Leñadores, albañiles, guardias, áscaris, luchadores, hijos agrestes de la zona sotádica.

Hojeo el álbum de vuestras instantáneas difuminadas, marchitas.

Vivís aún, confinados como yo a una vejez ingrata, al calor de vuestra tierra, hogar y familia?

(olvidada la connivencia furtiva de hoteluchos y alhamas)

o habéis sido barridos de un soplo, con vuestro coriáceo vigor y apetito de vida?

(hierbas de savia pujante se alimentan de ellos? o es su descomposición vacua e improductiva?)

Si evoco vuestra magnanimidad y la inmediatez compartida no lo hago por vanagloria ni nostalgia senil.

Sostengo

(contra toda evidencia)

la resurrección.

Hay una promesa de ebriedad más allá de la apariencia efímera.

(Quod resurrectio futura non debet concedí a philosopho,

quia impossibilium est eam investigan per rationem)