En realidad y en sueño
o recreándolo aún con mi letra menuda.
Cristal de roca, cristalización rocosa, refracción, impenetrabilidad.
Torso vasto y combado, recia trabazón muscular de imbricada dureza,
cráneo macizo, rostro curtido y áspero, mancuernado bigote de guías enhiestas
(manillar o enroscado látigo)
marcas, cicatrices escuetas de membrudo jayán aguerrido en las luchas.
Investido de la entereza y majestad de tu cetro
(maza gruesa, labiada, cuyo extremado fervor ignora el descaecimiento)
oficias enjaezado silente liturgia de comunión
(ídolo, semental, guardián altanero).
Dador, conminatorio el gesto
(la muñequera de cuero claveteado realza si cabe tu autoridad indiscutida)
contemplas de arriba al adorador
(distanciado o ajeno al placer que dispensas tras la inescrutable opacidad de las gafas oscuras)
al ser humildemente postrado, absorto en sus ejercicios de devoción.
Cómo frenar la huida del tiempo?
Vértigo de la inmovilidad
acatado rigor
consumación del rito.
A la espera de la densa, sincopada virtud
baño lustral u hontanar de tu desdén vertido.
(Auto sacramental)