7
VIGILANDO A BARANDIARAN
(OCTUBRE DE 2007)
Raúl Centeno y Fernando Trapero están de nuevo en Francia. El éxito de Cahors está reciente y la pareja de agentes ha viajado junto a su unidad a Capbreton para participar en una operación de vigilancia a José Antonio Barandiaran Ezama, ex alcalde de la ciudad guipuzcoana de Andoain (16 000 habitantes). Barandiaran no sabe que está siendo controlado y monitorizado por la Benemérita. Desde el verano de 2007 se ha convertido en una prioridad para las Fuerzas de Seguridad del Estado, sobre todo para el CNI. En su época como primer edil, su segunda en el Ayuntamiento era Ainhoa Ozaeta Mendicute, quien ahora formaba parte del aparato político de ETA como mano derecha de “Thierry”. De hecho, Ozaeta había sido la mujer que leyó encapuchada el anuncio de la tregua en un vídeo difundido en marzo de 2006.
Durante la legislatura en la que Barandiaran y Ozaeta gobernaron juntos Andoain fueron asesinados en esa localidad el colaborador del diario El Mundo y uno de los fundadores del Foro Ermua, José Luis López de Lacalle (el 7 de mayo de 2000), y el jefe de la Guardia Municipal del municipio, el militante socialista y miembro de Basta Ya, Joseba Pagazaurtundua (8 de febrero de 2003). Barandiaran sería condenado después a siete años de inhabilitación por comprar con fondos públicos (2055 euros) un ordenador para el ex jefe del aparato logístico de ETA Asier Oiarzabal Txapartegi, alias “Baltza”, encarcelado en Francia desde el año 2001. Lo hizo cuatro días antes de perder la alcaldía a manos socialistas. Ozaeta y Barandiaran formaban una pareja temible: ella era la voz cantante y no dudaba en gritar y amedrentar en los Plenos municipales. Cuando fue arrestada en 2008 su padre protagonizó un incidente parecido en el Pleno del Consistorio, acusando a los concejales del PNV de su falta de apoyo en una declaración de condena por la detención de su hija. Barandiaran, sin embargo, era más comedido y prudente, sin una palabra malsonante de más, pero dejando hacer a ETA y a su entorno.
Titulada en gestión de empresas, Ozaeta ya había coincidido en la Cámara vasca como parlamentaria con “Josu Ternera”, quien la fichó para reforzar el frente político encargado de negociar el proceso de paz con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Pasó a la clandestinidad entre finales de 2005 y principios de 2006 para trabajar entre bastidores, en compañía del hijo de “Ternera”, en los preparativos que propiciaron la declaración de alto el fuego.
Una cita con Barandiaran
Ahora, en octubre de 2007, la Jefatura Política de ETA quiere encargarle a Barandiaran un doble cometido: primero, intentar poner orden en el entramado político y social de la izquierda abertzale, que empezaba ya a cuestionar las directrices de ETA; y segundo, que fuera uno de sus intermediarios para reestablecer los contactos con el Gobierno socialista. De hecho, Barandiaran era desde hacía tiempo quien informaba al aparato político de ETA de lo hablado en las reuniones informales que mantenían Arnaldo Otegi, líder de Batasuna, y el presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren.
Barandiaran es una bala en la recámara de ETA. “Thierry” necesitaba recurrir a él porque el hombre que habían elegido para controlar a Batasuna, Unai Fano Aldasoro, un joven de 29 años, estaba ya “quemado”. A principios de 2007 Fano había protagonizado una pintoresca rueda de prensa en donde pudo demostrar que estaba siendo vigilado por las Fuerzas de Seguridad, enseñando incluso la baliza de seguimiento que había encontrado en su coche (ver Otros protagonistas de la historia). Por esa razón Ozaeta retomó los contactos con Barandiaran en septiembre de 2007, primero en una localidad cercana a Burdeos, y ahora en Capbreton. Ozaeta no era nada discreta en sus citas y además era siempre muy fácil de identificar: bajita, con sus gafas de botella y un pelo rizado a lo afro. «Ya te darás cuenta quién soy yo, la chica de rizos que estuvo en el ayuntamiento contigo […] quiero estar contigo porque tengo algo que comunicarte», fue la nota que dejó Ozaeta a su antiguo jefe en el buzón de su casa en abril de 2007. Barandiaran, por su parte, guardaba en su coche los tickets de los peajes de sus viajes a Francia, un descuido que le delataría.
El objetivo del equipo de los agentes Trapero y Centeno era controlar esas reuniones. Se les podría haber detenido, era lo fácil, pero los servicios de información de la Guardia Civil decidieron “trabajar” a Barandiaran y Ozaeta a la espera de que esta última llevara a otros peces gordos de la banda terrorista. La paciencia dio sus resultados y Barandiaran y Ozaeta fueron detenidos en mayo de 2008 junto a “Thierry”, Igor Suberbiola y Jon Salaberria, toda la cúpula política de ETA (ver La guerra civil en ETA). «Ser ambiciosos es lo que nos ha llevado a tener éxito en la lucha contra ETA», sentencia un alto mando de la Guardia Civil.