Capítulo 15

 

Fue una larga madrugada, muy tensa y agotadora, en la cual Sasha había permanecido gran parte de ella frente al monitor, tecleando y realizando anotaciones ante la mirada muy atenta de Dimitri. Habían dormitado a ratos, cuando el cuerpo no respondía más, sin embargo, el hombre se encargaba de re-energizar el ambiente con gritos o amenazas. Por fin después de un gesto de cansancio y un gran bostezo, miró el reloj que marcaba las 11:30 a.m., tomó una hoja de papel, un bolígrafo y escribió una sola línea, posteriormente se dirigió a Dimitri, al tiempo que le entregó lo que acababa de escribir. En la hoja se leía el texto: 33° 22´ 10” N, 117° 33´ 20” O.

—33 grados, 22 minutos, 10 segundos latitud norte… y… 117 grados, 33 minutos, 20 segundos longitud oeste. ¡¡¡Perfecto!!!... —dijo Dimitri satisfecho y con una sonrisa dibujada en su rostro.

—“San Onofre” —pronunció Sasha quien seguía frente al monitor de la computadora mirando un mapa satelital del Suroeste de los Estados Unidos, y repitió lo que ya le había dicho hace unos minutos—. La planta nuclear de “San Onofre”, localizada muy cerca de San Clemente al norte de San Diego y construida junto al mar; si esta planta explotara afectaría directamente a ciudades como San Diego, Anaheim y Los Ángeles California, incluso a la ciudad de Tijuana en el país vecino, México, pues todas ellas están en un radio apenas de ciento veinte kilómetros… podríamos estar hablando, como te dije, de alrededor de veinte millones de personas… ¿Satisfecho?

—Por supuesto, claro que sí lo estoy. —dijo acariciando su barbilla y con una mirada que dejaba ver sus malignas intenciones.

—Muy bien, ahora… ¿Qué más información deseas?

— ¿Qué hace vulnerable a esa central nuclear?

—Como sabes Dimitri, en esa zona del mundo existe una gran falla geológica causante de innumerables terremotos, la que llaman “Falla de San Andrés”. Tenemos reportes de la inteligencia rusa de que se acaba de descubrir otra falla secundaria a la de San Andrés, muuuuy cercana a la planta nuclear, a tan sólo unos pocos cientos de metros, localizada en el subsuelo marino.

— ¿El gobierno estadounidense conoce esta información?

—Por supuesto que sí, incluso le llaman “Falla línea de costa” pero no lo han hecho oficial obviamente, sabedores de que si se hiciera público esta información, crearía el pánico en la población; pues tiene una magnitud probable de 6.5 o 7 grados en la escala de Richter, y la planta fue diseñada apenas para soportar un sismo de 7.0 grados, o sea está en límite de diseño.

—Perfecto, ¿cuánto tiempo tiene de existencia esta planta?

—Es muy vieja —respondió Sasha poniéndose de pie para alejarse de la computadora y continuar con su explicación—, lo que la hace más vulnerable aún, comenzó a operar en los años sesentas. La más insegura dentro de territorio de los Estados Unidos. Ahora dime, ¿qué piensan hacer? Con esta información que te di por fin me podrás decir, ¿cómo piensan atacarla para hacerla estallar?, no es de ninguna manera sencilla la labor. Está muy bien cuidada como todas las centrales nucleares. El acceso es restringido, además…

—Provocaremos un sismo —interrumpió Dimitri levantando la voz—. Así de simple.

— ¿Un sismo?, mmm… ¿Y cómo le harán?

—Es nuestro problema, pero te aseguro que podremos hacerlo en cuestión de minutos.

— ¿Ahh sí?… ¿podrán?, ¿quiénes y cómo? —preguntó una insistente Sasha con disimulo y desafío.

—No te hagas la inocente cariño mío, tenemos la tecnología para poder provocar movimientos telúricos, tú mejor que nadie lo sabe, el SURA tiene la capacidad de provocar cambios climáticos y movimientos sísmicos…

—Eso es falso, son simples rumores de los aficionados a las conspiraciones…

—Yaaa… yaaa… Sasha, recuerda que tu padre nos ayudó a dirigir la construcción de un complejo similar al SURA y al HAARP, para eso lo contratamos, y ya probamos su poder como ya te había dicho provocando un gran desastre en Nueva Orleans, ¿recuerdas?

— ¿Dónde lo construyeron?, dime… Te exijo que me digas.

— ¿Exigir?, ja, ja, ja… pero que cínica eres, ¿exigir?, vaya, qué atrevimiento el tuyo…

Una vez más se escuchó un zumbido, el abejorro que desde el día anterior había estado inquieto se desplazaba de un lado a otro colocándose en distintos rincones de la habitación.

—Ya me enfadó ese maldito animal —masculló entre dientes y frunciendo el ceño el enojado hombre.

—Ignoras algo Dimitri, suponiendo que puedan provocar un sismo en la falla geológica de la que ya te hablé, las centrales nucleares están diseñadas precisamente para que en caso de que algún sismo las sacuda, inmediatamente sus reactores nucleares se apaguen automáticamente, así que… lo siento, su plan fallaría…

—¡¡Estúpida!! No me gusta tu sarcasmo.

—Te propongo un trato —dijo Sasha mirando de reojo al abejorro una vez más con disimulo—. Si tú me respondes ¿para quién trabajas?, ¿quiénes son?, y ¿qué pretenden?, te diré cómo podrías hacer estallar esa central nuclear, además... quizá podríamos ser, como bien deseas “amigos”… —en ese instante desabrochó el botón superior de su blusa, acariciando provocativamente la parte superior de su pecho, ante la mirada atenta del complacido hombre.

Inmediatamente Dimitri se acercó a ella para oler su cuello con cierto grado de lujuria, y le susurró al oído:

—Eres una mujer inteligente, así me gusta… que cooperes…

— ¿Aceptas? —preguntó ella dándole la espalda y retirándose unos cuantos pasos de él, con un caminar coqueto y sensual, los movimientos de cadera habían sido exagerados. Su figura se notaba apetecible para él, quien por un momento imaginó ese cuerpo desnudo. Sin embargo el cambio repentino de actitud de ella lo llenó de desconfianza.

—No soy tonto Sasha, no juegues conmigo.

—No estoy jugando Dimitri, estoy hablando en serio, es más… te demostraré que estoy de tu lado. Escucha con atención. Si quieres hacer estallar la central nuclear de “San Onofre”, aparte de provocar el sismo, deberás impedir que los reactores se enfríen.

—Dime ya, ¡me tienes impaciente!

—Las centrales nucleares se construyen muy cerca de grandes cuerpos de agua, como lo es un gran lago, o el mismo mar, ¿para qué?, como ya te dije, en caso de que ocurra un sismo, los reactores nucleares están diseñados para apagarse de inmediato; sin embargo, debido al intenso calor éstos pueden estallar, así que automáticamente entran en funcionamiento unos generadores a diésel, con la tarea de bombear grandes cantidades de agua alrededor de los reactores, con el único fin de enfriarlos y mantenerlos así, estables. Pues de otra manera el uranio se calentaría, y una gran explosión nuclear sucedería… como ya ocurrió en Chernóbil en 1986, produciéndose la peor tragedia nuclear en la historia.

— ¿Y?, ¿cómo hacerle para impedir que los generadores diésel enfríen los reactores?

—Logrando que fallen los generadores, así no se podrían templar los reactores, ¿cómo?, Dimitri… ahí lo tienes, causando un tsunami al mismo tiempo, una gran ola inundaría la zona de los generadores y como consecuencia éstos no funcionarían. Las centrales nucleares están diseñadas contra terremotos, pero no contra sismos y tsunamis simultáneamente, eso es imposible... o era imposible. Así evitas que funcione el sistema de enfriamiento de emergencia, y al no poder refrigerar los reactores, se calentarán y ¡¡¡pummmm!!!, ¡¡¡síí!!! Haz posible lo que nunca ha sucedido Dimitri, un terremoto, un tsunami… ¡¡¡y una gran explosión nuclear!!! Al mismo tiempo y en el mismo lugar. —Sasha caminaba de un lado para otro haciendo grandes ademanes, estirando ambos brazos simulando una gran explosión, Dimitri la observaba con mirada demencial, sus ojos brillaron, se iluminaron. Imaginaba a millones de personas corriendo, huyendo sin rumbo fijo, gritando, calcinándose. Casi podría leer los titulares a ocho columnas de los periódicos del día siguiente, ¡¡¡EL FIN DEL MUNDO!!! ¡¡¡GRAN EXPLOSION NÚCLEAR EN AMÉRICA!!!... su mente perversa hacía que disfrutara aquella escena, casi podía olfatear el olor a muerte, podía ver a la gente calcinada, mirar el infierno mismo. Perdido en su propio holocausto, comentó:

—Y después Estados Unidos se preguntará qué o quién provocó la explosión nuclear, y la respuesta que tendrán será, ¡Rusia! Entonces querrán vengarse de este país, y una lluvia de misiles nucleares caerán tanto en Estados Unidos como en Rusia misma, ¡¡¡ambos se aniquilaran!!! Ja, ja, ja —la estruendosa sonrisa con su voz carrasposa invadió la habitación, la mujer quedó pasmada al notar el estado demencial y el odio que emanaba ese hombre. Y solamente agregó con voz baja y tal vez amedrentada.

—Sí Dimitri, sí, eso sucederá, pero ahora cumple por fin tu parte, libera a mi padre y deja que Peter regrese a Londres, y además respóndeme ¿qué ganarán y quienes son ustedes?

Dimitri, quien aún no salía de su estado casi hipnótico, pronunció sonriente.

—Sí Sasha, te diré quiénes somos