Embarullar una cosa.

Confundirla, mezclarla desordenadamente con otra. —Hacer las cosas atropelladamente, sin orden ni concierto.

EMBAULAR:

Embaular uno.

Comer con demasiada ansia; ser un tragaldabas. — Dícese así a consecuencia de llamar jocosamente baúl al estómago.

EMBAZARSE:

Embazarse uno.

Fastidiarse, cansarse de una cosa, empacharse.

EMBELECO:

Ser uno un embeleco.

Persona fútil, molesta, enfadosa, etc. Dícese también del que se coloca, estorbando, en un sitio.

EMBERMEJECER:

Embermejecer a uno.

Ponerle colorado, avergonzarlo.

EMBESTIDA:

Darle a uno una embestida.

Detenerle inoportunamente para hablarle de cualquier asunto o negocio. — Intentar sacarle dinero.

EMBESTIDOR:

Ser uno un embestidor.

Aquel que pide prestado o limosna, fingiendo grandes ahogos y empeños.

EMBESTIR:

Embestir a uno. — Véase Darle a uno una embestida.

EMBOCADERO:

Estar uno al embocadero.

Estar próximo a conseguir algún empleo, dignidad, negocio, etc.

EMBOCADURA:

Tener uno buena embocadura.

Tocar con suavidad, y sin que se perciba el soplido, cualquier instrumento de viento.

Tomar la embocadura a una cosa.

Vencer las primeras dificultades que se presentan en el aprendizaje o en la ejecución de ella.

EMBOLISMO:

Ser una cosa un embolismo.

Ser chismosa, embustera, etc. —Estar embrollada de tal modo, que sea muy difícil entenderla.

EMBOQUE:

Ser una cosa un emboque.

Ser un engaño.

EMBORRARSE:

Emborrarse uno.

Tragar y comer mucho y deprisa.

EMBOTIJARSE:

Embotijarse uno.

Hincharse, inflarse. —Enojarse, encolerizarse, incomodarse, etc.

EMBOZO:

Decir una cosa con embozo.

Manera de hacer o decir alguna cosa con recato y disimulo.

Quitarse uno el embozo.

Descubrir y manifestar la intención que antes tenía oculta.

EMBRIAGAR:

Embriagarlo a uno.

Enajenarlo, transportarlo, etc.

EMBRIÓN:

Estar una cosa en embrión.

Estar aún en su principio, informe; sin orden, método ni disposición.

EMBROLLAR:

Embrollar una cosa.

Enredar un asunto de tal modo que no se sepa cómo se ha de salir de él.

EMBROLLO:

Encontrarse en un embrollo.

En situación embarazosa; en un conflicto del cual no se sabe cómo salir.

EMBROLLÓN:

Ser un embrollón.

Un enredador, un embustero.

EMBUCHADO:

Meterle a uno un embuchado.

Moneda o monedas que se ocultan entre otras de menos valor cuando se hacen posturas al juego.

EMBUDO:

Hacer embudo.

Hacer trampa, engañar, etc.

EMPALAGOSO:

Ser empalagoso.

Dícese de la persona que causa fastidio por su zalamería y afectación.

EMPANADA:

Ocultar la empanada.

Enredar u ocultar fraudulentamente un negocio.

EMPANTANAR:

Empantanar una cosa.

Detener o impedir el curso de un negocio, de una dependencia, etc.

EMPAQUE:

Tener uno empaque.

Tener traza y aspecto, según el cual nos gusta o nos desagrada a primera vista una persona. — Ser muy echado para atrás.

EMPARENTAR:

Estar uno bien, o muy, emparentado.

Tener parentesco y enlaces con casas ilustres y de calidad notoria.

EMPASTELAR:

Empastelar una cosa.

Transigir un negocio sin arreglo a justicia, para salir del paso de cualquier manera.

EMPATAR:

Empatársela a uno.

Igualarle en una acción sobresaliente o extraordinaria. —Tómase también en mal sentido.

EMPEDERNIR:

Empedernirse uno en una cosa.

Obstinarse, hacerse insensible.

EMPELOTARSE:

Empelotarse uno.

Se dice de aquel que se enreda o confunde en una riña o quimera.

EMPELLONES:

Llevarlo, echarlo, etc., a uno a empellones, o a empujones.

Violentamente, injuriosamente, etc.

EMPEÑAR:

Lo que se ha de empeñar, venderlo.

Indica que en ciertas circunstancias de la vida es preferible y aun conveniente cortar por lo sano, tomando una determinación cuando se ve que un mal no tiene remedio.

EMPEÑO:

Mato con empeño, y con el mismo defiendo a mi dueño.

Lema que llevaban antiguamente algunas armas blancas.

EMPERADOR:

Tanto tiene que ver, eso con esto, como con el emperador de la China. — V. ¿Qué tiene que ver el culo con las témporas del año?

EMPEZAR:

Lo que no se empieza, no se acaba.

Aconseja que se sacuda la pereza, pues, una vez vencida la primera dificultad de un negocio, fácilmente se termina éste.

Por ahí empecé yo.

Dícese del que adolece de algunas manías y extravagancias, con alusión a un loco de quien se cuenta que prorrumpió en semejante dicho al ser visitado por un sujeto que manifestaba estar poseído de ciertas rarezas o excentricidades.

¡Si yo te empiezo!...

Modo de amenazar a uno con castigarle, que es lo mismo que decir: ¡Si te castigo por la primera vez!...

EMPLASTO:

Estar uno hecho un emplasto.

Estar cubierto de cataplasmas y ungüentos. — Estar muy delicado y falto de fuerzas.

EMPLEAR:

¡Bien empleado!, o ¡Bien empleado le está!

Manera de expresar que tiene uno bien merecido aquella desgracia o infortunio que le sucede.

Cuando estés empleado tendrán por ti cuidado.

Nadie se preocupa más que de aquel que pueda favorecer.

Dar uno algo por bien empleado.

Conformarse gustosamente con una cosa desagradable, por la ventaja que de ella se le sigue.

Empleársele bien, o Estarle bien empleada, a uno una cosa.

Merecerla. — Tómase por lo general en mal sentido.

EMPLEO:

Apear a uno de un empleo.

Deponerlo de él, quitarlo.

EMPLUMAR:

¡Que me emplumen!

Expresión a modo de juramento con la cual se afirma que no se sabe una cosa, o que antes de hacer o decir algo, se prefiere sufrir el castigo afrentoso que antiguamente se imponía a los alcahuetes y acusados de hechicería.

EMPOZAR:

Empozarse una cosa.

Sepultarse un expediente para no seguir su curso. —Evitar la tramitación de un asunto.

EMPRESARIO:

¿A empresario te has metido?

Pronto te verás perdido.

Alude a los empresarios de teatros. — Este refrán resulta algo arcaico, pues si bien antes solía ser un mal negocio la formación de compañías, hoy, aun con tener algunas, no suele tener tantas quiebras.

EMPRIMAR:

Emprimar a uno.

Abusar de su candor e inexperiencia para que pague indebidamente una cosa, o para divertirse a sus expensas.

EMPULGUERA:

Apretarle a uno las empulgueras.

Ponerle en un aprieto, estrecharlo. — Derívase del aparato de tormento llamado empulgueras, que servía para apretar los dedos pulgares del reo hasta que éste declaraba.

EMPUÑADURA:

Ser la empuñadura de una cosa.

El principio de un discurso, un cuento, una narración, etc.

ENAMORADO:

Al enamorado ausente, no hay cosa que no le fatigue ni temor que no le dé alcance.

Los que están lejos del objeto amado suelen sufrir los tormentos de la duda.

Estar enamorado como un borrico.

Dícese de aquel que lo está ciegamente.

Más discurre un enamorado que cien abogados.

El deseo que anima al que ama le hace encontrar solución a cosas que seguramente no pensaría en buscar si no estuviese atacado de la pasión.

Juzgan los enamorados que todos tienen los ojos vendados.

Aquel que está apasionado contrae toda su atención en el objeto de su amor, hasta el punto de que no repara en que los demás le observan.

Los buenos enamorados kan de tener cuatro eses.

Éstas son: sabio, solicito, secreto y solo. Cuando el gracejo del pensamiento estriba en la palabra, mejor dicho, en la letra (que es más que más), puede asegurarse por punto casi general que no cabe traducción posible. Así sucede con la locución acabada de enunciar y con otras que posee la lengua castellana.

Los enamorados discurren más que letrados. — V. Más discurre un enamorado que cien abogados.

ENANO:

Parecerse uno al enano de la venta.

Dícese, por mofa, de la persona chiquitína y regordeta. Ser uno el enano de la venta, que asusta con un «¡Si voy allá!» Dícese de los que emplean frecuentemente bravatas y amenazas, sin pasar adelante.

ENCAJAR:

Encajarle a uno alguna cosa.

Decir, ya sea con oportunidad, ya extemporánea o inoportunamente, una cosa. —Disparar, dar o arrojar, en frases como las siguientes: Le encajé un tintero en la cabeza; Le encajé un palo, etc. — Hacer oír a uno alguna cosa, causándole enfado y molestia.

Encajarse uno.

Introducirse en algún sitio inopinadamente sin ser llamado.

ENCALABRINARSE:

Encalabrinarse uno.

Empeñarse en una cosa sin dar oídos a nada. — Tomar tema.

ENCALLARSE:

Encallarse en alguna cosa.

Meterse sin conocimiento en un negocio del cual no se puede salir.

ENCAMISADA:

Descubrirse la encamisada.

Deshacer la trama que se había urdido. —Proviene la frase de la costumbre antigua de cubrirse nuestros soldados con camisas blancas al intentar alguna sorpresa nocturna, a fin de no confundirse con los enemigos a quienes querían atacar, cogiéndolos desapercibidos.

ENCANTADOR:

El encantador malo saca la culebra del horado, o El mal encantador, con la mano ajena saca la culebra.

Moteja al que, desconfiando de su habilidad, se vale del auxilio ajeno para ostentarla.

ENCANTAR:

No parece sino que está encantado.

Dícese de aquella persona que, obsesionada por alguna idea, parece ajena a todo lo que pasa a su alrededor. El siguiente ejemplo de Cervantes da todavía mejor idea de lo que expresa la citada frase: «Venga acá, señor; ¿podría negar lo que comúnmente suele decirse por ahí cuando una persona está de mala voluntad: No sé qué tiene Fulano, que ni come, ni bebe, ni duerme, ni responde a propósito a lo que le preguntan, que no parece sino que está encantado?» (Quijote, parte I, cap. XLIX).

ENCANTO:

Hacer alguna cosa como por encanto.

Verificarla o ejecutarla bien y con toda rapidez, sin que los demás se den cuenta de cómo se ha hecho.

ENCAPILLAR:

Encapillarse uno.

Ponerse alguna ropa, especialmente cuando se echa por la cabeza, como la camisa, etc.

Estar con lo encapillado.

Modo de dar a entender que no se tiene o se lleva más ropa que la puesta.

ENCARAMAR:

Encaramar a uno.

Elevarlo, colocarlo en altos puestos, generalmente sin méritos suficientes para ello.

ENCARGO:

Como mandado hacer de encargo.

Ser una persona o cosa a propósito para el objeto a que se la destina.

ENCARNACIÓN:

Por la Encarnación, los últimos hielos son.

Manifiesta que por esta fecha (25 de marzo), al ir desapareciendo el invierno, terminan los fenómenos propios de esta estación.

ENCERRONA:

Hacer la encerrona.

Retirarse del trato ordinario de las personas por poco tiempo con algún designio.

ENCLAVAR:

Enclavar a uno.

Clavarlo, engañarlo.

ENCOGERSE:

Encogerse uno.

Ser corto de genio; no tener resolución para nada.

ENCOJARSE:

Encojarse uno.

Fingirse enfermo; hacerse el maula.

ENCOMENDAR:

Lo más encomendado lleva el gato.

Aquello que más trata de cuidarse, por lo regular es lo que se suele extraviar más pronto.

ENCONTRADIZO:

Hacerse uno el encontradizo.

Buscar a otro para encontrarle, sin que parezca que se hace de intento.

ENCONTRAR:

Al primer encuentro, azar.

Encontrarse con un obstáculo inesperado a los primeros pasos en cualquier negocio.

¿A que no me encuentras? — ¿A que no le busco?

Algunos substituyen menos propiamente el segundo miembro de este refrán por ¿A que no me buscas?

Réplica dada a aquellas personas que tratan de excitarnos a que hagamos aquello que no queremos o no nos conviene hacer.

Salirle a uno al encuentro.

Hacerle frente o cara; oponérsele. — Prevenir a uno en lo que quiere decir o ejecutar. — Anticipársele.

Tras de un encuentro, un azar.

La vida se compone toda de sucesos prósperos y adversos, que alternan entre sí.

ENCORVADA:

Hacer uno la encorvada.

Fingir estar enfermo para quitarse el compromiso de asistir a una parte donde no se quiere ir.

ENCRESPAR:

Encresparse uno.

Irritarse, alterarse.

ENCUBRIDOR:

Si no hubiera encubridores, no habría ladrones. — V. Si no hubiera alcahuetas, no habría putas.

ENCUBRIR:

No hay cosa encubierta que no se descubra. — V. Todo se sabe, hasta lo de la callejuela.

No hay encubierta que a mal no revierta.

Toda ocultación dolosa trae aparejado algún perjuicio.

ENCHIQUERAR:

Enchiquerar a uno.

Meterlo en la cárcel.

ENDEMONIADO:

Ser un endemoniado.

Aplícase al que es sumamente perverso; malo, nocivo.

ENDENTECER:

Quien presto endentece, presto kermanece.

Indica que el niño que arroja temprano los dientes, pronto tendrá un hermano.

ENDURADOR:

Mucho endura el endurador, para que lo gaste el gastador. — V. A padre guardador, hijo despendedor, etc.

ENDURAR:

Bueno es el endurar a quien se espera hartar. — V. Hambre que espera hartura, no es hambre.

ENE:

Ahí falta una ene. — No se apure, que ya saldrá.

Cuéntase de un subdiácono que, cantando una de las epístolas que comienzan por las palabras Lectio Epístola beati Pauli Apostoli ad Corinthios, como pronunciara desatinadamente coritios, fue reprendido en el acto por el maestro de ceremonias, que le dijo: «Ahí falta una ene». «No se apure — le replicó el vestuario—, que ya saldrá». Y, en efecto, salió, pero con tan mala suerte, que al seguir cantando, por decir Eratres dijo Erantres, con lo cual resultó el remedio peor que la enfermedad. Desde entonees, a todo aquel que, pretendiendo enmendar un yerro por defecto, especialmente si se trata de pronunciación o de pluma, incurre en otro por exceso, o cosa parecida, se le suele aplicar el proverbio en cuestión.

Llevarle a uno a la ene de palo.

Llevarlo a la horca.

Ser una cosa de ene.

Ser consiguiente, forzosa o infalible.

ENEMIGO:

A mi enemigo libre Dios de pleitos, y a mi, de él y de ellos.

Expresa el horror, no injustificado, que causan a todo el mundo los asuntos en que interviene la curia.

Al enemigo que huye, la puente de plata.

Aconseja que en ciertas ocasiones conviene facilitarle la huida.

Del enemigo, el consejo.

Indica que debe no ser seguido.

El enemigo mayor que el hombre tiene es la mujer propia.

Como este refrán no se puede aplicar en tesis general, y sí sólo a casos particulares, es decir, a aquellos en que la mujer no es como debe ser, puede afirmarse que es el puro Evangelio.

El que es enemigo de la novia, no dice bien de la boda, o ¿como dirá bien de la boda?

Aconseja que no se debe tomar el dictamen de personas apasionadas y quejosas, ni dar fe a sus dichos.

Ese es tu enemigo, el que es de tu oficio.

La emulación suele a veces reinar en los hombres de una misma clase, ejercicio, etc.

No hay que perder de vista que la emulación exagerada puede y suele degenerar en envidia.

Lo mejor es enemigo de lo bueno.

Enseña a conformarse cada uno con su bienestar, pues la ambición suele hacer perder lo que se poseía.

Más vale un enemigo discreto que un amigo necio. — V. Más daño hacen amigos necios que enemigos descubiertos.

Ningún enemigo es bueno, por flaco que sea. — V. No hay enemigo chico, o pequeño.

No hay enemigo chico, o pequeño.

Enseña a no despreciar a nadie, por humilde que sea, fiando en que no puede hacernos daño, pues los pequeños, si no cara a cara, solapadamente y en la obscuridad preparan su venganza, cuyos efectos no dejamos de sentir tarde o temprano, y a veces sin poder sospechar de dónde viene.

No hay peor enemigo que el doméstico, o el de casa, o No hay peor mal que el enemigo de casa para dañar.

Porque como sabe todos los secretos o interioridades de la casa, cuando pretende cometer un abuso de confianza, da el golpe sobre seguro.

No te fies del enemigo que duerme.

Para inspirar confianza, el que trata de destruirnos finge estar inactivo, cuando lo que hace realmente suele ser preparar nuevos ataques que nos cojan de improviso.

Nunca se debe hacer lo que el enemigo quiere. — V. Del enemigo, el consejo.

Quien a su enemigo popa, a sus manos muere.

Por lo general, aquel que desprecia a su enemigo, es el que suele ser víctima de su vana confianza.

¿Quien es tu enemigo? El de tu oficio. — V. Ese es tu enemigo, el que es de tu oficio.

Quien presta, no cobra; si cobra, no tal, y si tal, enemigo mortal.

Recomienda que no se preste, a menos que se esté dispuesto a perdonar la deuda.

Ser uno enemigo de una cosa.

No gustar de ella.

Si le quieres enemigo, presta dinero al amigo.

Cierta clase de gentes cree que el que tiene dinero se halla en la obligación de dárselo al que no lo tiene, y si después se les pide su devolución, todavía se toma como una ofensa.

Todo lo mucho es enemigo de la naturaleza.

Enseña a no abusar de nada, y particularmente de comidas y bebidas, por el daño que hacen al organismo.

¿Cuáles son los enemigos que hacen más daño a los hombres? — Tres, a saber: Cierracorazones, Cierrabocas y Cierrabolsillos.

Porque les empobrecen y les acarrean disgustos y sinsabores.

¿Cuántos enemigos tienes? — Tantos como favores he hecho.

La ingratitud suele ser la recompensa que obtiene el bienhechor. Desgraciadamente, la práctica de la vida enseña ser verdad.

De enemigos sin dinero no se te dé un cuerno.

Enseña a despreciar las amenazas de aquellos que no tienen medios para hacernos daño.

De los enemigos, los menos.

Dícese cuando uno pretende alejar de sí, por cualquier medio, a alguien, o algo, que le estorba o perjudica.

Ganar uno enemigos.

Adquirirlos, granjeárselos, acarreárselos.

Hagamos bien a nuestros enemigos, y amemos a los que nos aborrecen.

Máxima verdaderamente evangélica, pero muy difícil de llevar a la práctica en la vida social.

Los enemigos del alma son tres: suegra, cuñada y mujer.

Dicho jocoso en el que, como se ve, salen malparadas esas tres hembras.

Los enemigos se cuentan por los beneficios. — V. No hagas favores y no tendrás desengaños, o enemigos.

Mejor es dejar a los enemigos que pedir a los amigos, o Mejor es dejar en muerte al enemigo que pedir en vida al amigo.

Porque el que da o deja su hacienda al enemigo es probable que se lo agradezca; pero el que pide al amigo, siempre le importuna para que le devuelva lo que le dio.

No siempre tiene enemigos elquélos quiere tener.

Porque si es de leal condición, aunque se empeñe en no prestar favores, no dejará de hacerlos, y por tanto, aunque quiera, no tendrá quien le odie.

Quien busca enemigos, cerca tiene los peligros.

Recomienda que obre uno con todos de tal manera que no se granjee animadversiones, con el fin de evitarse los disgustos que éstas traen consigo aparejadas.

Quien tiene enemigos no duerma.

Advierte que aquel que los tiene ande prevenido y con cuidado para que no le sorprendan sus ataques y asechanzas.

ENERGÚMENO:

Ponerse como un energúmeno.

Enfadarse, enfurecerse de un modo descompasado.

Tragar como un energúmeno.

Comer de una manera exagerada, ansiosamente.

ENERO:

Buen enero, mal febrero.

Expresa que cuando el año comienza con buen tiempo, el mes siguiente es frío y lluvioso.

De enero a enero, carnero.

Da a entender que debe comerse siempre esta carne, como sana y no indigesta o pesada.

De enero a enero, el dinero es del banquero.

En los juegos de azar, siempre lleva la ventaja el banquero.

En el mes de enero se abriga el madero.

Quiere decir que es éste un mes tan exageradamente frío, que no hay quien se muestre insensible a sus rigores.

En enero abriga la tierra al trigo, como la madre a su hijo.

Indica que en este mes debe cuidarse al trigo, tapándolo para que no se hiele.

En enero, cada oveja con su cordero.

Expresa que es la época más propia de aparearse ciertos animales.

En enero, cásate, compañero.

Para dormir abrigado y no sentir, por lo tanto, el frío.

En enero, flores; en mayo, dolores.

Refrán americano fácil de explicar, teniendo en cuenta que en aquellas latitudes comienza el verano en el mes de diciembre y en el de mayo se aproxima el invierno.

En enero, la berza es carnero.

Cuestan caro las hortalizas, por perderse muchas a causa de los hielos.

En enero, ni galgo lebrero ni azor, o halcón, perdiguero.

Aconseja que en dicho mes no se debe cazar.

En enero, planta ajero; a jines, que no a primeros.

Refrán agrícola usado en las montañas de Santander, referente a la época más oportuna de sembrar los ajos.

En enero se hiela el agua en el puchero.

Encarece el frío que es peculiar a este mes.

En enero y febrero saca la vieja sus madejas al humero; en marzo, al prado; en abril, a urdir.

Expresa que en estos meses primeros se trabaja al amor de la lumbre, efecto del frío reinante.

Enero es caballero si no es ventotero.

Manifiesta que este mes suele ser bueno cuando no reinan los aires en él.

Enero, frío o templado, pásalo arropado.

Haga buen o mal tiempo, lo mejor es precaverse del frío, pues siempre es intenso en esta época del año.

Enero, frío y heladero.

Son las dos cualidades generales de este mes.

Enero mojado, bueno para el tiempo, malo para el ganado.

Si en enero llueve, templa la temperatura; pero el ganado pierde en los pastos.

Enero y febrero comen más que Madrid y Toledo.

La escasez de pastos que se padece generalmente en Castilla la Nueva durante esos dos meses, es causa de que las reses pierdan en carnes.

Escaraa por enero y agranda el granero.

Quien hace la operación agrícola indicada a primeros de año, recogerá trigo en abundancia.

Poda en enero y cava en febrero, y serás uvero.

Para conseguir buenos viñedos es necesario podar y cavar en los meses indicados.

Seco enero, abundante el granero.

La escasez de lluvias en enero es beneficiosa para los cereales.

Sembrar por enero y rastrillar en febrero.

Para que las tierras produzcan los frutos apetecidos, es conveniente labrarlas en la forma citada.

Si en enero bebes helado, no preguntes de qué has enfermado.

Recomienda que no se tomen bebidas heladas en tiempo tan frío como es el mes indicado.

Si hiela bien por enero, mucho llueve por febrero.

Manifiesta que tras las heladas suele venir el tiempo lluvioso.

Todo enero es buen alcalde. — V. Ser la justicia de enero.

ENFADOSO:

Más enfadoso que enamorado pobre.

Comparación usada para encarecer lo molesta que es una persona, a semejanza del que pretende a una mujer y no tiene caudal.

ENFANGARSE:

Enfangarse en alguna cosa.

Mezclarse en negocios sucios y vergonzosos.

ENFERMAR:

Échate a enfermar, y sabrás quién te quiere bien y quien te quiere mal.

El verdadero cariño se demuestra cuando una persona se halla en el trance de una enfermedad grave. Muy buenos somos cuando enfermamos. Por mucho que nos enfade una persona, sobre todo si es de la familia, al verla postrada en la cama olvidamos lo pasado, pareciéndonos que el enfermo fue siempre un modelo de bondad.

ENFERMEDAD:

Dejar de comer por haber comido, no es enfermedad de peligro.

Dícese de aquellos que al llegar la hora de la comida no prueban bocado, alegando no tener gana, y es porque antes se han atracado en otra parte.

Enfermedad larga, mUerte al cabo.

El que ha sido acometido de un mal grave y prolongado, rara vez puede desembarazarse de él, por cuyo motivo, tarde que temprano, llega a sucumbir.

Para enfermedad de años no hay medicina.

Esto es, la vejez es el único mal que no tiene cura.

ENFERMERÍA:

Estar una cosa en la enfermería.

Dícese de todo mueble o alhaja de uso común que está en casa del artífice para componer.

Tomar uno enfermería.

Ser considerado en la clase de enfermo.

ENFERMO:

Al enfermo que es de vida, el agua le es medicina.

Cuando las cosas han de suceder con felicidad, poco o nada importan dificultades que se oponen a su logro.

Apelar el enfermo.

Escaparse de la muerte que le tenían pronosticada.

A un enfermo melindroso ningún médico le viene a gusto.

No es asunto fácil el llegar a complacer a las personas de genio descontentadizo.

Cuando el enfermo dice ¡ay!, diga el médico day.

Contra los médicos que anteponen el vil lucro al sagrado cumplimiento de su deber.

Es muy enfermo quien es muy viejo. — V. Para enfermedad de años no hay medicina.

Mal va el enfermo que nombra a su médico heredero.

Porque parece natural, aunque no sea muy caritativo, que no se tome tanto interés como debiera, sabiendo que ha de ser el sucesor del paciente.

Todo el que habla como enfermo y come como sano, tenle por hombre malo.

Da a entender que el que está enfermo debe tener mucho cuidado con la alimentación.

Cuando los enfermos claman, los médicos ganan.

A mayor abundancia de enfermedades, mayor lucro para los encargados de tratarlas.

Los enfermos se curan en los libros y se mueren en las camas.

Todo resulta muy bien en la teoría, pero la práctica difiere bastante de aquélla.

ENFITEUSIS:

¡Toma enfíteusis!

Cuéntase que un estudiante de Leyes, burlón y travieso, como suelen serlo la mayor parte de los estudiantes, queriendo divertirse a costa de un pobre zapatero remendón, se presentó en su zaquizamí, preguntándole si tenía etifiteusis.

Hízose repetir la pregunta, y convencido de que lo que se pretendía era burlarse de él, cogió el tirapié, y sacudiéndole con todos sus bríos, exclamaba encolerizado: «¿No querías enfiteusis? ¡Pues toma enfíteusis!» — V. ¡Toma castaña!, o ¡Toma para castañas!

ENGAÑADOR:

Quien piensa ser el engañador, es el engañado. — V. Donde las dan, las toman.

ENGAÑAR:

Aquel es engañado, quien coita que engaña. — V. Quien piensa ser el engañado, es el engañado.

Engaña a quien te engaña; a quien te fay, fayte.

Indica que debemos obrar con los demás según hagan con nosotros.

Es muy fácil engañar a quien no engaña.

La persona que obra de buena fe suele ser la víctima de la maldad de los otros.

¿Quién engaña a quién? — V. Ir de pillo a PILLO.

ENGAÑO:

Deshacer un engaño.

Satisfacer, desengañar, sacar del error y engaño aprehendido.

Donde acaba el engaño, empieza el daño.

Todo el que vive persuadido de una cosa buena, vive feliz hasta que se descubre no ser cierto.

Engaño en mas va que en besarla durmiendo.

Ninguno debe gloriarse de la victoria que se consigue cautelosamente.

En el lomar no hay engaño.

Recomienda que se acepte todo lo que se nos da, no costando dinero, o pudiendo reportar algún mal, aunque la dádiva sea equivocada.

En obedecer no hay engaño.

Debemos ejecutar todo lo que los superiores mandan, pues aunque a nuestro juicio no sea equitativo, la responsabilidad será siempre del que lo ordenó y no del que, por espíritu de obediencia, lo hizo.

Llamarse uno a engaño.

Retraerse de lo pactado por haber reconocido engaño en el contrato, o pretender que se deshaga una cosa alegando haber sido engañado.

No hay mayor engaño que venir el desengaño tarde.

Porque cuanto más se espera la solución de un asunto, más se confía en que ésta ha de ser favorable.

ENGENDRO:

Ser un mal engendro.

Muchacho avieso, mal inclinado y de índole perversa.

ENGOLILLADO:

Ser un engolillado.

Dícese de aquel que se precia de observar con rigor los estilos antiguos.

ENGORDAR:

Engordar uno.

Hacerse rico. —Tómase generalmente en mal sentido, dando a entender que las riquezas son adquiridas por medios reprobables.

ENGULLIR:

No vivas para engullir; come, sí, para vivir. — V. Yo como para vivir y no vivo para comer.

ENHORNAR:

Al enhornar se hacen los panes tuertos.

Advierte el cuidado que se debe tener cuando se comienzan las cosas, para que salgan bien hechas.

Al enhornar se tuerce el pan. — V. Al enhornar se hacen los panes tuertos.

ENJAMBRE:

Enjambre de abril, para mi; la de mayo, para mi hermano.

Comenta Hernán Núñez: «Porque se comienzan a secar las hierbas con el calor». — Este refrán prueba que antiguamente se usaba la voz enjambre como del género femenino, lo que todavía se verifica hoy entre la gente del pueblo, y singularmente en la región andaluza.

Parecer un enjambre de abejas, o de abejones.

Aglomeración de personas molestas e importunas.

ENJARETAR:

Enjaretar una cosa.

Hacer o decir algo sin intermisión y atropelladamente, o de mala manera.

ENJAULAR:

Enjaular a uno. — V. Enchiquerar a uno.

ENJUAGUE:

Hacer un enjuague.

Llevar a cabo alguna negociación oculta y artificiosa con objeto de conseguir lo que no se espera lograr por medios lícitos.

ENJUNDIA:

Tener una cosa mucha enjundia.

Ser de gran substancia. — Tener más profundidad y trascendencia de lo que a primera vista parece, tal como un libro, un escrito cualquiera, etc. —Dícese también: Tener mucha miga.

ENMENDAR:

Lo que enmendar no se puede, no presta arrepentir.

Contra lo hecho no hay poder que valga.

O enmienda, o mierda.

Dicho popular con que se indica que hay que optar entre mejorar de comportamiento o sufrir las consecuencias de una conducta desarreglada.

ENOJARSE:

Aunque alguno se enoje, alabarse y mentir a todos coge.

Son dos cosas de que raramente se escapan ni aun las personas que ostentan mayores perfecciones.

ENOJO:

Cuando el enojo estd descubierto, la honra nunca padece.

Porque el que procede de buena fe reconoce la sinrazón de haberse enojado, y se da por satisfecho de las explicaciones recibidas.

Si tienes de mi enojo, descálzate un zapato y échalo en remojo.

Denota el poco o ningún caso que se hace de la persona que se nos muestra enojada.

ENREDADOR:

Ser un enredador.

Aplícase a los muchachos traviesos que no pueden estarse quietos ni un momento. — Chismoso y embustero de costumbre.

ENRIQUECER:

¿Quién te enriqueció?

Quien te gobernó.

Los buenos administradores suelen aumentar los bienes que se les confían.

ENSALADA:

Ensalada y visita, poquita.

La primera porque hace daño tomada en abundancia, y la segunda porque molesta cuando se prolonga mucho.

La ensalada de diversas y buenas hierbas, más aplace que la simplemente hecha.

Da a entender que en la variedad consiste el gusto.

La ensalada requiere: un pródigo para el aceite, un avaro para el vinagre, un prudente para la sal y un tonto para menearla. Algunos añaden: y un burro para comerla. — V. La ensalada, salada; poco vinagre y bien oleada.

La ensalada, salada; poco vinagre y bien oleada.

Aconseja que reúna dichos requisitos para que sea agradable al paladar.

La vez de la ensalada, ni la pierdas ni sea aguada.

Recomienda que después de comerla se debe beber vino puro.

Más vale ensalada que nada, o que hambre.

Exhorta a los que no poseen nada a que se conformen, aunque sea con lo poco que se les brinda.

Quien con ensalada no bebe vino, ni con tocino.

Recomienda que no se beba agua después de la ensalada, sino lo indicado en el refrán.

Quien tras ensalada no bebe, no sabe lo que pierde. — V. Quien con ensalada no bebe vino, ni con tocino.

Si tras la ensalada bebes vino, ¿qué harás después del tocino? — V. Quien con la ensalada no bebe vino, ni con tocino.

ENSALMO:

Hacer alguna cosa como por ensalmo.

Hacerla con prontitud extraordinaria y sin conocerse el modo con que se hizo.

ENSALZAR:

El que se ensalza será humillado, y el que se humilla, ensalzado.

Recomienda la modestia para hablar de sí propio, pues el que tiene mérito y quiere disimularlo, se encargan los demás de proclamarlo.

ENSANCHA:

Dar ensanchas a una cosa.

Dar treguas a un negocio, o tener medios para ajustarse o componerse. — Dar demasiada licencia o libertad para algunas acciones.

ENSANGRENTARSE:

Ensangrentarse con, o contra, uno.

Encruelecerse con él; querer ocasionarle un grave daño.

ENSILLAR:

Aún no ensillamos y ya cabalgarnos.

Reprende a aquellos que quieren llegar al fin o término sin haber puesto los medios necesarios.

ENSOLVER:

¡En él se ensuelva!

Expresa el deseo de que el mal a que se alude termine en la persona que lo ha experimentado. — El pueblo andaluz, cuyo es este dicho, pronuncia ensuerba. Pero el verbo ensorber no existe en castellano; y dado caso de existir, que tal vez no holgara, ensorba y no ensuerba sería la fórmula propia de esta desinencia, como sorba y absorba, de sorber y absorber.

ENSUCIAR:

Ensuciarse en alguna cosa.

Dejarse sobornar con dádivas e interés.

No ensuciar, que no hay quien limpie.

Dícese a las personas que hacen muchos proyectos sin tener medios para llevarlos a cabo.

ENSUEÑO:

Donde hay muchos ensueños, allí hay muchas vanidades.

Aconseja que no se haga caso de lo que se sueña, pues todo ello es falso.

ENTE:

Ser uno un ente.

Persona ridicula, o que en su manera y porte se hace reparable.

ENTENDEDOR:

A buen entendedor, breve hablador, o Al buen entendedor, con media palabra basta, o Al buen entendedor, pocas palabras.

La persona capaz y de buen entendimiento comprende fácilmente lo que se le quiere decir.

ENTENDER:

Cada uno se entiende... (Y trastejaba de noche).

Modo de reconvenir a aquel que le hace a uno una objeción, dándole a entender que no debe meterse en lo que no le importa, pues el que hace una cosa sabe por qué la hace.

Dar en qué entender.

Obligar a que se ocupe uno de alguna cosa. — Discurrir sobre ella.

Entiéndame quien me entienda.

Locución con que se significa que uno acaba de manifestar delante de varias personas por medio de ciertas indirectas cuál es su modo de pensar en el particular de que se trata, para conocimiento de aquella a quien pueda interesar.

Su sentido es igual al de A ti te lo digo, hijuela; entiéndelo tú, mi nuera.

Solemos usarlo los españoles con bastante frecuencia en su forma latina, diciendo con San Mateo (XIX, 12): Qui potest capere, capia t.

No se entiende eso conmigo.

Modo de manifestar que no nos comprende una cosa en que nos quieren mezclar.

Yo me entiendo y bailo solo. — V. Cada uno se entiende... (Y trastejaba de noche).

Yo te entiendo y tú me entiendes.

Expresa la conformidad entre dos que proyectan algo, cuyo alcance y consecuencias conocen de antemano.

ENTENDIMIENTO:

A entendimiento me ganarás; pero a fuerza, no.

Contra los obstinados en salirse con su tema aun cuando no lleven razón, empleando para ello la violencia si es menester. — Atribuyese la frase a un baturro que queriendo vadear un río montado en un borriquillo, al ver que éste se negaba a entrar en el agua, desmontó, y echándose el animalito a cuestas, se salió con su intento, mientras prorrumpía en las palabras de referencia.

Entendimiento que sabe sin estudiar, ni lo creo ni lo quiero.

Porque carece del verdadero fundamento que da el estudio y conocimiento de las ciencias y artes.

Para todo se necesita entendimiento; hasia para barrer.

Indica que para hacer bien las cosas, aun las más insignificantes, es preciso poner cuidado.

ENTERRAMIENTO:

El enterramiento de Efestión.

Gran amigo de Alejandro Magno, mereció que a su muerte dispusiera éste en honor suyo exequias tan suntuosas, que su memoria ha pasado a la posteridad como prototipo de solemnidad y magnificencia. Efestión murió en Ecbatana, en la Media, el año 325 antes de Jesucristo.

ENTERRAR:

Con él me entierren.

Modo de dar a entender uno que es del mismo gusto, genio o dictamen de la persona a quien se dirige o alude.

¿Dónde entierra usted?

Expresión con que se contiene y zumba al baladrón que echa muchos fieros.

ENTOLDARSE:

Entoldarse uno.

Engreírse, desvanecerse.

ENTONAMIENTO:

Tener mucho entonamiento, o entono.

Ser vanidoso, presuntuoso, etc.

ENTORNAR:

Tanto entornó, que trastornó.

Se dice de aquellos demasiadamente impertinentes, que suelen echar a perder las cosas por perfeccionarlas y apurarlas demasiado.

ENTRADA:

Dulce es la entrada, mas amarga es la estada.

En ocasiones, aquello que llegamos a alcanzar sin inconvenientes, los presenta graves cuando se posee.

Eatrada por salida, o La entrada por la salida. — V. Comido por servido.

Dícese también de la visita que se hace con suma brevedad.

Más vale mala entrada que buena vuelta.

Dícese en el juego de tresillo para animar a los jugadores poco arriesgados en hacer juego por tener cartas medianas para entrar.

No dejar la entrada por la salida.

Frecuentar el trato de alguna persona, o hacerse repetidas veces visible en alguna parte, con objeto de sacar algún provecho o utilidad de su asidua presentación, cuando su ausencia podría serle perjudicial.

No la entrada, sino la salida, hace a los hombres venturosos.

Induce a portarse caballerosamente en todas partes.

Ser una cosa una entrada de pavana.

Cosa fútil o impertinente, dicha o propuesta con misterio o ridicula gravedad. —Dícese más comúnmente salida, en vez de entrada.

Una, dos y tres, entrada es.

Aconseja a los tresillistas que jueguen con tres cartas del palo a que se juegue, especialmente si aquéllas son la espada, la mala y el basto, o sea el estuche mayor.

ENTRAMPAR:

Entrampar una cosa.

Enredar, confundir un negocio de modo que no se pueda aclarar ni resolver.

Entramparse uno.

Contraer muchas deudas; empeñarse.

ENTRANTE:

Ser unos entrantes y salientes.

Se dice de aquellos que sin objeto determinado, y tal vez con miras sospechosas, frecuentan mucho una casa.

ENTRAÑA:

Arrancársele a uno las entrañas.

Sentir gran dolor o conmiseración por algún suceso o acto lastimoso.

Dar uno hasta las entrañas, o las entrañas.

Ser sumamente liberal y caritativo.

Echar uno las entrañas.

Vomitar con violencia y muchas ansias. — Trabajar excesivamente.

Entrañas y arquetas, a los amigos abiertas.

Denota la franqueza y liberalidad con que se ha de tratar a los verdaderos amigos.

Gruñirle a uno algo en las entrañas.

Tener algo escondido en el interior.

Hacer las entrañas a una criatura.

Darle la primera leche.

Hacer las entrañas a uno.

Disponerle, sugerirle o preocuparle en favor o en contra de otro.

Sacarle a uno las entrañas. — V. Sacarle a uno los redaños.

Te quiero tanto, que te metería en mis entrañas.

Manera de exagerar el cariño que se siente por una persona.

ENTRAR:

Ahora entro yo.

Expresión que usa el que ha estado oyendo lo que otro ha querido decir, sin interrumpirle, y luego habla para contradecirle.

Déjame entrar, y me haré lugar.

Expresa que en todas las cosas de la vida lo difícil es dar el primer paso, pues dado éste, lo demás ya viene por sí solo.

Entrar uno bien, o mal, en una cosa.

Condescender o no convenir en lo que otro dice o propone.

Entrar uno dentro de sí, o en sí mismo.

Reflexionar sobre su conducta, para corregirla y ordenarla en lo sucesivo.

Entróme acá, que llueve.

Denota la osadía y desenfado de aquellos que se introducen en casa ajena valiéndose de su mismo descaro y sinvergüenza.

No entrar ni salir uno en una cosa.

No intervenir, no tomar parte en ella.

No entrarle a uno una cosa.

No ser de su aprobación o dictamen. No poder aprenderla o comprenderla.

No entrarle a uno una persona.

Desagradarle, serle repulsiva, serle antipática.

ENTREMÉS:

Los entremeses suelen acabar en palos.

Ordinariamente, en todo aquello que es motivo de gran algazara, suele haber siempre ocasión para algún disgusto.

ENTREMETER:

No te entremetas en lo que no te importa.

Aconseja que cada uno se cuide de sus asuntos, sin preocuparse de los de los demás.

No te entremeter en lo que no te atañe hacer. — V. No te entremetas en lo que no te importa.

ENTRESIJO:

Tener muchos entresijos.

Tener una cosa muchas dificultades o enredos, sin ser fácil entenderlas o desatarlas. — Ser una persona muy reservada, que procede con cautela y disimulo en lo que hace o discurre.

ENTRETALLAR:

Entretallar a uno.

Coger y estrechar a una persona, deteniéndole el curso o estorbándole el paso.

ENTRETENIDA:

Darle a uno con la entretenida, o Hacer uno la entretenida. — V. Dar largas a un asunto.

ENTRIPADO:

Tener uno un entripado.

Enojo, encono, sentimiento que uno tiene y se ve precisado a disimular.

ENTRUCHADA:

Hacer una entruchada.

Cosa hecha por confabulación entre algunas personas con engaño o malicia.

ENTRUCHAR:

Entruchar a uno.

Atraerlo con disimulo y engaño, 23 usando de artificios, para meterlo en algún negocio.

ENTUNES:

Eso es lo mismo que preguntar por Entunes en Portugal.

Equivale a preguntar por una persona de nombre muy común en un país o localidad donde hay muchos que le usan. — Es igual que preguntar por Marica en Rávena, por un estudiante en Salamanca, etc.

ENVEDIJARSE:

Envedijarse uno.

Enzarzarse, enredarse unos con otros cuando riñen, pasando de las palabras a las obras.

ENVIDAR:

Envidar de, o en,falso.

Convidar a uno con una cosa, deseando que no la acepte.

ENVIDIA:

Cernerse uno de envidia, o Comérselo a uno la envidia.

Estar enteramente poseído de ella.

Donde reina la envidia no puede vivir la virtud.

Porque aquélla, con sus dardos ponzoñosos, ahoga los méritos de ésta.

Más vale que nos tengan envidia que no lastima.

Porque el estado del que es envidiado supone ser próspero; en tanto que el de aquel a quien se compadece, arguye infelicidad y miseria. — V. No es el mas infeliz el que no tiene amigos, sino el que no tiene enemigos.

Si la envidia fuera tiña, ¡cómo se pegaría!, o Si la envidia fuera tiña, ¡cuántos tiñosos habría!, o muchos tiñosos habría, o Si la envidia tiña fuer a, ¡qué de tiñosos hubiera!

Modo de zaherir al envidioso disimulado.

ENVIDIOSO:

El envidioso enflaquece de lo que a otro engorda.

La prosperidad ajena es causa de sufrimiento del que la ve, cuando éste se halla dominado por el execrable vicio de la envidia.

De los envidiosos, ninguna próspera fortuna está segura.

Porque aquéllos procuran echarla por tierra valiéndose de malas artes.

ENVISCARSE:

Enviscarse uno.

Irritarse, enconarse el ánimo.

ENVOLTURA:

Abulta más la envoltura que la criatura. — V. Ser más el ruido que las nueces.

ENZARZAR:

Enzarzar a uno.

Enredar a algunos entre sí, sembrando discordias y disensiones.

Enzarzarse en un asunto.

Meterse en negocios arduos y de dificultosa salida.

ENZURRONAR:

Enzurronar una cosa.

Incluir o encerrar un objeto en otro.

EPICURO:

Ser un Epicuro.

Sujeto egoísta y material, que sólo halla deleite en los placeres sensuales. — He aquí uno de los muchos puntos en que, desgraciadamente, resulta falseada la Historia.

Fundador Epicuro de una escuela o secta cuya base era que la felicidad del hombre reside en el deleite, no el deleite de los sentidos y del vicio, sino el del espíritu y la virtud, no tardaron los estoicos (a quienes se podría denominar los jansenistas del paganismo), junto con otros muchos adversarios, en levantarle infinidad de calumnias tergiversando sus doctrinas y sacando de ellas consecuencias las más perniciosas, hasta el extremo de propalar que echaba por tierra el culto de los dioses, y que sumía a los hombres en las más vergonzosas liviandades; pero las explicaciones que por escrito dio de su enseñanza y lo correcto y morigerado de su conducta pública, dieron un solemne mentís a sus detractores, quienes, entonces como siempre, corroídos por la negra envidia, ni se dieron por convencidos ni se contuvieron en su persecución, sino que, levantando un altar frente a otro altar, esto es, invocando su nombre y su lema distintivo, acabaron por enseñar y practicar aquello mismo que antes censuraban, aplicando a los goces materiales lo que Epicuro refería a los espirituales: de ahí dos clases de epicúreos, los rígidos y los relajados; habiéndose alzado estos últimos con la calificación que de ellos ha hecho la posteridad, en daño del buen nombre que a los primitivos les correspondía de justicia.

Epicuro murió el año 270 antes de Jesucristo.

EPIDEMIA:

Más amarillo que la epidemia.

Punto de comparación para exagerar lo subido de dicho color.

EPÍSTOLA:

Ir por la epístola.

Ir a casarse.

Leerle a uno la epístola de San Pablo.

Casarse. —Alude a que en la ratificación del sacramento del Matrimonio por medio de la misa de velaciones, se lee en ésta la epístola de San Pablo a los de Éfeso (cap. V), en que constan las obligaciones que mutuamente adquieren marido y mujer por razón de su nuevo estado.

ÉPOCA:

Formar, o hacer, época una cosa.

Modo de denotar que un hecho o suceso dejará larga memoria, o que por su importancia será el principio de un período en la historia de un pueblo o en la vida de una persona.

EQUIS:

Estar uno hecho una equis.

Se dice del que está borracho y que, dando traspiés y cruzando las piernas, imita la figura de esta letra.

EQUIVOCACIÓN:

Una equivocación, cualquiera la tiene. — V. El mejor EbCRiBANo echa un borrón.

ERA:

¡A buena parte ha ido a plantar la era! — V. Ir por lana y volver trasquilado.

El que no va por la era, va por la triguera. — V. Cada uno tiene su ventanita por donde asomarse.

Tanto dirán eras, eras, hasta que lleguen a ellas.

Aplícase a todo aquello que sucede después de haber sido anunciado o cacareado repetidas veces hasta la saciedad.

ERISIPELA:

La erisipela, no sangra lia; de hambre matalla, de sed ahogalla y no airealla.

Se recomienda dicho tratamiento para su pronta curación.

La erisipela, si no mata, pela.

Sabido es que en esta enfermedad es preciso cortar el pelo casi siempre al paciente, menos en los casos en que ella misma se encarga de hacerlo caer.

ERIZO:

Amable, o fino, como un erizo.

Se dice de la persona áspera e intratable.

Parecer un erizo manzanero. — V. Amable, o fino, como un erizo.

ERRADA:

Creer en la errada.

Equivale a fiarse en una cosa poco segura, como lo es la herrada llena de agua cuando se lleva sobre la cabeza. La tendencia en nuestra lengua a los juegos de palabras se muestra una vez más con la presente frase.

Prevaliéndose de que errada lo mismo suena con h que sin ella, se ha formado el dicho, a semejanza de lo que se verifica con la expresión una herrada no es caldera, que puede verse en el lugar correspondiente de este Diccionario.

ERRAR:

Después que te erré, nunca bien te quise.

Demuestra que ordinariamente se aborrece a aquel a quien se ha ofendido, por temor de que se vengue.

El que una vez llegó a errar, juzgan que no volverá a acertar.

Manifiesta que es malo sentar un precedente, pues ya lo juzgan los demás como costumbre.

Uno fue que nunca erró.

Se refiere a Dios, que como Ser perfecto que es, no puede equivocarse.

ERRE:

Seguir erre que erre.

Continuar porfiadamente en un empeño, sin desistir de él.

Tropezar uno en las erres.

Estar bebido; aludiendo a la dificultad con que los borrachos pronuncian esta letra.

ERROR:

De un error, muchos.

El que en la investigación de una cosa parte de un principio falso o equivocado, sacará todas las consecuencias en las mismas condiciones.

El error del entendido, de todos es reprendido y rara vez corregido.

Satirízase de este modo, por lo general, la falta cometida por una persona; dando a entender que son muy pocos los que procuran evitar el incurrir nuevamente en ella.

El error en la miseria es acusado; el vicio en la opulencia es excusado.

Dice un cantar popular: Cuando se emborracha un pobre, le llaman el borrachón; cuando se emborracha un rico... ¡qué gracioso va el señor!

Más claro: que según la clase social a que se pertenezca, las acciones reprobables se llaman faltas leves, errores o crímenes nefandos.

No hay error sin autor, ni necedad sin padrino.

No hay disparate que no haya sido defendido o patrocinado por algún sabio.

Nota el error, pero no ofendas a su autor.

Encarece la prudencia al echar en cara a los demás la falta cometida.

Salvo error, o yerro, u omisión, o Salvo error de suma o pluma.

Fórmula que se suele poner al fin de una cuenta para dar a entender que, caso de estar equivocada, se halla pronto el que la ha extendido a reparar el desacierto en que involuntariamente incurriera, si se equivocó a su favor, o, en caso contrario, a reclamar la debida indemnización. — La primera forma se emplea también cuando se narra o cuenta alguna cosa, como queriendo disculpar el que se haya olvidado algún detalle.

En los errores ajenos, aprende y no culpes.

Enseña a fijarnos en las faltas cometidas por otros, para no cometerlas a nuestra vez.

ERUDITO:

Ser un erudito a la violeta.

El que sólo tiene una tintura superficial de las ciencias y artes, o sabiendo poco, aparenta mucha ciencia.

«... pero me inflaman los primorosos aplausos de tanto erudito barbilampiño, peinado, empolvado, adonisado y lleno de aguas olorosas de lavanda, sansparcilla, ámbar, jazmín, bergamota y violeta, de cuya última voz toma su nombre mi escuela». (Cadahalso, Los eruditos a la violeta).

ESA:

Tente ésa, que voy por paja. — Véase Chúpate ésa y vuelve por otra.

Ni por esas.

No darse a partido, por más reflexiones o esfuerzos que se hagan.

ESCABECHAR:

Escabechar a uno.

Matarlo a mano airada, ordinariamente con arma blanca.

ESCALA:

La escala del interés, hasta las nubes alcanza. — V. Poderoso caballero es Don Dinero.

ESCALERA:

Ser una persona de escalera abajo.

Aplícase a los sirvientes domésticos, y con especialidad a los que se ocupan en las faenas más humildes, cuando hay otros.

Servir de escalera.

Aplícase a la persona que ha ayudado a alcanzar a otro un puesto elevado, grandes riquezas, etc. La recompensa suele ser un puntapié.

Sube la escalera como viejo y llegarás como joven.

Es decir, despacio, sin fatigarse.

ESCALONA:

Es como el socorro de Escalona.

Aplícase a todo remedio que llega tarde. — Tuvo origen de que habiendo ocurrido un incendio en Escalona, villa distante 8 leguas de Toledo, situada en un alto de la ribera del Alberche, y bajado sus habitantes al río en busca de agua para apagar el fuego, cuando subieron se encontraron con que éste había abrasado ya cuanto tenía que devorar. Semejante circunstancia la expresan algunos añadiendo a la frase susodicha: que cuando le llega el agua, es quemada la villa toda.

ESCAMA:

Tener escama.

Resentimiento que uno tiene por el daño o molestia que otro le ha causado, o el recelo de que se lo cause.

Tener más escamas que un pez.

Ser una persona astuta, práctica, conocedora de la vida, y por lo tanto, difícil de engañar.

ESCAMOCHO:

No arriendo tus escamochos.

Modo de decir a uno que está tan escaso de bienes que no le sobra nada.

ESCAMPAR:

¡Ya escampa!, o ¡Ya escampa!... (Y llovían muelas de molino, o chuzos, o guijarros, o Y caían capuchinos de bronce, o Y caían capuchinos de bronce con la punta hacia abajo.)

Exclamación en que se suele prorrumpir al oír un despropósito o inconveniencia, que se añade a otro u otros anteriormente manifestados.

ESCÁNDALO:

Donde hay escándalo, hay pecado.

Todo aquello que da mal ejemplo, es punible.

ESCANDALOSA:

Soltar uno la escandalosa. — V. Soltar uno la maldita, o la sin hueso.

ESCAÑO:

AIguno está en el escaño, que a si no aprovecha y a otro hace daño.

Se aplica a aquel que ocupa algún puesto o goza de algún favor sin fruto propio y con daño de otros.

Merecer el mismo escaño del Cid.

Ser una persona muy digna de respeto por su valor y prudencia.

ESCAPARSE:

Escapársele a uno una cosa.

No advertirla; no caer en ella. — Soltar, por inadvertencia, una palabra o especie inoportuna.

ESCARABAJEAR:

Escarabajearle a uno alguna cosa.

Punzar y molestar un cuidado, temor o disgusto.

ESCARABAJO:

Al escarabajo, sus hijos le parecen granos de oro, o Dijo el escarabajo a sus hijos: Venid acá, mis jlores.

Demuestra cómo engaña la pasión en el juicio de las dotes y gracias de las personas que amamos.

Más sucio que un escarabajo.

Aplícase a las personas que no se distinguen por su limpieza, con alusión al coleóptero que sirve de comparación, pues éste, como es sabido, busca el estiércol para alimentarse y hacer con él unas bolas, dentro de las cuales deposita sus huevos. — Algunos añaden: peloiero.

Parecer un escarabajo.

Se dice de la persona pequeña de cuerpo y de mala figura.

Hasta los escarabajos tienen tos.

Zahiere a aquellos que hacen ostentación de cualidades que no les son propias, o aspiran a cosas que no les corresponden. — V. Hasta los gatos quieren zapatos.

Parecer escarabajos.

Dícese de las letras y rasgos mal formados, torcidos y confusos, parecidos en algún modo a las patas del escarabajo.

ESCARBAR:

Muchas veces, el que escarba, lo que no quiere halla.

Recomienda no ahondar en asuntos escabrosos de los que nos puede venir algún daño.

ESCARCHA:

Escarcha rebolluda, al segundo o tercer día, suda.

Por lo regular, llueve después de haber caído dos o tres escarchas grandes y seguidas.

Escarchas sobre lodo, agua sobre todo.

Ordinariamente sucede la lluvia persistente a la escarcha sobre terreno encharcado.

ESCARDAR:

Enviar a uno a escardar, o a escardar cebollinos.

Despedirlo ásperamente, negándole lo que pide o solicita.

ESCARDILLO:

Lo ha dicho el escardillo.

Modo de apremiar a los niños a que confiesen lo que han hecho, suponiendo que ya lo sabe uno.

Tengo un escardillo que me dice lo que has hecho. — V. Lo ha dicho el escardillo.

ESCARMENAR:

Escarmenar a uno.

Castigarle por travieso, quitándole el dinero u otros objetos de que puede hacer mal uso. —Estafarle poco a poco.

ESCARMENTADO:

El escarmentado busca el vado, o bien conoce el vado. — V. De los escarmentados nacen, o salen, o se levantan, los avisados, o los arteros.

De los escarmentados nacen, o salen, o se levantan, los avisados, o los arteros.

Demuestra cuánto vale la experiencia de los daños y trabajos sufridos, para evitar en adelante las ocasiones peligrosas.

ESCARMIENTO:

A los escarmientos siguen los arrepentimientos. — V. De los escarmentados nacen, o salen, o se levantan, los avisados, o los arteros.

ESCARNIO:

No respondas en escarnio do te preguntan cordura.

Indica que se debe contestar siempre en el mismo tono con que se dirijan a uno.

ESCAROLA:

De escarola y agua bendita, cada uno toma lo que necesita.

De las cosas que abundan no se pone a nadie limitación en su consumo.

ESCASEZ:

Donde hay escasez no puede reinar la liberalidad.

El que no tiene para dar, no puede ser pródigo, aunque quiera.

ESCILA:

Encontrarse entre Escila y Caribdis.

Modo de explicar la situación del que no puede evitar un peligro sin caer en otro. — V. Se libró de Caribdis y cayo" en Scila.

ESCLAVO:

Ser uno un esclavo.

Trabajar mucho y estar siempre aplicado en cuidar de su casa y hacienda, o en cumplir con las obligaciones de su empleo.

ESCOBA:

Cuando nace la escoba, nace el asno que la roa, o roiga, o roya.

Da a entender que por muy pobre y muy feo que se sea, siempre se halla una persona de su igual con quien acomodarse. — V. Nunca falta un roto para un descosido.

Escoba desatada, persona desalmada.

Denota el trabajo que cuesta coordinar lo desordenado.

La primera, escoba; la segunda, señora.

Enseña que suelen, los que se casan dos veces, tratar mejor a la segunda esposa que a la primera.

ESCOBADA:

Dar una escobada.

Barrer sin esmero ni detenimiento.

ESCOBILLA:

Con escobilla el paño, y la seda con la mano.

A cada uno se le debe tratar conforme corresponde a su genio y educación.

ESCOBITA:

Escobita nueva, bien barre. — V. Cedacico, o cedacito, nuevo, tres días en estaca, segunda acepción.

¿Qué se ha de hacer, si la escobita no quiere barrer?

Cuando no queda otro recurso, hay que conformarse a la fuerza con lo que exigen las circunstancias.

ESCOGER:

A quien dan en qué escoger, le dan en qué entender.

Nota la dificultad en que se halla uno en atinar con aquello que le es más conveniente, cuando se ha de elegir por el propio conocimiento.

ESCOLAPIO:

Los escolapios reciben los niños al nacer, y los paúles se encargan de los hombres al morir.

Alude a la preferente ocupación de los individuos de esas Órdenes religiosas.

ESCOLARSE:

Escolarse uno.

Colarse, introducirse a escondidas en alguna parte sin permiso de nadie. — Resentirse o picarse de alguna chanza.

ESCOPETA:

Aquí te quiero ver, escopeta, o Aquí te quiero, escopeta.

Modo de dar a entender ser llegado el caso apurado de vencer una dificultad, o salir de un lance arduo que ya se temía.

No juegues con escopeta, ni tomes chocolate de a peseta.

Por lo comprometido que es lo primero y lo malsano de lo segundo.

No soy escopeta.

Exclamación familiar en que prorrumpe aquel de quien se exige en determinado acto más prontitud de la conveniente o posible, con alusión a la rapidez con que obedece el arma de fuego al dedo de quien la maneja. — Cervantes ha empleado en la parte I, cap. XVIII, de su Quijote la frase «y al tiempo que Sancho llegó a mirarle la boca, arrojó de si más recio que una escopeta cuanto dentro tenía»; en cuyo pasaje usó el adverbio recio, no en sentido de estruendoso, sino de pronta o repentinamente.

Ya voy, que no soy escopeta. — V. No soy ESCOPETA.

ESCOPETEARSE:

Escopetearse uno.

Dirigirse dos o más personas, alternativamente y a porfía, cumplimientos y lisonjas, o, por el contrario, insultos y desvergüenzas.

ESCORPIÓN:

Si el escorpión viera y la víbora oyera, no habría hombre que al campo saliera.

Por lo venenosos que son ambos animales.

Si te pica el escorpión, coge la pala y azadón. — V. Si te pica el alacrán, llama al cura y sacristán.

ESCORROZO:

¡Qué escorrozo, no tener qué comer y tomar mozo!

Manera de reprender irónicamente a los que se cargan de familia sin tener medios para sustentarla.

ESCOTE:

A escote no hay nada caro.

Cuando el gasto se hace entre muchos, a poco se puede tocar.

ESCOTILLÓN:

Desaparecer como por escotillón.

Dícese de la persona que deja de verse de repente, sin saber por dónde se ha ido ni haber dejado huellas de su marcha.

ESCRIBANO:

Apunte usted, señor escribano, con la pítima en la mano.

No debe bastar como comprobante el que se afirme algo ante notario, sino el que éste lo consigne por escrito.

El mejor escribano echa un borrón.

Da a entender que la flaqueza humana nos hace a lo mejor cometer alguna falta, por más cuidado que se tenga.

Por bueno o por malo, el escribano de tu mano.

Enseña cuánto contribuye para el buen éxito de un asunto tener de su parte al principal agente de él.

ESCRIBIR:

Así estaba escrito.

Esto es, así lo tenía dispuesto la Providencia. En escrito yaz esto; sepa des non vos miento. La mejor prueba de un aserto es el documento en que se funda su existencia.

Escribe antes que des, y recibe antes que escribas.

Recomienda las precauciones con que se ha de comerciar y tratar los negocios, para no exponerse a las pérdidas que ocasionan el descuido y la demasiada confianza.

Escribe en llegando. — V. La del humo.

Escribir tirado, o muy tirado.

Escribir deprisa.

Lo que escribí, escribí.

Expresa que no se piensa revocar la resolución tomada.

Lo escrito, escrito está. — V. Lo que ESCRIBÍ, ESCRIBÍ.

Lo que está escrito, se cumple.

Manifiesta que las órdenes se dan para que sean obedecidas.

No hay nada escrito sobre eso.

Modo con que se niega lo que otro da por cierto o asentado.

Todo escrito debe ser limado hasta diez veces antes de salir a luz.

Es precepto de Horacio en su Arte poética, con el que denota la necesidad de castigar una y otra vez el borrador de una obra antes que pase a ser del dominio público.

ESCRITOR:

Si no sirves para escritor, métete a redactor.

Da a entender que, salvo contadas honrosas excepciones, la inmensa mayoría de los redactores de papeles diarios, mayormente políticos, son el desecho de los escritores públicos.

ESCRITURA:

Donde no hay escritura no hay obligación.

Expresa que para que una cosa deba cumplirse, es preciso que medie una orden o un compromiso hecho legalmente.

Escritura es buena memoria.

Los documentos son la mejor prueba del derecho que se alegue tener a alguna cosa.

ESCRÚPULO:

Parecer un escrúpulo.

Aplícase a la persona o cosa sumamente pequeña, con alusión a la medida de peso antigua, usada especialmente en la farmacia, y que equivalía a 24 granos o 798 miligramos.

Escrúpulos de Marigargajo.

Los que son infundados, ridículos y extravagantes.

Escrúpulos de monja.

Los que son extremadamente nimios y pueriles.

Los escrúpulos de Halicarnaso.

Aquellos que trata de acallar una conciencia ancha, por prevalecer en ella la conveniencia propia sobre el cumplimiento del más estricto deber. — Es refrán limeño, y alude a un zapatero así llamado, el cual, si bien se negaba a hacer directamente el oficio de tercero, no tenía reparo en desempeñarlo cuando se presentaba la ocasión, verbigracia, de coser el zapato de una hembra que iba acompañada de su cuyo, haciendo pasar a la pareja al interior de la trastienda mientras se ocupaba él en la compostura de la prenda deteriorada.

Los escrúpulos son la tisis del alma.

Porque la van aniquilando insensiblemente después de haber perturbado el juicio, de donde resulta que acaba muriendo por consunción.

ESCUDERO:

A escudero pobre, rapaz adivino.

El que tiene pocos recursos, de cualquier cosa saca provecho.

Escudero pobre, taza de plata y olla de cobre.

Se aplica a aquellos que, a costa de privaciones, ostentan riquezas que no tienen.

Parecerse al escudero de Guadalajara: de lo que promete a la noche, no hay nada a la mañana.

Reprende a los volubles e inconstantes en sus palabras y acciones.

Tal escudero está en la frontera,y talle da en la mollera.

El que se encuentra lejos de su hacienda, no puede impedir fácilmente que ésta sufra algún perjuicio.

Escuderos de Hernán Daza, nueve debajo de una manta.

Critica a los hidalgos pobres que presumían de buena posición social.

ESCUDILLAR:

En el escudillar verás quién te quiere bien y quién te quiere mal.

Aquel que hace los beneficios y reparte los empleos, pronto descubre la mayor o menor afición y particular inclinación que demuestra a cada uno.

ESCUDO:

Ser el escudo de uno.

Ser su amparo, su defensa, su patrocinio, etc.

ESCUELA:

El que va a mear y no pee, es como el que va a la escuela y no lee.

Dícese, a modo de justificación, cuando al estar haciendo aquella natural función fisiológica, hallándose próxima otra persona, se escapa impensadamente alguna ventosidad.

Saber uno toda la escuela.

Saber todas las diferencias de un ejercicio gimnástico.

ESCUERZO:

Parecer una persona un escuerzo.

Ser muy flaca o de figura ruin. —Suele agregarse el calificativo de maligno.

ESCUPIR:

No escupir uno una cosa.

Ser aficionado a ella.

Escupirle a uno.

Hacer escarnio de él.

ESCURRIBANDA:

Tener escurribanda.

Desconcierto, flujo de vientre, cámaras. — Corrimiento o fluxión de un humor. — V. Dar una zurribanda.

ESCURRIDA:

Ser una persona muy escurrida.

Dícese de la que es muy estrecha de caderas.

ESCURRIDIZO:

Hacerse uno el escurridizo.

Escaparse, retirarse, escabullirse sua vemente.

ESCURRIDURAS:

Llegar a las escurriduras.

Llegar uno a lo último, a los desperdicios o residuos de una cosa.

ESE:

Echarle a uno una ese y un clavo, o Poner ese y clavo.

Cautivar con beneficios la voluntad de una persona. —Dícese por alusión al jeroglífico de la ese atravesada por un clavo, y que significa esclavo.

Ir uno haciendo eses.

Estar sumamente borracho; ir dando traspiés con pasos vacilantes y tortuosos.

Tener las cuatro eses de los enamorados.

Poseer las cualidades de sabio, solo, solicito y secreto.

ESENCIA:

Ser de esencia de una cosa.

Ser preciso, indispensable; ser condición inseparable de ella.

Ser una cosa la quinta esencia.

Ser lo más fino y depurado que cabe.

ESFERA:

Quien espera en la esfera muere en la rueda.

Aconseja que no debe el hombre poner su confianza en este mundo inconstante.

ESFUERZO:

Buen esfuerzo vence a la: mala ventura.

El que emplea todo su empeño en realizar algo, salva los obstáculos que a ello se opongan.

El esfuerzo es gloria; la confianza, vileza.

Siempre tiene mayor valor lo que depende de la propia voluntad que de la ajena.

ESGUINCE:

¿Qué es esguince? — Catorce borriquitos, y tú, quince.

Contestación que se da a una pregunta indiscreta o tonta.

ESGUÍZARO:

Ser un esguízaro.

Hombre muy pobre y desvalido.

ESO:

Ahí queda eso, o Allá va eso, con cascara y hueso.

Dícese cuando se abandona o se da una cosa o asunto que es comprometido o por lo menos molesto.

Para eso...

Denota el sentimiento o enojo que experimenta uno al ver que han sido de todo punto infructuosos los medios empleados para la consecución del fin propuesto, o que lo serían si se llegara a ponerlos en juego; v. gr.: Me dices que respetarás todas las correcciones que haga en tu escrito, y luego lo publicas sin hacer caso de ellas; para eso no hubiera tomado yo la pluma y perdido el tiempo. — Te doy esa limosna con el objeto de que cubras tus necesidades, y no para que lo gastes en la taberna; porque para eso, haz cuenta que no existo.

¿Qué es eso? — Patatas con queso.

Réplica a la curiosidad indiscreta.

¡Y eso que...!

Indicación con que se llama la atención de alguien, haciendo resaltar cierta oposición sobre lo anteriormente dicho; v. gr.: La criada vino a las once, ¡y eso que le dije que estuviera en casa a las ocho! — ¡Qué sucia está esta calle, y eso que no hace todavía un cuarto de liora que la han barrido!

Y para eso ...

Locución por medio de la cual se encarece lo difícil o desagradable que resulta la ejecución de una cosa después de otros inconvenientes anteriormente realizados; v. gr.: Tendrás que volver muchas veces y hacer no pocas antesalas, y para eso, Dios quiera que no te reciban al fin y al cabo con malos modos. — Tardé bastantes años en recuperar el libro que le había prestado, y para eso, me lo devolvió todo lleno de garabatos.

ESPADA:

Al espada, o matador, que no hace la cruz, se lo lleva el diablo.

Porque de no cruzar bien la espada con la muleta, se expone a marrar la estocada y ser cogido por el toro.

Entrar uno con espada en mano.

Esto es, empezar con violencia y rigor una cosa.

Espada, mujer y membrillo a toda ley, de Toledo.

Recomienda como superiores las tres cosas citadas originarias de la imperial ciudad.

Meterle a uno la espada hasta la guarnición, o hasta la empuñadura.

Apretarle, estrecharle con razones o causarle un vivo sentimiento.

Ni espada que fue rota, ni mujer que trota.

Indica que ninguna de estas dos cosas es recomendable.

Poner a alguno, o estar, o hallarse, entre la espada y la pared.

Ponerle en trance de tener que decidirse por una cosa o por otra, sin escapatoria ni medio alguno de eludir el conflicto.

Relucir como una espada, o como espada.

Ser una cosa muy pulida, tersa y brillante.

Pota una vez la espada, no queda bien soldada.

Indica que ciertas cosas, tales como la amistad, la confianza, etc., una vez. perdidas, aun cuando se reanuden o recuperen, ya no son tan firmes y verdaderas como lo fueron anteriormente.

Sacar la espada por una persona o cosa.

Salir a su defensa o interesarse en el buen éxito de un asunto.

Salir uno con su media espada.

Entremeterse en una conversación, interrumpiéndola con cosas impertinentes o disparatadas.

Ser como la espada de Bernardo, que ni pincha ni corta.

Aplícase a la persona que por cálculo o por temperamento carece de energía y resolución en las ocasiones que lo exigen, y también a las cosas que son de todo punto inútiles.

Ser un media espada.

Se dice de la persona que no es muy diestra en la profesión u oficio que ejerce.

Temblarle a alguna persona o cosa masque, o tanto como, a una espada desnuda.

Causar miedo o respeto, como ocurre cuando se ve dicha arma amenazando a uno.

Espadas son triunfos.

Dicho que evocan a su favor los que quieren resolver todas las graves cuestiones sociales o personales por medio de las armas o de la fuerza bruta.

Quedarse uno a espadas.

Llegar a no tener nada, o perder al juego todo lo que tenía. — Quedarse en blanco.

ESPALDA:

Relucirle a uno la espalda.

Ser un hombre rico o tener mucha dote una mujer.

Echar una cosa sobre las espaldas de uno.

Poner a su cargo algún negocio.

Echarse uno a las espaldas una cosa.

Olvidar voluntariamente, o abandonar, un cargo o negocio.

Echarse uno sobre las espaldas una cosa.

Hacerse responsable de ella.

Espaldas de molinero y tetas de panadera no se halla dondequiera.

Aplícase a las cosas raras o no comunes.

Estar de espaldas los ángeles de dos personas.

Estar éstas regañadas.

Guardar uno las espaldas.

Resguardarse o resguardar a otro, mirando por sí, o por él, para no ser ofendido.

Hablar por las espaldas.

Decir contra uno, en ausencia, lo que no se le diría cara a cara.

Hacer espaldas a uno.

Resguardarle, encubrirle o protegerle para que salga bien de un empeño o peligro.

Hacer espaldas a uno alguna cosa.

Dícese de todo aquello que subsana, resarce o compensa alguna contrariedad o quebranto.

Hacer uno espaldas.

Sufrir, aguantar pacientemente todo aquello que venga sobre uno. —Guardarlas para evitar una sorpresa.

Medirle a uno las espaldas.

Apalearle en ellas.

Mosquear a uno las espaldas.

Darle azotes en ellas por castigo.

No azotan a quien tiene espaldas.

La persona que tiene padrinos o valedores poderosos, no hay quien se atreva con ella.

Picar las, o en las, espaldas. — V. Picar la RETAGUARDIA.

Tener espaldas de molinero.

Dícese del que las ostenta anchas, abultadas y fuertes, como suele verificarse en los molineros, acostumbrados a cargar sobre ellas los sacos de grano y harina.

Tener uno las espaldas bien cubiertas, o guardadas, o seguras.

Tener valedores que le defiendan en caso de apuro, con lo cual puede obrar a mansalva.

Tener uno seguras las espaldas.

Vivir asegurado de que otro no le molestará.

Tirar, o tumbar, de espaldas a uno una cosa.

Causarle suma extrañeza, admiración, espanto, aversión, repugnancia, asco, etc., según las circunstancias, lo cual parece como que impulsa a retroceder precipitada y aturdidamente, sin volver la cara al objeto que causa semejante impresión, con grave riesgo de caer al suelo boca arriba.

Tornar, o volver, las espaldas.

Negarse a alguno. — Retirarse de su vista con desprecio.

ESPANTAJO:

Ser un espantajo.

Ser un ser despreciable.

ESPANTAR:

Al espantado, la sombra le espanta.

Se dice de aquel que ha padecido un trabajo o contratiempo y con cualquier motivo se asusta y teme no le vuelva a ocurrir cualquier percance.

Lo poco espanta y lo mucho amansa.

Por lo regular nos aterramos con la imagen de un mal pequeño, y después la Providencia nos da aliento para sufrir con resignación las grandes calamidades.

ESPAÑA:

En España, cosa aplazada, cosa perdida.

Como los españoles tienen fama (no diré si merecida o no) de apáticos, de ahí la creación de este adagio, que expresa bien a las claras que lo que un español deja para el día siguiente, puede asegurarse que no se verá hecho nunca.

En España, el que apaña, apaña. — V. Lo que está en España es de los españoles.

En España es herejía tener sentido común.

Dicho de D. Juan Eugenio Hartzenbusch, elevado ya al rango de refrán, por desgracia harto verdadero, y cuyo significado se explica suficientemente por sí mismo para necesitarse descender a enojosos comentarios.

En España hay dos Españas: una que paga y otra que cobra.

O séase, la de los tontos que se matan a trabajar, sin casi poder vivir, y la de los listos que viven sin trabajar.

En España, lo primero es no obedecer, y luego, determinar lo más conveniente.

Expresa bastante típicamente el carácter del pueblo hispano.

En España se mueren los niños en la cuna de puro envidia.

Manifiesta el carácter envidioso de los españoles. —Cada cosa en su punto: en España como en todas partes, hay envidiosos y no los hay; de modo que no vale especificar.

En España todo es mentira.

Juicio quizás exagerado de algún extranjero al tratar de las cosas españolas.

En España, todo lo que no habla es bueno.

Refrán inventado por algún hispanófobo para expresar que el país, en sí, es hermoso; pero sus habitantes no, motejándolos, de paso, de parlanchines y habladores.

En España todos servimos para todo.

Como dicen que los destinos se hacen para los hombres, y no los hombres para los destinos, queda explicada la frase.

España es el país de los empeños.

En todo tiempo han andado los españoles comprometidos en empresas que les han facilitado más fama que provecho.

España es el país di los viceversas.

Dicho empleado por Fray Gerundio (D. Modesto de Lafuente) para denotar que nuestra nación es el tipo de las contradicciones y anomalías.

Lo que está en España es de los españoles.

Dícese cuando alguna persona se apodera de una cosa, no subrepticiamente, sino a la vista de todos, aun cuando no le pertenezca.

No hay cosa mala en España, sino la que habla. — V. En España, todo lo que no habla es bueno.

—¿Quién vive? — España. — ¿Qué gente?

—No sernos gente, que vengo yo solo. Dicho atribuido a un aragonés, para motejarlos de brutos.

—¿Quién vive? — España. — ¿Qué gente?

—No son gentes, que son dominicanos. — V. Dominico, come mierda con el pico.

¡Quieta España!

Manera de indicar que no se mueva uno, o que deje correr con paciencia los acontecimientos.

ESPAÑOL:

Aquí yace un español que, estando bueno, quiso estar mejor.

Aplícase a los ambiciosos, que por el deseo de mejorar, se quedan peor de lo que estaban, perdiéndolo todo.

Cuando el español canta, o rabia o no tiene blanca.

Manifiesta el carácter alegre y despreocupado de los hijos de España, que desfogan su mal humor en la forma indicada por el refrán.

El españoleo, después de comer le entra frío.

Dícese cuando una persona se queja de frío en la circunstancia indicada. — Ignoro por qué ha de ser precisamente español, y no ruso o tártaro, el agraciado con semejante fenómeno.

El español valiente, después de comer, frío siente. — V. El es pañol fino, después de comer le entra frío.

Español, fuego; indio, agua: agua mata fuego.

Alude al carácter impetuoso de la generalidad de los españoles y al especial de los indios. — Es frase de origen americano.

Español que no se casa, a casa vuelve.

Indica lo apegados que son al terruño, particularmente los del interior de la Península.

La pregunta del español.

Hizo una corta ausencia de Madrid el conde de Bornos, y el día en que volvió, hallándolo casualmente el marqués de Povar, le dijo: «¿Qué es esto, Bornos, ya has venido?» «No, amigo; pero me estoy esperando de un momento a otro». — A interrogación tan sandia como corriente en nuestro suelo con motivo de encontrarse uno con una persona a quien se la suponía estar todavía ausente, se le da el nombre de la pregunta del español.

Todo español castizo lleva dentro de si un fraile y un curial.

El fraile, en cuanto a su costumbre de pedir y guardar para sí o para los suyos; y el curial, respecto de poner en juego todo linaje de marañas y subterfugios con el objeto de eludir el cumplimiento de la ley.

Un español a carta cabal no piensa más que en su misa y su doña Luisa.

Dicho con que se calificaba en lo antiguo a los españoles de exageradamente devotos y rendidamente enamorados.

A los españoles les vienen siempre cortos el tiempo y el dinero.

Los moteja de derrochadores de una y otra cosa.

Tres españoles, cuatro opiniones.

Alude a lo individualistas que son los habitantes de España, que cada cual sostiene un criterio diferente, y aun varios, acerca de cualquier cosa.

ESPARRAGAR:

¡Anda, o vete, a esparragar!

Expresión que se usa para despedir a uno con desprecio o enfado.

ESPÁRRAGO:

Estar, o quedar solo, como el espárrago.

Se dice de aquel que no tiene parientes ni amigos, o del que vive y anda solo.

¡Anda, o vele, a freír espárragos! — V. ¡Anda, o vete, a esparragar!

Hacerse alguna cosa más presto que se cuezan los espárragos.

«Son los espárragos, cozidos con sal, azeyte, y vinagre comidos, muy gratos al gusto, mas dan poco, y mal sustento. Dispiertan el apetito, tienen virtud de calentar, y de barrer, y limpiar los ríñones, y de mouer la orina, sufren muy breue cocimiento: por lo qual Druso siempre que quería significar averse de hazer alguna cosa en brevísimo tiempo, dezía: Haráse mas presto que se cuezan los espárragos: de adonde vino a quedar con autoridad de adagio». (Sorapán de Rieros, Medicina española contenida en proverbios vulgares de nuestra lengua. 1616).

Los espárragos en abril, para mi; en mayo, para mi amo, y en junio, para ninguno.

Enseña el tiempo en que están en mejores condiciones para ser comidos.

ESPARTILLO:

Coger a uno al espartillo.

Encontrarlo casualmente, y aprove charse de aquella ocasión para conversar con él.

ESPARTO:

Más seco que un esparto.

Aplícase a la persona por extremo delgada. — Igualmente se usa para demostrar que una cosa no está mojada.

ESPECIA:

Especia cocida, especia perdida.

Enseña que para que las especias no pierdan sus condiciones características, no deben someterse a la acción de la lumbre con los guisados de que formen parte.

ESPECIE:

Escapársele a uno una especie.

Decir inadvertidamente lo que no era del caso o se debía callar.

Soltar uno una especie.

Decir alguna proposición para reconocer y explorar el ánimo de los que le oyen.

ESPEJARSE:

Espejarse en uno.

Mirarse en uno. —Es frase anticuada.

ESPEJO:

Lo que te diga el espejo no te lo dirán en el concejo.

Indica que el espejo no miente ni adula, lo cual no sucede en la sociedad, pues, por educación, muchas verdades hay que callarlas.

Mirarse en uno como en un espejo.

Tenerle mucho amor y complacerse en sus gracias o en sus acciones.

Mirarse uno en el espejo de los burros.

Mirarse en el agua de un pilón, fuente, barreño, etc.

Mírate en ese espejo.

Es tanto como decir: sírvate de escarmiento ese ejemplo; aprende en cabeza ajena.

No hay mejor espejo que el amigo viejo.

Porque éste, valido de la confianza que da el tiempo, no adula ni engaña, sino que habla claro, aunque lo que diga no agrade al que lo escucha.

¡No te verás en ese espejo!

Modo de decir a uno que no logrará lo que desea o pretende.

¿Qué espejo hará la fuente do la vecera se mete?

La persona que es de malas costumbres, ya se comprende que no puede dar buen ejemplo.

ESPERA:

Soy Espera, tan antigua como cualquiera.

Leyenda de las armas de la villa de Espera, provincia de Cádiz, distante 15 leguas de su capital.

ESPERANZA:

Con la esperanza se vive.

Consuelo que se da a aquel que tarda en ver realizadas sus aspiraciones, exhortándole a que no desmaye en su confianza.

Dar esperanza, o esperanzas, a uno.

Darle a entender que puede estar confiado en alcanzar lo que solicita o desea.

Esperanza y esfuerzo vencen en toda lid. — V. Buen esfuerzo vence a la mala ventura.

La esperanza era verde, y se la comió un borrico.

Expresión usada por aquel que ha perdido la que tenía en la realización de una cosa.

La esperanza es fruta de necios.

Refrán muy verdadero si lo que se aguarda es un absurdo; no así si la consideramos como verdadera virtud teologal.

La esperanza es lo último que se pierde. — V. Mientras hay vida hay esperanza.

Llenar una cosa la esperanza, o las esperanzas, de uno.

Corresponder el éxito a lo que con fundamento se prometía uno que había de suceder.

Más vale buena esperanza que ruin posesión.

Indica que es más noble aguardar a poseer una cosa legítimamente, que conseguirla por medios ilícitos.

Alimentarse uno de esperanzas.

Lisonjearse con poco fundamento de conseguir lo que desea o pretende.

El que vive de esperanzas se expone a morir en ayunas.

Cuando pasa largo tiempo sin que se cumplan los deseos o propósitos que uno creía ver realizados, lo más prudente es abandonarlos y poner su mira en otro objetivo que ofrezca garantías de mejor éxito.

Quien vive de esperanzas muere de hambre. — V. El que vive de esperanzas se expone a morir en ayunas.

ESPERAR:

El que espera, desespera.

Manifiesta que la persona que vive en una esperanza incierta de lograr el fin de sus deseos, está siempre en una continua mortificación.

Quien no espera, no alcanza.

Modo de recomendar la virtud de la paciencia para lograr el fin deseado.

ESPERLINGA:

Sola Esperlinga no quiso lo que a toda Sicilia plugo.

Esperlinga, antigua villa de Sicilia, en el Valle de Mazzara, a 36 millas al Sudoeste de Cefalú, es la única población que dio asilo a los pobres franceses que pudieron librarse del degüello de las Vísperas Sicilianas. Semejante acción se consignó en la siguiente inscripción, que se grabó en el castillo: Quod Siculis placuit, solum Sperlinga negavil. —Al citar Zurita, en sus Anales de Aragón, el proverbio que promueve este artículo, explica el nombre de Esperlinga, como debe ser y acabamos de demostrar, por el de una población; pero muchos escritores italianos refieren indebidamente dicho nombre al de un personaje.

En esta ocasión, como en otras muchas, la gente de fuera sabe mucho más que la de casa.

ESPETAR:

Espetarle a uno alguna cosa.

Decirle de palabra o por escrito alguna inconveniencia, causándole sorpresa o molestia.

Espetarse uno.

Encajarse, asegurarse, afianzarse.

ESPIGA:

Quedar la espiga después de hecho el agosto.

Obtener una segunda utilidad en un negocio, después de haber sacado la primera y principal.

Quedarse uno a la espiga.

Quedarse a lo último para aprovecharse de los desperdicios de otros.

Muchas espigas nacen de un grano de cibera.

Enseña que aun de las cosas más pequeñas se obtiene gran rendimiento.

ESPIGÓN:

Ir uno con espigón, o Llevar uno espigón.

Retirarse picado o con resentimiento.

ESPINA:

Bien sabe la espina dónde hinca. — V. Saber uno dónde le aprieta el ZAPATO.

Darle a uno mala espina una cosa.

Hacerle entrar en recelo o cuidado.

Dejar la espina en el dedo.

No remediar enteramente el daño que se padece.

Estar en, o parecerse a, o poner a uno en, la espina de Santa Lucía.

Hallarse sumamente flaco y extenuado, hasta el punto de que parece está transparentándose o trasluciéndose la espina dorsal. —Así es como me explico yo esta locución, de uso frecuente en Andalucía, de donde hubo de tomarla Cervantes para su Quijote (parte I, capítulo III), como fundada en el juego de palabras.

La espina, cuando nace, lleva la punta delante.

Lo que causa algún daño se puede conocer a la simple vista casi siempre.

Poner mala espina. — V. Darle a uno mala espina una cosa.

Sacar la espina.

Desarraigar una cosa mala o perjudicial.

Sacarse uno la espina.

Desquitarse de una pérdida, especialmente en el juego.

Tener uno atravesado a alguien, o algo, como espina en boca de gato.

Tenerle aversión o repugnancia.

Estar uno en espinas.

Estar con cuidado o zozobra sobre algún asunto.

Hueles las espinas y desprecias las rosas.

Dícese de los que rechazan alguna cosa o negocio, al parecer demasiado bueno, por recelar que detrás se hallen ocultos los inconvenientes.

No saques espinas donde no hay espigas.

Aconseja no se trabaje donde no hay esperanza de sacar fruto.

Tener a uno en espinas.

Tenerlo con cuidado o zozobra.

ESPINAZO:

Doblar, o partir, a uno por el espinazo.

Causarle algún grave daño o perjuicio, ya sea física, ya moralmente.

Estar uno pegado al espinazo.

Hallarse sumamente flaca una persona o un irracional.

ESPINO:

El espino que ha de espinar, con espina nace.

Cada cosa, desde su origen, tiene ya las condiciones naturales para su desarrollo.

Estar uno en los espinos de Santa Lucia.

Hallarse en algún trance apurado.

ESPIRITAR:

Espiritarse uno.

Agitarse, conmoverse, irritarse.

ESPÍRITU:

Aunque se empeñe el Espíritu luo.

Modo de dar a entender la entereza y energía con que está uno resuelto a obrar, sin llegar a doblegarse por nadie ni por nada. — Es locución debida al eufemismo (o sea templanza o atenuación en las palabras), pues detrás de la cortina de ese Spiritu iuo latino, lo que existe en realidad es el nombre sagrado del Espíritu Santo, cuya injuria evitan los labios con semejante rodeo.

Beber uno el espíritu a otro. — V. Beber la DOCTRINA.

Cobrar uno espíritu.

Cobrar ánimo.

El espíritu, donde quiere, expira.

El alma se separa del cuerpo en el momento que menos se piensa.

Levantar uno el espíritu.

Cobrar ánimo y vigor para ejecutar alguna cosa.

Parecer uno el espíritu de la golosina.

Persona falta de nutrición o muy flaca y extenuada.

Ser pobre de espíritu.

Dícese del que mira con menosprecio los bienes y honores mundanos. — Apocado, corto de ánimo.

ESPITA:

Ser, o parecer, una espita.

Dícese de la persona borracha o que bebe mucho vino.

ESPOLADA:

Tomar una espolada de vino.

Tomar un trago de él.

ESPOLÓN:

Tener espolones.

Dícese familiarmente de las personas algo entradas en años, y en especial de las que, mediante tal circunstancia, tienen motivo sobrado para obrar con pleno conocimiento de causa y no dejarse engañar fácilmente.

ESPONJA:

Chupar como, o más que, una esponja.

Aplícase a aquellas personas que saquean constantemente a otra a fuerza de peticiones, por lo general de dinero. — Beber de una manera exagerada vino, licores, etc.

ESPONJARSE:

Esponjarse uno.

Hincharse, engreírse, envanecerse.

ESPOSA:

Debe ser la buena esposa, limpia, sana y hacendosa.

Recomienda que cuando se vaya a contraer matrimonio, se elija una mujer que reúna dichas cualidades.

La buena esposa la da Dios, y la mala mujer, la culpa.

Expresa que la compañera fiel es como una recompensa que Dios da al que obra rectamente, así como la mala parece un castigo de nuestras faltas.

ESPOSO:

A esposo necio, tratarle con más aprecio.

Porque harta desgracia tiene con ser tonto.

ESPUELA:

Echar la espuela.

Echar el último trago los que han bebido juntos en una taberna, venta, etc.

No todos los que llevan espuela tienen caballo.

Conviene no fiarse de apariencias.

Sentir uno la espuela.

Sentir el aviso o reprensión que se le hace.

Estar con las espuelas calzadas.

Estar dispuesto para emprender un viaje o un negocio.

Poner espuelas a uno.

Estimularle, incitarle para que emprenda o prosiga con más calor un intento. —En el segundo caso, esto es, en el de la prosecución, se suele decir: Añadir espuelas.

ESPUMA:

Crecer como espuma, o como la espuma.

Medrar rápidamente una persona. — Crecer a palmos.

Menos espuma y más chocolate. — V. Menos borla y más limosna.

ESPUMARAJO:

Echar uno espumarajos por la boca.

Estar muy irritado, descompuesto y colérico.

ESQUELETO:

Parecer un esqueleto.

Aplícase a la persona que está muy flaca y delgada.

ESQUILMAR:

Esquilmar a uno.

Sacarle poco a poco lo que tiene; empobrecerlo.

ESQUILÓN:

Tañe el esquilón, y duermen les tordos al son.

Se dice de los que han perdido el miedo a las reprensiones.

ESQUINA:

Estar de esquina dos o más personas.

Estar opuestas o desavenidas entre sí.

Darse contra, o por, las esquinas. — Véase Darse contra, o por, las paredes.

ESQUINAZO:

Dar esquinazo. — Véase Dar CANTONADA.

ESTACA:

Estar uno a la estaca.

Estar reducido a escasas facultades, a cortos medios o a poca libertad.

No quedar, o no dejar, estaca en pared.

Arrasarlo o destruirlo todo.

ESTACADA:

Dejar a uno en la estacada. — V. Dejar a uno en las astas, o en los cuernos, del toro.

Quedar uno en la estacada.

Ser vencido en una disputa o perderse en una empresa.

Quedar, o quedarse, uno en la estacada.

Morir, perecer en un campo de batalla, desafío, etc. — Salir mal de un negocio, sin esperanza de remedio.

ESTACIÓN:

Estación perezosa, nunca fue viciosa.

Indica que aunque el invierno sea largo, no por eso es perjudicial para las cosechas.

Andar, o correr, las estaciones.

Dar los pasos convenientes y hacer las diligencias que conducen a los negocios que uno tiene. — Ir de taberna en taberna bebiendo en todas ellas.

ESTADO:

Cada uno se mida con su estado. — V. No se debe estirar la pierna más allá de donde alcance la sábana.

Caer uno de su estado.

Perder parte del valimiento y conveniencia que tenía. — Caer en tierra sin impulso ajeno.

Estar una cosa en el estado de la inocencia.

No haberse adelantado nada en ella; hallarse en las mismas condiciones que al principio.

No hay más infeliz estado que el que de otro no es envidiado. — V. Más vale que nos tengan envidia que no lástima.

Con los estados se mudan las costumbres.

El cambio de posición, así como el paso de la soltería al matrimonio, obliga a hacer un género de vida distinto.

Estar una cosa siete estados debajo de tierra.

Modo de manifestar que una cosa está muy oculta o escondida. Meter, o sepultar, etc., a uno siete estados debajo de tierra.

Expresión hiperbólica con que se intenta meterle miedo a uno.

ESTALLIDO:

Estar para dar un estallido una cosa.

Modo de decir que se teme y espera suceda alguna cosa grave.

ESTAMPA:

Parecer la estampa de la golosina.

Ser sumamente delgado.

Parecer la estampa de la herejía.

Ser feo o ir vestido con mal gusto.

Ser la estampa de la miseria.

Dícese de las personas cuyo aspecto revela suciedad y carencia de medios de vida.

ESTAMPÍA:

Embestir, o partir, o salir, de estampía.

Repentinamente, sin preparación ni anuncio alguno.

ESTANCIA:

Venir de la estancia.

Modismo chileno equivalente a nuestro Parece que acaba de venir del pueblo. (Véase)

ESTANTIGUA:

Parecer, o ser, una estantigua.

Dícese de la persona muy alta y seca, y por lo regular mal vestida.

ESTATUA:

Más parado que una estatua.

Aplícase a la persona que es de naturaleza apática, o que se queda desconcertada, sin movimiento, a consecuencia de la sorpresa que le causa alguna noticia, la presencia de un ser extraño, etc.

ESTEPA:

La estepa tan bien arde verde como seca.

Las pasiones, aunque permanezcan mucho tiempo ocultas, cuando llega la ocasión, se desencadenan, aunque sea tarde.

Los de Estepa y los de Hardales, todos iguales.

Indica que en poblaciones de análoga importancia, suele ser parecido el modo de ser de sus naturales.

ESTERA:

Estar cargado de esteras.

Estar harto, cansado de sufrir.

ESTERAR:

Esterar uno.

Vestirse de invierno. — Se dice en son de burla, aplicándolo al que lo hace antes de tiempo.

ESTEVAN:

Con Estevan, tres.

Modo jocoso de decir con éste van tres, dando a entender que se han cumplido o verificado tres de aquellas cosas de que se está tratando.

ESTIÉRCOL:

El estiércol no es santo, pero hace milagros.

Refiérese, como es fácil comprender, a los beneficios que proporciona cuando se le emplea como abono, aun en los campos más estériles.

No hay mejor estiércol para la heredad que la huella de su dueño. — V. El ojo del amo engorda al caballo.

ESTILO:

El estilo es el hombre.

Lo mismo en Francia que en España, se le hace decir en esta ocasión a Buffon un desatino que nunca soñó cometer aquel ilustre naturalista. Lo que dijo en su notable discurso de recepción en la Academia Francesa, es que «las obras bien escritas serán las únicas que pasarán a la posteridad: la abundancia de conocimientos, la singularidad de los hechos, hasta la novedad de los descubrimientos, no son seguras garantías de la inmortalidad. Si las obras que los contienen no versan más que sobre asuntos pequeños, si están escritas sin gusto, sin nobleza y sin genio, perecerán, porque los conocimientos, los hechos y los descubrimientos se levantan fácilmente, se transportan y hasta ganan cuando son tratados por las manos más hábiles. Estas cosas están fuera del hombre: el estilo es del hombre. El estilo, pues, no puede ni elevarse, ni transportarse, ni alterarse». Como casi todos los textos suelen suprimir la preposición de, hácese decir a Buffon un absurdo, que ni aun metafóricamente puede admitirse.

El estilo es, pues, del hombre, es decir, pertenece al hombre, el cual lo crea, lo moldea a su gusto y le imprime su personalidad propia, como un sello que caracteriza al escritor.

No por un solo estilo somos cabrones los hombres en este mundo.

Dícese de los que sufren y aguantan todo género de incomodidades y molestias, sin que sea necesario que la ofensa sea inferida por la fragilidad de la mujer propia.

Quien muda estilo, hace libro.

Esto es, el que cambia de modo de ser, puede llegar a adquirir alguna originalidad.

ESTIRÓN:

Dar uno un estirón.

Crecer mucho en poco tiempo.

ESTOCADA:

Dar estocada por cornada.

Modo de expresar el daño que uno recibe en el mismo acto de inferírselo a otro.

Andar a estocadas con el lucero del alba.

Ser un bravucón o perdonavidas, capaz de meterse en cuestiones con cualquiera.

ESTOLA:

Aplicarle a alguien la estola del cura de Begijar.

Equivale a enterrarle. — Alude a lo siguiente. Dícese que varios matrimonios mal avenidos pretendían divorciarse, para lo cual acudieron al cura de este pueblo jiennense en demanda de su remedio.

Contestóles el prudente varón que era cosa fácil, y mandándoles arrodillar al pie del altar, comenzó a sacudir en la cabeza a los cónyuges con la estola, en la que previamente había colocado una más que mediana piedra.

Protestaron los aporreados, y al preguntar que hasta cuándo iba a durar aquello, les respondió el pater que hasta que uno de los dos cayera muerto, pues ya debían saber que el sacramento del Matrimonio sólo se disolvía con la muerte. Desde entonces no se volvió a oír mentar en el pueblo, ni por casualidad, la palabra divorcio.

ESTÓMAGO:

Abrazar el estómago una cosa.

Recibirla y conservarla bien.

El estómago del fraile tiene honores de avestruz.

Dícese así porque todo lo digiere.

Hacer buen, o mal, estómago una cosa.

Causar gusto o desagrado.

Hacer uno estómago a una cosa.

Resolverse a sufrir lo que pueda sobrevenir.

Ladrarle a uno el estómago.

Tener hambre.

No hay estómago que sea un palmo mayor que otro.

Indica que todos los seres son iguales.

No reiener uno nada en el estómago.

Ser fácil en revelar y decir lo que se le ha comunicado y confiado.

Pudrirse alguna cosa en el estómago.

Quedarse con ganas de decir algo, particularmente molesto para el que lo escuche.

Quedarle a uno algo en el estómago.

No decir todo lo que sabe o siente sobre un asunto o materia.

Ser de estómago.

Dícese de la persona constante y de espera. —Aplícase también a la persona poco delicada.

Tener uno buen estómago.

Aguantar los desaires e injurias que se le hacen sin darse por resentido.

Tener uno el estómago, o las tripas, como cañón de órgano.

Tenerlas llenas de aire; esto es, estar sin comer.

Tener estómago aventurero.

Aplícase a la persona que come ordinariamente en mesa ajena.

ESTOPA:

Estopa, cerilla y pez, tres.

Las cosas que tienen iguales condiciones se pueden emplear siempre para lograr el mismo resultado.

La estopa cabe el mancebo, llamóla fuego.

Advierte el riesgo que se corre con la demasiada familiaridad entre hombres y mujeres, particularmente si son jóvenes.

La estopa, como es hilada, y la moza, como es criada.

Indica que el buen resultado de las cosas depende de sus principios.

La estopa no está segura en burla con los tizones. — V. Quien quita la ocasión, quita el peligro.

Mala es de matar la estopa, de que arde.

Cuando se sabe que una cosa es difícil de remediar, es conveniente poner los medios para que no suceda.

Más vale estopa de marzo que cáñamo de abril.

Porque en marzo la estopa está más seca y arde mejor, y el cáñamo en abril no está en condiciones para utilizarlo.

Ni estopa con tizones, ni la mujer con varones.

Tanto la primera como la segunda son fáciles de incendiarse; evítese, por lo tanto, acercarlas a lo que pueda pegarles fuego.

No bastan estopas para tapar tantas bocas.

Es imposible poner coto a las murmuraciones y hablillas de las gentes.

Querer matar con estopas el fuego. — V. Echar leña al fuego.

Ser uno capaz de engullir, o tragarse, las estopas del óleo.

Ser muy comilón; y también, ser muy despreocupado en punto a calzarse con los intereses ajenos que se manejan o 24 con los objetos cuya custodia le está a uno encomendada.

ESTOPADA:

Si no fui avisada, tomé la estopada.

Da a entender que aquellos que no tienen habilidad para los ejercicios delicados, se aplican, por necesidad, a los ordinarios o groseros.

ESTOPEÑO:

Estopeño, o cañameño, cual me lo dieron, tal te lo vendo.

En dando uno lo que tiene o puede, ni se le debe exigir más ni está obligado a otra cosa.

ESTORBAR:

¿Estorbo, o me pongo en medio?

Modo de indicar la duda respecto al lugar más adecuado que le corresponde a uno cuando llega a una reunión.

ESTRADO:

Abdjanse los estrados y dlzanse los establos. — V. Abdjanse los adarves y dlzanse los muladares.

ESTRAFALARIO:

Ser uno un estrafalario.

Ser un extravagante en el modo de pensar o en sus acciones.

ESTRECHURA:

¡Qué estrechura, padre cura!

Expresión usada cuando se hace difícil pasar por un sitio angosto o permanecer en un paraje donde hay mucha gente apiñada.

ESTRELLA:

Campar uno con su estrella.

Ser feliz y afortunado.

Tener uno estrella. — V. Campar uno COn SU ESTRELLA.

Una estrella no hace sereno. — V. Una golondrina no hace verano.

Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados.

El mundo se compone de dichosos y de desdichados.

A quien cuenta las estrellas le salen verrugas en la cara. — V. Querer uno contar las ESTRELLAS.

Levantarse, o subir, sobre las estrellas.

Ensoberbecerse, irritarse.

Levantarse uno con estrellas, o con las estrellas.

Levantarse muy temprano; madrugar mucho.

Poner a una persona o cosa sobre las estrellas.

Exagerarla, ponderarla en demasía.

Querer uno contar las estrellas.

Querer hacer una cosa muy difícil o, mejor dicho, imposible.

Ver estrellas, o Ver las estrellas, o Ver estrellas a mediodía, o en medio del día.

Sentir un dolor vivo y agudo. — Dícese por la especie de lucecillas que parece que uno ve o por el deslumbramiento luminoso que experimenta en el acto de recibir un golpe fuerte e inesperado.

ESTRENA:

Hacer uno la estrena.

Ser el primero en hacer o comprar una cosa.

ESTREÑIDO:

No hay estreñido que no muera de cámaras.

La mezquindad suele ser causa de que al fin y al cabo se venga a gastar más de lo que se quisiera, por no haberse gastado antes y en tiempo oportuno lo indispensablemente necesario.

ESTRIBO:

Estar en el estribo.

Hallarse a punto de realizar una cosa.

Andar, o estar, uno sobre los estribos.

Obrar con advertencia y precaución.

Perder los estribos, o Perder los estribos de la paciencia.

Hablar u obrar fuera de razón. — Desbarrar.

ESTRICOTE:

Andar, o traer, al estricote.

Es decir, al retortero, a mal traer a una persona.

ESTROPAJOSO:

Ser un, o una cosa, estropajoso, o estropajosa.

Aplícase a la persona desaseada y andrajosa. — También se dice de las carnes y otros comestibles que no se pueden mascar con facilidad.

ESTRUJAR:

Estrujar una cosa.

Sacar de ella todo el partido posible; agotarla.

ESTUCHE:

Ser uno un estuche.

Poseer muchas habilidades. — Servir para todo.

ESTUDIANTE:

Preguntar por un estudiante prieto en Salamanca.

Pretender averiguar un imposible, como lo sería el hallar antiguamente en Salamanca un estudiante vestido de aquel color por solas estas señas, dado que el número de los que cursaban en las aulas de aquella célebre Universidad, una de las primeras de Europa, ascendió algún año a catorce mil.

ESTUDIANZA:

Por la estudianza, todo se alcanza.

Para saber, es preciso dedicar muchas horas al estudio.

ESTUDIAR:

El que no es para estudiar, apliqúese a arar.

Advierte que no se deben forzar las inclinaciones ni la disposición de las personas.

ESTUDIO:

El estudio, a los rudos hace sabios maestros. — V. Por la estudianza, todo se alcanza.

ETCÉTERA:

Andar como, o hecho, una etcétera.

Andar encorvado hacia adelante, a la manera de la giba que forma el signo llamado &.

Etcétera, Afartín Porra. Algunos añaden: quien no pueda andar, que corra.

Suele usarse para atajar la palabra al que es sumamente difuso y machacón en su relato.

Quedar como etcétera en Cuaresma.

Quedarse para lo último en una conversación, reparto, reunión, etc.

ETNA:

Estar hecho un Etna. — V. Estar hecho un horno.

EVA:

Si Eva sola pecó, y a ella sola se engañó, las otras, ¿qué culpa tienen?

Dícese a favor de las mujeres honestas y virtuosas.

EVANGELIO:

Decir, o hablar, uno el Evangelio.

Ser muy verdadero y cierto aquello que se dice.

EVIDENCIA:

Contra evidencia no hay ciencia.

Aunque los sabios afirmen alguna cosa, siempre daremos más crédito a lo que vemos con nuestros propios ojos que a lo que ellos digan.

Poner a uno en evidencia, o Ponerse uno en evidencia.

Colocarse en situación desairada.

EVITAR:

Más vale evitar que no retar.

La prudencia enseña que no es cobardía quitar los medios de reñir.

EX CÁTEDRA:

Hablar ex cátedra.

En tono magistral y decisivo.

EXCÉNTRICO:

Ser un excéntrico.

Dícese de la persona que es rara o extravagante.

EXCEPCIÓN:

Las excepciones prueban las reglas.

Por ser la contraria del axioma de que no hay regla sin excepción.

EXCOMULGAR:

Excomulgar a uno.

Tratarlo mal de palabra, o con rigor y enfado.

EXCUSADO:

Es hablar en lo excusado.

Indica que es tiempo perdido el que se emplea en tratar de un asunto que no tiene arreglo.

Eso es lo mismo que pensar en lo excusado.

Modo de expresar lo imposible o muy dificultoso de cualquier pretensión o intento.

Meterse uno en la renta del Excusado.

Meterse en lo que no le incumbe o importa.

EXCUSAR:

El que se excusa, se acusa. — V. Prevención sin tiempo, malicia arguye.

Hacer lo que no se excusa.

Hacer sus necesidades.

No hay excusa mas excusada que decir: ¡Quién tal pensara!

Porque supone poco talento el no precaver las cosas, concretándose a deplorarlas cuando han sucedido, siendo así que se hubieran podido evitar.

EXORDIO:

A exordio largo, narración corta.

Por regla general, cuando se emplean muchos preámbulos para decir o hacer una cosa, no suele tener ésta gran importancia.

EXPECTATIVA:

Estar en, o a la, expectativa.

Estar al cuidado de un asunto, de un negocio que se desea conseguir, esperando la oportunidad de lograrlo.

EXPEDIENTE:

Cubrir uno el expediente.

Dar apariencias de legal a lo que es ilícito. — Guardar las formas al realizar algo indebido.

EXPERIENCIA:

La experiencia es madre de la ciencia, o de las cosas, o La experiencia es madre de la ciencia, y rara vez se halla en los mozos.

Sin el uso, difícilmente se alcanza el verdadero y perfecto conocimiento práctico de lo que se aprende y estudia.

La experiencia y el tiempo son maestros de todas las cosas.

No hay nada que enseñe tanto como los años y la vida.

EXPLICADERAS:

Tener uno buenas explicaderas.

Manera de darse a entender bien claramente, sin ambages ni rodeos.

EXPONER:

Estar expuesta como muñeca en escaparate.

Dícese de la joven que no falta a ninguna concurrencia pública, constantemente engalanada, como quien anda en solicitud de novio.

EXTENDERSE:

Extenderse uno.

Ponerse muy hinchado y entonado, afectando señorío y poder.

EXTRANJÍA:

Ser una cosa de extranjía, o de extranjís.

Ser extraña, inesperada.

EXTREMADURA:

En Extremadura, los carrascos dan jamones, y las encinas, salchichones.

Alude a que la principal alimentación del ganado de cerda en la región extremeña es la bellota.

EXTREMEÑO:

Sea extremeño, y mas que sea leño.

Alaba todo lo referente al reino de Extremadura: suelo, clima, producciones, hasta la leña que se emplea para quemar, pues es de encina.

EXTREMO:

No hay extremo sin su medio.

Todas las cosas tienen que ir por sus pasos contados para llegar al límite.

Pasar de un extremo inmediatamente a otro, es desorden.

Recomienda que los cambios se verifiquen serena y paulatinamente.

Todo extremo es vicioso, o Todos los extremos son viciosos.

Satiriza las exageraciones en todos los órdenes de la vida.

Entre los extremos de cobarde y de temerario está el medio de la valentía. — V. En un término medio consiste la virtud.

Los extremos del placer suelen ser los principios del pesar.

Cuando se ha llegado al límite de ciertos goces, por lo general se empieza a sufrir.

Los extremos se tocan.

Dos supuestos de índole diversa o contraria se hallan a veces entre sí más próximos de lo que parece, o llegan hasta a confundirse en sus efectos; v. gr.: el abandono y el celo exagerados; la infancia y la decrepitud; la dieta rigurosa prolongada y el hartazgo excesivo, etc.

Los extremos siempre son viciosos.

No se deben exagerar las cosas, sino dejarlas en un justo medio.

FABIO:

Déjate, Fabio, servir.

Cuando le dispensan a uno honores, favores u obsequios, lo mejor que se puede hacer es no rehusarlos, sino recibirlos placenteramente.

¿Entiendes, Fabio, lo que voy diciendo? — ¡Y cómo si lo entiendo! — Mientes, Fabio, que yo soy quien lo digo, y no lo entiendo.

Frase debida al ingenio de Lope de Vega, con la que se da a entender lo intrincado de algún pensamiento, por lo cual se substrae a la comprensión de todo el mundo, así del que lo expone como de quien lo escucha.

FÁBULA:

Ser alguno, o estar hecho, la fábula de las gentes.

Ser el ludibrio de todo el mundo.

FÁCIL:

Más fácil cosa es ganar, que conservar lo ganado.

Aplícase, además de a los intereses materiales, al estudio, como lo hizo el licenciado Juan de Robles en su Culto sevillano, diálogo 3. 0, pág. 56.

Más fácil es agotar el mar, que a la razón al necio sujetar.

Da a entender que todo cuanto hagamos por convencer a los tontos es tiempo perdido.

Más fácil es el deshacer que el hacer.

Como que lo primero no requiere ciencia ni talento, y lo segundo, sí.

No hay cosa más fácil que engañar a un hombre de bien.

Porque como éste procede siempre de buena fe, cree que los demás obran lo mismo.

No hay cosa tan fácil que no resulte, o que no se haga difícil, si se hace de mala gana.

Las labores más pesadas, hechas con gusto y entusiasmo, son hasta agradables; la recíproca es evidente.

FACILIDAD:

Con facilidad se piensa y se acomete una empresa, pero con dijicultad las más veces se sale de ella. — V. Una cosa es predicar, y otra dar trigo.

Hacer algo con más facilidad que beber una taza de vino.

No costar trabajo la realización de alguna cosa.

FACHA:

Por la facha y por el traje se conoce al personaje.

El gusto en el vestir y la manera de llevar la ropa dicen desde luego la calidad de la persona que la usa.

FACHADA:

Tener fachada de casa grande.

Dícese de aquellas personas que poseen arrogante presencia. — Suele emplearse irónicamente por aquellos que, poseyendo la cualidad anteriormente indicada, son en su interior unos infelices, ya material, ya moralmente.

FACHENDA:

Echarla de fachenda.

Darse tono; echarla de buche.

FAENA:

La faena de la trilla ocupa al de la aldea y al de la villa.

Operación que se verifica en el mes de julio, y que preocupa a todos los labradores, ya sean de pequeña, ya de grande escala.

FAJA:

Si hay faja en el Guadiana, agua habrá por la mañana.

La aparición de una zona nebulosa sobre este río al anochecer, indica que al día siguiente lloverá.

FAJINA:

Meter fajina.

Hablar mucho inútilmente, metiendo bulla y mezclando cosas impertinentes.

FALDA:

A falda blanca, ribete encarnado.

Indica que todo aquello que se come fiambre o sin guisar, debe ser rociado con vino.

Aunque me cortaron las faldas, largas me quedaron las mangas.

«Cuentan haberlo dicho un señor que le habían quitado un pedazo de su hacienda, siendo ella toda mucha». (Covarrubias).

De faldas o de mangas. — V. De haldas o de mangas.

¡Faldas!... Mal con ellas, y peor sin ellas.

Da a entender que por muy mal que nos vaya con las mujeres, tenemos que confesar que nos son indispensables.

Faldas quitan barbas.

Expresa que la influencia de las mujeres es superior a la de los hombres.

Afds consiguen faldas que plumas ni espadas.

Manifiesta la influencia que tienen las mujeres.

Mucho pueden faldas cruzando antesalas. — V. Más consiguen faldas que plumas ni espadas.

Poner faldas, o haldas, en cinta.

Dícese de aquel que se prepara a acometer una empresa con desahogo, resolución y energía, como hacen las mujeres cuando van a desempeñar alguna faena ruda, que se suben un poco las faldas, asegurándolas a la cintura, para no enredarse los pies en ellas y caer al suelo.

Todo el que, o persona que, gasta faldas, no tiene espaldas.

Dícese particularmente de las señoras, para disculpar el que no se coloquen o sienten de cara a nosotros.

FALSA:

Guárdate de falsa vieja y de risa de mal vecino.

Porque las dos son traidoras, aunque parece que halagan.

FALSO:

De falso en falso.

Falsamente o con intención contraria a la que se quiere dar a entender. — Es frase muy usada en los juegos de envite, cuando el que tiene poco juego envida para que se engañe el contrario.

Falso por natura, cabello negro y la barba rubia.

Recomienda que se desconfíe de los que tienen esa cualidad, aunque ignoro con qué fundamento.

FALTA:

A falta de hombres buenos, a mi padre hicieron alcalde.

Se suele decir cuando se da un empleo a persona poco inteligente o menos digna, por no haber para tal empleo otra más a propósito.

A falta de pan, buenas son tortas.

Significa que el que no tiene nada, cuando logra alguna cosa debe consolarse y estar contento.

Caer uno en falta.

No cumplir con lo que debe.

Dar uno quince y falta a otro.

Excederle mucho en cualquier habilidad o mérito. — Se dice con alusión al juego de la pelota.

Hacer falta una cosa.

Ser precisa para algún fin.

Hacer uno falta.

No estar pronto al tiempo que debía.

Hacerle a uno falta una persona o cosa.

Carecer de una u otra.

Saca tu falta a la calle y la encontrarás mayor.

Dícese a modo de consuelo a la persona que se queja de ser desgraciada, haciéndole comprender que nunca falta quien lo sea aún más.

Las faltas de los curas son como los estragos de los ratones.

Esto es, que así como cuando un ratón sólo causa un perjuicio se dice, en plural, los ratones han hecho este daño, de igual manera, cuando un eclesiástico ha cometido algún desmán, todo el clero es criminal; una de tantas especies como existen de argumentación viciosa, aquella que convierte en proposición general la que por su carácter es exclusivamente particular.

Más faltas tiene una pelota.

Modo de justificar a aquel de quien se dice que tiene muchos defectos.

Sacar faltas.

Satirizar a una persona enumerando los defectos que tiene, o que uno cree encontrarle.

Tener más faltas que el caballo de Gonela, o que un juego de pelota.

Pondera las imperfecciones de una persona o cosa. — De aquél se dice que todo se volvía huesos y pellejo.

FALTAR:

De esto nunca me falte.

Exclamación empleada cuando se ve una cosa que le agrada a uno mucho o posee algo que es indispensable; por ejemplo: el pan, el dinero, etc.

FALTRIQUERA:

Así se abre, así se cierra y así se guarda en la faltriquera.

Dícese del que no es dadivoso, y especialmente del que, al enseñar un objeto a otro y ser elogiado por éste, no usa la galantería de ponerlo a su disposición, aunque sea por cumplido.

Se atribuye este dicho a un caballero español que, habiendo sacado una magnífica tabaquera delante de un personaje extranjero, y haciendo éste grandes elogios de tal alhaja, aquél se la ofreció por pura cortesía. Como quiera que el extranjero tomara la oferta al pie de la letra, y nuestro compatricio no estuviera por el gusto de desprenderse tan tontamente de su joya, al ver que pasaba tiempo y el otro no daba indicios de devolvérsela, apeló a la estratagema de decir que tenía la caja cierto resorte secreto para abrirla y cerrarla, y en su consecuencia, que se sirviese sacarla para enseñarle en qué consistía aquel secreto. Sacóla, en efecto, el guardador; tomóla el poseedor, y abriéndola sencillamente, como cualquier otra caja, cerrándola luego y metiéndola, por último, en su bolsillo, acompañó dichas tres acciones con las palabras consabidas, que quedaron después en proverbio para los efectos indicados. De aquí se deduce que con cierta clase de personas es expuesto el poner en práctica cumplimientos y galanterías de semejante índole.

De faltriquera, ni tinto, ni blanco, ni de ninguna manera; de mogollón, tinto y blanco lo bebo yo.

Aplícase a aquellos que dicen que no les gustan ciertas cosas cuando tienen que pagárselas; pero cuando se las regalan o pagan otros, entonces les gustan sobremanera. Hay muchas personas que dicen que han dejado de fumar, pero cuando se les ofrece un cigarro, no lo desprecian. Cuestión de economía.

No echarse, o meterse, nada en la faltriquera.

Suele decirse a aquel a quien se le da un consejo que no es de su agrado, para significarle que lo hace uno movido por interés suyo exclusivamente y no por miras particulares.

Rascar, o rascarse, uno la faltriquera.

Sacar el dinero de su bolsillo. —Suele añadirse: pelo arriba.

Tener uno a otro en la faltriquera.

Contar con él con entera seguridad. — Dominarle hasta el punto de no podernos negar nada.

FALLO:

Echar el fallo.

Juzgar decisivamente acerca de una persona o cosa. — Desahuciar el médico al enfermo.

FAMA:

A quien mala fama tien, no acompañes ni quieras bien.

Tratar a personas que están en entredicho por la opinión pública, es tanto como hacernos solidarios de sus actos y exponernos, por tanto, a ser juzgados con la misma severidad que a ellas.

Buena fama, hurto encubre.

Aconseja que se procure adquirir buena opinión, porque con ella se puede disimular mejor un defecto, si lo hay.

Cobra buena fama y échate a dormir.

Da a entender que el que una vez adquiere buena fama, con poco trabajo la conserva. — Algunos añaden: cóbrala mala y échate a morir.

Correr fama.

Divulgarse y esparcirse una noticia.

Dar fama.

Acreditar a uno; darle a conocer.

Echar fama.

Publicar, echar voz de una cosa.

La buena fama es un segundo patrimonio.

Porque todo el mundo respeta y quiere a quien goza de ella.

La fama pocas veces miente.

Los juicios que el vulgo emite, cuando son unánimes, suelen ser verdaderos.

Más vale buena fama que cama dorada.

Vale más un buen nombre que todas las riquezas, cuando se goza del aprecio público.

No es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.

La del primero causa respeto y temor, pero la del segundo junta el cariño al respeto.

Quien ofrece y no da, mala fama tendrá.

Porque se le juzga como persona informal y poco seria.

Si quieres buena fama, no te dé el sol en la cama.

Contra los perezosos y dormilones.

Tal vez la buena fama se engendra de la mala mentira.

En ocasiones, el buen nombre de una persona nace de un hecho falso. Unos tienen la fama_y otros cardan la lana. Advierte que muchas veces se atribuye a uno lo que otro hizo. Úsase frecuentemente en sentido irónico.

FAMILIA:

Diccionario de refranes, adagios, proverbios […] de la lengua castellana
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