Agradecimientos

Esta novela no habría sido la misma sin el consejo de algunos amigos que han ido leyendo el manuscrito en sus diferentes versiones: Simón de Santiago, Coral Cruz, Mónica Martín, Eduardo Román, Silvia Elices y Nieves, mi mujer. A todos ellos, por su generosidad y lucidez, les debo mi más sincero agradecimiento.