargado. —No saber cómo apreciar o resolver una cosa por falta de datos, o por ofuscación.
No sé. — Lo que tú no sabes es ladrar. Algunos añaden: y eso porque no se estila, o no se usa.
Modo de dar a entender a quien se le hace una pregunta y dice que no sabe, que no se le cree, por más que se obstine en su negativa.
Ni sé si halaga, ni sé si amaga.
Aplícase a ciertas personas que usan de palabras tan ambiguas, que pueden tomarse en buena y mala parte.
Ninguno ve lo que tú sabes; mas todos pueden ver lo que haces.
Recomienda la observancia de la buena conducta, toda vez que ésta está a la vista de todos.
Por mucho que se sepa, es más lo que se ignora.
Triste verdad, de que algo corrigen los años, pero que, por muchos que fuesen, no llegarían jamás a anularla.
Por si no lo sabías, para que lo sepas.
Es el estribillo de un cantar popular que dice: La mujer del alcalde se llama Pepa: por si no lo sabías, pa que lo sepas.
Suele emplearse burlescamente cuando se le dice a una persona algo que ignoraba, o fingía ignorar.
Quien las sabe, las tañe. — V. El que las sabe, las tañe.
Quien más sabe, no sabe nada. — V. Por mucho que se sepa, es más lo que se ignora.
Quien no sabe, no vale.
Aunque la ciencia sin la intriga suele ser nula, hay ocasiones en que el mérito se impone. Desgraciadamente, éstas son las menos.
Sabe que rabia.
Expresión familiar que se usa para expresar el irregular y vivo sabor que se percibe de una cosa.
Saber uno cuantas son cinco.
Conocer o entender lo que le conviene o importa.
Saber es poder.
El que está ignorante de una cosa, no puede poner remedio a ella; pero el que la conoce, sí.
Sabérselo todo.
Frase con que se nota de presumido al que no admite las advertencias de otros.
Si dices «No sé», te enseñarán hasta que aprendas;y si dices «Sí sé», te preguntarán hasta que ignores.
Pondera las ventajas que resultan de no hacer ostentación de sabiduría.
Sólo sé que no sé, o que no sé nada.
Dícese, tomándolo de un principio dialéctico, cuando, para evitarse responsabilidades, no se quiere dar detalles de aquello que se nos ha preguntado.
Unos dicen lo que saben, y otros saben lo que dicen.
Manifiesta la diferencia tan grande que hay entre tener conciencia de lo que se dice, a repetir lo que se le ha enseñado, a estilo de loro.
Ya lo sabes: si madrugas, que me llames.
Especie de ultimátum, con el cual se termina una cuestión.
Yo sé que me sé, mas esto callarlo he.
Aconseja que aquel que sabe de otro alguna cosa desfavorable, no ha de descubrirla, por más que a ello le insten o provoquen. —Censura a aquel que sólo sabe para sí, sin prestarse a comunicar a los demás su ciencia.
SABIDURÍA:
La sabiduría es el ojo derecho de nuestra vida.
Manifiesta lo mucho que vale el saber, comparándolo con la visión del órgano derecho, que suele ser más potente que la del izquierdo.
No es sabiduría dejar lo cierto por lo dudoso.
El buen sentido dicta que no se debe aceptar una ganancia problemática, cuando es a costa de una positiva.
Sabiduría de hombre pobre, hermosura de gorrona y fuerza de ganapán, nada val.
Efectivamente: al pobre, por mucho que sepa, nadie le hace caso; la belleza de ciertas mujeres, es ficticia, y las fuerzas de los mozos de cuerda se agotan en cuanto no tienen un poco de alcohol en el cuerpo que los reanime.
SABIO:
Al sabio su suerte le agrada.
El verdadero talento del hombre es el saber contentarse con su suerte.
Aunque seas sabio y viejo, no desdeñes un consejo.
Por muy experimentado que uno sea ea, siempre le puede convenir tomar consejo.
Cuándo el sabio yerra, más que al necio le hacen guerra.
Porque, a causa de su ciencia, está más obligado que nadie a no cometer faltas.
Cuanto se celebró a un sabio, si una vez yerra, se convierte en su agravio. — Véase Cuando el samo yerra, más que al necio le hacen guerra.
Del sabio es mudar parecer.
Sólo los necios son los que se obstinan en seguir un acuerdo, una vez tomado. Pensándolo mejor, no tiene por qué continuar en su error el que tiene algún talento, por poco que sea.
Dice el sabio AbetiHabuz que así se ha de guardar el andaluz.
Aben-Habuz fue un africano poderoso que emigró de las tierras de Vélez de la Gomera a principios del siglo xi y se estableció en Granada, en un palacio llamado antiguamente la Casa de la Lotia por la fábrica de estas telas que en ella se hallaba establecida, y en la cual colocó, en memoria de una batalla ganada en las inmediaciones de Granada a los moros cordobeses, una veleta representando un caballero de bronce en ademán de blandir con la mano derecha una lanza y embrazando con la izquierda una adarga con el letrero arriba citado. Este lema pasó a ser frase proverbial, indicando que todo el que quiera defenderse debe escoger el punto más resguardado.
El sabio en su retiro, y el villano en su rincón.
Según el doctor D. — V. Joaquín Bastús, en su obra La sabiduría de las naciones, Tiene su origen dicho antiguo refrán a un tal Juan Labrador, a quien se le aplicó por su ejemplar conducta y vida feliz, según resulta del epitafio que se lee sobre su sepulcro en la iglesia de Benevivere, en el obispado de Palencia, y el cual dice así: «Aquí yaz Juan Labrador que por jamás al rey vido; a nadie envidió, ni ha sido testigo, reo, ni actor.
Mozo, con su igual casó; hijos y nietos gozó; sin deuda, un sustento asaz; con su mujer vivió en paz, y cual cristiano murió».
El sabio pobre es más rico que el poderoso si es borrico.
Encomia la riqueza de la ciencia, o intelectual, sobre la material.
Es el sabio en su patria como el oro oculto en la mina.
Bella comparación que usamos proverbialmente, tomada de los árabes, y que viene a equivaler a aquella sentencia tomada de la Sagrada Escritura: Nadie es profeta en su patria.
Más vale ser sabio que aparentarlo.
Aconseja atenerse siempre a lo positivo, desdeñando lo aparente, que suele ser ficticio.
Mientras más sabio es su autor, menos enmienda tiene su error.
Las faltas son mucho menos disculpables en los que tienen fama de sabios, que en los que no gozan de semejante juicio.
Nadie es sabio para sí, aunque sea consejero de reyes.
Denota que las personas decentes no saben sacar partido en su provecho de las altas situaciones en que se encuentren.
Ni el más sabio lo sabe todo.
La vida humana es demasiado corta para poder hacer todo lo que ha escrito la Humanidad, única manera de conseguir la omnisciencia.
No es sabio el que mucho sabe, mas el que obra como sabio.
No es preciso saber mucho para obrar rectamente.
Nunca dice el sabio: no pensé.
Porque el verdadero talento está en prever las cosas, a fin de no tener que dolerse después.
¿Quiere uno ser dicho sabio? Hable poco y pensado.
Más vale hablar poco y bien, que mucho a tontas y a locas.
Sabio es quien habla poco y calla mucho.
Se manifiesta la cualidad de todo hombre prudente en ser circunspecto y comedido en lo que habla, reservándose siempre aquella proposición que pueda comprometerlo, o descubrir sus ulteriores miras de lucro.
Sabio, hijo mío, serás mientras a Dios temerás. — El temor áe Dios es el principio áe la sabiduría.
De sabios es guardarse hoy para mañana. Mirar para el porvenir; no todos lo hacen, pero debieran hacerlo.
De sabios es mudar de parecer, o de consejo. — V. Del sabio es mudar parecer.
Es de sabios tomar consejo.
El asesorarse con los que saben más que uno, nada tiene de denigrante: solamente los tontos, que creen saberlo todo, son los que no se rebajan a escuchar la opinión de los demás.
Es mejor ser loado de los pocos sabios, que burlado de los muchos necios.
Debemos siempre procurar que núes tras acciones sean aprobadas por las personas sensatas, mejor que aplaudidas por los tontos.
Los sabios arreglan el almanaque, y Dios el tiempo.
Los cálculos de los astrónomos acerca de los fenómenos meteorológicos que han de sobrevenir, resultan no pocas veces fallidos ante las disposiciones del Ser Supremo. Por eso dice otro refrán que Dios sobre todo.
Quien más que a los sabios da al oro su aprecio, prueba que es necio.
El verdadero mérito está en la ciencia y no en la riqueza.
SABOGA:
Si no te quieres casar, come saboga por San Juan.
Preocupación tonta del pueblo, que no tiene fundamento alguno.
SABOR:
A sabor de paladar.
Frase anticuada, equivalente A pedir de boca.
Más vale estar al sabor que al olor.
Indica que lo práctico es lo positivo.
Venir al sabor y al olor.
Acudir a una parte en busca de todo lo que haya.
SABUESO:
Aunque manso tu sabueso, no le muerdas en el bezo.
Exhorta a no irritar ni exasperar a aquéllos que muestran gran tolerancia y mansedumbre, por no exponerse, si llegan a perderlas, a los efectos de una ira desbordada.
SACAMUELAS:
Hablar, o mentir, más que un sacamuelas.
Se dice de todo aquel que habla o miente con exceso y desfachatez, como acontece a los sacamuelas y otros charlatanes que, situados en las calles y plazas, traen embaucados al pueblo, haciéndole creer con su parola y sus exageraciones, que sacan las muelas sin dolor.
SACAR:
Donde sacan y no echan, buscan y no hallan. — V. Donde hay saca y nunca pon, presto se acaba el bolsón.
Sácame de aquí y degüéllame allí.
Da a entender que muchas veces, por librarse del mal que se padece, se desea otro mayor.
SACO:
Dar saco a una cosa.
Robar todo o la mayor parte de aquello de que se habla; saquear.
Descoserse uno como saco de paja.
Hablar con toda libertad y sin el menor rebozo todo cuanto se viene a la boca.
El saco vacío no puede mantenerse en pie.
Para trabajar es preciso comer.
No dejar caer alguna cosa en saco roto.
No echarla en olvido. —La definición dada por la Academia (1869), «Recoger alguna especie que se oye para usar de ella después oportunamente» es defectuosa. — Ponerla en buenas manos; emplearla bien; darle buen destino; no perderla.
No le fiaría un saco de alacranes.
Frase con que se pondera la gran desconfianza que se tiene de alguna persona.
No ser saco de nueces para vaciarse de golpe.
Contra aquellos que nos incitan a decir de una vez y atropelladamente lo que tenemos que contar, y requiere, naturalmente, orden y tiempo.
Tres al saco, y el saco en tierra.
Expresión con que se nota la poca maña de los que concurren a transportar algún gran peso o a ejecutar otra acción, y juntos nu lo consiguen.
Una en el saco y otra en el sobaco. — Véase Dar una en el clavo y ciento en la herradura.
SACRAMENTO:
Y Sacramento del aliar.
Locución familiar con que se significa haberse acabado alguna cosa, aludiendo a ser práctica entre los católicos el terminar sus rezos con la oración que empieza: Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del altar.
Ser incapaz de sacramentos.
Como quiera que los tontos o fatuos no son sujetos hábiles o aptos para recibir ninguno de los siete Sacramentos que dispensa la Iglesia, de ahí que para calificar en estilo familiar a la persona que es sumamente ruda o boba, se valga uno de esta frase.
SACRISTÁN:
Cada sacristán se entiende en su iglesia..., y ponía el cristo boca abajo. — V. Cada tino se entiende, y trastejaba de NOCHK.
Como el sacristán de Partaloa, que cantaba mal, y porfiaba.
Partaloa es villa de la provincia de Almería, a trece leguas de su capital.
Como el sacristán de Peraleja, que no carita ni deja. — V. Parecerse al perro del hortelano.
Como el sacristán de Totana. — V. Como el sacristán de Peraleja, etc.
Sacristán sucio, iglesia limpia.
El que se preocupa de que todo esté como debe estar, no repara en su persona.
Ser sacristán de amén.
Seguir en todo ciegamente la voluntad o parecer de otro.
Ser uno bravo, o gran, sacristán.
Ser muy sagaz y astuto para el aprovechamiento propio, o para el engaño ajeno.
SAETA:
A las que sabes, mueras..., y sabia hacer saetas.
Manifiesta el deseo de venganza y daño grave contra alguno.
Echar saetas uno.
Mostrar con palabras, gestos o acciones que está picado o resentido.
SAGRA:
Lo que la Sagra desea, nadie lo vea, o No nos dé Dios tanta agua como necesita la Sagra.
Refrán usado en Toledo y sus contornos para manifestar el deseo de que ningún labrador experimente sequía, por necesitar la campiña que rodea a aquella ciudad, llamada Sagra, de mucha agua para poder ser productiva.
SAGRADO:
Acogerse, o meterse, uno a sagrado.
Eludir el cumplimiento de algún compromiso o responsabilidad, interponiendo el valimiento de una persona o autoridad de mayor significación o jerarquía. Alude al retraimiento a una iglesia o paraje sagrado en que se constituía un delincuente, con el objeto de evadir el castigo a que se hiciera acreedor por las leyes, cuando así se lo permitía la índole de su delito. —Dícese también de la persona que, después de haber llevado una vida más o menos libre, emprende otra de recogimiento y devoción.
SAHUMAR:
Y aun sahumado.
Esto es: y aun con creces o mejorado. Así parece deducirse de la contestación de D. Quijote a Juan Haldudo el rico, el vecino del Ouintanar, con motivo de deberle la soldada a su criado Andrés: «Del sahumerio os hago gracia; dádselos en reales, que con eso me contento». Me parece que sahumado y sahumerio puede equivaler en esta ocasión a los cominitos de Andalucía o a la chorreada de Castilla la Nueva, con cuyas voces se significa aquello que por añadidura suele dar al comprador el vendedor sobre la cantidad justa y exacta del género que ha pesado o medido.
SAL:
Decir, o hacer, una cosa con su sal y pimienta.
Con intención, de caso pensado, con segunda, proponiéndose algún fin por medios indirectos más o menos estimulantes.
Deshacerse como la sal en el agua, o Hacerse, o volverse, saljy agua.
Tratándose de bienes y riquezas, disiparse y consumirse en breve tiempo.
Echar uno en sal una cosa.
Guardarla, reservarla, o renunciar a ella por causa de haber sobrevenido algún accidente inesperado que obliga a hacerlo así, cuando se estaba a punto de darla, enseñarla, decirla o hacerla. Dícese comúnmente a propósito de algún deseo o intento que queda frustrado.
Estar uno hecho de sal.
Chistoso, ocurrente; de buen humor.
Ha comido conmigo mucka sal con pan.
Equivale a decir que la persona a que uno se refiere es de toda confianza por ser muy conocida.
La sal, cuanto sala tanto val.
El que presta su protección a otro, tiene más mérito cuanto más beneficios otorga.
No alcanzar, o llegar, a uno la sal al agua.
Estar tan falto de recursos, que no le alcanza lo que tiene para poder atender a sus más urgentes necesidades.
Poner sal a uno en la mollera.
Hacer que tenga juicio, escarmentándolo con algún castigo.
Sal quiere el huevo.
No es posible prescindir de tal o cual requisito o elemento que es absolutamente necesario para la perfección o la integridad de alguna cosa.
Sal vertida, nunca bien cogida.
Las especies vertidas en público, no se pueden retirar después.
Sal y salud, cuidado y temporal, hinchen el corral.
La hacienda se ve mejorada cuando hay buena salud que permite cuidarse de ella.
Tener puesto algo en sal.
Haber hecho caso omiso de ello, por saber que no se ha de llevar a cabo.
Todo lo que se gana se vuelve sal y agua.
Efectivamente: aunque el refrán es muy antiguo, parece inventado en estos tiempos de penuria económica.
SALAMANCA:
A estudiar a Salamanca.
Dícese a los preguntones que quieren averiguar lo que no les importa. En este mismo sentido se emplea el refrán siguiente.
El que quiera saber que vaya a Salamanca, o que estudie. — V. A estudiar a Salamanca.
SALAMANDRA:
Mantenerse como la salamandra en el fuego.
Se aplica a todo aquello que, a pesar de hallarse en medio del peligro, no experimenta lesión alguna, con alusión a la creencia que profesaba el vulgo supersticioso antiguamente de que I arrojado dicho animal al fuego permanecía incombustible.
SALAZAR:
Quien se quiera salvar, venga a oír a Salazar.
Se decía por común proverbio en la corte de Madrid, con referencia a los buenos frutos que en ella dio la predicación del Excmo. Sr. D. Pedro de Salazar, cardenal de la Santa Iglesia de Roma, del título de Santa Cruz en Jerusalén, generalísimo que fue de la gran Orden de la Merced, obispo de Salamanca, y después de Córdoba, donde murió el 14 de agosto de 1706.
SALIDA:
Encontrarle, o tener, salida a, o para, todo.
Hallar pronta y desenfadada excusa, respuesta o solución a cualquiera cosa.
Ser, una cosa, una salida de pavana. — V. Ser una cosa una entrada de pavana.
SALIR:
Salga lo que saliere.
Denota la resolución de arrojarse a hacer una cosa a la aventura.
SALIVA:
Gastar uno saliva en balde.
Hablar inútilmente.
Más vale saliva de veterano que betún de quinto.
Debemos preferir siempre las consideraciones de los superiores, a las alabanzas de los inferiores.
Poner a uno la saliva en la oreja. — Véase Poner la ceniza en la frente a alguno.
Tragar uno saliva.
No poder desahogarse al oír o presenciar cosas que le ofénden o disgustan.
SALMÓN:
Costar algo más que el salmón de Alagón.
Dícese, entre aragoneses, para ponderar el precio exorbitante a que se ha adquirido un objeto.
Cuentan que varios vecinos de Alagón consiguieron que un arriero, a fuerza de amenazarlo con quitarle la vida, les vendiese una arroba de salmón, accediendo a ello el amenazado, mediante la condición de que se lo habían de pagar al mismo precio que el primero que despachase en Zaragoza.
El regidor perpetuo de esta ciudad, que tasó, como era entonces costumbre, el valor del género (caballero rico y de buen humor), dio al arriero testimonio de habérselo comprado a razón de onza de oro por onza de pescado; con lo cual tuvieron que pagar aquellos villanos, por la arroba secuestrada, la friolera de 138.240 reales.
SALMUERA:
Echar, o poner, uno una cosa en salmuera. — V. Echar, etc., en SAL.
SALOMÓN:
Dijo Salomón que el buen vino alegra el corazón.
Máxima con que tratan de disculpar su vicio los aficionados al licor de las cepas.
Salomón jasó en posta por encinta de su cabeza.
Dícese del que es rematadamente tonto.
Ser, o parecer, un Salomón.
Se dice de la persona que es muy sabia e instruida, con alusión a dicho rey de Judá y de Israel, e hijo de David y de Betsabé, a quien, habiéndola dicho Dios que le pidiera cuanto desease, le otorgó el don de la ciencia infusa, siendo reputado por este hecho como el más sabio de todos los hombres.
SALSA:
Comer con la salsa del hambre. — V. A buen hambre, no hay pan duro, o bazo, etc.
La mejor salsa es el hambre. — V. A buen hambre no hay pan duro, o bazo, o malo.
La salsa, o la sopa, de San Bernardo.
Frase proverbial con que se da a entender que para que sepa bien cualquier manjar que carezca de substancia o del condimento requerido, no hay cosa como tener buen apetito, o haber perdido el paladar. Tal vez aluda a lo que se cuenta en la vida de este santo, tocante a que en cierta ocasión estuvo comiendo por espacio de bastantes días sebo o unto muy rancio que le pusieron por equivocación en lugar de manteca, sin haberlo echado de ver hasta que se lo dijeron.
Más vale la salsa que los caracoles.
Manera de dar a entender que en aquella materia de que se está hablando o se trata, vale o cuesta más lo accesorio que lo principal.
No hay salsa que dé mejor sabor a la comida que el hambre. — V. La mejor salsa es el hambre.
SALTAR:
Andar a la que salta.
Procurar ver una falta en uno para satirizarla. — Aprovechar las ocasiones de medrar.
Quien mucho quiere saltar, de lejos lo ha de tomar.
El conseguir un buen puesto requiere no poca preparación.
Salta tú,y dámela tú.
Juego de muchachos, el cual ejecutan formando dos partidos y poniéndose en dos bandas o filas: uno de ellos esconde entre los de su partido una prenda, y otro del partido contrario viene a acertar quien la tiene.
Saltó, y vino.
Frase comúnmente usada entre los jugadores de lotería por el que extrae las bolas de la bolsa, al sacar la primera de ellas en cada jugada.
SALTIMBANQUI:
Parecer, o ser, un saltimbanqui.
Suele aplicarse a todo hombre entremetido, bullidor e insubstancial, por la semejanza que tiene con los saltimbanquis, jugadores de manos o titiriteros.
SALTO:
A gran salto, gran quebranto.
Enseña que la caída es tanto más sensible, cuanto más elevado es el empleo de que se decae.
Andar a salto de mata.
No tener ocupación fija u objeto determinado. — Quitarse de enmedio huyendo de algún castigo, reconvención o responsabilidad.
Dar un salto del banco a la popa.
Cambiar o variar un asunto rápidamente.
Más vale salto de mala que ruego de buenos.
Aquel que ha cometido algún exceso, por el cual teme que se le ha de castigar, más le aprovecha el ponerse en salvo y escapar, que no el que pidan por él personas de su posición y autoridad.
SALUD:
Comamos, luzcamos y triunfemos, y con salud los enterremos.
Máxima de los despreocupados, adoradores de sí propios, tanto como de sus asuntos o medros personales.
Con salud, lo hay todo; sin salud, no hay nada.
La prenda más envidiable en el hombre es no tener enfermedad alguna.
Curarse en salud.
Precaver los males mucho antes de que piensen en aparecer.
La salud de lodo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
Por lo general, la falta de alimentación suele ser causa de muchas enfermedades, o que, a lo menos, lo parecen.
La salud es lo que no se pega. — V. Con salud, lo hay todo; sin salud, nada.
La salud no se compra, o no tiene precio. — V. Con salud, lo hay todo; sin salud, nada.
La salud no se pega, que lo demás olisquea. — V. Todo se pega, menos lo bonito Más vale salud con escocimiento, que enfermedad peligrosa con contentamiento.
Indica la conveniencia de privarse de ciertas satisfacciones, con tal de no tener que lamentarlas después.
Para poca salud, más vale ninguna, o más vale morirse.
Manera de significar que alguno desecha la dádiva que se le hace, por estimarla inferior a sus merecimientos, prefiriendo no tomar nada a tomar poca cosa.
La comparación establecida por la letra del refrán es, a la verdad, un tanto exagerada, pues no cabe género de duda tocante a que entre carecer por completo de salud y disfrutar de alguna, siquiera sea ésta escasa, el que más y el que menos, todos se hallan dispuestos a optar por esto último.
Purgarse en salud. — V. Curarse en salud.
¿Quién querrá la salud mejor que el enfermo?
Da a entender que el interesado es quien suele ver más claro, por lo que le importa, que los que le aconsejan.
Quien salud no goza ni dinero tiene, a cuerno quemado huele.
El desheredado de la fortuna en los dos extremos señalados por el refrán, no suele ser bien acogido en ninguna parte.
Salud come, que no boca grande.
Es tomado del portugués, con el cual dan a entender que el que goza de buena salud es quien tiene apetito.
Salud es la que juega, que no camisa nueva.
En cuestión de prendas, la superior es la primera, pues la segunda es verdaderamente accesoria.
Salud y alegría, belleza cria; atavío y afeite, cuesta caro, y miente.
La verdadera hermosura consiste en estar sano y tener tranquilidad de espíritu, y no en pintarse la cara y vestir con lujo.
Salud y pesetas, que es salud completa.
Empléase como frase de despedida entre buenos amigos. Y en verdad que no se puede desear nada mejor.
Sangrarse en salud. — V. Curarse en salud.
SALUDADOR:
Beber más que un saludador.
Beber con exceso, con alusión a los aficionados a echar brindis a la salud de los circunstantes.
SALVA:
Persona, o señor, o sujeto, de salva (anticuado).
Llamábase así a cualquier personaje de mucha distinción o alto rango, con alusión a que el sujeto que hacía la salva en la mesa de los reyes era el más caracterizado entre los de la servidumbre.
Salva sea la parte.
Expresión usada para señalar el sitio en que ha recibido uno un golpe, que generalmente es en... la parte posterior.
SALVADO:
Aprovechador del salvado, y desperdiciador de la harina.
Aplícase a los que se preocupan por minucias, y en cambio no hacen caso de lo principal.
SALVALEÓN:
En Salvaleón, el que no es contrabandista es ladrón.
Manera de zaherir a los habitantes de este pueblo extremeño.
SALVAR:
Sálvese el que pueda.
Modo de dar a entender que uno se ha substraído ya a algún compromiso o huido de algún peligro, mientras otros quedan aún en él, como exhortando a éstos a que imiten su conducta, si les es posible, o ya en son de indiferencia por la suerte que les pueda tocar.
SALVO:
En salvo está el que repica.
Denota la facilidad del que reprende a otro el modo de portarse en las acciones peligrosas, estando él en seguro o fuera del lance.
SAMBENITO:
Hacer del sambenito gala.
Aplícase a los que, habiendo logrado BARTOLOMÉ alguna cosa deshonrosamente, se valen todavía de ella para darse tono.
SAN:
Quita el San y acertarás en el Juan.
Dícese de aquellos caracteres bonachones a quienes se suele atribuir la bondad del Bautista, aunque no tengan como aquél las condiciones para ser santo.
San para mi, que los santos no comen.
Aplícase a los egoístas comilones, que con el pretexto de que a los demás no les gusta una cosa, se la apropian para sí.
SAN AGUSTÍN:
San Agustín, ¡alto mozas, al candil!
Alude a que empieza el tiempo de velar.
SAN AMBROSIO:
Cuando San Ambrosio ve nevar, hay frió para diez y ocho días.
Siendo la fiesta de este santo el 20 de marzo, si nieva, indica lo retrasada que va la estación, y aun dura así por algún tiempo más.
SAN ANDRÉS:
De San Andrés a Navidad, no hay mes cabal. Algunos añaden: La vieja que lo contó, por Año Nuevo lo sacó.
Como fácilmente se ve, es una perogrullada, pues siendo San Andrés el día 30 de noviembre, y la Natividad del Señor el 25 de diciembre, no es necesario saber muchas matemáticas para comprender que faltan cinco días para formar el mes regular.
Día de San Andrés, quien no tiene puerco mata a la mujer.
Dicho festivo en que se alude a la costumbre que hay en los pueblos de hacer la matanza, cada uno según sus fuerzas, del cerdo o cerdos que han estado alimentando durante todo el año, en el mes de noviembre.
En llegando San Andrés, el vino nuevo añejo es.
A fines de noviembre ya está el vino en condiciones potables.
En San Andrés, chico o grande ha de caer.
Alude al cerdo, que se suele sacrificar por esta época.
Por San Andrés mata tu res. Algunos añaden: grande o chica, o como es.
Aconseja llevar a cabo la operación de la matanza en el mes de noviembre.
Si nieva por San Andrés, nieva mucho más después.
Las nevadas en el mes de noviembre suelen ser precursoras de otras mayores.
SAN ANTÓN:
En llegando a San Antón, ninguna niebla llega a dos.
Expresa lo visiblemente que mejora el tiempo en la segunda mitad de enero, en cuyo día 17 se celebra la fiesta del santo.
Para San Antón, cada perdiz con su perdigón.
Porque por esa época, esto es, a fines de enero, suele comenzar el celo de dichas aves.
Por San Antón, a las cinco hay sol.
Denota que a mediados de enero se empieza a conocer ya la mayor duración de las tardes.
Por San Antón, gallinitapon;por Nochebuena, la que es buena; por Candelaria, la buena y la mala.
Por la primera fecha, son las dichas aves más ponederas, habiendo algunas que se adelantan, cuando son de buena raza; en febrero no resiste ninguna.
San Antón, cunde al día una patita de pichón, o de ratón. — V. Por San Antón, a las cinco hay sol.
SAN BARTOLOMÉ:
Estar hecho un San Bartolomé.
Equivale a estar desollado a semejanza del santo aludido.
Hacer un San Bartolomé.
Desollar a uno vivo.
La que por San Bartolomé no vela, nunca hace buena tela.
Aunque para el 24 de agosto ya han comenzado a decrecer los días, durando todavía el día más de trece horas, se puede velar sin esfuerzo.
San Bartolomé, coge el cerdo por los pies.
Como a fines de agosto se empieza a cebar el ganado de cerda, advierte que es la única forma de obligarle a que vaya a donde se quiera.
San Bartolomé, mecha a candiles, malo para los oficiales y peor para los aprendices.
Porque por entonces empiezan a velar los artesanos; y como quiera que antiguamente no se conocían los medios de alumbrado que ahora, de ahí el emplearse en el refrán las voces mecha y candil.
SAN BENITO:
Cuando San Benito se poui la toca, pone a San Lorenzo hecho una sopa.
Dícese en El Escorial para manifestar que cuando se cubre de nubes cierto cerro allí cercano, llamado San Benito, es segura la lluvia abundante dentro de poco tiempo.
SAN BERNABÉ:
Desde el dia de San Bernabé, se seca la paja por el pie.
A causa del calor que ya hace el día 11 de junio, fecha en que se celebra este santo.
Para el dia de San Bernabé, la siega de prados está bien.
Aconseja ejecutar esa operación agrícola en el mes de junio.
SAN BLAS:
En llegando San Blas, pon pan y vino en la alforja, que día no faltará.
Por esta fecha (3 de febrero) acrecentan mucho los días, anocheciendo, por tanto, más tarde.
Por San Blas besugos atrás.
Esto quiere decir que vuelven todo por donde vinieron, o que no se puede abusar del besugo en esta época del año, porque se presenta en la plaza muy escamado, por causa de la temperatura.
Por San Blas cigüeñas verás; y si no las vieres, buen año de nieves.
Alude a la vuelta de la cigüeña, que busca, como se sabe, los países cálidos. En barruntando nevadas, no aparecen.
¡San Blas bendito, que se ahoga este angelito!
(Por chiste se substituye este último término con el de animalito o borriquito.)
Dícese, al mismo tiempo que se le dan golpecitos en la espalda al que tose por efecto de habérsele ido la comida o bebida por mal camino, como se dice vulgarmente, o sea por la tráquea.
San Blas, una hora y más.
A principios de febrero tiene el día poco más de una hora de claridad con relación al día más corto del año.
SAN BRUNO:
San Bruno, da ciento por uno.
Refrán basado, a nuestro juicio, en el mero sonsonete, pues no sabemos que se desprenda de la vida del santo tal generosidad.
SAN CEBRIÁN:
Por San Cebrián siembra el albardán.
Refrán contra los que difieren el cumplimiento de sus obligaciones por entregarse a los pasatiempos y diversiones pues cuando intentan evacuar aquélla, suele ser ya fuera de sazón.
SAN CIRUELO:
El dia de San Ciruelo.
Fecha imaginaria que se suele poner de plazo para algo que no se quiere o piensa cumplir. Es corrupción por San Cirilo.
SAN CLEMENTE:
Por San Clemente, alza la mano de simiente. — V. Por la fiesta de San Clemente, cuanto trigo siembres, pierdes.
SAN FERNANDO:
San Fernando ganó a Sevilla, pero no ganó su Rastro.
Advierte que aunque Fernando III conquistó la ciudad de la Giralda, no pudo dominar la gente maleante que había en ella, que solía reunirse en el sitio llamado Rastro. Todavía en el siglo xvi se decía que Tres cosas tenia el Rey por ganar en Sevilla: la calle de la Caza, la Costanilla y el Matadero.
SAN FRANCISCO:
San Francisco trae las velas y San José se las lleva.
Refrán usado entre las modistas, con el cual dan a entender que velan para el trabajo en la temporada comprendida entre San Francisco de Asís y San José, o sea desde el 4 de octubre al 19 de marzo.
SAN GIL:
Por San Gil prepara el candil.
Al empezar el mes de septiembre se nota lo mucho que van acortando ya las tardes.
San Gil, nueces a sacudir.
En septiembre dan los nogales su fruto.
La Iglesia celebra la fiesta de San Gil el día 1º de dicho mes.
SAN GINÉS:
Dice San Ginés que el que tiene cara de bruto, lo es.
Y muchas veces también lo son algunos que no tienen cara de ello. Pero la pinta no suele engañar, dígalo el santo que quiera.
Hasta que San Ginés no se quite el gorro agua hasta el morro.
Indica que no deja de ser beneficiosa la lluvia durante el verano, no pasando del 25 de agosto, en que ya se va preparando la vendimia.
SAN JINOJO:
Estar como San Jinojo en el cielo. Algunos añaden: que ni Dios hace caso de San Jinojo, ni San Jinojo de Dios.
Dícese, por chiste, del que suele estar embobado.
SAN JORGE:
Armado como un San Jorge.
Frase ponderativa con que se quiere enaltecer la apostura y bizarría de alguno.
San Jorge bendito: Muy barato franqueáis vuestros favores; pero en verdad que muy caro vendéis vuestros caballos.
Dícese por aquellos que, aun cuando hacen alguna merced desinteresadamente, lo es sólo en la apariencia, pues luego saben cobrarse, y aun con creces, el premio de la gracia otorgada.
Trae su origen del cuento siguiente: Ofreció cierto soldado a San Jorge, que le daría su caballo si le sacaba cor, bien de la guerra.
Hízolo así el Santo, y obligado a cumplir su promesa el militar, conmutó su voto por la ofrenda de veinte sueldos de oro en que tasó al animal, tanto por creer que este donativo sería más aceptable al Santo, cuanto por el sentimiento que experimentaba al ver que tenía que separarse para siempre de su compañero de fatigas y privaciones. Hízolo como lo pensó; pero al salir de la iglesia, después de haber depositado su ofrenda en el altar, vio con sorpresa que, por más que estimulaba a la caballería, no acertaba ésta a dar un solo paso. «Querrá más dinero el Santo», dijo para sí; se aprestó a ofrecerle igual cantidad que antes. Vuelta a salir de la iglesia, y vuelta a experimentar la inmovilidad por parte del bruto. «¡Vaya! está visto — se dijo entonces — ¡que el Santo no está aún satisfecho!» Y diciendo y haciendo, dio la última sangría a su bolsa, con que la dejó completamente exhausta, ofreciendo a su protector los últimos veinte sueldos que le quedaban. Volvió entonces a montar de nuevo, y viendo que la caballería no encontraba ya obstáculo alguno que le siguiera impidiendo el audar, exclamó entre chancero y quejoso en las palabras que dieron origen al presente refrán.
San Jorge mata a Cristo, San Marcos le resucita y San Juan le da sacramen tado.
El año en que cae el Viernes Santo en 23 de abril, día de San Jorge (muerte del Señor), es forzosamente Domingo de Resurrección el 25, San Marcos y a los sesenta y tres días, o sea el 24 de junio, San Juan, el Corpus, en que se presenta Jesucristo en forma de sacramento.
SAN JUAN:
De San Juan a San Juan, no le queda Dios a nadie a deber nada.
En el transcurso de un año ocurren muchas cosas; el caído puede levantarse y tomar entonces venganza del que le ofendió.
De San Juan a San Miguel, ni pescado, ni vino, ni mujer.
Aconseja abstenerse de estas cosas en los meses de junio a septiembre.
Hacer San Juan.
Despedirse los mozos asalariados antes de cumplir el tiempo de su ajuste.
Hacer un San Juan alumbrado.
Llevar a cabo algún acto desastroso.
Hasta que San Juan baje el dedo.
Dicha locución familiar se suele usar para ponderar un plazo ilimitado; y así se suele decir: Déjalo que hable hasta que San Juan baje el dedo; esto es, hasta que no quiera más.
Parece traer su origen de la actitud en que suelen representar los escultores al Discípulo amado con el dedo índice de la mano derecha, como en ademán de señalar a la Virgen María el lugar donde debe de encontrar a Jesús, yendo camino del Calvario.
Hasta San Juan no te quites el gabán.
En las ciudades en que tiene poca estabilidad la temperatura, como sucede, por ejemplo, en Madrid, no es conveniente desabrigarse pronto, a fin de evitarse catarros, enfriamientos, o, lo que es peor, pulmonías.
Parecerse a San Juan.
Aplícase a los barbilampiños, con alusión al Evangelista. — Dícese de los que no son amigos de hacer favores así como consta de la Sagrada Escritura que el Bautista no hizo milagro alguno en su vida.
Por San Juan, brevas; verdes o maduras, seguras.
Porque es el tiempo en que brota esa fruta.
San Juan amenaza, y San Pedro echa de casa.
Refrán usado en la provincia de León para significar que el inquilino que no satisface el arrendamiento de su casa en el día que cumple el año, que es el de San Juan, 24 de junio, es lanzado, sin otra forma de proceso, por el dueño, cinco días después, o sea el de San Pedro.
San Juan, bullicioso, y Santiago, tramposo.
Alude a la antigua costumbre andaluza de mudar de casa en el día del primero, aplazando el pago de los alquileres, que no siempre se verifica, para el día del segundo.
San Juan ladeao (ladeado), y la Maalena torcía (la Magdalena torcida).
Denota la mala colocación o actitud irregular en que se hallan algunas personas o cosas.
SAN LORENZO:
Algo dice San Lorenzo, cuando llora sin cuento.
Dicen los labradores que la lluvia en la primera quincena de agosto, suele ser beneficiosa para sus intereses.
SAN LUCAS:
Por San Lucas mata tu puerco y tapa tus cubas.
Para el 18 de octubre se puede ir preparando la matanza, así como el vino.
Por San Lucas siembra habucas.
Porque esa es la época más oportuna para sembrar las habas. Úsase mucho en el territorio de Castilla la Vieja.
¿San Lucas, por qué no cucas? — Porque no tengo las bragas enjutas.
Refiérese a lo que suele llover en octubre en algunas regiones.
SAN MARCOS:
Por San Marcos bogas a sacos.
Denota la abundancia que suele haber de esta clase de peces a los fines de abril y principios de mayo, época en que hacen su mayor desove en las costas de España.
Por San Marcos, el melonar ni nacido ni por plantar.
Indica que el 25 de abril no es conveniente haber dejado de plantar los melonares, así como es inútil pretender la recolección de los que haya plantados, por no estar en condiciones para ello.
Por San Marcos ni nacido ni en el saco.
Dicho usado en las montañas de Santander, refiriéndose al lino.
SAN MARTÍN:
A cada uno le viene su San Martín. — V. A cada puerco le llega su San Martin.
De San Martín a San Andrés, semanas tres; de San Andrés a Navidad, un mes ha.
Manera popular de recordar la fecha en que se celebran las fiestas de los respectivos santos que se citan.
Por San Martín mata el gorrín; por Navidad, flaco y gordo todo va.
Usado en las montañas de Santander, con referencia al gorrino, que se suele matar por esta época.
Por San Martín bebe el buen vino, y deja el agua para el molino.
Manifiesta que por esta fecha suele ya estar hecho el vino en algunas localidades.
Venirle a alguno su San Martín. — V. A cada puerco le llega su San Martin.
SAN MATEO:
Por San Mateo puercos, vendimias y gordos borregos.
Indica que a fines de septiembre esas tres cosas han adquirido el mayor desarrollo.
Por San Mateo tanto veo como no veo.
A fines de septiembre comienza a decrecer el día.
Por San Mateo ya escalentia la avellana, que no la castaña.
La castaña es fruto más tardío que la avellana; por eso, ya ésta está en condiciones para el 21 de septiembre, lo que aquélla, no.
San Mateo, la vendimia arreo.
A fines de septiembre suelen estar ya maduras las uvas.
SAN MATÍAS:
Por San Matías cantan los pajaritos sus gallardías.
Como quiera que se aproxima el mes de marzo, y con él la primavera, comienzan las aves a salir del letargo producido por los meses invernales.
Por San Matías entra el sol en las umbrías.
En esta fecha comienza, sobre poco más o menos, el astro rey a dejar sentir sus benéficos efectos.
Por San Matías igualan las noches con los días.
Aproximadamente, pues el 24 de febrero, en que se celebra la fiesta del santo Apóstol, dura el día once horas.
Por San Matías, ¡quién juntara las muertas con las vivas!
Dicho de los pastores, con alusión a las ovejas que les ha matado la crueldad del invierno que va a fenecer.
San Matías, entra el sol por las umbrías y calienta las aguas frías.
A fines de febrero, como quiera que atisba la primavera, se presenta el sol con más fuerza, comenzando a dar vida y calor a la Naturaleza.
San Matías, marzo al quinto día.
Matemático, puesto que la fiesta de este santo se celebra el 24 de febrero.
En los años bisiestos, hay que hacer la modificación de un día más.
San Matías y el Carnaval andan a porfía.
Dícese así porque siempre suelen coincidir la fiesta de este santo y el Carnaval, con alguna diferencia, según caiga la Cuaresma más alta o más baja.
SAN MIGUEL:
El que no sirve para San Miguel sirve para diablo a sus pies.
Da a entender que todos servimos para algo, bien para lo bueno, bien para lo malo.
Por San Miguel gran calor será de mucho valor.
La buena temperatura en los alrededores de este santo (29 de septiembre) es conveniente para los sembrados.
Por San Miguel sabe el tocino a miel.
Porque como hace mucho tiempo que no se ha comido fresco, se coge a deseo y sabe bien.
Por San Miguel verás llover.
El mes de septiembre suele ser abundante en lluvias en algunas regiones de la península.
San Miguel, Dios.
Dicho con que se hace burla a los naturales de Sestrica (Aragón), porque en su gran entusiasmo por San Miguel, a quien veneran por patrono, dicen que, si Dios llegara a morir, ocuparía su puesto el santo Arcángel referido.
SAN PABLO:
Por San Pablo, cigüeña en el campo.
Da a entender que por dicho santo ya no hay que temer el que vuelvan los fríos.
SAN PANCRACIO:
San Pancracio: ¡saludy trabajo!
Dicho muy común entre los catalanes (San Paneras, salut y feina), y el cual pinta muy al vivo el carácter y las inclinaciones de los naturales de aquel país.
SAN PATRICIO:
¡San Patricio!, que la puerta se sale de quicio.
Suele emplearse esta frase, en forma interjectiva, cuando contemplamos alguna cosa que llama nuestra atención por lo insólita, absurda o inesperada.
SAN PEDRO:
Bien está San Pedro en Roma, aunque no coma.
Se dice contra cualquier mudanza que se propone a alguno que haga, si él juzga que no es de su conveniencia, respecto del estado en que se halla.
Bueno es dar a San Pedro, mas no tanto que se vaya el hombre tras ello.
Recomienda que las cosas se coloquen en un justo medio, sin exagerar.
Hurtar a San Pedro para dar a San Pablo. — V. Desnudar a un santo por vestir a otro.
Negar alguna cosa como San Pedro.
Negar rotunda y descaradamente alguna cosa que es bien sabida, como cuando se atrevió a jurar Pedro en el atrio de Caifas, hasta por tres veces, que no conocía a Jesucristo.
No dones tanto a San Pedro, que hayas de volverte arredro.
Aconseja el irse con tiento en las promesas que se hacen en general, y muy particularmente en las donaciones destinadas a fines piadosos, por temor de que, llegando a resultar con el tiempo sumamente crecidas, no se les pueda dar el debido cumplimiento, y tenga que volverse uno atrás de su acuerdo.
San Pedro lluvioso, treinta días peligrosos.
Si por estas fechas (fines de junio) llueve, puede asegurarse que hay una temporadita de lluvias muy regular.
San Pedro de los Arcos, deja el diablo los bueyes y toma los asnos.
Como por la época de la festividad de este santo, que es San Pedro de Alcántara (19 de octubre), el calores menos intenso, la mosca, que en verano molesta el ganado vacuno, empieza a picar preferentemente al asnal.
SAN PIES:
Encomendarse uno a san pies.
Salir huyendo precipitadamente.
SAN QUINTÍN:
Baíer la de San Quintín.
Sobrevenir alguna pendencia o riña.
Mude a la sangrienta batalla de San Quintín, que ganó Felipe 11 a los franceses el día 10 de agosto de 1557, en memoria de cuyo triunfo erigió el suntuoso monasterio de El Escorial, dedicado a San Lorenzo por haber alcanzado en su día la victoria.
SAN SEBASTIÁN:
Por San Sebastián, conoce los días el gañán.
En la segunda mitad de enero comienza a notarse que los días son más largos.
San Sebastián en cueros, que le entra el aire por los agujeros.
Dícese de aquellas personas que se hallan en malas condiciones respecto a indumentaria.
SAN SILVESTRE:
San Silvestre, deja el año y vete.
Alude a despedir el año, puesto que como todo el mundo sabe, se celebra su fiesta el 31 de diciembre.
SAN SIMÓN:
Por San Simón, una mosca vale un doblón.
Sabido es lo mucho que se paga por todo aquello que escasea: saqúese, pues, la consecuencia, sabiendo que San Simón es el 28 de octubre.
Por San Simón y Judas carponcilo de tres uvas.
Por esa época se verifica el rebusco, en el que, como es natural, no queda en las cepas otra cosa que carpones o racimos insignificantes.
Por San Simón y Judas tas liabas orejudas.
Este refrán, usado comúnmente en las montañas de Santander, indica que por el 28 de octubre empieza a brotar esta planta.
Por San Simón y Judas se cogen las uvas.
Denota ser esa época la de la vendimia.
Por San Simón y San Judas las naves al ancla.
Hallándose no muy lejano lo que los marinos llaman el cordonazo de San Francisco, en que, como es sabido, es peligroso viajar por mar, a causa de las frecuentes tormentas, se explica que recomiende que los buques no se expongan en travesías que les puede ser perjudiciales.
Por San Simón y San Judas mata tu puerco y atiesta tus cubas.
No habiendo más diferencia que diez días entre las fiestas de San Lucas y las de San Simón, puede verse lo dicho en el refrán: Por San Lucas mata tu puerco y tapa tus cubas.
Por San Simón y San Judas saben bien las uvas. — Las pisadas, que no las maduras.
Por esa época, en que la uva ha perdido ya mucho de su sabor, se empieza a elaborar el vino nuevo.
SAN TRANSFIGURACIO:
San Transfiguracio, cual es el día tal es el año.
Preocupación popular, como tantas otras.
SAN URBÁN:
Por San Urbán en la mano el gavilán.
Aconseja que por esta fecha se prepare uno para la caza.
Ahora bien: honradamente confieso que, como no soy cazador, no sé cual es esta fecha, pues al acudir al martirologio para buscarla, me encuentro con que San Urbano se celebra por la Iglesia en los siguientes días: 24 de enero, 8 de marzo, 2 y 16 de abril, 25 de mayo, 2 de julio, 19 de agosto, 5 de septiembre, 31 de octubre, 28 de noviembre y 7 y 19 de diciembre. El que confiesa su ignorancia no peca; ahora, los discípulos de San Huberto tienen la palabra.
Por San Urbán vendimia tu nogal.
Los nogales dan ya su fruto sazonado a fines de octubre.
SAN VALENTÍN:
San Valentín, toma la vara y vete a guarir.
Entiende a pescar, pues el mes de febrero suele ser conveniente para este deporte.
SAN VICENTE:
Por San Vicente el invierno empieza, o se ha roto la cabeza.
Aunque el invierno empieza oficialmente en diciembre, como hay muchos años que parece se hallan divorciados lo oficial y lo divino, no parece invierno hasta enero. Si en los alrededores del 22 no ha comenzado, ya puede afirmarse que el invierno se fué.
Por San Vicente, helada o corriente; el invierno empieza, o se ha roto la cabeza. — V. Por San Vicente el invierno empieza, o se ha roto la cabeza.
SANABRIA:
¿Cuálde los Sanabrias es el peor? — El primero que halles.
Refrán oriundo de Cáceres, donde alude a una familia de ese apellido, de infausto recuerdo.
SANCHA:
Aqui morirá Sancha la Bermeja, o por Bañares quedará la dehesa.
Aplícase esta frase histórica a la persona que pretende sacar adelante una cosa, cueste lo que cueste.
Con lo que Sancha sana, Marta cae mala. — V. Lo que es bueno para el hígado es malo para el bazo.
¡Pecadora de Sancha!, quería beber y no tenia blanca.
Dícese de las personas que pretenden conseguir algo, sin mérito ni motivo para ello.
La Academia omite la palabra beber, seguramente por distracción, en las ediciones ... de su Diccionario.
Sancha, Sancha, bebes el vino y dices que mancha.
Aplícase a las personas que fingen no gustar de una cosa, para usarla más a mansalva.
Sancha, Sancha, si no bebes vino, ¿de qué es esa mancha? — V. Sancha, Sancha, bebes el vino y dices que mancha.
SANCHO:
A buen callar llaman Sancho; al bueno, bueno, Sancho Martínez.
Este refrán se entiende, a mi ver, de esta manera: que al que calla, basta llamarle por su nombre, si mucho calla, llámanle también por el sobrenombre.
Al buen callar llaman Sancho.
Un célebre rey de Castilla, que al dividir el reino entre sus hijos reservaba en herencia la ciudad de Zamora a su hija D. a Urraca, decía: Al que te quite a Zamora la mi maldición le caiga; todos dijeron amén, menos D. Sancho, que calla.
Silencio fue éste que, convertido en regla de prudencia o de maldad, ha dado origen a la locución que sirve de epígrafe a estos renglones.
Allá va Sancho con su rocín.
Implícitamente usa este refrán Cervantes en los capítulos XXXIV y LVde la segunda parte de su Qujote, o mejor dicho, el pasaje «dice Cide Hamete que pocas veces vio a Sancho Panza sin ver ai rucio, ni al rucio sin ver a Sancho: tal era la amistad y buena fe que entre los dos se guardaban»; y aquel otro: «Nunca Sancho Panza se apartó de su asno, ni su asno de Sancho Panza», se puede asegurar que han dado pie para la creación de semejante refrán.
Con lo que Sancho adolece, Domingo y Martin sanan. — V. Lo que es bueno para el hígado es malo para el bazo.
Con lo que Sancho sana, Domingo adolece. — V. Lo que es bueno para el hígado es malo para el bazo.
Cuando Sancho, Sancha; y cuando gobernador, señora. — V. Vístete como te llamas, o llámate como te vistes.
Lo que piensa Sancho, sábelo él o el diablo.
Dícese de las personas socarronas y taimadas, que suelen reservar sus ideas de modo que nadie las sepa.
Medíos, Sancho, con vuestro estado.
Frase calcada sobre el adagio: Hermano, medios con vuestro palmo. (Véase)
Mejor me quiero ir Sancho al cielo, que gobernador al infierno.
Más vale contentarse con una medianía, siendo feliz, que verse en alto puesto rodeado de enemigos.
Parecer, o ser, un Sancho Panza.
Dícese de la persona gorda y rechoncha, con alusión al escudero del célebre hidalgo D. Quijote de la Mancha.
Topado ha Sancho con su rocín. — V. Hallar uno la horma de su zapato.
SANDÍA:
En oliendo a sandía, levante al otro día.
Refrán usado en Cádiz, cuando, a la caída de la tarde, se nota ese olor típico de los puertos de mar a pescado podrido.
SANGRAR:
Sangrarle y purgarle, y si se muere, enterrarle.
Especie de consuelo enderezado a aquella persona que nos pide nos interesemos por alguien que nos tiene sin cuidado.
SANGRE:
Achicharrarle, o freírle, o pudrirle, o quemarle, a uno la sangre.
Causarle disgusto o enfado hasta el punto de impacientarlo o exasperarlo. Úsase también con el verbo en sentido reflejo, esto es: Achicharrarse, o freírse, etc.
A sangre y fuego.
Hacer o apoderarse de una cosa a mano airada. — Dícenlo los vencedores para no perdonar nada a los vencidos.
Bajarse la sangre a los talones, o a los zancajos.
Pondera el mucho susto o miedo que ocasiona una cosa.
Beberle, o chuparle, a uno la sangre. — V. Arrancarle, o comerle, a uno el corazón.
Brotar sangre.
Expresa la intensidad o vehemencia de una pasión del ánimo; como el dolor o la ira.
Bullir la sangre.
Denota el vigor y lozanía de mozos y mozas.
Correr sangre.
Haber efusión de ella, ya por la justicia, o en guerra, o en riña.
Criar, o hacer, alguna cosa, mala sangre.
Perturbar el ánimo, ocasionando al individuo disgustos de gravedad.
¡Cuánta sangre no ha derramado la lengua!
La maledicencia es, a veces, más dañina que todas las armas inventadas por el genio destructor del hombre.
Chupar la sangre.
Ir quitando la hacienda ajena con astucia y engaño.
Dar uno la sangre de sus venas a otro.
Contribuirle con lo que necesita a toda costa por afecto o amistad, y sin reservar nada.
Escribir con sangre.
Escribir con mucha saña o acrimonia.
Escupir sangre.
Blasonar de muy noble y emparentado, y jactarse de ser caballero.
Escupir sangre en bacín de oro.
Tener poco contento con mucha riqueza; es decir, no ser feliz, a pesar de ser millonario.
Estar corriendo, o cltorreando, o manando sangre una cosa.
Ser reciente o, como también se dice figuradamente, estar todavía fresca.
Hacer alguna cosa a sangre caliente.
Inmediatamente, sin aguardar a después, sin detenerse a pensarlo.
Igualar la sangre.
Dar segundo golpe a quien se le ha dado antes otro. —Contraer parentesco, amistad, etc., con personas que son iguales a uno en categoría social.
La buena sangre nunca miente.
Las personas que poseen noble corazón, lo demuestran en todas las ocasiones en que es necesario probar los sentimientos de cada uno.
La sangre es muy escandalosa.
Dícese por lo mucho que se extiende y mancha semejante substancia.
La sangre se hereda, y el vicio se apega.
Censura a los que se jactan de descender de noble alcurnia, al propio tiempo que llevan una vida disoluta.
La sangre se hereda, y la virtud se aquista.
Reprende a los nobles de conocida familia que no quieren corregirse en sus vicios ni enmendar sus desaciertos.
La sangre sin lumbre hierve.
El que es de ánimo esforzado no puede menos de acreditarlo en toda ocasión. —El parentesco siempre hace fuerza para atraer.
Lavar con sangre.
Derramar la del enemigo en satisfacción de un agravio.
Nada se adelanta con desesperarse, sino el criar mala sangre.
Recomienda la calma para toda clase de asuntos.
No llegar la sangre al río.
Da a entender, en son de burla, que una disputa o quimera no tendrá consecuencias graves.
Pudrirle, o quemarle, a uno la sangre.
Causarle disgusto o enfado hasta impacientarle o exasperarle.
Quien mucho lame, saca sangre.
La adulación constante suele ser beneficiosa para quien la emplea.
Sangre, ni aun la de la dentadura es bueno.
Esto es, escupirla o arrojarla.
Modo de exagerar que no es conveniente el expeler esputos de sangre por la boca, aludiendo a los que dimanan del pulmón.
Subírsele a uno la sangre a la cabeza.
Ofuscarse, cegar a impulsos de la ira.
Tener uno la sangre caliente.
Arrojarse precipitadamente y sin consideración a los peligros o empeños arduos.
Tener uno sangre de chufas, o dehorchata.
Ser naturalmente insensible a cualquier contratiempo o adversidad, no alterarse por nada.
Verter sangre.
Estar muy colorada o encendida una persona.
SANGRÍA:
Lo mismo son sangrías que ventosas.
Manera de reprochar el medio inútil e impertinente que alguno propone, por equivalente a otro por el estilo.
SANGUIJUELA:
Ser una sanguijuela.
Dícese del que con maña y destreza va sacando paulatinamente a otro el dinero o las alhajas que posee.
SANO:
Aquel va más sano, que anda por lo llano.
Es conveniente elegir en cualquiera cosa, el camino o medio más seguro.
Cortar por lo sano.
Emplear el procedimiento más expeditivo sin consideración alguna para remediar males o conflictos o zanjar inconvenientes o dificultades.
El sano, al doliente su regla lo mete.
El que se halla exento de un vicio, contiene y refrena con su autoridad, con sus palabras o con su ejemplo al que adolece de él.
Eso es decir el sano al enfermo que coma.
Reprocha un consejo como contraproducente, por ser un disparate.
Hallarse sano y salvo.
Sin lesión, enfermedad ni peligro.
Más sano que una manzana.
Comparación frecuentemente usada para expresar la mucha salud de que goza alguna persona, o las buenas condiciones en que se halle alguna cosa, por más de que muchas manzanas suelen adolecer interiormente de un estado de deterioro que en su vista no revela. Cervantes empleó esta comparación en la primera parte del Quijote (cap. X.)
Quien quisiere vivir sano, coma poco y cene temprano.
Aplícase a las personas de cierta edad, para quienes es nocivo el abuso en la comida, así como el trasnochar.
Si quieres vivir sano, hazte viejo temprano.
Aconseja a los jóvenes usen de las precauciones y práctica de los viejos en los medios de conservar la vida, aprendiendo de éstos lo que han elegido por su madurez y experiencia.
Si quieres vivir sano, la ropa de invierno póntela en verano. — V. Más vale sudar que estornudar, o toser.
Si quieres vivir sano, lávate con frecuencia las manos.
Es un principio de higiene que, aun pareciendo una niñería, es de gran importancia.
Tal se acuesta sano la noche, que no se puede mover otro día.
Las enfermedades entran sin saberse cómo.
No son los más sanos y robustos los que más comen, sino los que mejor digieren.
Dicho de Aristipo, célebre filósofo de la antigüedad, con el que se propuso probar que no consiste el saber mucho en leer mucho, sino en meditar bien lo que se lee.
SANSÓN:
Aquí morirá Sansón y mantos con él son.
Expresa la intención de llevar a cabo una empresa, cueste los sacrificios que cueste.
Más fuerte era Sansón, y le venció el amor.
Contra los que alardean de invencibles, ya física, ya moralmente.
Ser un Sansón.
Tener estatura y fuerzas colosales.
SANTA:
Entre santa y santo, pared de cal y canto.
La demasiada confianza entre personas de distinto sexo suele ser peligrosa, a pesar de la mucha justificación que en ellas puede resplandecer, dado lo frágil de la naturaleza humana.
¡Santa palabra!
Modo de expresar la aprobación y el gusto con que acogemos aquello que se dice o propone.
La que mucho visita las santas, no tiene tela en las estacas.
Contra las mujeres que, por andar callejeando so pretexto de devoción, abandonan los quehaceres de su casa.
Las cosas santas se han de tratar santamente.
Aforismo teológico que conviene a todo el mundo no olvidar, y que debían tener presente en más de una ocasión muchos individuos que sirven en la Iglesia de Dios, con especialidad ciertos sacristanes, monagos y demás dependientes.
Santas Pascuas. Algunos añaden: dijo el cura, por catar de la asadura.
Frase equivalente a decir que todos están contentos con la resolución tomada, la explicación dada, el reparto hecho, etc.
También se dice: Santas Pascuas y buen vino.
Tres santas y un honrado, tienen al reino agobiado.
Éstas son: los Tribunales de la Inquisición, la Santa Hermandad y Cruzada, y el Concejo de la Mesta, del cual dijo Jovellanos en su Ley agraria (número 146), que más bien que para fomentar la ganadería trashumante sirvió para declarar la guerra al cultivo de las tierras y a la ganadería estante, con cuyo motivo huelga lo de honrado. Y en cuanto a lo de santas, sabido es de todos el concepto que de sus individuos merecieran a Cervantes (Quijote, I, 45), cuando los apellidó con el calificativo, nada honorífico por cierto, de ladrones en cuadrilla, que no cuadrilleros, y salteadores de caminos con licencia de la Santa Hermandad.
SANTA ANA:
Santa Ana, antes hoy que mañana.
Dícese, valiéndose del sonsonete, cuando se desea mucho que se verifique una cosa cualquiera.
SANTA BÁRBARA:
Nadie se acuerda de Santa Bárbara hasta que truena.
Generalmente no nos preocupamos del daño que nos puede sobrevenir, hasta que vemos que nos amaga.
SANTABÁRBARA:
Quemar la santabárbara.
Apurar los últimos recursos.
SANTA CATALINA:
Por Santa Catalina coge tu oliva.
En el 25 de noviembre se puede ya recoger el fruto de los olivares, por hallarse éstos en sazón.
Por Santa Catalina mata tu cochina.
Recomienda se haga la matanza por esta época: claro es que no se debe tomar al pie de la letra, sino en todo el mes de noviembre.
Quedarse para peinar a Santa Catalina. — V. Quedarse para vestir santos.
SANTA CECILIA:
Por Santa Cecilia, la nieve a la rodilla y la vaca a la cebilla.
El mes de noviembre suele ser nivoso, particularmente en algunas regiones de España: entonces no pueden salir las vacas a pastar, sino que tienen que contentarse con el pesebre.
SANTA CRUZ:
¡Para la Santa Cruz de mayo, que ni come ni bebe en todo el año!
Sonsonete que usan por las calles, en Cádiz, los chicos y chicas al enderezar esta petición a los transeúntes el día 3 de mayo, con el objeto de sacar cuartos para adornar los altaritos en que ostentan la imagen de una cruz, de cuyos brazos pende el sudario.
SANTA EULALIA:
Por Santa Eulalia siempre el tiempo cambia.
En el mes de febrero, en cuyo día 12 se celebra la fiesta de la santa, se nota ya bastante la tendencia a la primavera.
SANTA LUCÍA:
Por la ciega Santa Lucía si siembras, no cogerías.
Expresa que en esta fecha (13 de diciembre) no se debe hacer la siembra.
Por Santa Lucía, mengua la noche y crece el día.
Nótase la diferencia que se va marcando paulatinamente por esta fecha.
SANTA MARGARITA:
Por Santa Margarita la lluvia, más que da, quita.
Expresa lo poco beneficiosa que es el agua llovediza en el mes de julio.
SANTA MARÍA:
Santa María, detén tu día.
Invocación, convertida en refrán, empleada por el maestre de Santiago, D. Pelayo Pérez Correa, y que ocasionó un milagro, según cuenta el docto Sorapán de Rieros, en los términos siguientes: «Mostró Dios su poder y bondad más en Estremadura que en otra parte, con aquel tan extraordinario milagro que hizo en tiempo del maestre de Santiago, D. Pelai Pérez Correa, el qual haziendo guerra a los moros, por la parte de Llerena, vuo con ellos una batalla junto a la calera, y peleando muchas oras sin conocerse Vitoria, y aviendo ya muy poco tiempo de sol, y siendo día de Nuestra Señora, con desseo de vencer aquella batalla, suplicó a Dios fuesse seruido de hazer que el sol se detuuiesse, como en otro tiempo avia hecho con Josué, y poniendo a Nuestra Señora por intercessora, dixo aquestas palabras: "Santa María, deten tu día". Dizesse en los memoriales antiguos de la Orden de Santiago, que milagrosamente se detuuo el sol, por espacio de tiempo muy notable, hasta que acabó el Maestre la vitoria, y prosiguió el alcance. En memoria deste milagro se edificó la iglesia de Santa María de Tudia, adonde se mandó enterrar este Maestre, en aquel lugar de la batalla, y hoy parece allí su sepulcro». «A querido Dios también en estos años, enriquezer a Estremadura con los milagros tan aprouados que el Santo Cruzifijo de Zalamea haze, adonde concurren diuersidad de gentes en devoción».
Santa María la más lejos, es la más devota.
Otros dicen: Como quien va a la romería de San Alejo, y dan a entender que hay muchos que tienen al lado de su casa lo que buscan lejos de ésta, por entretener el tiempo.
SANTA MARINA:
Santa Marina, en la mano, y Santiago, cebado.
Dícese de los gavilanes.
SANTA MARTA:
¡Santa Marta!, el que lo quiera, que lo parta, o el que quiera pan, que lo parta.
Expresión con que elude uno los trabajos y molestias que le quieren encomendar para servir a otros, que, por lo general, nos tienen sin cuidado.
SANTA RITA:
¡Santa Rita, Santa Rita, lo que se da no se quita!
Dicho que usan los muchachos cuando, después de haberles dado otro una cosa, se la quieren quitar.
SAN TELMO:
Andar como San Telmo, de gavia en gavia.
Alude a las lucecitas o fuegos fatuos que suelen aparecer por las noches en las puntas de las vergas de los buques. —Aplícase al que tiene que andar de un lugar a otro para conseguir alguna cosa, como si fuese mendigando. Irse, o subírsele a uno el santelmo a la gavia.
Montar en cólera.
SANTERO:
Cada santero pide para su ermita.
Da a entender que cada uno atienda a lo suyo.
Ser como el santero de Chircales, que de día huía de los mosquitos y de noche iba a coger los toros a cuerno.
No es lo mismo afirmar que se hace una cosa cuando nadie lo ve, que hacerla cuando hay testigos.
SANTIAGO:
Cuando unos van a Santiago, ya vuelven otros con concha.
El que es listo, antes que le indiquen una cosa, ya la ha hecho.
Dar, o hacer, un Santiago.
Atacar, asaltar, embestir a una persona o cosa para apoderarse violentamente de ella.
No ha de ser todo ¡Santiago y cierra España!
Inútil es decir aquí que este grito de guerra, propio de nuestras antiguas huestes, no se traduce a ningún idioma; como asimismo que, no admitiendo traducción literal, mal podría hacerse resaltar el chiste de Sancho al preguntar a su amo (II, 58): «¿Qué es la causa por que dicen los españoles cuando quieren dar alguna batalla, invocando a aquel San Diego Matamoros: Santiago, y cierra España? ¿Está por ventura España abierta y de modo que es menester cerrarla; o qué ceremonia es esta? Simplicísimo eres, Sancho, respondió D. Quijote, y mira que este gran caballero de la cruz bermeja háselo dado Dios a España por patrón y amparo suyo, especialmente en los rigurosos trances que con los moros los españoles han tenido, y así le invocan y llaman como a defensor suyo en todas las batallas que acometen, y muchas veces lo han visto visiblemente en ellas derribando, atrepellando, destruyendo y matando los agarenos escuadrónes». Pero lo que sí creo oportuno (en vista de no satisfacer D. Quijote a Sancho por lo tocante al verbo cerrar, que a éste le hacía títeres, empleado en la locución susodicha, y pensando piadosamente, además, que quizás no todos mis lectores podrían contestar categóricamente a semejante pregunta en igualdad de circunstancias) es copiar aquí la autorizada opinión del erudito Puigblanch, quien, al tratar de este particular, se explica magistralmente de la siguiente manera